Francisco Jiménez Carretero: Para que todo sea.
Francisco
Jiménez Carretero (Barrax, Albacete),ha obtenido el XII
Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística con su libro titulado Para
que todo sea (Fundación Fernando Rielo, 2023) viene acompañado de una
introducción o prólogo del poeta y crítico literario José Luis Morante. Un
libro de poesía mística que en palabras del crítico “En su fluir , dialogan el
verso pensativo, la luz tamizada de la autobiografía y la convivencia con una
realidad trascendida, que desvela las
limitaciones del ser y la necesidad del ideal”
(…) “Mientras el latido vital se derrama alrededor, atestiguando
su condición finita, el tiempo deja frente “a la puerta de goznes inefables”.
Hay que dar sentido al tránsito, buscar la luz de alguna inagotable amanecida.
Este afán de altura convierte en labor la expansión del ser hacia lo divino.
Dios es caridad y amor, el tránsito solidario que pone en cada mano panes y
peces, para que las aspiraciones no se apaguen. Para que alcancen eternidad
gozosa los sueños del mañana. Más allá de lo visible aguarda abierta una casa
encendida, para que todo sea.”
El libro está dividido en un introito y cuatro secciones
o apartados y está dedicado “A todos los que de alguna manera creen en algo a
pesar de todo”
El introito titulado “Oscuro deslumbre” inicia este
volumen en el que lo místico y lo ascético donde echando la vista atrás, a lo
precedido, recordamos, porque siguen vivos, a Teresa de Jesús y San Juan de la
Cruz así como a Fray Luis de León dejándonos una magnifica herencia literaria y
una luz espiritual que trasciende.
OSCURO DESLUMBRE (Fragmento)
Tal vez mañana si despierto
de este oscuro deslumbre
que aún tiene el rumor de la impaciencia,
los dedos de mi pecho y a plena luz del día,
alcancen a tocar la cumbre
del ansiado destino
que Tú, Señor, propones
cuando ya nunca quede noche apenas.
“AQUELLAS OTRAS VOCES” es el primer apartado y en el
nos habla de la soledad interior:
DONDE EL SILENCI FLOTA (Fragmento)
Así esta, de esperanza y luz, herido
mi corazón con tu ardoroso dardo
de ilesa claridad y ardiente lumbre.
Llama de amor perenne,
gozosa y derramada en la anchura del mundo
surtiendo de agua viva por efímeras nubes
resecos manantiales de mi vida.
El segundo apartado que titula LA VIDA TRANSPARENTE.
El autor camina por el estado purgativo con la
experiencia personal el abandono de compromisos y desea llegar al iluminativo y con la
perfección rítmica y métrica de soneto
se sincera: CELEBRACIÓN
Setenta años robándole a la vida
la luz de los crepúsculos. Compleja
manera de vivir que hoy se refleja
en las alas del tiempo florecida.
Setenta años tomando la medida
a cada hora que vivo, me acompleja,
no me sale la cuenta de la vieja
ni regreso a mi punto de partida.
Siete décadas ya de estar en medio,
a veces la alegría, otras el tedio
miden mi anochecer hasta la aurora.
Me siento el devenir de un tiempo breve,
pero mi corazón, Señor, se atreve
a esperar que amanezca a cualquier hora.
TOCAR EL CIELO es el tercer apartado, sección en la
que amanece y el estado iluminativo “toca el cielo” y rememora al San Juan de
la Cruz en el poema AL AIRE DE TU VUELO con unas liras: (Fragmento)
Era verde el color
del trigo sobre el surco hacia la grana,
de esperanzado amor
lucía la mañana
bajo un cielo de luz y porcelana.
Jazmín de luna llena
desde el cielo a la tierra llega alado,
¡ángel de yerbabuena!
del Dios crucificado
obséquiame su amor sacramentado.
UBI CARITAS ET AMOR es la cuarta y última sección o
apartado en la que se pregunta: ¿Dónde
está la caridad y el amor?
Y regresa al soneto donde Dios es caridad y amor y en
Él se alcanza la amanecida la luz.
NOVU PRAECEPTUM
Bien sé, Señor, lo mucho que Tú me amas
y nos amas a todos sin mesura.
Esto en ti es mandamiento que perdura
y cima de un Tabor de ardientes llamas.
La caridad vivida que proclamas
con labios que confirman la ternura
y la pasión que pones, voz segura,
cuando te elevas siempre y te derramas.
Yo voy, Señor, de sordo por la vida
y de ciego también,– no es poca herida
buscarte
como siempre en lo escondido– ,
sin reparar apenas que a mi lado
hay manos que me gritan un bocado
y en ellos estás Tú, pobre y tullido.
El poema que cierra el libro y que es el que le da título, un título que pertenece a parte de unos versos de Dionisia García que dicen: “porque Dios es / y está aquí para que todo sea”
Concluyo con un fragmento de este poema que es una reflexión del autor a la espera del sueño unitivo.:
PARA QUEV TODO SEA
Conviene abrirse al mundo, al paso de la vida,
demoliendo los muros que acotan los anhelos
y habitar el presente liberando paisajes
donde se hagan eternos los sueños del mañana.
Porque Dios está, ahí,
en la presteza de un abrazo
que explosiona de amor cuando el silencio grita
y en el nacer sencillo de las horas
con su sedoso y azulado
cielo a flor de piel.
Francisco Jiménez Carretero es Maestro de Enseñanza Primaria y Licenciado en Humanidades por la Universidad de Castilla-La Mancha. Forma parte del grupo literario Alcandora. Su poesía figura en diversas antologías del género.
Tiene publicados numerosos
poemarios, muchos de ellos fueron premiados en distintos certámenes poéticos a
lo largo de toda la geografía española, entre ellos: Con la Tierra de por medio (Col.
Cervantino), Veinte Oraciones de Amor y una Canción de Esperanza, Aún se forjan
navajas..., Plaquette: El Lenguaje del acero, Más allá del instante, Cuántas veces seremos el Otoño,
galardonado con el I Premio Elías López Roldán. Espacio interior, XVIII Premio
Aurelio Guirao de Cieza (Murcia), y Y no te vi, Señor, y estabas,
Finalista del XXXVI Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística, o Las horas
sin dueño, Premio Internacional Alcap de Poesía.
Además de los citados premios,
Jiménez Carretero es Gran Comendador de la Orden Literaria FRANCISCO
DE QUEVEDO de Infantes (Ciudad Real)
Manuel López Azorín