Este estudio del doctor
Jesús Riosalido sobre
El cancionero de Uppsala (escrito, y publicado por la
Fundación Al -Aissiya, en español y en árabe, en Kuwait, con la ayuda – según consta al inicio de éste que va acompañado de un facsímil del
Cancionero – del profesor
Sabah al-Rayess, amante de la música, a quien va dedicado), nos muestra, tal y como figura en el faccsímil, canciones (villancicos) de diversos autores, para dos, tres, cuatro o cinco voces, publicadas de nuevo según la notación musical general, y que se tocan al órgano, y a otros instrumentos musicales.
Para
Jesús Riosalido, el secreto literario de este
Cancionero está en que es un trasunto de la cultura árabe y morisca, no sólo en cuanto al paramento exterior, sino en cuanto a buena parte de sus contenidos. Esa es la razón de este estudio sobre
El cancionero de UppsalaSegún nos cuenta
Jesús Riosalido, el Emperador
Carlos V encuentra en 1521 a D.
Fernando Duque de Calabria, preso en el castillo de Játiva. Liberado el Duque, éste apoya al Emperador y recibe en premio, junto con la mano de doña
Germana de Foix, el virreinato de Valencia. Doña
Germana triste, tras sus años de matrimonio con
Fernando el Católico, quiere desquitarse con fiestas y saraos al lado de su nuevo esposo el
Duque de Calabria. Así pues organizaron fiestas y dieron a su corte fama de alegre y culta. Allí acudieron famosos poetas y músicos para ofrecer sus versos y canciones.
Pasó el tiempo y los
Duques de Calabria conservaron los textos y la música y el maestro impresor
Jerónimo Scoto, en 1556. publicó en Venecia, un pequeño volumen con 54 canciones y villancicos procedentes de la Corte del Virreinato de Valencia, es decir procedente de lo que conservaron los
Duques de Calabria.
El descubrimiento posterior en Uppsala (de ahí que sea llamado así este
Cancionero), se debe a un diplomático español destinado en Estocolmo, Suecia, cuyo nombre era
Rafael Mitjana, encontró un extraño incunable en la Universidad de Uppsala, que se había publicado en Venecia en 1556, y que contiene un ramillete de canciones, zéjeles y muwassahas utilizados en la Corte de la Reina
Germana de Foix cuando ésta era esposa del virrey de Valencia.
Mitjana estudió el libro y lo llamó
El cancionero de Uppsala.
El volumen no tardó en hacerse famoso, y de él se ocuparon grandes personalidades españolas de la música y la literatura, quienes convinieron en que el libro debía considerarse la principal prueba del origen árabe con el que se distinguían la literatura y la música española durante los siglos del renacimiento europeo. Hay diversos estudios sobre este libro, pero se concentran más bien en el lado europeo de los zéjeles y de sus
nawbas mientras que esta edición del doctor
Jesús Riosalido pretende descubrir los aspectos árabes de las canciones y de su música y es por ello un instrumento imprescindible si se quiere estudiar la Historia de los árabes en España.
Según nos cuenta
Jesús Riosalido, (diplomático de carrera como
Mitjana, además de poeta, narrador, ensayista, dramaturgo y arabista), los amantes del volumen descubierto por
Rafael Mitjana, los maridos, la noche, el mismo paisaje, no son típicos del mundo renacentista europeo (…) Hay algo en todo ello de medieval, de islámico o morisco, y también de hebreo, aunque – reitera
Jesús Riosalido– tal afirmación no implica que
El Cancionero de Uppsala,
per se, sea un trasunto del Islam. Por otra parte
Samuel Sterm,
Julián Ribera, Dámaso Alonso, José Manuel Blecua, Emilio García Gómez y
Leopoldo Querol, con una especial referencia al aspecto musical del Cancionero, han dejado sobradamente demostrado el origen árabe que, en cuanto a la métrica y a la composición, tiene el famoso libro.
Jesús Riosalido nos habla en este estudio de las diferentes canciones para establecer el origen árabe que, en cuanto a la métrica, la composición e incluso el campo semántico utilizado, tiene
El Cancionero de Upssala.El zéjel (según nos dice el DRAE), es una composición estrófica de la métrica popular de los moros españoles, se compone de una estrofilla inicial temática, o estribillo, y de un número variable de estrofas compuestas de tres versos monorrimos seguidos de otro verso de rima constante igual a la del estribillo. En su forma más típica, consiste en un estribillo de dos versos, al que siguen otros tres monorrimos (mudanza) y un cuarto verso (vuelta) que rima con el estribillo, anunciando su repetición.
Cantado por un coro y un solista,el zéjel era una forma muy popular en al-Ándalus , se cantaba acompañado de laúd, flautas, tambor, y castañuelas o adufes (una especie de pandero introducido por los árabes en la península). Tuvo una gran repercusión en todo el mundo árabe de la época, según reseña el historiador
Ibn Galib, y mucho éxito en los reinos cristianos, que pagaban altas retribuciones a los juglares moros. El más típico cancionero escrito en forma de zéjeles es el de
Abû Bakr ibn Abdul-Malik ibn Quzmân, más conocido simplemente por
Ben Quzman, poeta cordobés del siglo XII.
En origen el zéjel (Estrofa derivada de la muwassaha; sus respectivas formas estróficas son “fundamentalmente análogas” según
Menéndez Pidal), fue un género poético de la poesía mozárabe, desarrollada en forma de canción en la Andalucía árabe, luego fue cultivado por poetas hebreos, castellanos y europeos. En al-Ándalus, estaban escritos en árabe dialectal o árabe andalusí y, a menudo, con palabras y expresiones en romance, muestra tal del bilingüismo existentede en al-Ándalus.Igualmente, muchas cantigas gallego-portuguesas y los villancicos castellanos, así como algunos rondeles franceses y otros poemas provenzales e italianos, tienen forma de zéjel o se asemejan.
Si se compara la idea central del zéjel: a-b c- c-c-b ( o como en el ejemplo que más abajo pongo: a-a-b-b-b-a-a ) con las canciones de este
Cancionero se puede observar que muchas de ellas o de los son fácilmente reducibles a zéjeles, auténticos o modificados, en los que basta quitar o añadir un verso para que lo sean del todo. La idea de
markaz, o estribillo, la del trístico monorrimo más o menos enmascarado, y la del
simt o vuelta está presente en todas ellas, sobrepuesta a los pareados, y es suficiente una mínima variación para reconocer en ellas zéjeles con ligeras alteraciones formales.
Un claro ejemplo de lo que nos dice
Jesús Riosalido lo podemos ver en la canción nº
51 como zéjel:
Si amores me han de matar
agora tienen lugar.
Agora que estoy penado,
en lugar bien empleado,
si pluguiese a mi cuidado
que me pudiese acabar.
Agora tiene lugar.
La luna, así como los ojos, son elementos básicos de la lírica árabe y en la canción XXVII vemos que dice:
Ay luna que reluzes / Toda la noche m’ alumbres. Y
Riosalido establece paralelismos de estos versos con poetas árabes como
Ibn Suhayd, Ibn Sara e
ibn Al-Mu’tazz.Igualmente la canción XXVIII , con sus alusiones a las tres mocicas, que lavan sus camisas, recuerda inevitablemente, a las tres Morillas, zéjel recogido por
Federico García Lorca, por
Torner, con lo que la tradición del tema de las tres doncellas , y su paso de la cultura musulmana a la cristiana, parece suficientemente probado.
Para concluir os dejo la canción nº
25 que es un ejemplo, como dice
Jesús Riosalido, de ser facilmente reducible a zéjel si se le quita algún que otro verso.
Ojos garzos ha la niña,
¿quién los enamoraría?
Son tan lindos y tan vivos
que a todos tienen cautivos,
y sólo la vista dellos
me ha robado los sentidos.
Y los hace tan esquivos
Que roban el alegría.
¿Quién los enamoraría?
Del
Cancionero de Uppsala
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