Laura Gómez Recas: Llámame azul
El día 9 de febrero presenté dos libros Llámame azul de Laura Gómez Recas y Esa helada verdad de la belleza , de María Luisa de la Peña en el Centro Cultural Blas de Otero de San Sebastián de los Reyes (Madrid)
Libros que las autoras habían presentado ya en la FNAC de Callao (Madrid) el 16 de enero.
La presentaciones obviamente fueron más breves. Aquí os dejo completa la que he preparado para este blog de Laura y su primer libro publicado.
Laura Gómez Recas, en sus inicios, tuvo un poeta de cabecera: Antonio Machado. Esta mujer poeta, de lenguaje preciosista, ávida lectora de poesía, ha bebido en las fuentes de Machado que a su vez, en sus inicios, bebió de Ruben Darío aunque luego, el sevillano de Soria, de Baeza y de Segovia, encontrase su verdadero camino lejos del modernismo. El surrealismo ha influido también en la poesía de Gómez Recas; pero, su surrealismo, me parece a mí, no un modo mecánico de creación sino una meditada manera de expresión. Ella gusta de los poetas que saben manejar el lenguaje, los que emplean, al escribir, el aspecto formal en la poesía. Sobre el proceso de escribir dice que: Escribir es acto que entrega y abandona la mente / al impecable mutismo del papel, / antes, madera, antes, árbol, antes, luz sobre la hoja.
Gómez Recas escribe sin prisa, tratando, con el lenguaje, las metáforas, las imágenes, los recursos, de potenciar ese extraño misterio, llamado poesía, que a ella le vive por dentro desde que, adolescente, comenzara a escribir.De ella ha dicho, en el prologo de Llámame azul (Editorial Quadrivium. Girona, 2012), la profesora y poeta María Luisa de la Peña: La poesía de Laura Gómez Recas es un ejercicio de reflexión y audacia, tejida con hilos de oro a través de un sólido dominio de las metáforas puras y las imágenes oníricas, tan queridas a la autora y tan necesarias a su corpus poético.
Laura Gómez Recas, nació en Madrid en 1966. Está Licenciada en Periodismo por la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid y desarrolla su labor profesional en medios de comunicación social: radio, prensa y televisión. Escribe poesía desde la adolescencia. Y este Llámame azul es su primer libro publicado.
Antes de la salida de este primer libro suyo tan hermosamente titulado Llámame azul (Editorial Quadrivium. Girona, 2012), publicó poesía en diferentes revistas y es coautora de la antología poética Universos Diversos (2009), de la Editorial Alaire. Pertenece a la Asociación Versos Pintados del Café Gijón, a la Tertulia Gerardo Diego del Café de Oriente, ambos de Madrid y al grupo Poética en Gredos. Ha participado activamente en diversos recitales y eventos literarios en la Escuela Julián Besteiro, en el Ateneo de Madrid y en el Círculo de Bellas Artes, entre otros. En la red, mantiene el blog “Hortus Liber”
Laura Gómez Recas define su poesía como "una mixtura de entrañas y de verbo con vida propia: La poesía es una lluvia escarlata, con olor a sangre, que brama entre los dedos y se escapa en un vuelo transgresor donde los haya. Es tu alma la red que has de emplear para atraparla". En el poema titulado de la idea nos dice: Y entonces, presentí la idea, / la mansión donde posan las cenizas / que los ojos hicieron de los sueños.
De su poética dice desconocer si la tiene y dice no saber tampoco si sus versos alumbrarán con esa luz que da el acento común de la voz personal, de la voz propia, más allá de la humilde existencia,. Por otra parte dice que la poesía en ella es espontánea (emocionalmente supongo, ya que si no fuera así, sería contradictorio con el surrealismo meditado), la poesía es una forma de expresión más allá de lo audible, de lo visible, algo que trasciende a los sentidos y en el lenguaje, encuentra el mecanismo para elaborar un mensaje que parta de ella, de lo que es como persona, como mujer, como poeta, para adentrarse en ese proceso de búsqueda interior en el que camina inmerso todo poeta.
Laura Gómez Recas escribe su poesía con el lenguaje, como todos, pero también con la emoción. Presiento un destierro boca adentro, / como si una soledad / se hiciera fuerte en mis costillas / y el mundo entero disparase al corazón. Escribe poesía y busca, no en el azul, sino en la amapola roja como la sangre, símbolo de su fragilidad y de su fuerza, el espíritu de lo perfecto, porque ella es, se siente: amapola, trajín de mariposa / con débil ancla fondeada en tierra. Lenguaje y emoción, emoción como forma de literatura.
De izquierda a derecha Miguel Angel Yusta, María Luisa de la Peña, Laura Gómez Recas y Rafael Soler |
Coincido con el poeta Rafael Soler cuando dice de Gómez Recas que su poesía es un lugar de encuentro de emoción y lenguaje. Un poema que no toque los sentidos, con la palabra precisa, se quedará a medio camino. La amapola en la que se simboliza, fuerte, roja, débil… Es una bendición entre lo yermo, / nexo alado de sonrisa y de muerte, / efímero botón del horizonte / que silencia su adiós / y abastece del rojo de la sangre / a la inacción del cielo inmaculado. Y con este poema nos ofrece todas las claves de una poética como proceso de búsqueda interior, de conocimiento.
Laura Gómez Recas ha escrito un libro, un conjunto de poemas, de compleja lectura, en principio, por el extraño hermetismo que rodea la simbología de su palabra. Todos sabemos que la poesía no se hace con realidad sino que la realidad se toma para trastocarla en otra realidad poética a través del lenguaje. Y Gómez Recas lo emplea para tratr de expresar su cosmovisión personal. Ella nombra el miedo para echarlo fuera de sí y se acoge, como mineral del alma a la certeza y la esperanza, se acoge para deshacer los pasos de silencio y de la ausencia.
Llámame azul es un poemario para adentrarse en él, leerlo detenidamente, para desenmascarar a la poeta que se nos muestra amapola, con su color rojo de sangre, como símbolo de vida, como la explicación de sus orígenes, con la fuerza y la belleza de la vida y con la soledad de la ausencia, de la desaparición. Del olvido Becqueriano. Como lugar de sueño, de lucha vital, hasta llegar a ese después de tanto todo para Nada que nos dejó escrito el poeta Pepe Hierro.
Pero la aparente debilidad de la amapola, su fragilidad frente a las inclemencias del vivir la lleva a decirnos que: Desde la sangre / que puebla los caminos/ se forja lo etéreo, es decir la humanidad y su humanidad.
De ella dice el poeta Miguel Ángel Yusta: Laura es una poeta que sabe manejar el lenguaje, que tiene el suyo propio y que lo utiliza con una enorme sensibilidad y belleza. Laura nos dará –ya nos da- en su carrera poética, muchas y grandes satisfacciones. Al tiempo. Me sumo a estas palabras con el deseo de que el tiempo las ratifique.
Manuel López Azorín
3 comentarios:
Manuel, no puedo más que sentir gratitud, no sólo por tus palabras, sino por el análisis, por la lectura entregada y por la complicidad del que se sabe amador del lenguaje, tan frágil, tan potente en este universo de versos que nacen sin casi querer.
Lo fundamental, es el abrazo al idioma, a la transgresión de las normas básicas que le encorsetan, para alcanzar sublimar la idea en él, ya que la idea, en sí, es sublime. Así entiendo la poesía. Sin más... sin menos. Como dije en el acto que tan magistralmente dirigiste en el Centro Cultural Blas de Otero, el pasado sábado 9 de febrero, la poesía es la descripción del beso, la poesía es el beso, ahí, sobre el papel, vivo para siempre.
Un abrazo enorme y mi gratitud, siempre.
Laura
Fue un placer asistir a esta presentación donde hubo una especial atmósfera poética y de cariño. Enhorabuena a todos:Laura, Marisa, Manuel, al gestor del Centro, al público...y a la Poesía.
Hola LAURA
suerte y exito para ti.
FELIZ DOMINGO
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