miércoles, 15 de diciembre de 2010

Rafael Montesinos: Poesía en la diana



Memoria poética (IV)
Rafael Montesinos: Poesía en la diana

Que la infancia, la tierra y Marisa han estado presentes en la poesía de Rafael Montesinos es algo conocido de todos. Que era una persona con fino salero, generosa con los amigos y fiel a ellos, lo sabemos muchos.

Durante los años que dirigí el Centro de Estudios de la Poesía en la Universidad Popular José Hierro (1996-2000) de San Sebastián de los Reyes, programé: Las jornadas del C.E.P. Se desarrollaban en los institutos de la localidad para dar a conocer la obra del poeta a quien se dedicaban y, como final, en un acto público en el Teatro Auditorio Adolfo Marsillach con poetas, músicos, el poeta invitado y la presentación de la revista Poesía en la diana.

El tercer trimestre de 1999 se aprobó para el C.E.P. un programa Homenaje para el año 2000, al poeta Rafael Montesinos. Poetas como José Hierro, Claudio Rodríguez y Rafael Morales ya habían sido homenajeados en Jornadas anteriores y Rafael Montesinos se mostró ilusionado cuando le dije que se dedicarían a él. Rafael se encargó de elaborar una lista de posibles colaboradores en la revista. Yo, de solicitar las colaboraciones. Cuando le comenté que todos me habían contestado afirmativamente, me dijo: Realmente me siento querido. Y así fue.

En la Navidad de 1999 ya tenía preparado el programa: los institutos, los profesores que se dedicarían a mostrar la poesía de Montesinos a los alumnos, las invitaciones para el acto final, las colaboraciones para la revista… Poetas y pintores enviaron, desinteresadamente, lo que les pedí. Ya que no pude hacerlo en su momento, quiero desde aquí agradecerles (al tiempo que pedirles disculpas) su desinteresada colaboración para la revista Poesía en la diana dedicada a Rafael Montesinos.

Enviaron colaboración los poetas: Leopoldo de Luis, Luis Antonio de Villena, Antonio Hernández, Mariano Roldán, Antonio Rodríguez Jiménez, Antonio Garrido, Alberto Guallart, Carmen Díaz Margarit, Francisco Ruiz Noguera, Manuel Ríos Ruiz, Pedro Hilario Silva, Antonio Rubio, Encarnación Pisonero, Julián y Francisco Créis, Emilio Ruiz Parra, Jesús Hilario Tundidor, Pureza Canelo, Joaquín Márquez, Carmina Casala…

También, el hispanista francés Robert Pageard, y el norteamericano John Ross así como Rafael de Cózar, Carmelo Guillén Acosta y José María Delgado,(Luego antólogos de Rafael en Adonais el año 2003), Francisco Alejo Fernández y Rafael Roblas Caride.

Igualmente los artistas plásticos: Antonio Zarco, Ginés Liébana, Julián Silva, Carlos Baonza, Julio Álvarez , Jose Luis Galicia. Marisa, me dio un dibujo que ella había realizado el año 86de Rafael Montesinos.(Es el que inicia esta entrada, arriba a la derecha)


Dibujo de Montesinos realizado en Córdoba por Ginés Liébana

El montaje de la revista: listo para ir a la imprenta. Quedaba por hacer la filmación del cortometraje que realizaría con Canal Norte TV. Llegado enero de 2000, tendríamos que filmar en casa de Rafael Montesinos y viajar a Sevilla para localizar determinados lugares relacionados con el poeta. A la vuelta montar y dejar listo para proyectarlo, en abril, en el acto de clausura.

Durante estos previos nos vimos bastantes veces, en la tertulia, en su casa, Rafael estaba muy interesado en saber cómo iba todo y qué tendría que hacer él. –Leer tus poemas, le contestaba yo, otros poetas ya se encargarán de explicar tu poesía.

En enero fuimos a Sevilla. Grabamos. El montaje fue largo y laborioso. Lo realizó Rafa Cano. Finalmente quedó preparado.


Foto: Manuel López Azorín, Rafael Montesinos y Antonio Hernández

Llegó abril y, tras un maldito cáncer que me dejó apartado de todo, Rafael y Marisa, me visitaron en el hospital y me decían: Tú ponte bien, lo demás no importa. Pero la profesora, Pilar Temprano, encargada en su Instituto, el I.E.S. Julio Palacios, de la visita a él de Rafael Montesinos junto a Luis Antonio de Villena que le acompañaría para hablar del poeta sevillano, sabiendo a primeros de abril que acababa de salir del hospital, me telefoneó para decirme: –” No te preocupes, he hablado con el alcalde, yo me encargaré de que todo salga tal y como lo has previsto.”

Pensé: ¿Cómo es que nadie se ha encargado de ordenar o llevar a cabo estas jornadas, aprobadas y programadas hasta el más mínimo detalle?

(Me olvidaba citar a Rafael Morales, José Hierro, Claudio Rodríguez, Joaquín Benito de Lucas, Jesús Hilario Tundidor, Eugenio Cobo, Jesús Riosalido, José Luis Morales y Pedro A. González Moreno, que también colaboraron en estas jornadas sobre Rafael Montesinos.)

No pude asistir a los Institutos para ver a Rafael y al poeta que, en cada uno de ellos le acompañó, pero él me llamaba para comentarme como se sucedía todo. Recuerdo que me contó lo que le sucedió en el I.E.S Juan de Mairena y que dio lugar a que yo escribiera un poema: Rafael Montesinos se encontró que iba a ser presentado por el catedrático Fernando Villamía, profesor en este Instituto por entonces, que fue gran amigo de su hijo mayor Rafael Cesar.

Foto: Rafael Cesar Montesinos y su mujer.

La historia es que siendo chiquillos Montesinos les prohibía entrar en su cuarto de trabajo y cerraba con llave para que no revolvieran sus papeles. Rafael Cesar Montesinos y Fernando Villamía pensaban que allí dentro guardaba el poeta un gran secreto y querían, al tiempo que temían, conocerlo.

Con el correr del tiempo los dos muchachos, ambos luego profesores de lengua y Literatura, comprendieron que el único secreto que guardaba Rafael Montesinos en aquel cuarto bajo llave, era la pasión por el lenguaje, esa pasión que les movió a ellos dos, luego, a estudiarlo, a dedicarse a enseñarlo a otros. El poema que escribí a partir de esta anécdota que me contaba Rafael Montesinos fue este:

El secreto del cuarto bajo llave
Para Fernando Villamía


Me cuenta Montesinos
que su hijo mayor y Villamía
querían revolver en sus papeles
guardados bajo llave.

(Aquella habitación y la continua
pasión por la palabra le llevaba
a poner cerraduras al lenguaje)

–Hoy, por fin, he sabido
que Fernando intuía algún secreto
al tiempo que temía descubrirlo.

(Y no había más secreto en aquel cuarto
que aquel de descubrir con las palabras
la vida y su misterio en los poemas:
verso tradicional
o el clásico y perfecto endecasílabo)

–Pero, mira por dónde,
mi hijo y Villamía descubrieron
– no en mi cuarto, en la vida, la enseñanza –
la pasión, mi pasión, también la suya,
por el mágico mundo de las letras.

–Fernando me lo ha dicho esta mañana
de abril y poesía.

Del libro: Azul de los afectos



Foto: Rafael Montesinos, en los jardines que llevan su nombre, con unos amigos

El día de la clausura quise estar con Montesinos en el Teatro. Realicé un supremo esfuerzo y acudí. El acto se sucedió según lo previsto: abrió Carmelo Guillén Acosta, que venía, expresamente desde Sevilla, a comentar la revista y sus colaboraciones; pero al no estar impresa, nos habló del poeta y de su obra. Vimos el cortometraje. Un cantaor de flamenco interpretó varias soleares de Montesinos. Intervinieron poetas en honor del homenajeado, y, finalmente Rafael dio una lectura en la que estuvo breve y espléndido y con un público que llenaban el Auditorio.
Rafael Montesinos y yo, que casi tenía que apoyarme en él, clausuramos el acto. Todo según lo previsto… excepto la publicación de la revista Poesía en la diana.


Fue triste (y penoso) que no se llegara a publicar (todavía no entiendo el porqué), pero así fue. Rafael Montesinos se quedo sin Poesía en la diana, y todos los colaboradores, y yo me sentí culpable, sin serlo, porque una y mil veces volvería a organizar todo tal y como lo hice. Después... ya no dependió de mí (y mientras pienso todo ésto, me viene a la memoria una soleá de Rafael Montesinos que dice: Buscaría aquellas piedras,/ y en aquel mismo camino / tropezaría con ellas.

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