jueves, 31 de mayo de 2012

Eladio Cabañero: El poeta albañil de Tomelloso




Memoria poética


Eladio Cabañero:: El poeta albañil de Tomelloso




A principios de 1991 pasé por la Subdirección General de Estudios, Documentación y Publicaciones del Ministerio de Cultura para ver a Eladio Cabañero. El Colectivo Helicón de poesía y relato, del que fui presidente durante sus catorce años de actividad, había decidido sacar una revista de creación poética y quería hacer una entrevista al poeta albañil de Tomelloso. Un año antes, más o menos, se le había rendido un homenaje en el que intervinieron, entre otros, poetas como José Hierro, Félix Grande, Carlos Sahagún, Rafael Morales y Claudio Rodríguez. Subí a la primera planta, que era su lugar de trabajo en aquellos años, hablamos de la futura revista, el proyecto pareció gustarle mucho y fijamos fecha para una entrevista que llevaríamos a cabo más adelante.


Yo quería que fuese Eladio Cabañero el que iniciase esta revista porque era un poeta hecho a sí mismo, autodidacta, como las cinco personas que iniciamos en 1986-87 el proyecto Helicón. Por otra parte Eladio era una persona muy accesible, alguien que no "cerraba su puerta con la fea costumbre de la indiferencia, o el clasismo" (no digo todos pero algunos si lo practican) precisamente porque él, como nosotros, sabía muy bien de dónde venía.




Cuando hicimos la entrevista todo fue entusiasmo; pero lo cierto es que después se trocó en gran decepción y no precisamente por culpa de Eladio Cabañero sino porque el proyecto "Revista de creación poética" se desvaneció. Todo estaba preparado, la revista lista, cuando la Entidad que nos iba a ayudar con el cincuenta por ciento de su coste (el resto saldría de Helicón y de otra pequeña empresa que apoyaba la idea) dio marcha atrás y nos comunicó que no nos ayudaría. De modo que aquella entrevista que hice a Eladio Cabañero se quedó sin ver la luz porque tras varios intentos por conseguir que nos ayudasen, finalmente, no pudo ser. Cuando pasado el verano le comuniqué a Eladio lo sucedido le salió la rabia y gruñó como nunca le había visto gruñir, pero no al Helicón y su proyecto de revista sino a quienes abandonaron la idea de ayudarnos en la creación de ella. Años más tarde nos reíamos de aquella entrevista y de su NO publicación porque, aunque tras este intento fallido de revista, conseguimos luego sacar dos números de los Cuadernos de poesía La música de la palabra, aquello, mucho más modesto y sólo con poemas, no me pareció lugar apropiado para publicarla.


Como en su día no se difundió lo hago aquí ahora y “cuelgo” aquella charla con Eladio Cabañero sobre él, su poesía, la poesía… que concluye con un poema entonces inédito que había escrito para el poeta-pintor Diego Jesús Jiménez y que, al año siguiente, 1992, se publicó en la antología Señal de amor que preparó, con un texto introductorio, el poeta y crítico Manuel Rico editada en Ediciones Libertarias. Esta fue su primera y única antología ya que la recopilación de 1971, que le dio el Premio de la Crítica, lo fue de su obra.
Observareis en esta entrevista que no tuteo a Eladio Cabañero al hacerle las preguntas. Lo cierto es que cuando la hicimos convenimos en hacerlo así para que, cuando se publicase, pareciera más seria, rigurosa. Pero antes de ella, unos datos de este poeta manchego que aprendió de memoria los poemas de grandes poetas recitándolos en el Paseo de Recoletos junto a sus amigos Carlos Sahagún y Félix Grande.


Foto: Eladio Cabañero con su buen amigo edl poeta Carlos Sahagún y la mujer de Carlos, Marisa en 1989-90.


Eladio Cabañero (Tomelloso1930-Madrid 2000) tan sólo fue a la escuela durante dos semanas. Nacido en Tomelloso, provincia de Ciudad Real, un 6 de diciembre. Su padre, que era fotógrafo y maestro, había sido militante socialista y presidente de la Casa del Pueblo. Fue fusilado tras la guerra civil, en 1940. Eladio trabajó en el campo desde los nueve hasta los catorce años. Sobre aquellos años nos dejó escrito: Fue aquella vida falsa paz con hambre / ametrallada paz, desvalimiento/ de niños que sufrieron con nosotros. / Agobiadoramente sucedíanse / los días con bombillas que se apagan / sobre la mesa familiar sin padres,/ sin amor, sin ayuda, sin sol nunca / en aquel cielo sucio que cubría / de anocheceres largos nuestro pueblo. Tras el campo, trabajó como aprendiz de albañil primero y después como oficial hasta que en 1956, con la ayuda de unos amigos, se trasladó a Madrid.


Cuatro poemarios le sirvieron al poeta de Tomelloso para darse a conocer y alcanzar reconocimiento. Publicó su primer libro Desde el sol y la anchura (1956), con ayuda del ayuntamiento de Tomelloso. En 1958, obtuvo el accésit al premio Adonais con su libro Una señal de amor. en 1961 la Editorial Taurus publica Recordatorio. En 1963 recibió el Premio Nacional de Literatura por Marisa Sabia y otros poemas.


Francisco Ribes lo incluyó en la antología Poesía última, 1963. En ella también aparecen poemas de Claudio Rodríguez, Ángel González, José Ángel Valente y Carlos Sahagún, todos ellos conforman el grupo poético que se dio a conocer en la década de 1950-1960, como la llamada generación del cincuenta.


Igualmente José Batlló lo incluyó en su Antología de la nueva poesía española, El Bardo, 1968 Y por último, en 1971, con la publicación de una recopilación de su obra Poesía 1956-1970, obtiene el Premio de la Crítica.



Dibujo de Eladio Cabañero relizado por Jesús Muñoz y grabado por Dimitri.

ENTREVISTA CON ELADIO CABAÑERO (Inédita hasta hoy)


1.- ¿Cuando comienza a escribir Eladio Cabañero?
– Comienza bastante tarde. Creo que hacia 1954, siendo ya oficial de albañil y con escasas lecturas. Escribía para contarme mi vida, a salto de mata, a veces en el campo o en los tejados.


2.- ¿Fue arduo el camino hasta la primera publicación?
– No. Sorprendentemente, no. Mi primer libro “Desde el sol y la anchura”, me lo pidió Concha Lagos para su colección “Agora” cuando ya lo tenía comprometido con el Ayuntamiento de Tomelloso.


3.- ¿Se dessarrolla socialmente en los ambientes de tertulia?
–Siempre. Cuando llegué a Madrid en 1956, ya para quedarme, me hice asiduo de la tertulia de “Agora” y de la del café Gijón. En las dos me traté con grandes poetas que contribuyeron mucho a mi formación. Pero mi primera tertulia la tuve en Tomelloso con Francisco García Pavón, Félix Grande, Juan José Villena, el pintor Antonio López García y muchos tomelloseros más. Mi primer maestro en realidad , fue todo el pueblo de Tomelloso.


4.- ¿Qué importancia le concede a los recitales de poesía?
– Por lo menos una importancia testimonial. Suelen ser casi siempre los mismos asistentes, pero las lecturas de poesía sirven para mejorar lo que uno escribe.


5.- ¿Se dedicó en algún momento de su vida exclusivamente al trabajo literario?
– Una ocupación literaria exclusiva, profesional, la he tenido desde que me vine a Madrid. Por lo menos he trabajado en torno a la cultura y la literatura, por ejemplo en el Servicio Nacional de Lectura en la Biblioteca Nacional, la Editorial Taurus, mi trabajo de redactor jefe en la revista o como redactor de “Información Cultural”


6.- ¿De qué tipo es la evolución que ha notado en su obra a través de los años?
– Creo que yo he evolucionado poco. Acaso haya perdido entusiasmo a cambio de una mayor exigencia y responsabilidad. A la hora de escribir la responsabilidad excesiva puede levar al silencio.

Foto: Eladio Cabañero con José Hierro.


7.- ¿Cuándo le llegó a su obra el reconocimiento por parte de la opinión pública?
– La opinión pública, en mi caso como en tantos otros, queda reducida a un grupo minoritario de lectores del género, a los poetas y sus seguidores. No puedo saber, por lo tanto, cuándo ni en que grado me ha llegado, a mí como a mi obra, ese reconocimiento por parte del público; por parte de la crítica de poseía su reconocimiento me llegó en el año 1971 cuando un grupo de ellos concedió el Premio de la Crítica a mi obra poética reunida.


8.- ¿Tiene referencias sobre cómo está considerado el poeta a nivel europeo, americano?
–Del mundo árabe sí tengo favorables referencias: allí el poeta – públicamente – está muy altamente considerado. De Europa y América apenas tengo noticias pero me temo que para un sector muy amplio de estas sociedades el poeta sea un señor raro y poco de fiar.


9.- ¿Por qué la poesía rimada parece encontrarse desfasada en la actualidad?
– Supongo que esto es para asediar con más libertad de expresión a la poesía. Pero la buena poesía rimada siempre estará en auge. Ahora se vuelve a la rima por parte de muchos de sus denostadores. Lo ideal, como muchos grandes poetas hacen, es alternar –para cada caso – el verso libre y el de sílabas contadas y con rima.

10.- ¿Es la poesía un genero arcaico?
– Malos tiempos corres para la lírica, dicen por ahí. Pero no es necesario ser ningún profeta para decir que la poesía nunca será un género literario arcaico, desfasado, mientras exista literatura, porque es la matriz de los géneros literarios.


11.- ¿Qué opinión le merece el asociacionismo en escritores noveles?
–Que es una forma solidaria de unión para que el joven aficionado a escribir pueda llegar a desarrollar su vocación. Una necesidad en estos tiempos y un arma para que los escritores noveles se defiendan colectivamente. En resumen el asociacionismo es un bien para la literatura.




12.- ¿Qué piensa de los premios literarios?
– Pienso que los Premios literarios son buenos, menos buenos o simplemente malos. La positiva razón de ser de los premios consiste en descubrir y estimular al escritor joven, en sus comienzos, y en reconocer la valía de la obra del escritor viejo o mayor, aunque sea al final de su vida. Todo lo demás puede considerarse irrelevante.


13.- ¿Hacia dónde camina el universo poético?
–Parece que, dicho muy a grandes rasgos, hoy camina hacia una poesía intimista.


14.- ¿Qué está escribiendo en la actualidad Eladio Cabañero?
– Una especie de prólogo para mi primera antología poética, que daré en Ediciones Libertarias, Apolo mediante, si soy capaz de escribirlo y ellos de publicármela. De escribir poemas nada, acaso algún encargo.


15.- Cite un poeta de moda.
– José Hierro. Pero es un gran poeta aunque hoy esté de moda.


16.- Cite tres poetas de siempre
– San Juan de la Cruz, Quevedo y Antonio Machado. Y que el viejo dios Apolo me sepa perdonar tantas y tan obligadas omisiones.

17.- A su juicio ¿Cuál fue la generación poética del éxito?
– La generación del 27



18.- ¿Qué es un poeta?
– Un buscador de palabras duraderas y enriquecedoras y, como dijo ramón Gómez de la Serna del escritor, un mártir que sangra por la mano derecha. También – sin ponernos estupendos – un señor que, además, escribe.


19.- El último novel fue un poeta ¿Cuándo lo será otro?
– Cuando lo quiera el dichoso dios Apolo y pete a los señores de la Academia sueca.


20.- ¿Se dan contactos entre los poetas reconocidos y los jóvenes que comienzan?
– Los contactos entre los poetas consagrados y los jóvenes que comienzan puede que todavía no se den demasiado, pero sería bueno que se produjeran.

21.- ¿Cree que la poesía salvará al hombre como dicen Sábato, Octavio Paz y usted mismo en un soneto al libro Cantos de vida y esperanza ?
– El día soñado en que el poder de la poesía trascienda del todo y dejara de ser utópico, la utopía más bella, y llegara a ser una salvadora realidad. Una realidad-milagro, un cumplido acto de fe del hombre en el hombre solidariamente unidos por la poesía en total, real comunión. Una felicidad nueva, un porvenir consumado, una vividura de justicia y amor completo. Interminable esperanza cabal la utopía consumada.


22.- Además de – según la mitología - situar Hesiodo las musas en el monte Helicón y de hacer que brotara de los cascos de Pegaso la fuente Hipocrene ¿Dónde se encuentra para Eladio Cabañero la fuente de la inspiración?
– La inspiración es como el ser de los filósofos; todos intuimos lo que es pero nadie sabe, con exactitud, donde se encuentra.


23.- Eladio Cabañero es una persona accesible ¿Piensa que todos los poetas “consagrados” lo son?
– Todo es conforme y según. A lo mejor es que los verdaderamente consagrados están hasta el cuello de gloria, de trabajo y de compromisos sociales. Dentro de los límites que el tiempo impone, creo que muchos consagrados , cosa que por el momento yo no soy, atrancan la puerta de su casa con la fea cruz de la avaricia; por ventura, algunos de ellos,no la atrancan.


y 24.- Por último, unos versos –nuevos – suyos, por favor.
– Ahí van estos versos – nuevos – escritos por encargo , dedicados al poeta-pintor Diego Jesús Jiménez con motivo de su primera exposición.

FANAL DE UVA DORMIDA
Oigo cantar tus cuadros, Diego Jesús Jiménez.
Miro tu poesía y escucho tu pintura.
Color. Calor. Paisaje. Oreo de palabras.
Lienzo hablado. Pincel. Luz elevándose.
Poesía y verdad de tu pintura:
Amor, temblor, fanal de uva dormido.





Eladio Cabañero falleció en julio del año 2000. Era un poeta buscador de palabras duraderas, enriquecedoras.(aunque llevara ya mucho tiempo sin publicar y escribiendo sólo circunstancialmente) Era también un poeta que soñaba con la utopía hecha realidad, con actos de fe del hombre por el hombre unidos en solidaridad a través de la poesía. Era un generoso gruñón que mostraba como defensiva actitud, la espada del no y, al tiempo, te ofrecía, clara la mirada a través de los gruesos cristales de sus gafas, y la mano de la colaboración con entusiasmo. Tanto es así que años más tarde le propuse hacer una lectura suya en Tertulisa de Autor de Helicón (él, que llevaba más de veinte años sin dar ninguna lectura y sól escribía algún poema que otro por "encargo" como solía decir, accedió finalmente a venir de Autor invitado junto a su mujer, la poeta Eduarda Moro. Fue una inolvidable Tertulia, pero eso queda para otra ocasión y otra entrada en este blog de este humanisimo y gran poeta de Tomelloso)


De este poeta dijo el crítico Florencio Martínez Ruiz: Poeta de ternura no aprendida, de corte agreste y espontáneo, Eladio Cabañero traía un olor a campo y a autenticidad en sus versos…
También el periodista y escritor Juan Pedro Quiñonero: La obra de Eladio, en su pureza magistral, olía a tierra y pan recién salido del horno, con la bondad de las palabras dichas por los hombres buenos en el buen sentido de la palabra.
Eladio Cabañero le dio a la poesía española la gran riqueza del vocabulario manchego y un tono meditativo, de reflexión.
Nos dijo Manuel Rico en las palabras de introducción de la antología Señal de amor : tono en el que creo advertir especialmente a partir de Una señal de amor(1961) las huellas del Machado filósofo, del Unamuno poeta – tan distantes y distintos sin embargo – y de Fray Luis de León.



jueves, 24 de mayo de 2012

Jesús del Real Amado: Solaz de caricias, un elegíaco canto al amor

Jesús del Real Amado: Solaz de caricias




Recibo el libro de un autor desconocido para mí Jesús del Real Amado y con el libro 22 poemas sueltos que, supongo, formarán parte de un próximo libro que, seguramente, andará preparando. Como suelo hacer casi siempre, leo algunos poemas, primero sin orden y, luego, vuelvo sobre el libro que se titula Solaz de caricias (editado por el autor en Madrid el año 2007 e ilustrado tanto la portada como el interior con unos dibujos del escultor José Luis Sánchez, nacido en Almansa en 1926, artista de prestigio internacional, de larga y extensa trayectoria que en 1987 fue elegido académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid)

 Comienzo una lectura ya más detenida sobre este poemario de amor (según palabras del autor Solaz de Caricias reúne siete años de poemas de un solo sentido, el amor), un amor, presente desde el primer al último poema, repleto de todo lo que se contiene en él: pasión, deseo y ausencia, alegría y dolor: Piel plena de cicatrices de ausentes besos, / te despliegas radiante entre caricias / te encoges sustrayéndote al tiempo.


Inasibles fuerzas como imanes: el abrazo atrapado queda / ante la gravedad de tu atracción desolado queda / ante el dolor de tu separaciónPoemas, todo ellos, que van en una única dirección: el amor. Un amor elegiaco, es decir el canto de la pérdida, a veces con pasión y deseo, a veces con el dolor de la ausencia, a veces con la plenitud y alegría en el recuerdo. Un amor que se convierte en desgarrado canto o en canto ardoroso donde el pensamiento se consume y se hunde o crepita ardorosamente y se eleva. Qué reguero dejas / que todo lo invade / que todo lo llena. (…) Pensar y verte / o / pensar en verte / no me hace falta / que estés delante / para mirarte.

Jesús del Real Amado






Dibujo de Jose Luis Sánchez


Un amor que se apaga o se enciende en función del impulso amoroso del deseo y de su destino, transformado, hecho página aquí, para convertirse plenamente en descanso o recreo del espíritu, en Solaz de caricias: Estrecharé tu arena / como tu pelo inunda mis dedos/ sumergido en sus aguas / inmerso en tu sexo. (…) Dejar en tus labios / las poesías arrancadas, / en tus senos / aquellas nunca dichas, / y en tu vientre escribir / la última línea / y se yo el punto final. o caer en la desolación y el dolor de la ausencia. Del abismo, espasmos / del eco, gritos / del sudor, piel. /// De ti, mi recuerdo / de ti, el aliento / de volverte a ver. (…) Estoy aprendiendo a mirarte de nuevo, / a despojar los párpados de esa ausencia / laboriosa que los zurce cada amanecer. Desolación por el amor ido, neo-romanticismo poético donde se refleja el dolor de la ausencia y el sentido deseo de lo que ya no se tiene.


Jesús del Real Amado (Valverde del Majano, Segovia, 1962), es Doctor en Historia del Arte con la tesis titulada Ut Pictura Kynesis. Relaciones entre pintura y cine. La tesis fue dirigida por el profesor Francisco Calvo Serraller. El autor de Solaz de caricias, libro bien editado y bien ilustrado, aunque constituido en dos secciones donde la primera da título al libro y la segunda titulada Sueltos me parezca a mí un único y unitario poema; pero con la carencia de índice, pienso yo, que se echa en falta.


Dibujo de José Luis Sánchez

El amor, como temática en cualquier género literario, siempre ha estado en primera línea. Es difícil encontrar, como bien dice Jesús del Real Amado, poetas ausentes del amor porque, según él, y no anda exento de razón, el amor activa el mundo y la poesía con él.


Siguiendo, el lema horaciano Ut Pictura Poesis (La Epístola a los Pisones del poeta Horacio, más conocida como Ars poetica, que ha venido a ser uno de los sostenes del clasicismo en la literatura ensalzando los modelos griegos como maestros y proporcionando consejos técnicos a los poetas noveles)


Con aquel verso de Horacio: ut pictura poesis (como la pintura así es la poesía) Jesús del Real Amado conformó en parte la tesis doctoral referida a la pintura y el cine por él realizada y después continuó con aquella Poesis para  transformarla en una cierta poética.


He leído con mucha atención los 22 poemas sueltos que me envió  además del  libro Solaz de caricias y en 11 de esos poemas, persiste en la temática amor, no ya en tono de elegía, de canto de lo perdido, sino de caricia encendida, pasión, deseo, espera, anhelo, ensoñación:


Apareció como acaso aparecen los fulgores de la tarde, sorprendiendo / iluminando la incipiente noche, como esas estrellas que orientan / que te hacen navegar en pleno asfalto saltando cualquier obstáculo / como en los mapas donde se deslizan los dedos / hacia un punto que siempre se llama deseo.


Tú, mi mapamundi de recorridos / en tu llegada estará mi destino / en ti, mis manos adivinan esos lugares / donde siempre desean ir mis sentidos.


Dibujo de José Luis Sanchez

Pero para el sujeto poético de estos sueltos poemas que sueña y anhela y espera en el sueño de soñar a la mujer amada existe también  una Temblorosa inminencia del amanecer (o de la realidad que nos presenta el día) y la ciudad se desvela inmensa sala de espera, y también desvela reflexión en una poesía de tono existencial (de desarraigo que llamaban en los años cuarenta, poesía de la realidad que nos circunda que se podría decir hoy) para decirnos: La gente espera… / en la cola de los autobuses, o / dentro de ese estruendoso metro / la gente espera. / Esperan…/ aunque del asfalto sólo asome la tardanza / e inquietud, de la raíz de la tierra.

Esperan la llegada del vagón, / por esperar, acaso, / un brote que surgiera / en la fijada ruta / donde alzamos el cierre / y abre nuestro personal bazar de compraventa. (…) La gente espera / el amparo de los sueños (…) Y el afán de los sueños se limita / a caer rendido ante la almohada de la noche / sometida la ilusión a porcentajes. / Aún así hay un mínimo silencio / inmediato al decreto de bullicio / donde la conciencia del habla no es evidente / y la mirada, intacta de luz, / aguardan, ambas, del amanecer / un prodigio, revelador del día.


La vida sigue y hay que asirse a la esperanza y a los sueños para soportar las inmensas salas de espera de ésta. Tal vez por eso, queriendo establecer unión Horaciana entre poesía y pintura reclama que: Y cuando vengas, tráete / esos lápices de colores / con que alegras las calles: / que si azul el aire / verdes los portales / o buzones amarillos. / Trae el rojo con el que / se apasionan las rosas / al fin de la tarde, índigo / y en la salida de los astros / carga las tintas / en su color brillo.



Un poeta en fin, Jesús del Real Amado, desconocido para mí (hay tantos poetas desconocidos que merecen ser leídos…) y que, desde ahora prometo seguir su pista y leer lo que vaya publicando.








lunes, 14 de mayo de 2012

Jacob Lorenzo: La señal









Jacob Lorenzo: La señal




Jacob Lorenzo Sánchez (Cabra, Córdoba, 1982), ha sido el ganador del VIII Premio Nacional de Poesía Joven Félix Grande, convocado por la Universidad Popular José Hierro del Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes, Madrid, con el libro titulado La señal. El premio y la publicación del libro en la Colección Literaria de la Universidad Popular José Hierro, le fue entregado el pasado 21 de marzo, Día mundial de la Poesía.



Durante el acto de entrega, en el que participaron la concejala de Cultura Mar Escudero, Luis Alberto de Cuenca (que forma parte del jurado junto con Ignacio Elguero y Amalia Iglesias), y Félix Grande, ejerció de presentadora del acto de entrega del Premio que lleva el nombre de su padre, Lupe Grande y, también, del homenaje, a cargo de los alumnos del Centro de Estudios de la Poesía de San Sebastián de los Reyes y del Centro de Poesía José Hierro de Getafe, que se le rindió a Pepe Hierro con motivo del aniversario de su nacimiento (cumpliría 90 de vivir) y del décimo año de su fallecimiento.


Jacob Lorenzo, que me fue presentado por Luis Alberto de Cuenca, nos dijo estar nervioso y sentirse afortunado por la obtención de este Premio para su libro La señal. Un poemario con tres secciones: DENTRO, AQUÍ y FUERA, además de este poema-prólogo: Un hombre es un lugar, no está dentro ni fuera. / Un paréntesis: (han llamado a la puerta / palabras quietas. / Es tan fácil abrir, / es tan peligroso.) / Un hombre es un lugar, una señal / del horizonte.





Según el autor el poemario es un conjunto de pequeñas fotografías minimalistas que podrían influir en la vida cotidiana de cualquier persona. Poemas que nos ofrecen el enfrentamiento entre el hombre y el mundo que le rodea. En definitiva la búsqueda de sí mismo y de los otros: Esta manía de marcharse rápido, / a sabiendas que a donde vas / es a ti mismo.

Poesía de búsqueda, de conocimiento con estructura formal, bien medida, con el buen ritmo que provocan los endecasílabos, los alejandrinos, los heptasílabos… y, con ellos, su cadencia musical. Poesía reflexiva, de meditación, de pensamiento: La vida, un estar derrumbándose, / un desprendimiento delo cuerpo / hacia la arena del reloj que somos.

Jacob Lorenzo, reside en Lucena, es poeta, filólogo y crítico literario que colabora en varias revistas de ámbito nacional y tiene publicados los poemarios Las hojas del laberinto (con un prólogo de Lara Cantizani y un epílogo del poeta argentino Andrés Neuman.), Linterna de luciérnagas (con cinco relatos cortos a modo de prosa poética acompañados de un epílogo del novelista cordobés Javier Fernández.) y La espalda de Jano (Que obtuvo en 2007, el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Badajoz.) Libro que Jacob Lorenzo definió entonces como: un libro de despedidas que nunca terminan de concretarse, de esas personas que un día se van, pero que nunca se van del todo.





 Recibió el Premio de manos de Félix Grande y Mar Escudero.(En esta ocasió no pudo estar, como acostumbra, el alcalde Manuel Ángel Fernández, debido a un compromiso adquirido con anterioridad) Instantes antes Félix Grande aprovechó un pasaje de Don Quijote para decirle a Jacob Lorenzo: Jacob, posiblemente no hay nadie, ningún poeta joven, en este momento, en idioma castellano que pueda presumir de que hace varios siglos Don Miguel de Cervantes escribiera en boca de don Quijote estas frases que quieren nombrarte. Y nos relato cómo Don Quijote hablaba al hijo del caballero del Verde Gabán (llamado Lorenzo) tildándole, según le había dicho su padre, de gran poeta: (—El señor don Diego de Miranda, padre de vuesa merced, me ha dado noticia de la rara habilidad y sutil ingenio que vuestra merced tiene, y, sobre todo, que es vuesa merced un gran poeta.)


Luis Alberto de Cuenca, como portavoz del jurado, le dijo, nos dijo, que uno de los poemas del libro titulado El fotógrafo (incluido en la sección FUERA) fue decisivo para inclinar la balanza su favor ya que la calidad de todos los seleccionados era muy buena.

Jacob Lorenzo ha sido incluido en varias antologías de poesía nacional y en septiembre de 2011 ha inaugurado una nueva editorial en Lucena, de la que es director, llamada Vertical Ediciones. Este joven poeta de Cabra residente en Lucena, que durante dos años fue corresponsal deportivo del Diario Córdoba, y también redactor de deportes en el periódico Lucena Semanal, define su obra como: poesía de la sorpresa, minimalista, de lucha de contrarios y finales abiertos a la interpretación del lector.



Jacob Lorenzo ha colaborado con la publicación de artículos de temas variados, destacando el tema político, el deportivo y sobre todo la crítica literaria. A modo de poética hace unos años escribió: Siempre me ha preocupado saber abrir algo entre la palabra y el silencio. Pero como sé que vivir es este lápiz que se va consumiendo, no me preocupan demasiado las modas poéticas. Sólo entiendo la poesía como una melódica “salida”. Como lo diría: De la musiquê avant toute chouse…


En La señal, dentro de la sección AQUÍ nos ofrece un poema, Haiku a modo de epitafio sobre un verso profundo de Juanvi Piqueras, así es el título, donde además de mostrarnos la admiración por este poeta valenciano que parece tener como uno de sus referentes (no en vano entre sus artículos periodístico ha escrito sobre el amor y la amargura, tratando el recorrido amoroso de los poetas Luis Alberto de Cuenca, Izet Sarajlic y Juan Vicente Piqueras ), nos dice con un preciso dominio de esta forma de versificación japonesa (que a mí siempre me hace pensar, en cuanto a forma, en el bordón de la seguidilla compuesta): M-o-r-i-r son letras. / Vivir es este lápiz / que se consume.


La señal merecidamente premiado, con poemas (para que el lector disfrute, se sorprenda e interprete), de este joven poeta que en otro haiku nos dice: Si me contemplas / con los ojos cerrados, / lo veras todo.





jueves, 3 de mayo de 2012

Elvira Daudet: Plena de luz, terrenal y marina...en su laberinto






Memoria poética


Elvira daudet: Plena de luz, Terrenal y marina... en su laberinto. 


Conocí personalmente a Elvira Daudet en diciembre de 1999. Ramón Irigoyen era el invitado para dar una lectura poética en Tertulias de Autor de Helicón (para aquella Tertulia le pedí al escritor y poeta Luis Martínez de Mingo que lo presentase) y Elvira vino acompañando a Ramón para conocer la Tertulia. Ese mismo año acababa de publicar su último libro de poemas Terrenal y marina y me lo trajo: Terrenal y marina es mi sustancia, / aunque la madre tierra , atormentada, / acosada por fieras alimañas / y demonios oscuros que alimenta / con la sangre caliente de sus hijos, / me reclame exigente su materia. Hay personas a las que nada más conocer personalmente sabes que son otra cosa, especiales, eso me sucedió con Elvira Daudet.



Dice su biografía que Elvira Daudet nació en Cuenca al final de la guerra civil. Periodista de amplia experiencia, trabajó en Informaciones, Pueblo, ABC, El Indepediente y colaboró en algunos diarios extranjeros como St. Galler Tagblatt realizando numerosos reportajes y entrevistando a los personajes más relevantes del mundo de la cultura y de la política.


Esta mujer, considerada como una singular voz de la poesía que vive con la misma fuerza que tienen sus versos, una fuerza que contempla y muestra, que acaricia y desgarra, que despierta el cuerpo y la mente, con la firmeza de lo verdadero… fue –nos ha dicho– más que precoz, una escritora prematura, sin preparación alguna. Comenzó a escribir y como fue censurada por la propia familia, se dio a escribir poesía como un recurso para evitar problemas y descubrió el sueño de la poesía y lo hizo en la hermosa ciudad de Sigüenza que – según Elvira – parece dormida en un sueño.


Era una adolescente y ya apuntaba maneras de poeta. Sigüenza, para Elvira, era como un sueño surrealista y como a la Daudet siempre le han fascinado las palabras, desde las que definen una puesta de sol hasta la palabra más dura, más terrible y, por otra parte, todas las palabras son válidas en poesía, solo depende de saber colocarlas en el lugar preciso, pues ella las colocaba dentro de su sueño que no era otro que el de buscar poesía verdadera para escapar, al tiempo que mostrar, la verdadera vida.


En Sigüenza conoció a –según palabras suyas– un joven cabezón de ojos de miel, Antonio Pérez. Él la deslumbró con Azul de Rubén Darío. Al poco le perdió ya que Antonio Pérez se marchó a trabajar a Francia en la aventura cultural que fue Ruedo Ibérico. Y conoció a Jesús Tomé, que fue como su hermano mayor. Era claretiano –nos ha dicho la Daudet– pequeño y trasparente como San Juan de la Cruz y, como él, un grandísimo poeta, que volcó toda su sensibilidad en la formación de esta poeta terrenal y marina, insurgente y soñadora. Elvira Daudet escribía poesía a todas horas. A los 17 años se vino a estudiar a Madrid.




Mas tarde se marchó a Paris. Allí, gracias a Claude Couffon, el hispanista que tradujo brillantemente a García Lorca, y Blas de Otero, conoció a Louis Aragón, Jean Paul Sastre, Nicolás Guillén... En Paris vivió la bohemia, se casó y dejó de escribir poesía. (¿Lo dejó?)


En 1971, en su mejor momento como periodista, un jurado compuesto por Dámaso Alonso, Luis Rosales, Emilio Alarcos, Gamallo Fierros y Antonio Gamoneda le concedió el premio Antonio González de Lama por el libro Crónicas de una tristeza. Continuó con el oficio del periodismo, pero sin dejar de escribir.


Y escribir poemas con vocación social, comprometerse en la vida, y con la poesía, tampoco dejó de hacerlo. Crónica de una tristeza es el duro retrato, emocionado, de una tristeza producida por la entrega y la ruptura del amor o como se dijo en su momento: Una constante referencia al varón, ejecutor de un destino recreado en términos reflexivos, se sucede en datos de veracidad punzante, de eficaz poesía, de rehusamiento de los eufemismos que han conducido – con demasiada frecuencia – a una trivialización del lenguaje lírico.




Desde 1999, que publicó Terrenal y marina, no ha vuelto a publicar poesía, aunque ha seguido escribiendo, porque, lo decimos muchos y la Daudet también, la poesía es una necesidad, un soplo que te derriba en el momento más inesperado, al que es imposible resistirse. Hasta que un día Jaime Alejandre y sus Hazversidades poéticas obraron el milagro de la publicación de un librito con unos doce poemas.Fue en 2010.


Foto: Jaime Alejandre y Elvira Daudet


La fuerza expresiva de Elvira Daudet conmueve y remueve, como un baño de emociones vivas, la memoria, el tiempo… tiempo que, a través de su verso herido, doloroso, desgarrado, veraz, nos detiene de golpe o nos hace caminar, latido tras latido, fundiendo vivencias, las suyas y las nuestras, que en muchas ocasiones, esta es la grandeza del verso universal, son colectivas aunque partan de un recuerdo propio, de un dolor propio, de una memoria propia, íntima, esa que nos muestra el tiempo y sus relojes de ausencia, igual que una elegía interminable frente a lo ya perdido,arrebatado, ausente... (y no nos resignamos)   volverá de nuevo como lluvia, mientras el tiempo duerme: y los dioses antiguos regresan al Olimpo/ a coronar mi juventud perdida, / mientras yo me desplomo de ceniza como un cigarro ardido en la mesilla (…) Y no nos resignamos.

La fiesta ha terminado./¡Vuelve, luz cegadora del verano!, / noche de vino y besos, faroles amarillos,/ risas como relámpagos, confeti, / lechos de ardiente espuma donde vela Afrodita./ Santuario de fuego de la vida, / ¡espera!, quiero ser tu parásito. Para seguir, latido tras latido, en esta tierra y junto al mar. Y es que Elvira Daudet era de tierra firme / hasta que (vio) la mar.


Ha pasado el tiempo y, tras hazversidades poéticas, nos llega Elvira Daudet con un nuevo poemario titulado Laberinto Carnal.



Elvira es Terrenal, pisa firme, en sus convicciones, en sus actitudes y Daudet es Marina, torres de agua en calma o de tormenta que alimenta el latido de la vida, agua de vida que se evapora hacia las nubes y se sueña que interminable, frente a lo ya perdido arrebatado, ausente, continúa y no nos resignamos.




La poeta Carmina Casala en relación a este último libro, Laberinto carnal, de Elvira Daudet nos dijo en la presentación que hizo de él en el Ateneo de Madrid : Hoy presentamos un libro que es sobrecogedor desde su mismo título: “Laberinto carnal”. Un grito continuado de socorro, una llamada de atención a las conciencias que alcanza su zenit en el desalentador poema “Todo es aire” con versos como estos: “El tiempo que vivimos no es fácil de entender ni se parece/al futuro soñado; es un caos que avanza a la hecatombe /con las velas al viento desplegadas. Pero, afortunadamente, la poesía y los sueños ofrecen alivio, y a intervalos se recupera y le vuelve el deseo de desnudarse de los sueños oscuros… del abismo de la noche, de la rabia impotente del dolor humano.


Más adelante continuó diciendo: Su fuerza expresiva conmueve como un baño de emociones vivas, la memoria, el tiempo que tras su verso desgarrado y comprometido nos detiene de golpe o nos hace caminar fundiendo vivencias, las suyas y las nuestras, reconocibles, porque son colectivas aunque partan de un recuerdo propio, íntimo, igual que una elegía interminable frente a lo ya perdido, arrebatado, en definitiva, ausente.



Y como Carmina Casala además de buena poeta es una gran y atenta e inteligente lectora de poesía, pues hago mías sus palabras pues, seguro estoy, cuando yo lea este Laberinto carnal opinaré como Carmina, como cuando dice de la Daudet: A veces se le escapan referencias a un Dios transcendente o incluso a un Diablo, porque, aunque usa la palabra abismo en algunos poemas, no me parece que está convencida del todo de su existencia, como demuestra su aspiración a la luz, que nos recuerda a Goethe, cuando dijo, ya a punto de morir, luz, más luz, hasta el punto de cegarle y de cegar a la propia Elvira. Claro que esta aspiración no es absoluta y que se mezcla con lo que llama Oficio de Cenizas, o sea, el recuerdo de los muertos que aquí cree que han dejado de existir del todo. Entre ellos hay simples sombras, o amigos diversos, o mariposas, es decir, momias disecadas, padres, parientes diversos, y una transferencia de lo infernal a este mundo, como si, contrariamente a lo afirmado antes, renunciara a toda esperanza transcendente.

La lectora-poeta Casala nos cuenta que: Por el particular laberinto de Elvira han transitado personas, experiencias, lugares y respira el polo temporal del pasado por medio de sorprendentes versos que declaran sin rebozo el vínculo con el tiempo anterior. Para empezar la poeta emplaza al lector en un lugar concreto, llámese paraíso. El impresionante y derramado poema que inaugura el libro titulado “Palabras mortales” (…) nos sitúa en el momento de la creación del mundo, y es una denuncia feroz de cuantas desgarradoras consecuencias ha acarreado la ambición humana al mundo. Bastaría este poema para entender su compromiso con la vida.



Un día le envié mi antología Sólo la luz alumbra; pero cosas de Correos, iba como carta (sin certificar) y no lo recibió. Elvira quedó en pasarme su libro (nada de Correos) en cuanto nos viéramos. Aún no nos hemos encontrado.



La última vez nos vimos en la Tertulia Literaria Hispanoamericana Rafael Montesinos. (La foto de público es de Rafa Cesar Montesinos en esta Tertulia. En la segunda fila se encuentra Elvira Daudet) Fue el 22 de noviembre. Leía sus versos el poeta Rafael Soler y ambos estábamos, entre el público, escuchándole. La semana siguiente leía yo y prometió acudir Elvira. No lo hizo. Seguramente se marchó cerca del mar porque allí, me ha dicho, se desnuda de los sueños oscuros para, plena de luz, terrenal, marina e insurgente siempre, soñar, soñar… para olvidarse del dolor humano.



Cuando vuelva del mar nos veremos algún día y, entonces, en esta tierra de Madrid acogedora e inhóspita al tiempo, entraremos en tu laberinto y en mi luz, a ser posible, cogidos de la mano, soñando, como ángeles o demonios, un paraíso nuevo, sin dolor y sin sombra, con mar, olivos y almendros. Todo muy mediterráneo, claro, luminoso y alegre...como la luz que buscamos, querida Elvira, en esta fugacidad eterna del poema.