viernes, 4 de septiembre de 2015

Apuleyo Soto: Campo de sonetos en rama y Leyendas de María




Apuleyo Soto : Campo de sonetos en rama y Leyendas de María





Maestro,escritor, periodista. Casi 30  libros publicados: teatro, novela, viajes,literatura infantil, poesía…Poeta. 
Pienso la palabra poeta  y me viene a la mente su nombre: Apuleyo Soto Pajares. Y me viene acompañado del rigor y de la seriedad al mismo tiempo que del humor, la ironía, el juego… porque la poesía, aunque generalmente es más elegíaca que hímnica, no está reñida con el divertimento y en eso este poeta que lo es por clerecía, trovador, por juglaría o como goliardo (por divetimento, nunca por ocioso ya que no hay nadie más trabajador que él)

Apuleyo Soto muestra una  sonrisa noble sincera, como de niño grande y su voz, atrayente,  te lleva al interior de su nobleza y su pasión por la literatura, que es toda incluyendo la poesía. La amabilidad la lleva impresa en su rostro y en su palabra,  una palabra que  además de cercana y amable es la palabra de un mago, de un ilusionista que nos hace ver lo que quiere que veamos. Su teatralidad es también mágica y cuando la emplea, su magnetismo nos acerca, con la palabra y el gesto, a otros universos. Sus libros de poemas son un despliegue de sabores y amores y los poemillas que me  manda  a través de internet, con palabras sencillas, directas, a veces con rimas sorpresivas, son de canciones tradicionales, juglarescas, son los poemillas del trovador que lleva la música dentro de sí, los diferentes metros de forma pura o bien con variantes pero influenciados por estos  y la rima sobre la música  y la métrica.

 
Apuleyo Soto, en la SEK, con aquellas inolvidables Tertulias nos  mostró la poesía, en su diversidad, con muchos de los mejores poetas españoles contemporáneos y más tarde en el salón de actos de Caja Segovia continuó mostrando que la poesía es algo vivo que merece la pena fomentar y difundir porque la vida sin ella no sería lo mismo.

De manera que Soto Pajares nos muestra la poesía  a través de su palabra, y por supuesto, a través de la palabra de los poetas que presentaba ante nosotros, un día al mes durante nueve meses y durante mucho tiempo.Yo, por cierto, tuve la suerte de ser invitado a leer y ser presentado por Apuleyo Soto


Este amante de la palabra, y del verso, merece la consideración de todos porque  Apuleyo  es sencillez, es seriedad y entretenimiento, es rigor y teatralidad y es palabra viva. Y además es un buen  hombre, un buen amigo. Y por esta razón cuando hace unos meses me trajo como regalo dos de sus últimos libross, él que además de poeta es un estupendo narrador, amigo de la naturaleza, andarín como Claudio Rodríguez, y cronista de las tierras segovianas, me alegré mucho y durante este verano los he leído. Los dos libro en cuestión son  Campos de sonetos en rama y Leyendas de María, ambos publicados en la editorial de Pablo Méndez, Ediciones Vitruvio y ambos con afectuosas dedicatorias a mi persona que agradecí en su momento y ahora. 

Campo de sonetos en rama  es, como bien se dice  en la nota editorial, un magnifico elogio del campo, de la naturaleza, por la que este poeta siente verdadera pasión; pero también es una hermosa reflexión sobre el hombre y la poesía. Su voz, humana y personal, siempre es un canto de celebración, de amor a la vida y a la naturaleza. Lean este soneto XXXI donde nos dice:

Soy el escriba que sentado advierte 
el rojo grosellón de la frambuesa 
el sangriento miniado de la fresa
y el estricto temblor que da la muerte.

Cultivo, con urgencia, cada suerte 
como si fuera próxima la huesa,
pues en cada pepita de camuesa,
mi vida se desnuda, entrega y vierte.

                                                    Día y noche acompañan mis trabajos.
                                                    Tierra y cielo disputan mis destajos.
                                                    No hay resquicio a la holganza en este empeño.

                                                   Y por más que escribiendo el tiempo apuro,
                                                    para alcanzar un hábitat seguro,
                                                    sólo sé que es seguro lo que sueño."

A Apuleyo Soto  no le es ajena en poesía ni la métrica clásica ni la tradicional, ambas las maneja con soltura, con ritmo, con musicalidad y se mueve como pez en el agua por ellas, tanto en el soneto como en el romance o en cualquier otra estrofa. Domina todas. (Y cuando quiere, partiendo de estas estructuras ya clásicas, ya tradicionales, nos envía  composiciones sorprendentes en ritmo, en rima y en medidas con los que Apuleyo gusta de juguetear, de darnos una palabra renovada y sorpresiva)

Leyendas de María, demuestra este saber y conocer estos registros versales  y demuestra su soltura su sensibilidad y buen hacer en la llamada poesía tradicional. A manera de pórtico nos dice el autor sobre estos poemas que el titula Leyendas a María: "Estampas de la Virgen en pos de Jesús hasta después de su muerte  y manifestaciones de su vida  que, aunque no se recogieran escritos por los apóstoles, bien pudieran haber sucedido.(…) Mis apuntes canónicos  y apócrifos van, pues, en la línea de esa tradición cristiana, que es otra forma de verdad mantenida y respetada. Creo cada vez más, no en la realidad, sino en la hiper-realidad de las leyendas; arrancan de un mito histórico, que hace de la necesidad virtud, y responden al hambre de conocimientos y sentimientos del espíritu humano”

Decía más arriba que Apuleyo Soto demuestra su enorme soltura escriba lo que escriba y en la modalidad que sea. Como muestra este precioso romance III, que con gran delicadeza nos habla de María, madre de Jesús, y de José  en  estas Leyendas de María:

“Entre las varas de nardo
una sola es verde y fresca.
Quiere el sumo sacerdote 
saber a quien retenérsela,


y por la Puerta Dorada,
el santo José se acerca,
el pecho como una llama,
las manos como una ofrenda:

_Yo no soy digno, Señor,
de esposar a esa doncella.
-El mandato es de Dios mismo,
¡oh varón de Galilea!

Quince años. Ya la Virgen 
abandona el Templo. En ella  
va a hacer su nido de Amor
el Dios de inmensa grandeza.

José también abandona
las sagradas, áureas piedras.
Está al venir el Mesías…
Está la boda dispuesta."

El libro va acompañadode ilustraciones de Diego Coca.


Dos hermosos y diferentes libros ese Campo de sonetos en rama y este Leyendas de María, que Apuleyo Soto Pajares tuvo a bien regalarme y que me han servido este verano, junto con algunos otros, para seguir disfrutando de esta pasión necesaria que es para mí la Poesía.

                                              Manuel L. Azorín


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