miércoles, 10 de junio de 2015

Cristina Cocca: Claroscuro para escribir un cuadro





Cristina Cocca: Claroscuro para escribir un cuadro



De Cristina Cocca, una poeta española nacida en Buenos Aires, de madre española y padre argentino, que reside en Madrid, recibí con un saluda de Manuel Martín-Gaitero López de la Manzanara, concejal de cultura del  Ayuntamiento de Manzanares (Ciudad Real) el poemario que obtuvo el XII Premio Nacional de Poesía Ciega de Manzanares y que ha sido publicado por Huerga y Fierro Editores. Madrid, 2014.

Conozco a Cristina Cocca por coincidir en algunas ocasiones en diferentes tertulias, pero no había leído nada de esta poeta hasta que me llegó este poemario suyo titulado Claroscuro para pintar un cuadro.

En unas sesenta páginas, este poemario nos ofrece de fondo una profunda reflexión sobre los seres humanos sujetos siempre al paso del tiempo, a la memoria, al amor y a su antónimo, en definitiva a la vida y a todo aquello que nos va deparando y en esa reflexión poetiza sobre lo dicho y, a través de un campo semántico pictórico, nos dice: No te engaño si digo que pude terminar / un apunte de luz / a medias con las sombras. / Y así, en claroscuro, / se quedaron mis lienzos para siempre.

He leído con atención este libro y he visto en él el rigor y su perfección en el metro clásico: heptasílabos y endecasílabos en verso blanco, bien ejecutados, y mucho lirismo en temáticas intimistas, el universo de la razón y el sentimiento, que decía Unamuno, plasmado aquí en poemas de nostalgia, de soledad, de amor y desamor, de vida…Cristina Cocca ha construido su poemario con poesía formal y delicada belleza expresiva.  


La poesía de Cristina Cocca, al menos en este libro, es esencialmente lírica, romántica, intimista, una poesía pintada con el claroscuro color de lo cotidiano, de lo común al ser humano en cuanto a sentimientos y emociones, poesía existencial y metafísica, y con el rigor de la armonía, la cadencia que, en la poesía, debe de tener el verso para lograr una decoración adecuada, una pintura, un cuadro, en claroscuro, es decir, luces y sombras como la vida misma, con ética y estética apropiada. 



En este libro organizado con en tres secciones además de un prefacio y un poema epílogo, el sujeto poético nos habla de su carta de colores, nos pinta paisajes del color de la lluvia, de memorias en rojo... En claroscuro nos habla de fondos encenizados del recuerdo, de verdiazules pájaros de otoño, nos evoca lunes de color quebrado… En el último apartado nos muestra el espacio interior con grises pájaros de frío, paisajes de cenizas  y, a modo de final, un apunte de la luz :

Entonces recordé
de pronto tus palabras.
Que me hablaste del mar y mis veleros,
y era tu piel de espuma.
  (las sábanas, un tacto de sal que nos mordía.)
(…)
Comprobé que no todo se había derrumbado.
(…)
Entonces recordé  
de pronto que me amabas.
     (y muy lejos, aún era temprano.)

Cristina Cocca es miembro de número de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, de la Asociación Literaria Verbo Azul y del aula de Encuentros del grupo de Poesía del Círculo de Bellas Artes. y frecuenta las tertulias del Café de Oriente y Ánforas Azules del Ateneo. Ha obtenido premios como el Mario López (Bujalance, Córdoba), Villa de La Roda, Amantes de Teruel, Villa de Aranjuez, Villa de Valdemoro, Cafetín Croché (San Lorenzo del Escorial), Ciudad de Mérida, y este XII Premio Nacional de Poesía “Ciega de Manzanares”


2 comentarios:

fcaro dijo...

Es un gran libro. Tal vez lo mejor de Cristina Cocca. Y eso que es buena.

blog del poeta Manuel López Azorín dijo...

Seguramente será como tú dices querido Caro, yo no lo sé ya que es el único libro que he leído de C. Cocca; pero coincido contigo en que es un gran libro.