domingo, 4 de agosto de 2013

Amelia Guibert Navaz publica una biografía de su abuela: María Ana Sanz Huarte (1868- 1936). Una mujer relevante por méritos propios y pionera en educación y acción social.




Amelia Guibert Navaz: María Ana Sanz Huarte(1868-1936).
                                         En primer término,mujer.



Amelia Guiber Navaz (Pamplona, 1942),  ha escrito  la biografía de una mujer María Ana Sanz Huarte , su abuela,  que, según nos dice en la contraportada, en el primer tercio del siglo XX , con palabras basadas en la esperanza y el amor, supo aglutinar a su alrededor a amplios sectores sociales de Navarra, a los que comprometió de forma decisiva en su proyecto educativo y social a favor de mujeres y niños. El libro ha sido publicado por Eirene Editorial, Madrid, 2012 con el título   Ana María Sanz Huarte (1868-1936). En primer término mujer.


Amelia Guibert Huarte realizó estudios en el Instituto Príncipe de Viana y en la Universidad de Navarra. Es catedrática de Historia, de Bachillerato. Ejerció la docencia  durante más de treinta años en Pamplona, Laredo, Vitoria y Santander y se siente orgullosa de formar parte de la quinta generación de una familia de docentes. Debido a su formación académica  así como  la proximidad familiar, le ha permitido ofrecer en esta obra, enfoques que complementan la visión global de su abuela María Ana Sanz.

La historiadora Amelia Guibert , según cuenta se sintió casi como obligada a escribir esta biografía sobre su abuela porque, aun  sin haberla conocido , fue un referente para su familia y especialmente para ella  ya que desde su infancia , su madre le hablaba  de ella con enorme admiración. Nos dice:  Fue una mujer increíble en la Pamplona de su época. En un mundo protagonizado por hombres  Ana María  Sanz  fue una mujer relevante por méritos propios  y pionera en educación y acción social.


Y leyendo esta biografía escrita con fluidez al tiempo que con una mezcla de afecto, como no podía ser de otra manera, y con rigor e intención pedagógica nos enteramos que  María Ana Sanz Huarte (1868-1936), fue una intelectual que revolucionó la enseñanza y luchó por la liberación de la mujer y los niños. Convirtió la Escuela Normal en el centro de la cultura y la acción social y también fue vocal del Tribunal del Menor.
Esta mujer adelantada a su tiempo realizó estudios en Pamplona y Zaragoza. Acudió al Colegio Huarte y cursó  estudios de Magisterio en los grados Elemental, Superior y Normal. Durante su época de alumna de la Universidad de Zaragoza y en Madrid, se puso en contacto con movimientos de renovación intelectual y educativa y muy especialmente con la Institución Libre de Enseñanza. Además nos enteramos también que fue una fiel seguidora de Emilia Pardo Bazán y del método educativo Montessori.


Ya en Navarra se dedico por completo a la educación de la mujer y al llegar a la dirección de la Escuela Normal, la transformó y la convirtió de Elemental en Superior. María Ana Sanz cambió la relación entre profesoras y alumnas impulsó diferentes actividades como ciclos de conferencias, excursiones, bibliotecas y también introdujo la Cátedra de Euskera en la Escuela. Amelia Guibert define a su abuela  como una mujer excepcional por su personalidad dinámica y emprendedora, abierta y comprometida con el cambio.
Lo fundamental de su obra –nos dice–  fue que creó una identidad de las mujeres. No lo hizo sola, todos los regeneracionistas lo hicieron y lo inculcaron a sus hijas y alumnas.  La mujer vivía una situación de esclavitud y luchó para que el código que regía para ellas cambiara. María Ana Sanz quería liberar a los dos sectores oprimidos en aquella época: la mujer y los niños a través de la educación.

María Ana Sanz Huarte se muestra en esta obra como una mujer excepcional por su personalidad dinámica, emprendedora, abierta y comprometida con el cambio.  Su doble condición de Pedagoga y vocal del Primer Tribunal del Menor de Navarra le hacen enfocar el problema de la delincuencia infantil con eficacia por medio de una pedagogía preventiva rehabilitadora.
Sus textos, incluidos ampliamente en esta obra, tienen indudable vigencia en la actualidad. Su impresionante labor está fundamentada en unos rasgos de personalidad a la que la autora, nieta de María Ana Sanz, ha podido llegar gracias a la transmisión oral y al contacto con su extensa producción escrita y gráfica, contenida en el archivo familiar.

La historiadora y autora de esta biografía Amelia Gubert Navaz


Amelia Guibert Navaz le ha marcado el legado de su abuela, por eso quiso ser profesora. El valor de la educación se lo inculcó su madre y a su madre su abuela. Y, al igual que su abuela, piensa que la educación sirve para transformar y mejorar y que la labor profesoral es la de educar ciudadanos críticos. Esto y el deseo de dar a conocer la labor de una mujer , María Ana Sanz, que aun con los logros obtenidos en su época y el reconocimiento de sus contemporáneos como pionera en educación y acción social, durante el primer tercio  del siglo XX, parece haber quedado relegada al olvido y no está  – nos dice Amelia Guibert –  en la actualidad reconocida.

Asimismo nos enteramos que María Ana Sanz fue una apasionada lectora, interesada en  la literatura española, los autores clásicos y, muy en especial, la pedagogía, el ensayo y la filosofía. Participó, como presidenta, en diversos tribunales de oposiciones y presidió certámenes literarios. fue precisamente María Ana Sanz  quien presidió el Tribunal que otorgó un primer premio al poeta bilbaíno  Blas de Otero.


En esta obra biográfica podemos encontrar numerosas textos de María Ana Sanz. Recojo aquí uno sobre su valoración del libro. Así nos habla la autora de él: El libro, se ha dicho; el mejor amigo del hombre.  Silencioso cuando no se le inquiere; elocuente cuando se le pregunta; sabio como que jamás sin fruto se le pide consejo; fiel que nunca vendió un secreto de quien le trata; regocijado con el alegre, piadoso con el dolorido y tan humilde que nada pide ni ambiciona  nada  más que una suave caricia de vuestra mano y en vuestra biblioteca un rinconcito acogedor.

En 1931, con la llegada de la República, María Ana Sanz será confirmada en su puesto por la administración. No obstante, al unirse las dos escuelas de magisterio, hasta ese momento divididas por sexos, la Administración cesará a María Ana Sanz como Directora mostrándose favorable a la dirección masculina. En 1934 fue nombrada vicedirectora, Maria Ana Sanz, siguió con sus actividades como miembro del Consejo Provincial de Primera Enseñanza, profesora de Pedagogía, miembro del Patronato de Honor, junto con Campión, del Ateneo de Navarra desde su fundación en 1932, conferenciante y articulista y  hasta unos días antes de su muerte, el 25 de mayo de 1936, estuvo impartiendo sus clases.



Por todo ello, este libro, escrito con rigor, pero también desde el conocimiento afectivo, como he dicho antes, de Amelia Guibert  Huarte , por su parentesco con  María Ana Sanz, ha querido dirigirse  a un amplio sector de lectores.

2 comentarios:

Cheri dijo...

Awesome!

blog del poeta Manuel López Azorín dijo...

Para Cheri: Decía Pirandello: "Asi es si así os parece". Si a ti te parece genial o impresionante que sería lo más literal, así es.Yo por mi parte agradezco tu breve pera intenso comentario sobre esta entrada. Saludos