jueves, 29 de diciembre de 2016

Rafael Soler: "No eres nadie hasta que te disparan"




Rafael Soler: No eres nadie hasta que te disparan


 


No eres nadie hasta que te disparan, nuevo poemario de Rafael Soler (Valencia, 1947) publicado en Ediciones Vitruvio (Madrid,2016)
Rafael Soler es una especie de Proteus del mar mediterráneo, el que fuera llamado por Homero “anciano hombre del mar”, que cambia de formas (aunque Soler no cambia de fondo), en cada una de sus entregas poéticas: “Y qué buscas tú pelma insolente / hablándonos de aquel que conociste”
Proteico por poeta, novelista, ingeniero, sociólogo y profesor de universidad, este Proteus actual no es cuidador de rebaños pero sí cuidador de lenguajes y si no agita la tierra como su padre putativo Poseidon, agita la poesía “personificando el inconsciente” que decía el psicólogo Carl Jung o. tal vez, conscientemente, como dijo William Wordsworth, porque  “Estamos demasiado inmersos en el mundo”

Soler escribe sobre temas universales: el amor, la muerte... escribe de perdedores y lo hace  con  su estética y su ética,  además de con ironía, humor y emoción. Él mismo ha dicho: “el poeta es una mirada,  es capacidad de asombro, es necesidad.”
Las Pérdidas, los fracasos, Rafael Soler los oculta con sus transformaciones o cambios ofreciéndonos trampantojos, con películas, ahora de cine negro para sugerirnos sin mostrar, la verdadera cara del espejo y, para ello, nos ofrece en este libro varios sujetos poéticos a modo de guión cinematográfico. Un triángulo con acción de novela negra y la puesta en escena de la “chica” Elvira, el “Chico” Martín, el “malo de la película” Abel,  un personaje mudo ya que es el “narrador/Soler” quien nos habla de él en su “cuaderno” y en los dos siguientes apartados.. Un tres en uno para contarnos una película con asesinato (simbólico) incluido y la historia  de un fracaso, vital, que el “narrador” (por más que el triunfo le acompañe), se encarga, en mi opinión, de mostrarnos, en el Epílogo y no.(al menos es la sensación que me produce su lectura), confesión solapada frente a la imagen.
“Y qué buscas tú pelma insolente / hablándonos de aquel que conociste / y era alto de nómina / en sus aciertos transitorio / en su corta victoria diez derrotas./// dónde crees que vas / traducido tu pasmo a seis idiomas / hastiado el corazón” La poesía suele decir más de lo que dice el poeta: ”Asomado a un instante que no es tuyo”; pero el narrador trata de enmascarar la imagen del espejo.
“dónde ingenuo predador de los tinteros / encontrarás tasada voz metro fonema”
Esa imagen que muestra, al hombre objetivo, al poeta con la dosis de vanidad necesaria para observar la realidad en lugar de contemplarse con la subjetiva y falsa mirada de la autocontemplación narcisista. Nos dice: “cómo buscar el cauce que cuida tus harapos / y palpita insolente porque ama”
 Y se fustiga y se flagela con hartura e ironía (y con sinceridad frente al espejo objetivo, en íntima confesión con la imagen) “cómo perder / por una piel de antes / la misma piel de siempre”
Rafael Soler es de los que piensan que reponerse de un fracaso es más fácil que de un éxito, que cada cual lleva consigo su alforja con los aciertos y con los fallos, que tropezar y caer es igual a levantarse y seguir, que la vida es eso ganar y perder, perder y ganar y mientras tanto la aceptación, la búsqueda, la indagación, que el ensayo y el error forman parte del aprendizaje de vivir.
Ya lo dijo en Las cartas que debía: “Vivir es decidir / y todo error es tu grandeza // pues solo cuando llegas / das por cumplido lo vivido”
Dije en este blog, sobre su primer libro Los sitios interiores (1980), que era  la búsqueda de la propia identidad, a través de la reflexión íntima, a modo de viaje interior por un lado y de película con fotogramas con lenguaje que introducía personajes de tebeo. Este poeta, desde el principio, siente la necesidad de mostrarse sin intimas confesionalidades haciéndonos creer ficción una realidad trastocada en poesía con, como dije antes, trampantojo. “por un regocijo / este semblante roedor de prohibiciones / en el negocio abominable de los versos”
Rafael Soler, primero por la izquierda en la presentación de Sonetos y otros poemas de Antonio Gala (Eirene Editorial), con  Carmina Casala, J.Alvaro Gómez, Manuel Rico, Manuel López Azorín, Mª Consuelo Altable, Isabel Delgado  y
detrás (de izqda a dcha), Rafa Mora, Moncho Otero Jualu Mora y Sesi García.
Rafael Soler comenzó su labor creativa en los 80 y se hablo de ella “como una de las más interesantes de la nueva literatura española”. Luego con aquel largo silencio se dedicó – como él dijo– a  “bibir con b” es decir a “beber con los que viven”.
Volvió Rafael Soler, tras un prolongado silencio  con Maneras de volver:  “yo estaba en mi camino sentado con la tarde / y tú pasaste”. Y regresó con una realidad poética embellecida y disfrazada de "caústica  realidad imaginada":  “mintió quien te decía / que una laringe narradora / hace corto el luto y amable la memoria”
Maneras de volver (2009) me pareció (y así lo escribí entonces, también en este blog) que es como la película de un viaje, iniciado en Los sitios interiores(1980) (…) Y en tanto que viaja, con la memoria y con el sueño, nos muestra su yo, a veces desdoblado, con imaginación o con realidad, como en el espejo donde podemos ver el desencanto de quien, a través del viaje y de las experiencias vitales, ha madurado en el desencanto de este vivir provisional que trata de aferrarse a lo que permanece tras la provisionalidad del viaje interior que vive, fotograma a fotograma de la película, de nuevo con la certeza y la duda.
Todo en aparente ficción, en realidad imaginada, pero que era, pienso yo, una realidad trastocada en realidad poética: “mentirá el cielo en su estupor / mentirán los pechos resonantes / mentirán las dulces ligaduras”

Luego, en Las cartas que debía se nos dualizó o desdobló como remitente y destinatario, con unos poemas donde jugaba a ser uno y diverso, es decir él y nosotros al tiempo. Poemas dirigidos a personajes aparentemente ficticios para contar y cantar, desde su yo al nosotros, su realidad y sus sueños: “y esa  tristeza de la ropa”
Su siguiente poemario Ácido almíbar, era (y es en mi opinión) un libro intenso y brillante  que nos mostraba una personalísima voz sutil, desconcertante, irónica… Sus poemas nos ofrecen asombro y nos muestra en ellos su visión de la vida,  su gozo y su crudeza. Ácido almíbar  es una excelente y honda reflexión sobre la vida desde el nacer al morir porque "la vida siempre nos ofrece una cosa y lo contrario". Y todo ello contado desde la metafísica del alma que es la poesía: “pero es preciso indagar / es preciso indagar” seguir caminando hacia "donde habita  el olvido", indagando siempre.
Rafael Soler suele ofrecernos en sus poemarios la certeza y la duda, la ironía y el escepticismo, la caducidad y lo intemporal entremezclado, tal vez en cada libro con tono diferente o ciertos matices diferentes pero sin faltar la ironía ni la indagación constante en el tratamiento expresivo.
Este narrador abatido frente al espejo, el que se siente perdedor y se maltrata y se busca, en la vida y en el verso sintiendo que es necesario indagar, para no acabar  sin fruto, seguir para dejar la palabra en el tiempo solo así da su fruto / el vientre estéril de lo eterno.”

Soler y José Maria Merino que ejerció de presentador 

Rafael Soler, con cinco poemarios, además de su narrativa,  ha conseguido situarse en un destacado lugar del panorama poético hispanohablante. No hay más que acudir a sus presentaciones que, abarrotadas de poetas y amigos de la poesía, esperamos expectantes lo que nos vaya a contar el presentador José María Merino sobre el autor y el libro que viene a presentar y expectantes por lo que nos vaya a decir Rafael Soler y los poemas que nos vaya a leer. Así sucedió en Madrid durante la presentación de  No eres nadie hasta que te disparan en  el salón de la Asociación de la Prensa. Yo estuve allí y doy fe de ello.
A mí particularmente me han llamado la atención dos poemas (me han gustado muchos, pero especialmente estos):"Asomado a un instante que no es tuyo" y "Aviso a navegantes". Del primero ya he dado cuenta en esta reseña. Os dejo el segundo. Algunos poetas, en muchas ocasiones, hacen de la  ficción una realidad lírica y otros enmascaran la realidad en una ficción lírica. El caso de Rafel Soler pudiera ser: "había dos mitades / dos formas de pensar que fuimos uno"
AVISO A NAVEGANTES

El lugar de los hechos
no es todavía el lugar de los hechos
ta calma noche transparente
tan grillo atareado en su colina

el verdugo
es un árbol que disfruta su baño lunar
mostrando al oscuro las enaguas

el cómplice
apenas lluvia que cumple a martillazos
su papel de lavandera

el arma del crimen
no es quien lo díría el arma de este crimen
es un  teléfono con vocación de soga
que en la guantera suena

la víctima
un triste a dos manos que disfruta
con un grillo un volante
y con las curvas.


                                                 Manuel López Azorín


No hay comentarios: