miércoles, 11 de diciembre de 2013

Nicolás del Hierro:Premonición de la esperanza






Nicolás del Hierro: Premonición de la esperanza.




Pensar que el tiempo vuelve,/ que regresa con flores/ en el viento que ofrece,/ en el viento también,/ ese perfume exacto/ que enloquece y embriaga;/ que son amor los días/ y hay un reloj de arena/ que marca los segundos/ tan solo a la esperanza.(página 96)


Nicolás del Hierro (Piedrabuena, Ciudad Real, 1934.) Reside en Madrid desde los veinte años. Es poeta, además de escritor, conferenciante y crítico literario. Tiene publicados una docena de poemarios, entre ellos, Profecías de la Guerra , Este caer de rotos pájarosMuchacha del SurPremio Puerta de Bisagra (Toledo, 1987), Cobijo de la memoria, , Lectura de la niebla, accésit del Premio Alfonso VIII (Cuenca, 1999), Mariposas de asfalto (accésit del Premio Rafael Morales, Talavera de la Reina, 1999), Dolor de ausencia , Desde mis soledades y El color de la tinta. Este libro da título también a una extensa antología publicada en 2012 por Pablo Méndez en Ediciones Vitruvio




Ha visto publicadas dos Antologías de sus versos: Toda la soledad es tuya en la Biblioteca de Autores Manchegos y Antología de la Poesía Cósmica de José Hierro y Nicolás del Hierro (México, 2004), y ha participado en numerosas antologías colectivas. 

Es autor de varias novelas por lo que tiene en su haber el Premio de de La Crítica Castilla-La Mancha 2004 y también libros de relatos


  Nicolás del Hierro nos dice que su poesía siempre ha sido algo trágica, escrita y fundamentada en las raíces, en su tierra, y en el pensamiento de lo perdido. 
Los recuerdos me habitan con un trino/ de alondras y jilgueros,/ aves que imponen desde el alba/ su partitura de ilusiones. (Página 15)


Se canta lo que se pierde decía don Antonio Machado y Nicolás cobija su memoria  en la temática Tierra, raíz, origen, infancia, en definitiva en un pasado a veces duro pero siempre asido a la esperanza . 

En su manera de decir Nicolás hace hermoso todo lo que toca, ya desde la nostalgia, ya desde la crítica social, ya desde la reflexión o la poesía de pensamiento, nos ofrece siempre una poesía serena, suave , como de brisa (aunque a veces sea producto de tormentas) y es que Nicolás del Hierro es un poeta tranquilo, comedido, sencillo... 

El poeta Francisco Caro en el artículo publicado el 9 de noviembre en Lanzadigital  dice de él que:La mirada poética y humana de Nicolás nació y ha crecido a la altura de los hombres, del dolor de los hombres, y de su dignidad. Y es que este hombre, este poeta, esta voz, como  también dice Caro... ama lo rojo. Tiene por ello la misma querencia que los metales. Ama lo rojo porque la voz busca forja, porque busca la forma, la mano hacedora que la perfile y la someta.





Un poeta con la humildad de los que dudan, temen... y la grandeza de los que temen y dudan. Su poesía le nace siempre de dentro, del corazón, de las entrañas, de la necesidad de contar y cantar a la raíz y al hombre. Por eso cuando Nicolás envió a la Casa Maya de la Poesía los tres libros inéditos para que  ellos eligieran uno para su publicación, la Casa Maya de la Poesía decidió incluir los tres en un mismo tomo.
Hoy se despierta/ mucho más limpia la alborada,/ más favorable en luz;

En 2008 Nicolás a raíz de un grave problema cardiovascular comenzó a escribir  el último de los tres libros que componen este tomo  Premonición de la esperanza: Silencios abstractos (con el subtítulo de Versos del corazón) y nos dejó escrito: Se diría que no fuera a llegar / este momento, esta señal / donde Vallejo cifra lo absoluto:/ "hay golpes en la vida..."

La esperanza, siempre la esperanza, esa esperanza donde se refleja el arco iris, esa voz roja con todos los colores de un humanismo de concordia,  por más que   las sombras cerquen en ocasiones la vida, habita en Nicolás del  Hierro.




martes, 3 de diciembre de 2013

José López Rueda: Aldea 1936




José López Rueda: Aldea 1936



De esta novela  de José López Rueda: Aldea 1936 publicada por primera vez en España en Ediciones de la Torre (Madrid, 2011) y prologada por el doctor en Filología Románica Juan  Cano Ballesta, nos dice este ensayista, crítico literario e historiador de las letras lo siguiente: Aldea 1936,  tiene mucho de novela histórica. Es el fiel testimonio de alguien que vivió y sufrió los hechos principales que narra. Tiene el extraordinario valor de ser un documento de época, un veraz retrato del mundo en conmoción que vivieron y sufrieron millones de españoles en aquel fatídico julio de 1936, cuya vida quedó sacudida y en parte destrozada por el brutal levantamiento militar.




De manera que José López Rueda, que escribió esta obra en plena juventud, cuando aún mantenía vivos aquellos recuerdos de su infancia en plena guerra civil,  nos ofrece, ahora en España, una novela  con elementos reales, su visión, su propia experiencia o al menos el recuerdo de aquella experiencia de su niñez y los mezcla con la ficción y la fantasía. Es  por ello que el autor nos advierte que: Esta es una historia de personajes imaginarios que viven  y se matan unos a otros un pueblo de Castilla mientras en torno suyo los españoles se matan unos a otros en una guerra fraticida

 Avisándonos de que cualquier parecido con hechos o personas reales es pura coincidencia. Lo que ya no sé es si este aviso que acompaña esta edición española estaba igualmente en la edición que se publicó en 1958  en Ecuador ya que Medardo Fraile nos cuenta en unas Palabras liminares del poemario  Fervor secreto, libro que el autor me envió en 2004 y que fue publicado por Editorial Verbum, Madrid, 2002, contaba  Medardo que: José López Rueda se marchó de España cuando sólo unos pocos sabíamos que era poeta. (...) Su larga docencia en varias universidades hispanoamericanas -nos dice después- le ayudó, por fortuna, a no abandonar la poesía, el hambre de belleza, el "fervor secreto" que siempre llevó dentro. Esto lo escribió desde su exilio inglés para su , mejor amigo de los veinte años y que en la antología que el profesor de la Universidad Metropolitana Enrique Viloria preparó en 2005 compruebo que estas palabras liminares de Medardo Fraile se incorporan también en ella. La antología se llama Poética de la errancia y creo haber dado cuenta en este blog de ella  con etiqueta de Enrique Viloria?



De Aldea 1936 en su momento en El telégrafo, Guayaquil, Ecuador, 1959, dijo Ezequiel Gonzáles Mas: López Rueda pertenece a la generación novísima de Castresana, Aldecoa, Sanchez Ferlosio y Juan Goytisolo, es decir, a la quinta de los niños sensibles -1936- que vieron con ojos de llanto el resplandor sangriento de la guerra civil.

Han pasado, desde aquella edición en Ecuador por la Casa de Cultura ecuatoriana-Núcleo de Azuay, hasta esta otra publicada en España en 2011, han pasado, repito, 53 años (55 si nos situamos en el momento actual) Siendo como es de ágil lectura y con una ambientación precisa de la época, resulta de interés su lectura porque la narración sucede en un pueblo por donde no pasa la guerra, aunque la guerra forma parte de sus vidas. 
He ido leyéndola  poco a poco y, desde abril que me la envió, he tomado y dejado su lectura en varias ocasiones, quizá por mi mayor dedicación a la lectura de poesía. El caso es que esta novela de realismo costumbrista ambientada en los años de la guerra española nos encontramos con personajes como Petra, con su sinrazón, don Fermín, un absolutista, Elisa, que sin marido que la proteja sufre, resignada, la injusticia. Don Valentín, personaje de parodia, Paco, Matías, Anita, Fefe, Germán... 
El autor trata de ser lo más fiel posible en la creación de todos y cada uno de los personajes, desde los, llamémosles de realidad histórica, hasta los de ficción y fantasía.





José López Rueda (Madrid 1928) es doctor en Filosofía y Letras. Ha sido profesor en la Universidad de Cuenca (Ecuador) y posteriormente en la Universidad de Oriente (Venezuela), donde desempeñó el cargo de director del Departamento de Humanidades. En la actualidad es catedrático emérito de la Universidad Simón Bolívar de Caracas,  donde ha desempeñado el cargo de coordinador de los Estudios de Postgrado en Literatura Latinoamericana y el de Coordinador de Investigaciones en Humanidades  y Ciencias Sociales. De 1988 a 1990 fue profesor visitante en las Universidades de Tamkang y de Furen en Taiwan y desde 1991  a 1999, director director del programa de la Universidad de Bowling Green (Ohio, U.S.A.) en España. Ha sido director  del Capítulo de Madrid de la Academia Iberoamericana de Poesía y director de La pájara pinta, revista de la mencionada Asociación. En el curso 2003-2004 dirigió un Taller de Poesía  en la Asociación  de Escritores y Artistas Españoles (Madrid). En el campo de la poesía obtuvo el Premio Alfonso Reyes (Quito, Ecuador, 1958) y el José Chacón (Ayuntamiento de Alcalá de Henares, 1992). Algunos de sus poemas  se han traducido al chino, al inglés, al italiano y al ruso.