miércoles, 2 de febrero de 2011

Julio Santiago: Mis amantes por partes




Absurda fábula, Cuadernos del laberinto, Anaquel de Poesía, Madrid 2010, nos ofrecen una nueva entrega, en edición no venal y destinada sólo a bibliófilos del libro Mis amantes por partes cuyo autor, el poeta y pintor Julio Santiago me envió a finales del pasado año que fue cuando se presentó, el libro y la exposición de dibujos que lo acompañan, en el Café Libertad 8 de Madrid. Julito, siempre tan atento, me hace llegar no sólo sus libros sino las convocatorias que en Madrid se producen de tantos y tantos actos poéticos o musicales o pictóricos de los que tiene noticia. Y no sólo a mí, Julio Santiago difunde la Cultura a través de su correo electrónico para que todos sepan, mes a mes, lo que se cuece por esta capital que bulle, que hierve, como una inmensa olla de múltiples actividades.

Habría que dar las gracias a Julio Santiago por todo esto pero ahora toca hablar de este libro que ha prologado, de manera entusiasta y agradecida, la editora Alicia Arés. En él nos habla de la belleza y cita a Euclides, nos habla de la poesía y cita a Bécquer, nos dice que Poesía y Belleza son una misma cosa y del autor de Mis amantes por partes dice que: Hoy, Julio Santiago –lúcidamente embriagado por lo hermoso –trae hasta nosotros un tesoro de tinta y pincel: poesía dibujada, dibujos hechos versos que desvelan cómo el cuerpo humano en el fluir con otro cuerpo puede precipitarnos a la belleza, crearla y percibirla: nuestras manos al tocar la piel fría de una manzana, los ojos que buscan con emoción al ser amado, esa pluma que cosquillea, el indicio de una sensación…




Finos hilos eróticos forjados con delgadísimos trazos que forman las palabras y los dibujos de este nuevo libro de Julio Santiago titulado Mis amantes por partes y que el autor divide en dos secciones: Mis amantes, sección de la palabra, finísima palabra delgada, erótica, una erótica que resulta casi como la pornografía de los ricos que dice de ella Luis Alberto de Cuenca y Por partes, la segunda sección, compuesta por dibujos que son como el detalle que se muestra para destacar un dibujo completo y, en este caso, el detalle, la parte del todo, es el todo mismo, un todo que se muestra así para enfatizar, para detallar, para sugerir, sugerir que, desde el pecado primero de bíblico sentido, el hombre, con manzana o sin ella ( o por ella) trabaja y suda y piensa y vive y siente con el deseo, la pasión y la carne a flor de piel, y ese deseo se convierte, a veces, en acto de palabras que son trazos de vida y sueños en papel escrito: Sobre / el / sudor / de / tu/ cuerpo / dibujo / con / mi / dedo / hasta / saciar / mi / fe. Y en acto de trazos que dibujan, por partes en este caso, el detalle, el delicado, suave y turbador detalle del deseo, de ese deseo que se produce frente a la manzana en los cuerpos que acarician el fruto que dicen, unos, del pecado, otros, del placer: Dame / tormentas / de manos / y / yo / te / daré / placeres / de / agua.

Termino con estos versos (página 29) donde Julio Santiago nos dice:

No
existe
dibujo
más
perfecto
que
el
trazo
natural
de
tu
piel
sobre
la
nada.

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