martes, 25 de julio de 2023

Marta Marco Alario: " Mujeres de boca g rande que saben ser bosque"

 


Marta Marco Alario:


Mujeres de boca grande que saben ser bosque es el nuevo libro de Marta Marco Alario (Huerga &Fierro,2023)

He leído que Marta Marco Alario (Guadalajara, 1979) con 14 años descubre su amor por la Literatura y con 15 por la docencia, gracias a los magníficos profesores que le dieron clase en el IES Antonio Buero Vallejo.


Se licenció en el año 2002 en Filología Hispánica en la Universidad Complutense de Madrid y comenzó un Doctorado en Literatura Hispanoamericana que no concluyó porque decidió embarcarse de lleno en la aventura de opositar al Cuerpo de Profesores de Educación Secundaria de la Comunidad de Madrid por la especialidad de Lengua Castellana y Literatura..

Desde 2004 trabaja como profesora de Lengua Castellana y Literatura en distintos colegios e institutos de la Comunidad de Madrid y de Guadalajara.

 

Marta en el centro  a su izquierda Sagrario Fierro a su derecha
durante la presentación del libro,

 

Como poeta ha publicado El libro de los estorninos. (Aache ediciones. Guadalajara, 2017), con un prólogo de la profesora y poeta Marisa Peña fue su primer poemario, con versos de muy buena ejecución, los versos de una mujer inquieta, alegre y de ahora.

 

Colaboró en la “II Bacanal Poética.” VVAA. Págs. 19-20. Camarma de Esteruelas

 

El poemario Las flores y el yelmo  (Huerga y Fierro,2019) es un homenaje que Marta Marco Alario le hace a la poeta Angela Figuera Aymerich y se identifica, reivindicándose, como ya dije en su día en este blog,  con los postulados de esta poeta feminista y del desarraigo, en este libro de Las flores y el yelmo.

 

Marta es una mujer que aparentemente parece frágil, delicada, porque es delgada y menuda y resulta que es toda ternura pero  de una gran fortaleza, una mujer combativa. defensora de la cultura , de los valores humanos , defensora de la poesía  y una luchadora tenaz  en pro de la mujer. 

En 2019 colaboró en “Versos a medianoche. Poetas de Guadalajara. 2018”, VVAA, (págs. 91-97), Ayuntamiento de Guadalajara y Patronato de Cultura.

 



Y ahora Mujeres de boca grande que saben ser bosque es un homenaje que Marta Marco Alario hace a las mujeres que viven, o han vivido, dejando huella en esta docente,  escritora y poeta que reivindica de manera total  a las mujeres no a gritos sino con la palabra escrita, hecha poema. El libro está dedicado así : “A las mujeres de mi vida” Su editora Sagrario Fierro dice que :”Es una forma tierna de luchar desde la palabra.”

Si en el libro anterior se miró en Angela Figuera Aymerich en este nuevo parece mirar a tres mujeres también poetas: Alejandra Pizarnik, Juana de Ibarbourou y Alfonsina Storni. Y con sus citas en los diferentes poemas  y los poemas que nos escribe conforma ese gran  bosque : secuoyas, encinas, saucos, ailantos, avellanos, robles, castaños, cedros, acacias, Arces, cipreses, tilos, almendros, pinos,etc.  en fin todo un gran bosque que sabe ser mujer porque:

 

Hay mujeres que tienen la boca muy grande

y el miedo cada vez más pequeño.

Que pisan con fuerza   

con pasos inaudibles.

Mujeres mortales 

que duermen con un ojo abierto


y la sonrisa por si acaso.

Mujeres que permanecen 

porque saben que pueden marcharse.

Hay mujeres que se derraman en abismos de pasado 

y que escriben la historia de las que aún no saben que van a nacer.

Hay mujeres de boca grande  

y risa gastada

que escuchan tambores de guerra

y mientras sus ojos se atrincheran,

sus caderas bailan en la retaguardia.

 

Hay mujeres de boca grande  

que saben ser bosque.

 

 

El lenguaje de Marta Marco Alario es claro, cotidiano, existencial y solidario; intenta que su mensaje llegue a la mayoría y además de claro, como lo conoce bien, con él, reivindica su condición de mujer en nombre de todas las mujeres.  

 


 

 

Marta Marco Alario, en cuanto a narrativa, ha publicado:Heredarás esparto y otros relatos. (Aache ediciones. Guadalajara,2018)

 

Marta ha obtenido ya unos cuantos premios literarios por su narrativa: su ensayo Tengo 17 años fue segundo premio “Ciudad de Guadalajara” 1997.
Ese mismo año fue  tercer premio de la revista Retama, por el relato Sangre de cebolla.

Finalista en  2017, con el microrrelato La Olivetti del abuelo, del premio de microrrelatos “Otoño e invierno III” convocado por la editorial Diversidad Literaria.

Es autora, también, de un prólogo al libro de Valentin MartínPaliques y palomas  (Lastura Ediciones)

 

                    Manuel López Azorín

 



 

 

 


Milagros López: "AULA"

 

Milagros López: AULA





Milagros López ha publicado un nuevo poemario Aula  (Editorial Tigres de Papel, 2023) Va con un prólogo de Dionisio Garcia  que nos dice: “Milagros López ha sabido penetrar en las edades y crear belleza a través de Aula, libro bien entramado y sugerente.Aula recoge el despertar de otra época”.

Un discípulo sin nombre abre este Aula al que le siguen dos importantes y aclaratorias citas. Una es de “poema al maestro” de Gabriel Celaya que dice así:  “Soñar que cuando un día / esté durmiendo nuestra propia barca, / en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada”

La otra es del poema “Brindis” de Gerardo Diegoque nos dice : ”Pero un día tendré un discípulo, / un verdadero discípulo, / y moldearé su alma de y le haré hacerse nuevo y distinto, / distinto de mi y de todos: él mismo.

Una cita muy precisa que hace Milagros López, del poema “Brindis” de Gerardo Diego, el poeta que pasó toda su carrera en institutos. Recuerdo hace ya años, que una vez hablando con su hija  Elena diego, me comentaba, en relación a este poema, que su padre soñaba con llega a tener  ese alumno  que se habrá hecho a sí mismo con la ayuda del poeta-profesor. Y este sueño parece ser el sueño de Milagros López. Porque este es un libro sobre alumnos creciendo y conviviendo con alegrías y preocupaciones, entre encuentros y desencuentros que van y vienen cada día mientras se desarrollan el adolescente de la ESO y el joven del Bachillerato.



Francisco Javier Diez de Revenga, catedrático emérito de Literatura Española de la Universidad de Murcia, gran crítico literario y conocedor de la poesía del 27 nos dice en relación al libro Aula de Milagros López:Milagros ha querido representar en sus versos, en sus composiciones ,existencias que han transmitido historias en las que realidades psicológicas, intelectuales, éticas, reivindicativas, incluso sociales, entre inmigración y rechazo, entre discriminaciones y miserias, han condicionado existencias en la confluencia de la enseñanza secundaria de hoy.  Aunque también, entre los nombres, surgen proyectos, anhelos, ansiedades y esperanzas de futuro, porque cada criatura evocada es un mundo y lo que interesa ahora es el propósito de superar adversidades y construir un camino” (…)



Milagros López “en este poemario ha abordado una experiencia nueva y muy compleja.  A través de sus poemas ha volcado su trayectoria y su vida de profesora, de activa docente, que ha compartido, con muchos de sus alumnos, la severidad de sus problemas, desde la inadaptación a la integración migratoria, desde los problemas de autoestima a la lucha por una vocación latente, desde la marginación familiar y las limitaciones psíquicas  y sociales a la búsqueda vacilante e insegura de caminos de futuro.”





Cada poema de Aula está titulado con el nombre de un/a estudiante. El poema nos da cuenta de alumno/a y al tiempo que nos habla de la persona concreta, lo universaliza. Pero además  Milagros López  reivindica  una nueva enseñanza, de ahí su lucha por los alumno/as y por el método para que encuentre un camino que les lleve  a conseguir sus metas. Con relación a esta profesora-poeta, vuelvo a la crítica que Francisco Javier Diez de Revenga ha escrito sobre Aula  porque  con esta palabras define y alaba no solo la trayectoria de Milagros  sino este proyecto que es al tiempo que de enseñanza, de acertada poesía. Así nos dice Diez de Revenga:

Milagros en este libro tan original y excepcional en el ámbito de la actual poesía española. Son todas las historias en su conjunto, y cada una de ellas, con su propio argumento, las que construyen un universo poético evidentemente seductor.

Solo una escritora de la sensibilidad de Milagros López era capaz de conseguirlo y este libro  bien lo demuestra de principio a fin

Y yo no puedo estar más de acuerdo con Revenga que ha sabido ver la importancia del proyecto y el hondo sentir poético de Milagros López

                         Manuel López Azorín


domingo, 23 de julio de 2023

Rafael Soler, Dos novelas de la transición: "El grito" y "El corazón del lobo".

 


Rafael Soler: Dos novelas de la transición: El grito y El corazón del lobo. 



Las novelas El grito (1979) y El corazón del lobo (1981), publicadas por Rafael Soler (Valencia 1947) en los años de la Transición, se publican juntas ahora (Ediciones Contrabando, Valencia, 2023), con un intenso y extenso prólogo de la escritora profesora e investigadora  Elvire Gómez-Vidal Bernard en el que nos dice:

“Estas dos novelas de Rafael Soler, El grito (1979) y El corazón del lobo (1982), que nacen y se enmarcan en un tiempo particular, suscitan emociones y reflexiones muy semejantes en el lector. Cautivado por las dos tramas, a la vez sencillas (aparentemente sencillas) y profundas, experimenta un proceso de identificación con las situaciones que viven los personajes. En los dos casos, se trata de una ruptura amorosa que también es cuestionamiento de un orden establecido.”



Sobre el principio de la escritura de El grito nos ha dicho Rafael Soler en una entrevista que le hizo el escritor, profesor e investigador Alejandro López Pomares en la que Rafael  nos dice: “Recuerdo una insensata mezcla de euforia y plenitud, sensaciones muy propias en quien ha peleado mucho y considera que ya ha llegado a un sitio, “El grito” cerraba una etapa de casi cinco años de tanteos, si por tales se entienden cinco novelas que se quedaron en un cajón, cada una algo mejor que la anterior, pero todas con sus puntos de fuga, sus párrafos mal hilvanados y diálogos que apuntaban maneras y poco más. Hasta que cuajé en apenas un mes “El grito”, y supe, insensato osado, que era el momento, que aquellas cien páginas funcionaban y eran lo mejor que yo podía dar como contador de historias, bien leídos Cortázar, Juan Rulfo, madre mía Juan Rulfo, Manuel Puig y Delibes, entre otros maestros.”

Rafael Soler quería ser escritor con apenas 13 años: “yo quería ser escritor, desde crío.”  

Y cuando El grito ganó la Primera Bienal de Literatura de Ámbito Literario envió un ejemplar a Miguel Delibes y éste le respondió: Amigo Soler, enhorabuena por su novela “El grito”, que tan amablemente me envió y he leído con mucha atención. Siga escribiendo así, con total libertad. Fue en el año 1980 y con las palabras y el abrazo de don Miguel Delibes en el bolsillo, por primera vez se sintió escritor.



 Con relación a su novela El corazón del lobo nos dice:  “El corazón del lobo”, también una novela corta pero con mucho más tiempo de cochura, ganaría dos años después el premio Cáceres, con un jurado presidido por don Ricardo Senabre. El novel ya no era tan novel y estaba, como diría un castizo, lanzado.”

Ambas obras son novelas de la transición porque se escribieron en esa época, época en que se desarrollas  las aventuras de los personajes de ambas novelas.

En este sentido vuelvo al prólogo de Elvire Gómez-Vidal Bernard  que nos dice: “Sabemos que “la Transición” no sólo fue un momento histórico de delicados y decisivos cambios políticos, sino que también constituyó un tiempo de evoluciones en cuanto a las costumbres y a los comportamientos, en cuanto al sexo, a la familia, a la religión, evoluciones que tuvieron repercusiones tanto en la vida cotidiana de los españoles como en la literatura y el cine, en las artes de manera general.”



Aquellas dos novelas recibieron más de una palmada en sus espaldas, propinadas, nos dice Soler,  por compañeros como José María Merino y Eduardo Mendicutti  y:  “fueron años de ilusión y desafíos, mucha lectura y el mundo por montera. Porque así debe ser: escribes para respirar, para conocerte y reconocerte, casi nada, y todo ese proceso, intenso, lleno de vacilaciones, de pequeños y grandes fracasos, culmina, si alguna vez culmina, en un texto que ya sale en busca de su lector”

Y en estas salidas de un texto en busca de lector Rafael Soler se encontró con lectores que además eran autores  de los que nos cuenta las siguientes anécdotas: Primera: “Don Manuel Andújar, regresado ya de su exilio mexicano, aceptó acompañarme en la presentación de “El grito” en la Asociación de Prensa de Madrid. (…) Antes de comenzar el acto, me comentó discretamente “Rafael, no me equivoco si le digo que esta novela suya hay mucho alcohol”, refiriéndose claro está a ciertas páginas del libro, y dándome así pie para replicar, ya ocupando nuestros asientos, “ni se lo imagina, don Manuel, fue escrita en compañía de una frasca de ginebra, que rellenaba cada noche mi esposa”. Y era verdad.”

Segunda: “A don Ricardo Senabre le gustó mucho, mucho, “El corazón del lobo”, y por propia iniciativa y de forma muy generosa escribió a Gustavo Domínguez, director de la Colección Novela Cátedra, indicándole que bien podría entrar en su catálogo mi próxima novela, de la que nada sabía, como nada sabía yo de su mediación.”

 Cierto tiempo después y teniendo acabada su novela El sueño de Torba, Cátedra le pidió incorporarla su colección de Cátedra.


Y de nuevo regreso al prólogo de Elvire Gómez-Vidal Bernard en el que nos cuenta: “A la vez se queda uno admirado por las proezas técnicas de la narrativa del autor, proezas que no desazonan al lector, pues producen de hecho una adhesión mayor al relato. La habilidad de Soler es tan sutil que, gracias a ella, dominamos con fruición los cambios de perspectiva, los retrocesos en el tiempo, el avance de las peripecias de los personajes. El entrelazamiento de múltiples voces, que podría desembocar en algarabía, viene a descansar en una rigurosa estructuración gracias a la cual el lector no se extravía en ningún momento.” y yo suscribo estas certeras palabras.



En definitiva Rafael Soler escribió dos novelas de amor, con la amenaza de perderlo, que mueven a sus protagonistas masculinos  a tratar de reconquistar de nuevo ese amor perdido. Dos novelas escritas  en un periodo temporal de muchos cambios con un lenguaje audaz y atrevido, propio también de su poesía que por aquel tiempo era obra de un solo poemario Los sitios interiores  (libro finalista del Premio Adonais, publicado por Ediciones Rialp en 1980). Poesía a la que regresó de nuevo  en la primera década del siglo XXI  con un excelente título y una poesía  singularmente propia: Maneras de volver. (Ediciones Vitruvio, 2009). El resto hasta ahora, creo haberlo reseñado en este blog con sus siguientes novelas y poemarios y si no todo , el lector puede encontrar bastante información sobre este escritor y poeta  que siempre sorprende por su magnifico modo de escribir tanto narrativa como poesía. 

                        Manuel López Azorín


jueves, 20 de julio de 2023

Pedro López Martinez: "Luz en la nada"

 


Pedro López Martinez: Luz en la nada



Pedro López Martínez (Moratalla, 1967. Murcia), es profesor de Literatura en el IES Mariano Baquero de Murcia y ha publicado  un nuevo poemario Luz en la nada (Editorial Renacimiento, 2023)

Luz en la nada.es un poemario que tiene todo lo que, en mi opinión, tiene que tener la poesía (ya lo he dicho muchas veces y nunca me canso de repetirlo), ritmo y emoción. Emoción porque  leyendo este libro de lenguaje poético de hondura, pero con la serenidad, la sobriedad y la contención del ascético que sabe que todo pude ser peor o seguir igual porque la vida se valora mientras se vive y el autor nos canta la alegría de estar vivo, de vivir el instante porque el ayer es ido  el mañana no llega; pero sabemos que tiene un final y no tiene sentido rebelarse, no asumir que irremediablemente la luz de este nuestro vivir acabara en la sombra de la nada.

Leyendo a Pedro López he recordado a mi querido Pepe Hierro en su poema “Vida” que incluyó como final en su último libro “Cuaderno de Nueva York” (1998). Él me regaló este poema en diciembre de 1992, después de escribir varias versiones y darlo por concluido con ésta, os dejo el primer cuarteto del poema:

 

“Después de todo, todo ha sido nada  /a pesar de que un día lo fue todo./ Después de nada, o después de todo /  supe que todo no era más que nada”

José Hierro

 



En el poema de inicio de  este Luz en la nada nos dice Pedro López :

 

Las nubes, los proyectos, / la delicada forma que los dedos esculpen,/ la vasija trizada y el olvido./ Ya nos está diciendo que todo lo que hace el hombre /  termina en el olvido, en la nada.

 

y continua en el poema diciéndonos:

Aunque los hombres lloren / el tiempo que perdieron, y apresuren / el tiempo que ambicionan y derrochan,/ vivir tan solo es esto:/// cobrar de cada instante su certeza.

 

De modo que la certeza de cada instante es lo único “todo” que vivimos,

                     “Después de todo, todo ha sido nada 

                     a pesar de que un día lo fue todo”

 


En el poema “Para entonces” (pag 17)  el poeta se recrea en rememorar la nostalgia de un tiempo sucedido:

 

“y querrás regresar, / volver a ver los mínimos detalles de su magia,/    perpetrar su victoria en un poema,/ lo que en tu pecho late, lo que evocas,/ sin torpes simulacros ni impostura,

guirnalda de palabras que conjure el olvido,”

                   “Después de nada, o después de todo 

                   supe que todo no era más que nada”

 

Esto es solo retener el presente de un instante preciso, revivirlo en la materia de los sueños, tal vez sublimado pues la memoria navega en libertad por los recuerdos, a veces, muchas, pagaríamos por tener, por atrapar el tiempo, la infancia, la juventud, atraparlas para siempre con nosotros; pero la luz se oscurece  y, como la luna “llena”, (pag 23)  mengua hacia la nada cuando llega al mar, al olvido.

Puntual como el destino, / invariable, cercana./ Esta luna de siempre / ha esperado milenios / la mirada de un hombre/ que es eterno en su luz / para morir después./// Esta luna es tu instante /  la tregua de tu nada.

 


Al leer Luz en la nada  he sentido que el poeta, el sujeto poético, ascético él, asume su destino inevitable y vive y disfruta el momento, el intante;  pero al tiempo me da la impresión de que siente sensación de fracaso porque el tiempo y el espacio se diluyen en la nada y curiosamente, a pesar de esa sensación de fracaso, o de impotencia, parece que le sirve de consuelo en su canto de estar vivo..

 

(Siempre puede haber algo peor, parece decirnos el asceta. Tal vez en el todo sí, pero no en la nada. Lo cierto es que el sujeto poético de este Luz en la nada anda seguro de sus certezas y de inevitable olvido  cuando la vida llegue al mar  Manriqueño.

 

“ (Era ilusión lo que creía todo

y que en definitiva era la nada).”

 

Pero en su cantar, mientras llega esa “nada” , con serenidad, vive con plenitud ese instante  que es la vida.

 


Pedro López Martinez, tiene también publicados los libros Imágenes de archivo (1993), El otoño de los tristes (1995), Necedarius, viceversas, etc. (1999) y, también en Renacimiento, Libro ciudad (2006; XXIII Premio de Poesía Vicente Gaos), así como el volumen de relatos La sonrisa del ahorcado (2013).

De todos estos libro solo conozco el poemario Libro ciudad y el libro de relatos La sonrisa del ahorcado. De ambos di cuenta en este blog y concretamente de Libro ciudad decía yo: es una ciudad o muchas ciudades con un "lorca sin brazos llorando aun entre  razas y  generaciones y mariposas disecadas/ perdido aún entre la multitud newyorkina que vomita y aplaude y no te encuentra". 

Me interesó en su momento y me interesó por su libertad en el verso ( un conjunto de versículos aunque también decasílabos y endecasílabos, sin puntuación alguna y plenos de ritmo y musicalidad, una poesía expresionista con irracionalismo o si se quiere de surrealismo meditado) y por su temática: la visión de un hombre que contempla la ciudad y la ve que “es una especie de mapa de fracasos y nos muestra a “un hombre que se desangra” frente a los casos de todo tipo que le ha deparado mientras sus pasos han recorrido su laberinto.

Francisco Javier Diez de Revenga  que es  catedrático emérito de Literatura Española de la Universidad de Murcia y un gran conocedor y crítico de la poesía del 27, de Miguel Hernández, de los poetas de los años cuarenta, etc. ha escrito sobre  Luz en la nada: “Sin duda hallamos en este libro de poemas encuentros que no han de sorprender al lector porque están escritos desde la madurez y desde la serenidad de la emoción vitalista que define todas sus composiciones” (…) “Poesía elevada por su originalidad constructiva, por su innovación temática y sobre todo por haber logrado forjar un estilo personal y propio”



En este Luz en la nada, nos ofrece Pedro López ahora, un poemario en el que predominan el endecasílabo y el heptasílabo además de buen ritmo y una emoción de desnuda sinceridad en sus versos, claros y precisos. Y me gusta porque cuando leo un poema  necesito que tenga verdad, que sea auténtico y en este libro he encontrado poesía verdadera. Pedro López cose poemas con puntadas  certeras o mejor dicho, va hilvanado las palabras  y cuando considera que son versos los cose  con puntadas de sinceridad. Al menos así me lo parece a mí.

Cuando uno es poeta, cuando escribe, no es por una u otra decisión  sino por necesidad, por destino y en ese destino está la necesidad de querer y ser querido, la necesidad de quedar tras el olvido,( tras esa nada que nos llega con el fina), en el papel escrito por un tiempo, al menos por un tiempo, aquel en que nos recuerden. El poeta, en el fondo, quiere cruzar ese puente de la esperanza, llegar a ese túnel de luz donde se abraza lo vivido, donde “persiste lo vivido”: poema final SÉ (pag, 60)

Aunque el olvido fije /  su plazo inexorable /  y el destino corrija / nuestra vana soberbia,/  sé que en algún lugar/ persiste lo vivido.

 

                           Manuel López Azorín

miércoles, 19 de julio de 2023

Ezequías Blanco: "Islandia 2004"

 


 

Ezequías Blanco: Islandia 2004

Ezequías Blanco (Paladinos del valle, 1952, Zamora) nos llega con una novela Islandi, 2004 (Hierga & Fierro, Madrid,2023) Ezequías Blanco ha ejercido como catedrático de lengua y literatura  en varios Institutos. Tambie fue director durante 30 años de la revista Cuadernos del Matemático, que creó una grandísima labor de divulgación general ,tanto de prosa como de poesía, magnifica y que todos los que fuimos escribiendo en ella la recordaremos siempre.

Ha publicado once libros de poemas (de dos de sus últimos poemarios puedes encontrar reseñas en este blog). También ha cultivado la prosa en tres libros de relatos y tres novelas. Igualmente es autor de dos ediciones críticas: una de Las aventuras de Pinocho, de Carlo Collodi y otra de Diálogos de amor de León Hebreo.

Ha dedicado, y sigue en ello, gran parte de su vida a la literatura.

Ojo al parche: El libro está dedicado: a los mustios, a los descoloridos a los gayoleros a los afligidos a los ofensores y a los ofendidos (puntos suspensivos)Y yo no sé en que lugar ubicarme.

 

Islandia 2004  es una novela , para mi sorprendente, bienhumorada, que reivindica una serie de personajes de una ciudad periférica y nos habla de ellos  como personajes de pueblo que fueron llegando a la ciudad y que andan  por un lado como excluidos y por otro como en periodo de asimilación periférica. Yo me encuentro en estas fechas veraniegas en lo que yo llamo el Campo.sierra al nordeste de Madrid y os puedo asegurar que bajo la sombra de los árboles  he leído esta novela y me he divertido haciéndolo, de modo que comienzo diciéndoos que es Islandia 2004 , una lectura absolutamente recomendable con la que os vais a reír y también os va hacer pensar. Una novela coral,  repleta de humor que construye una realidad de ficción

Ezequías nos ofrece en ella ingenio, por su originalidad  y nos ofrece al tiempo que mucha hilaridad, una dosis de lirismo y además una novela humanista. 

Con un prólogo del escritor, traductor y crítico  literario Manuel Moya Escobar en el que entre otras muchas y sabrosas cosas nos dice: “La Islandia 2004 es una provincia donde las cosas ocurren en una mezcla de instinto, chapuza y azar, donde todos los personajes se definen por una vida banal, de barrio periférico y menesterosa, en el que abundan los puntos oscuros y las relaciones peligrosas (y venturosas) , y donde el rock urbano y sus tribus se abren paso con naturalidad, colonizando espacios, dibujando un territorio que está a medias entre el campo y la urbe, porque sus habitantes, muchos de ellos llegados de lejanas y camperas provincias parecen pertenecer a una especie de limbo espacial, pues aunque tengan a tiro Madrid, no están todavía en Madrid sino en sus alrededores.(…) Una novela en definitiva que, dada la saludable confianza que instiga en el lector, a través de un humor mucho más corrosivo de lo que parece, nos coloca ante el espejo de nosotros mismos, una de las constantes de la buena literatura y por ende, de la obra de Ezequías Blanco.”

 

Ezequías Blanco ha escrito  partiendo del Gran Hermano de Orwell.

“Un prejubilado sometido a una operación de inteligencia artificial, es enviado por su Estado a cumplir una misión de espionaje a Islandia.”

“Pero sucede que algo falla y en lugar de Islandia llega a  la periferia de Madrid y en concreto a Getafilandia, en esta ciudad se dedica a grabar unas cintas de vídeo para que un transcriptor traslade las imágenes a palabras.”

Filólogo, poeta y escritor Ezequías Blanco es un tipo amable, observador  y seducido por la palabra, de ahí que se dedique, supongo que por la necesidad de crear algo que a uno mismo le sorprende y también de escribir para saber y sabernos y para ello se decanta por la poesía y el relato principalmente y tanto en poesía como relato nos habla de la vida, de la existencia y lo hace, en Islandia 2004, al tiempo que nos ofrece pasajes desternillantes en una especie de parodia de la sociedad de esa ciudad periférica en la que se encuentra grabando el prejubilado que no fue a Islandia, por vaya usted a saber que fallo, y llego a "Getafilandia."

Novela coral que, nos hace cómplices a golpes de risa y de amistad, de sus crónicas. El humor es una forma inteligente de escribir, que no todos sabemor, y que tan bien escribe Ezequías Blanco. Y este humor  se encuentra  en toda la novela. Una novela  con surrealismo y filosofía…  Una radiografía de unas gentes de la periferia  con historias de mucha vida.

 

Y todo ello se desarrolla con el gran  humor que Ezequías Blanco, el escritor zamorano de Paladinos del Valle, es decir de pueblo también, sabe emplear para dar vida a lo que nos cuenta.

Este libro repito, tiene mucho de humor limpio, noble y también algo corrosivo, es en ocasiones berlangariano, o de Azcona y a veces resulta algo esperpéntico.

Con todo esto y una dosis reflexiva  Ezequías Blanco  nos lleva a disfrutar mientras pensamos de una parte de sociedad que es una caricatura de la ciudad periférica y de sus personajes de ficción.

Leedla, os la recomiendo, yo me he divertido mucho haciéndolo y además, también me ha hecho pensar, y contemplando la naturaleza en el sosiego y la tranquilidad del Campo-sierra he disfrutado con su lectura.

 

                         Manuel López Azorín

 

 

 

 

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