martes, 11 de marzo de 2014

Moncho Otero y su libro, ya publicado, Unifamiliar (con vistas)




Moncho Otero y su libro, ya publicado y presentado, Unifamiliar (con vistas)
                           La ética de la inocencia



 El 23 de junio de 2011 publiqué en ese blog una entrada sobre Moncho Otero y su libro Unifamiliar (con vistas) que era, entonces, uno más de los inéditos que ha escrito a lo largo de su andadura como poeta silencioso en la que se ha dedicado a componer música para cantar poemas de otros poetas, guardando su propia poesía para sí mismo y los pocos amigos que sabíamos de ella.

El año pasado Eirene Editorial decidió, tras pasarle el original de este Unifamiliar (con vistas), publicar lo que sería la primera obra poética publicada de Moncho Otero. 
Lo que entonces escribí en este blog me sirvió, casi por completo, para que sirviera de prólogo a la edición de Eirene Editorial de Unifamiliar (con vistas) que se presentó ya como libro editado en la presentación de las publicaciones de 2013 de esta editorial el 13 de diciembre de 2013 durante un acto colectivo y que ahora se ha presentado ayer en la Biblioteca Central de San Sebastián de los Reyes (10 de marzo de 2014). Habrá más presentaciones a lo largo del año, más lecturas de este primer libro de Moncho   Otero donde nos demostrará que, además de cantautor, es un poeta, un buen poeta que ha demorado durante mucho tiempo, quizá por timidez y humildad, dar a conocer esta otra faceta suya que proctica desde que era un niño: la de poeta.
Os dejo aquí el prólogo de este libro escrito, como he dicho más arriba, mucho tiempo antes en este blog  con pequeñas variantes, ya que por fin, el muchacho que puso música allá por los años 90 a los poemas de Gloria Fuertes, José Hierro,Ángel González, Luis García Montero... y se los cantó y tuvo el beneplácito de todos ellos, nos deja hoy un  manojo de poemas escritos que debieron publicarse hace ya unos años aunque, afortunadamente, se publican ahora.

Moncho Otero: Unifamiliar (con vistas) 



Moncho Otero ( Madrid,1971) ha escrito un poemario, Unifamiliar (con vistas), Eirene Editorial, Madrid 2013,  
en el que, con una poesía de pensamiento, de preocupación existencial y de compromiso con la vida y el hombre, nos muestra unos versos que se abrazan con desgarrada esperanza a la vida imperfecta, al hombre y su permanente incertidumbre, duda, al afán de vivir con el deseo de lo justo para el hombre, del equilibrio para el hombre, a la humana actitud de quien no contempla su ombligo porque sabe, siente, que “Hay gente sin ombligo, más de la que creemos” y a pesar de la “prisa de ser hombres”, de practicar “Espionaje industrial para ser alguien diferente”, de sentir que el dolor de amar, a veces, desubica, de oír que “Dicen que (es) hermano de millones de hombres/ que ignoran que / él) exist(e)”, sigue, como un niño, soñando despierto “que (es) un adulto más / y (le) basta crear un micromundo afable / donde no se vislumbra la gangrena que avanza”, como mecanismo de defensa, aunque sepa que no sueña “que (le) bastan los besos / para sentir(s)e vivo

 Desde la izquierda: Rafa Mora, Moncho Otero, Luis Martínez de Mingo, Manuel
López  Azorín y Consuelo Altable en la presentación de la colección editada por Eirene Editoria
Moncho Otero es arquitecto y este Unifamiliar (con vistas) que nos ha construido es la mirada de un hombre machadianamente bueno con la ética del inocente y, siempre, con la humildad del hombre que se analiza a sí mismo y reflexiona sobre las vista que, desde su terraza de adulto (con la inocente y verdadera mirada de quien aún conserva al niño en su interior) observa un mundo que no siempre acepta porque lo que ve le decepciona a veces y a veces le preocupa.


Moncho Otero es, además de arquitecto, cantautor. Un cantautor tan generoso que casi nunca canta sus letras o poemas sino los de otros poetas y así lleva años dedicado a poner música a los poetas que le gustan para difundirlos cantando. Algo tan complejo como poner música a la música del poema y fundir ambas músicas en una canción. Esta otra faceta suya de cantautor, que trabaja desde la adolescencia y que lleva ya, desde mediados los años noventa, solo o junto al también poeta y cantautor Rafa Mora, dedicado a fomentar y difundir la poesía a través de la música. Eso es lo que le gusta y, sin más planteamientos (léase mercadotecnia, hacer agosto, crear fama y echarse a dormir, buscar el negocio donde sea, etc.), se dedica a ello, es lo que hace, porque le gusta, sin más, crear música y crear versos..







Desde la izquierda: JuanLy Rafa Mora, Moncho Otero, M. López Azorí y J. Álvaro Gómez

Moncho Otero, el poeta, se sienta a escribir “unos versos sinceros, distraídos, valientes” (…) “antes de que un hielo joven, dinámico, indeciso, / invada todo el planeta” Nos dice y se pregunta ¿Otro día escribiendo para olvidar la vida? Y sabemos que piensa que “Despertar de un sueño es morir a la vida, / dilatar las pupilas sumido en un vacío oscuro y sin fisuras” y sueña con versos sin ataduras , sin corsés métricos formales (aunque le sale, fluye en muchos de sus poemas un rítmico y perfecto verso heptasílabo y otras, cuando une dos versos de esta medida con su claro hemistiquio, un perfecto alejandrino) 











Moncho Otero se apoya en el versículo  como exposición y lo alterna con el verso breve como reflexión  para ofrecernos una cadencia rítmica apropiada a la temática metafísica: desgarrada a veces, desasosegante, dulce, tierna, noble como el hombre que es en su interior, humana, propia del humanista que cree en el hombre aunque desde su particular unifamiliar mire y vea lo que no le gusta de él.

Pero
 este poeta no se decepciona frente a las vistas que observa desde éste: “Los hombres giran despacio y nunca esperan que un suceso imprevisto/ desbarate sus sueños”. “Como ser. – se pregunta –Cómo ubicarse en un espacio sin estigmas” (…) “Si somos una gota de semen celestial” (…) “para gozar del sexo y huir del onanismo”(…) “Cómo encuadrarse en zonas. / Cómo formar equipos. / Cómo ser competentes y no competitivos, / para avanzar hacia dónde, hacia tal vez”
Moncho Otero, Manuel López Azorín, J. Álvaro Gómez durante la presentación
,en la Biblioteca Central de Sanse, de "Unifamiliar (con vistas)" y "Pensamientos de un eucariótico"

Y piensa en la amargura, el dolor “que ha escapado por siglos y por siglos/ de miles de gargantas y millones de alaridos. / Por no estar ubicado / por ser un indeciso / por pretender sentidos en vez de direcciones”

Desde este panorama de reflexión sobre lo que se debe ser y lo que se quiere ser siente una “Súbita sed que el clamor callado de la noche arrastra” y también la “Dignidad del hombre que se siente vivo” avalado por una sociedad deshinchada de valores que no sean aquellos que propicien el poder y el dinero, por eso nos dice: confío “en un dios que está con nosotros” mientras que “un cuerpo de malaria se deshace en los pantanos” y parece decirnos que la vida no es mala ni buena, es el hombre el que, con su actitud, la modela a su interés.


Este poeta se plantea “Dejar de escribir” porque “es inútil abrir las carnes al misterio” y una absoluta hondura, una profundidad de verso limpio, justo, preciso, nos dice: “Mirar de repente / Mirar a lo lejos. / Pensar que se amaba un reflejo. / Buscarse desnudo. / Dudar en silencio. / Pulir y rozar un espejo / y no ser brillante” Y ahí está toda la sabiduría del hombre, toda su nobleza, ahí, roza la espuma, la altura, la luz, y pierde, abandona lo que el hombre tiene de ceniza. Y entonces ya se dice: “No quiero más maestros que sentir la llamada de los poros abiertos de mi cuerpo o de otros… con tal que tengan alma, / lo único que pido” (Y lo que quiere, mostrándonos estos versos con bandera, es la poesía que, entre otras muchas cosas, sana y salva, la que sirve para hacernos mejores personas)

Desde la terraza adulta de este unifamiliar que se mira por dentro y observa el exterior “Tira de la cuerda un niño que / recuerda el futuro porque / aun no siente que llega” Este poeta piensa: “Es losa y no piedra/ con esto digo todo: / obra del hombre” y aun así, sigue creyendo “en la generosidad del hombre / al dejar de ser animal”




Moncho Otero y J. Álvaro Gómez
Moncho Otero es este Unifamiliar (con vistas) que se contempla y reflexiona sobre sí mismo al tiempo que mira aquello que le rodea y nos lo cuenta con inquietud existencial, con palabras de tolerancia, sentido ecológico, neorromántico a veces, con cierta ironía en ocasiones y siempre con la humildad de quien hace lo que hace sin darle más importancia que la de hacerlo bien, con pasión y con generosidad, con entusiasmo. Este es el libro de un poeta que no se mira el ombligo, un libro tan sincero, tan verdadero, que merece ser leído  y releído, después, para disfrutar  plenamente de este Unifamiliar con vistas

UNIFAMILIAR


De niño sueño despierto 
que soy un adulto más
y me basta crear un micromundo afable
donde no se vislumbra la gangrena que avanza.


De niño sueño
y presiento que me bastan los besos
para sentirme vivo,
pero no, existen metas
que se sienten tan cerca como el galgo
olfateando el conejo mecánico
en tardes de canódromo
y sales a la pista y brotan opiniones.

De niño soy el 7, colocado, que gana.
De adulto soy el 15, colocado tan solo.
Siempre soy como todos.
Nunca estoy.
(Castellano preciso, la lengua viperina madre)

De niño aprendo
que algún día habré de perpetuarme
y pregunto al silencio si merece la pena
confirmar mi presencia en esta casa extraña,
(Unifamiliar con vistas)



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