jueves, 3 de septiembre de 2009

ANTONIO DAGANZO CASTRO: POETA JOVEN Y MADURO









Antonio Daganzo Castro, tras una conversación que mantuvimos en el homenaje a Claudio Rodríguez (Fina de Calderón: Los miércoles de la poesía, 20 de mayo-09 teatro Fernán Gómez, antes Centro Cultural de la villa),me envió dos libros suyos: Siendo en ti aire y oscuro (Editorial Slovento) y Que en limpidez se encuentre (Ediciones Vitrubio).

Este joven poeta es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y es un gran divulgador de la música clásica en radio, además de dedicarse a las colaboraciones periodísticas regulares en el ámbito de la información especialmente cultural.
Literariamente fue seleccionado en el V Certamen Nacional de Cuentos La pluma exacta (Pinto, Madrid,2001) y fue finalista en el Certamen de Relatos Cortos (Ateneo Cultural 1º de mayo, 2004)

Siendo en ti aire y oscuro fue su primer poemario publicado en solitario en 2004. La poesía de Antonio Daganzo Castro, según palabras de su prologuista en este primer libro, Bernardino M. Hernando, profesor de periodismo de la U.C.M., es una poesía minuciosa y reflexiva. Y tiene razón y también, en mi opinión, acierta cuando nos dice que "sin ningún interés por los fuegos artificiales del lenguaje".
Este joven poeta, en su primera aventura poética en solitario demuestra tener una voz no de joven inexperto o primerizo sino madura y honda, una voz personal y con un musical ritmo formal (a la manera, en ocasiones, de los clásicos) acompañado de belleza expresiva.

A través de una serie de poemas, por lo general breves e intensos, descubro a un poeta que evoca el silencio y desdeña la soledad, un joven que lleva el amor en cada poema, el AMOR, con mayusculas, en la poesía y por tanto en lo que la conforma: la palabra.
"Médula / hazaña de núcleo, / disposición callada de los centros,/ soplo vital que tensa el infinito, /adorada fisiología inspiradora / donde me forjo"

Pasión por la palabra para una poesía que resulta un tanto extraña (aunque se agradece) en un joven poeta de veintatantos años que eran los que tenía cuando publicó este libro, primer libro, repito, que concluye con estos versos:

"Y yo sonrojo mi piel como mi escrito / pues en el lugar que corresponde, / siendo en ti aire y oscuro, / afirmo con un "te amo" la religión de mi agonía."

Me pareció,Antonio Daganzo, cuando lo conocí
(fue en La Casa del Libro, calle de Fuencarral, Madrid y él era el encargado de presentar, junto a Pablo Méndez, editor de Ediciones Vitrubio, un joven editor, poeta, emprendedor y entusiasta siempre de todo lo que hace, un libro, en aquella ocasión una reedición del poemario Adam-Kadmon de mi amiga Lola de la Serna) un muchacho amable, observador y tímido. Su presentación de aquel libro de Lola me pareció súmamente acertada y empaticé con él sin apenas conocernos porque observé en su mirada, mientras hablaba de Poesía, un brillo especial, el fulgor de aquellos que sienten la poesía como parte de sus vidas, como parte de sí mismos. Así pues amable, observador, tímido,silencioso cuando escucha y siempre entusiasmado con la poesía.

Estos dos libros que Antonio me envió los he leído este verano y este segundo libro suyo titulado Que en limpidez se encuentre busca unir sus dos pasiones Poesía y Música.
Los griegos hace unos miles de años ya lo dijeron: Poesía y Música son una misma unidad y, al tiempo, no sólo nos dejaron el ritmo de sus pasos (recordad que Eliot decía, mas o menos: no es que descendamos de Grecia, es que somos Grecia. Y nos dejaron también el ritmo, la música de sus "pies" (Yambos, troqueos, Dáctilos, anapestos, etc) poéticos y, gracias a ellos, seguimos (guste o no y en lineas generales) bebiendo de ellos, de su "clasicismo" luego adoptado por Roma cuando lo "Latino"( Catulo, Virgilio, Horacio...) se convirtío en supremacía cultural, difundiéndo por el mundo ese "clasicismo" en todos los géneros y todos los ámbitos originario de Grecia.

Antonio Daganzo Castro parece seguir, en ocasiones, los pasos (o pies) de los griegos, mira a los Latinos y contempla también a nuestros clásicos del Renacimiento y del Barroco para unirlos a todos ellos con esa música que le apasiona y que forma, según los griegos, repito, una Unidad junto a la Poesía. Y lo hace muy bien, creo yo, porque mirando, creando desde un clasicismo formal, escribe adaptándose a nuestro ahora, asemejando en las formas y mostrándonos un lenguaje del presente que , por otra parte, no es otra cosa que el producto de nuestro ayer y su camino hasta el hoy.

Sin aparentes eternales deseos en este muchacho que sólo parece buscar el yo y el hoy como paraíso de la mezcla en musical unión, con alegría, para beberse el agua de este gran Río de la Poesía (las aguas todas), aguas de hoy y de ayer, aguas de siempre, que deberían de ser una unidad porque forman parte de nuestro ayer, ese que nos trajo hasta ahora, y que son nuestras, y son suyas, con su limpia claridad o con su turbio devenir: Turbiedad aceptada que en limpidez se encuentre.

Lápiz de ayer,
papeles de mañana:
haced de este mi hoy el paraíso.


Que así sea. Y si no fuera así, al menos que le deje eso que Antonio llama:

el paraíso de la mezcla,
de la unión, la alegría,
hallazgo de las aguas todas juntas,
mías todas.

1 comentario:

fcaro dijo...

Cuánta razón tienes en tus juicios sobre este joven educado y tímido, pero sobre todo enormemente enamorado de la poesía. Lo conozco. Y lo conoceré mejor, pues espero su próximo libro próximo para escribir cuanto pienso.

Paco.