Charo Fuentes: Fueron un tiempo
Charo
Fuentes (Cascante, Navarra, 1943), es Licenciada en Historia
y Humanidades Modernas por la
Universidad de Navarra, posee estudios de Filología Románica por la Universidad
Complutense de Madrid. Colaboradora en distintos medios y
revistas, figura en antologías poéticas de Madrid y Navarra y en Emakume Olerkariak,
Poetas vascas.
No conocía la poesía de Charo Fuentes aunque si me habían comentado que se había dedicado a organizar eventos culturales en Pamplona, Madrid, Barcelona y no recuerdo
bien si también en Granada.
Hace unos meses Charo Fuentes me envió su libro Fueron un tiempo
publicado por el Grupo Literario Traslapuente (Navarra, 2016), acompañado de
una nota diciéndome que una amiga común le había dado mi dirección para poder
enviármelo. El verano y un obligado cese de actividades este año, me impidió acudir
a este blog con diferentes libros que se
fueron amontonando ya que desde junio, hasta primeros de diciembre no había podido hacer nada en él. Intentaré ir hablando de ellos poco a poco.
Fueron
un tiempo es un libro que reflexiona sobre el
amor el tiempo y la muerte. Son temas universales que siempre andan presentes
en la historia de la poesía y del poeta ya sea hombre o mujer, como es en este caso. En el prólogo, Charo Fuentes nos dice que “este
poemario es intemporal pero está atravesado por el tiempo y por la visión vital
del hombre” Son poemas que- nos dice también- están sujetos a un tiempo extenso
que abarca desde 1994 hasta 2016 y que se ha detenido en el barroco porque
piensa que tenemos muchas cosas en común con esa etapa: “el culto a la imagen y
la apariencia; el ascenso y descenso social; la crisis económica y política; el
exceso y la conciencia de la fugacidad,” no como tema de este libro sino como
motivo frente a la fugacidad de la vida y también en la desilusión que acompaña
a la inestabilidad del mundo contemporáneo. Su título, precisamente, lo toma
del poeta barroco Rodrigo Caro, autor de del poema “Canción a las ruinas de
Itálica”
Fueron un tiempo está dividido en tres secciones o apartados:
I.-Del tiempo. Este apartado formado por quince poemas lo inicia con un poema
titulado “Escribir”:
“Escribir un poema como / un rastro de este vuelo,
como / de humo o estela o chirrido / o frenazo a aterrizaje / a la silla
pegados / desplegados / o tierra /// Escribir un mensaje / para dejarlo ir en
flotación al aire A este le siguen
poemas con citas en relación con él, de Lope, de Góngora, de San
Juan de la Cruz. Charo fuentes
nos muestra, con su meditación sobre el tiempo y su fugacidad, su visión vital.
II.- Del amor. Escritos a la manera clásica con
predominio del soneto ya endecasílabo ya alejandrinos, en este apartado del
amor me detengo en un soneto titulado “Telefonía” al que Charo Fuentes acompaña con una cita de Pepe Hierro, la cita
pertenece al libro Agenda (Ediciones Prensa de la ciudad. Madrid, 1991) y
concretamente al poema titulado “Don Antonio Machado tacha de su agenda un número
de teléfono” un poema que hace alusión al tiempo y al olvido y que a Charo
fuentes le sirve para abordar ese tema y decirnos en el primer terceto:
“Tacha, tacha el teléfono de ese
pasado
amor, rodó como las hojas
Que
el juego cese ya, que el juego cese”
III.-De la muerte. Charo Fuentes, al tiempo que reflexiona sobre la temática de este
apartado, rinde aquí homenaje a poetas ya desaparecidos como Jorge
Guillén, Vicente Aleixandre, Carmen Conde, Miguel Hernández, Leopoldo
de Luis, y también a personas conocidas por ella. De Carmen
conde nos dice con relación a su
labor poética y editora:
“¿Qué
tapiz, mujer brava, diste al tiempo, o que
andariegas
manos dejan mortales su inmortalidad en
puntadas
de letras que edifican sueños inmortales o
libros
hechos?”
Tres
apartados, escritos el primero y el tercero en verso blanco o silvas y el
segundo a la manera clásica.
En todos los apartados
encontramos citas, en muchos poemas, de
los poetas clásicos de ayer y de hoy.
Un libro, en fin, de pérdidas, en el que la reflexión sobre el tiempo sucedido y el que se sucede ahora, el amor o desamor vividos y la muerte, inevitable final del ser, como homenaje a las personas seleccionadas por la autora, nos deja su poso de nostalgia, denuncia y amor por la vida y por la literatura.
Y tras leerlo nos quedamos como Charo fuentes se queda en el poema dedicado a Leopoldo de Luis que es una silva dirigida al hijo de leopoldo Jorge Urrutia y que concluye diciendo: "Estoy un poco triste, déjame que te mande / mi pena, mi amistad, mi testimonio" (Una tristeza serena porque sabemos que la vida llega, pasa y cesa y por la confianza de lo bien hecho y de lo bien escrito)
Un libro, en fin, de pérdidas, en el que la reflexión sobre el tiempo sucedido y el que se sucede ahora, el amor o desamor vividos y la muerte, inevitable final del ser, como homenaje a las personas seleccionadas por la autora, nos deja su poso de nostalgia, denuncia y amor por la vida y por la literatura.
Y tras leerlo nos quedamos como Charo fuentes se queda en el poema dedicado a Leopoldo de Luis que es una silva dirigida al hijo de leopoldo Jorge Urrutia y que concluye diciendo: "Estoy un poco triste, déjame que te mande / mi pena, mi amistad, mi testimonio" (Una tristeza serena porque sabemos que la vida llega, pasa y cesa y por la confianza de lo bien hecho y de lo bien escrito)
Libros anteriores de Charo Fuentes son Uvas torrenciales (Torremozas. Madrid, 1986), donde el que fue director de
la colección Adonais, tras dejarlo Jose Luis Cano, el poeta Luis Jiménez
Martos, destaca en el preámbulo de este libro el vitalismo de la autora
con una poesía "fibrosa, directa, respirable, agitada". Y cuatro años más tarde publicó Con
un papagayo verde (Orígenes. Madrid, 1990), prologado por mi
querido amigo y poeta recordado siempre, Leopoldo de Luis
También ha escrito trabajos de
investigación junto a Tomás Yerro: el estudio literario Río Arga, revista poética navarra: estudio y antología (Cizur Mayor, Navarra, edición del
autor, 1988), y teatro: Miguel Hernández, poeta español, obra que, por encargo del Ayuntamiento de
Cascante, su localidad natal, escribió y actuó cuando se representó en la Casa
de Cultura y en el Centro Cultural Avenida con motivo del centenario del poeta
de Orihuela.
Manuel
López Azorín
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