Jesús
Aparicio González: Huellas de Gorrión
(Antología poética 2002-2017)
Nacido en Brihuega
(Guadalajara-España) en 1961, Jesús
Aparicio González es licenciado en psicología por la UNED. Tiene unos doce
libros de poemas publicados.
(
La antología Huellas de gorrión.(Ars poética. Oviedo, 2017), recoge ahora una selección de sus siete últimos libros publicados: Con distinta agua, premio «Villa de Aranda» Aranda de Duero, 2002; El sueño del león, Diputación de Guadalajara, 2005; Las cuartillas de un náufrago, Ediciones Vitruvio, 2008; La papelera de Pessoa / La luz sobre el almendro, editorial Libros del Aire, Madrid, 2012; La paciencia de Sísifo, editorial Libros del Aire, Madrid, 2014; y Arqueología de un milagro, Ruleta Rusa Ediciones, Madrid, 2017.
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La antología Huellas de gorrión.(Ars poética. Oviedo, 2017), recoge ahora una selección de sus siete últimos libros publicados: Con distinta agua, premio «Villa de Aranda» Aranda de Duero, 2002; El sueño del león, Diputación de Guadalajara, 2005; Las cuartillas de un náufrago, Ediciones Vitruvio, 2008; La papelera de Pessoa / La luz sobre el almendro, editorial Libros del Aire, Madrid, 2012; La paciencia de Sísifo, editorial Libros del Aire, Madrid, 2014; y Arqueología de un milagro, Ruleta Rusa Ediciones, Madrid, 2017.
De la selección incluida en este Huellas de gorrión, cuatro son los
libros que yo he leído de Jesús Aparicio González (Libros que ya reseñé en este blog):
La papelera de Pessoa, un poemario introspectivo. Palabras de vigilia donde
el dubitativo sujeto poético va en busca de la verdad o de su verdad y lo hace
contemplándose en el espejo más íntimo y más sincero, el de la soledad.
La luz sobre el almendro me recordó un paisaje sensorial y mediterráneo al
tiempo que evocador, una voz reflexiva hablando de la fugacidad con palabras
luminosas e imaginativas.
La paciencia de Sísifo: poemas de lenguaje, de poesía y sobre poesía además de
sobre las cosas más pequeñas, cotidianas en la que a poco que se
advierta, suelen encontrarse las más grandes, las cosas más hondas, más
profundas envueltas en la levedad de lo aparentemente sencillo.
Y Arqueología
de un milagro que es como el milagro de la vida, y que son las cosas
más cotidianas, pequeñas. Sentir que en ellas está la almendra de este vivir
nuestro. Ese es el milagro, sencillo, sin aspavientos, con palabras claras,
sugerentes, sencillas palabras que, a poco que reparemos en ellas, nos
ofrecerán lo mejor de la vida, su luz verdadera.
Hace unos años
ya escribía yo: “Los poetas de luz siempre están vivos / ofreciendo el destello
en sus palabras, / mostrando entre su luz/ –en el fulgor de su camino –/ la vida toda, / la claridad más honda, / en lo
visible alumbra lo invisible.” Y Jesús
Aparicio González me parece que es un poeta de luz.
En el prólogo de la
antología Huellas de gorrión,
escrito por el periodista, poeta y profesor universitario asturiano José Manuel Suarez, nos dice que
la poesía de Jesús Aparicio la ve
desde tres perspectivas: “desde fuera, hacia dentro y desde dentro”. Tres modos
complementarios de ver su obra, buscando un acercamiento cada vez más íntimo de
su más propio ser. El ser de un poeta del que nos cuenta que no está en el
centro, que “está en la periferia aunque cree que el centro algunas veces se
halla en la periferia, centro sin fuerza de atracción(que es el poder) pero con
luz propia (que es la verdad)”
Jesús Aparicio es, para mí, esté donde esté, poeta de luz, el poeta de las cosas
pequeñas, las más importantes, el poeta que intenta cazar poesía-mariposas- y se
siente el niño que no sabe, que no puede:”Le esquivan como versos a un poeta /
que no acierta a nombrar qué le da vida:”
Pero “la poética está en lo que se canta” y es que la poesía “es
luz e ilumina cuando quiere a quien
quiere/ porque sabe muy bien a quien es
necesaria.”
Para Jesús Aparicio González la poesía es el solo que acompaña. “Un amigo que
camina a tu lado en silencio. / Ignora lo que fuiste, no persigue al que serás.
/// Se hace lluvia cuando siente sed, / hierba silvestre si te vence el
sueño./// Sabe que las palabras no traicionan / y ensaya a cada paso esa mirada
/ que no espera recompensa / de luces imposibles.”
Si no se tiene la luz de
la poesía, si ésta no te la ofrece, por más que se empeñe el poeta en encontrarla, no podrá porque sin esa luz, “las palabras, oscuras, desvanecen.”
Por ello Jesús Aparicio, y todo poeta que sea de
luz, anda buscando siempre, en el milagro inexplicable que es la poesía, esa “Luz que al despertar / ha engendrado la
llama, / aire que mantiene / y aviva las palabras / que eternas permanecen
/fluyendo como el agua / y que en la tierra siembran / silencios que son almas.
/// Polvo de las estrellas /que el poema levantan:”
Huellas
de gorrión me parece
una antología de luz y de vuelo. El vuelo de las pequeñas cosas, de las
verdaderas, el vuelo de la grandeza del poeta que no aspira a nada porque nada
espera. El vuelo, en fin, de Jesús, del humilde gorrión que nos deja su huella en la luz de a palabra..
Manuel
López Azorín
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