miércoles, 9 de septiembre de 2015

Rafael Santos Barba: Un amor posible





 Rafael Santos Barba: Un amor posible
(accésit del Certamen Literario Leopoldo de Luis de Poesía)



En Tetuan el 18 de junio de 2014 tuvo lugar el fallo de la sexta edición del certamen literario Leopoldo de Luis, convocado por el distrito de Tetuán (distrito de Madrid en el que vivió Leopoldo hasta su fallecimiento),  los ganadores en sus dos categorías fueron:  en poesía, La vida misma, de Ricardo Bermejo Álvarez, y en relato La guerra del loco, de Juan Alberto Puyana Domínguez. Los premios están dotados con 1.500 euros y un diploma para cada galardonado.

Los accésit, que es como decir los Premios para el Tema local porque están reservados para autores residentes en el distrito y dotados con una bolsa de 500 euros y diploma, han correspondido al poema:
Un amor posible, firmado por Rafael Santos Barba, y al relato corto Las buenas compañías, del que es autora Gloria Fernández Sánchez
Además de la dotación económica y los diplomas respectivos, los cuatro trabajos galardonados serán publicados conjuntamente en un volumen.

Junto a la concejala Paloma García Romero integraban el tribunal Jorge Urrutia Gómez, hijo de Leopoldo de Luis; el poeta y ex secretario de Estado de Cultura Luis Alberto de Cuenca, además de vocales vecinos del distrito y representantes del Consejo Territorial.


Rafael Santos Barba (Madrid, 1968). Poeta, filólogo y editor, fue el ganador del accésit en la modalidad de poesía con este Un amor posible que, publicado ya,  me envió el autor a finales de enero de este año y que se había “traspapelado” entre libros ya reseñados. Ahora, al encontrarlo de manera casual, además de venir a mi memoria la señera figura de un grandísimo poeta como fue (y es, ahí tenemos su obra para comprobarlo) Leopoldo de Luis y, también, el recuerdo de su amistad y de su afecto pues tanto el poeta como Maruja, su esposa, eran unas bellísimas personas con quienes yo aprendí que la humildad es el principio del camino de la sabiduría. Todavía recuerdo con que cariño y sencillez me regaló su  Obra Poética. Publicada por Visor en dos tomos en 2003, tras concedérsele el Premio Nacional de las Letras. En el Tomo II tan sólo firmó; pero en el Tomo I dejó escrita esta dedicatoria que me llenó de emoción: “Para Manuel López Azorín este resumen en verso y dolor  de la vida de quien le admira y abraza” Por más tiempo que pase nunca olvidaré a este inmenso poeta, hombre lleno de humanidad y sabiduría que es Leopoldo de Luis.

Rafael Santos Barba es autor de Papeles viejos de mañana al anochecer(UNATE Caja-Cantabria, 1995, segundo premio en el “IV Premio de poesía Gerardo Diego”, 1994);  Figuras complementarias del corazón (Ayuntamiento de la Laguna, 1999, “Premio de Poesía Ciudad de la Laguna”, 1998 y Siempre, un poemario que se acerca de hermosa manera al mundo de la infancia,del que ya di cuenta en este blog, y que fue publicado en la Colección Ajonjolí (Hiperión, 2009).


Un amor posible comienza con una cita del Nobel malagueño Vicente Aleixandre que dice: "Vinieras y te fueras dulcemente / de otro camino / a otro camino."
Compuesto por 5 poemas  de factura formal en los que nos encontramos  perfectos endecasílabos mezclados con heptasílabos principalmente ; pero también versos largos a modo de versículos. Versos todos  donde la forma fónica y el significado han sido atendidos con precisión. Digamos que el continente estético  nos muestra su armonía y musicalidad al tiempo que el contenido ético nos ofrece su significación. Dejo aquí  un fragmento del poema 2, unos versos que cantan la ausencia y sueñan  el regreso:

“Mientras tu vuelves
voy a despertar las palabras para que vayan desperezándose;
voy a cuidar su sombra, su perfume;
voy a soplar para ahuecar sus alas anunciándoles el viento
y pedirles que dibujen tu nombre
y todos los rincones de tu espera.
Porque también tú aguardas,
como yo, con mis palabras, aguardo tu silencio:
el íntimo refugio donde poder escucharnos
cuando tú vuelvas.”

Unos versos que cantan la ausencia mientras aprenden la ausencia y sueñan el regreso, mientras cantan esperando cantarle a su venida, esperando entender. Como en este fragmento del poema 4:

“Qué extraño estar buscándote,
qué complicado distinguirte
por detrás de tu sombra,
debajo de tu arena.
Espero a que me vuelvas la mirada
por alcanzar tu nombre al vuelo
y llevarlo a tu casa, luz tranquila.
Sé que merezco la paciencia 
que tan difícilmente me he ganado,
y la voy a invertir
en querer entenderte.”

Y hay, en el recuerdo de un tiempo sucedido,  una especie de mística de la esperanza que arde, como una llama de amor viva, entre el  dolor de la ausencia y en el intento  de alcanzar la comprensión que anda poblada de palabras invisibles a la vez que escucha unos pasos  que ya no volverán a aquella noche.

                                                  Manuel López Azorín

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