viernes, 4 de septiembre de 2009

DOMINGO NICOLÁS. Gadea . FERMÍN LÓPEZ COSTERO: Memorial de las piedras






Antes del verano me trajo Joaquín Benito de Lucas dos libros de la Colección Melibea (de la que es director) Eran los Premios Rafael Morales y Joaquín Benito de Lucas correspondientes ambos a 2008. Esta colección se publica en su ciuda natal Talavera de la Reina (que a mi me trae siempre gratísimos recuerdos)


DOMINGO NICOLÁS: Gadea

Dentro de esta Colección se publican estos Premios. El Premio Rafael Morales tiene ya un larguísimo recorrido ya que se inició en 1975 con el poemario ganador del cordobés Francisco Carrasco (poeta con el que coincidí con motivo de un homenaje en Talavera a su hijo predilecto Rafael Morales. Intervinimos para recordar a este gran poeta (al que siempre quise y admiré y,además tuve la gran suerte de contar con su amistad)unos cuantos Premios Rafael Morales y allí nos conocimos.
Aquel primer libro ganador se titulaba Con el tiempo en las manos. Este que vengo a comentar hoy de Domingo Nicolás, tras 34 años de vida de este Premio, se titula Gadea
y quiero decir que su lectura me ha sorprendido.

Domingo Nicolás es un paisano mío (nació en Murcia en 1937) residente en Almería al que, personalmente, no conozco aunque sé de él, entre otras cosas porque está (o ha estado, no sé ahora) a cargo de la revista BUXIA, arte y pensamiento en la que participé en un número, el 5, en 2007 integramente dedicado al poeta de Rota (Cádiz) Ángel García López con un artículo sobre su poesía en general y, en particular, sobre un libro suyo titulado Trasmundo que, en su momento,cuando Ángel me lo regaló, me interesó muchísimo.

Domingo Nicolás es ingeniero y colabora en prensa así como en revistas especializadas
y tiene en su haber literario un extenso curriculum asi como unos cuanto libros de poesía publicados y también de relatos.

Gadea, tras leerlo, me ha sorprendido gratamente porque como dice mi amigo y compañero Antonio Hernández, cada verso suyo es una sorpres de hoy y de mañana porque sus poemas son -lo dice Domingo Nicolás- Una conversación de profundo recorrido sobre lo que en la vida va pasando y te cruzas, y que en uno u otro sentido te estimula...

Domingo Nicolas desentierra del cofre de la melancolía y la memoria, del tiempo, saca lo que contiene, y observa que las mismas cosas, se aparecen como trnsformadas (aun siendo la misma cosa) en multiples caras, adoptan formas diferentes, son una cosa y, sin embargo, cada vez se muestra de distinta manera.
Así es GADEA, siempre resulta ser un personaje diferente, un niño, Dios,la Virgen, el Diablo, un hermosa mujer. Una sola cosa y muchas ante la multiplicidad de circunstancias o de valores que la vida va sirviendo; la injusticia, el amor, el odio, el hombre... con un temor - dice Domingo Nicolás- ocasional aquí pendiente: la muerte vecina acaso del homicidio, que hasta la fecha vino trascendiendo como hilo de frustración a esta particular propuesta poética desde el lejano sueño de la infancia.

Gadea es un personaje, pues, múltiple que ejerce a manera de conciencia e3n su versión feliz. Este personaje que es muchos personajes, cosas, situaciones,lo elaboró Domingo Nicolás a raiz de la guerra de IraK en 2003 y como dije al principio, para mí ha resultado un libro sorprendente. Os lo recomiendo.


FERMÍN LÓPEZ COSTERO: Memorial de las piedras

Si no recuerdo mal el Premio Joaquín Benito de Lucas se instauró en 1985 y fue mi amigo, el entonces jovencito, Pedro Antonio González Moreno el ganador de aquella primera convocatoria con su libro titulado Señales de ceniza. Por lo tanto han pasado ya 24 años de este premio que es pensó y se hizo para escritores que como máximo tuvieran uno o dos libros publicados.(o ninguno claro)



Fermín López Costero(Cascabelos, Leon 1963) ha sido ganador en 2008 con su libro Memorial de las piedras.
es este el primer poemario de este ensayista y articulista dedicado, principalmente, a la divulgación del arte medieval de la comarca leonesa de El Bierzo.
Un poemario, éste, de relampagueantes meteoritos imaginativos y luminosos, sutiles, livianos de peso, casi sin gravedad por el universo de la palabra que nos habla de melancolía y de luz con secos sonidos aéreos. Claridad, luz a pesar de la sombra, de la oscuridad del tiempo ya sucedido, ya muerto, ingravidez a pesar del peso de las piedras. La ruina y el silencio de las piedras fecundan el espíritu y la mirada a través de este Memorial primero hecho con recuerdos de piedras y de sus sueños para el hombre que no es otra cosa que "Carne, luz cenicienta y guirnaldas".

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