Ramón Bascuñana: El dueño del fracaso
Ramón Bascuñana
(Alicante,1963.) Es licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de
Murcia. Aunque nacido en Alicante su familia es
y reside en Orihuela, lugar de recuerdo obligado a Miguel Hernández,
donde se ha criado Bascuñana.
El
dueño del fracaso (El Desvelo Ediciones, Santander, 2019), es un libro que nos
habla de la derrota de la vida y por
ello nos dice recordando a Heráclito: Vuelvo
siempre al pasado / a pesar de saber / que las aguas del río del recuerdo /
nunca pasan dos veces por el mismo recodo /ni bajo el mismo puente. (p. 18)
Nos
habla del peso y el paso de los años, de las
pérdidas que a veces conlleva envejecer, del miedo a la vejez: Poco a poco se pierden cualidades, / aunque
algunos opinen / que se sale ganando / conforme avanza el tiempo./// La edad
solo acentúa los defectos /// El canto no es mejor si se envejece, / se pierde
la pureza. (p.20)
Nos
habla de las decepciones: No sabría decirte/
por qué la vida me defrauda tanto. (…) Detrás las horas muertas de un pasado
remoto. / Delante, las hostiles estepas de la nada.(p.31)
Nos
habla del amor cuando éste se torna desarmor,
decepción, desencanto: Todo muy triste,
triste, / como besar el cuerpo que alguna vez amamos / y no sentir ya nada, / salvo la decepción
de estar besando / el cadáver caduco del deseo.(p. 65)
No habla también de la poesía como terapia
curativa, como madero al que el náufrago se agarra para no ahogarse en soledad
y silencio,: Estás como perdido, sin nada a que aferrarte / salvo a tus
propios versos – tan frágiles ahora –/ que no logran salvarte del naufragio.(p.52)
Como
palabra que
reflexiona sobre la propia poesía: Pasé
toda la tarde con un verso, / con un único verso (…) La tarde se acabó. /
Vinieron las estrellas y el frío y la
derrota. (p. 45)
Y parece que tanto sentimiento de fracaso, tanta decepción,
tanto temor al tiempo y a sus huellas le hacen: Aspirar al silencio/ como aspira
la piedra a la quietud / y la vida a la muerte. (p.48)
Y nos cuenta con ironía que simula que la vida va bien porque:
Todo va bien, te dices, la vida me
sonría. / Pero en esa sonrisa, adivinas / la burla del diablo. (p.58)
Reflexiona sobre el acto creativo y dice resignarse: Me resigno a ser canto, aunque nadie me
escuche. / El ritmo sostenido de un orden de palabras / que me alza del suelo (p.
50)Para este Oriolano “la poesía es
una mezcla de fulgor, de impostura, nos dice, siempre que se
entienda el fulgor como un deslumbramiento y la impostura como una máscara
espiritual” añadiendo a todo esto unas gotas de tristeza, desamor, miedo,
decepción, fracaso y también algo de máscara de sarcasmo o de ironía para fingir mejor lo que en verdad se siente.
Pessoa
sabía mucho de fingimiento por eso nos dejó escrito que: “El poeta es un fingidor./Finge tan
completamente /que hasta finge que es dolor el
dolor que en verdad siente”
Ramón Bascuñana ha
publicado los poemarios: Hasta ya no más nunca (1999), Quedan
las palabras (2000), Tal vez como si nunca (2001), Liturgia
de la profanación (2002), Los días del tiempo (2002), Retrato de poeta con familia al fondo (2003),
Ángel
de luz caído (2005), Vera Efigies (2005), Las
Avenidas de la muerte (2005), Impostura (2006), La
piel del alma (2006), Donde nunca ya nadie (2007), Desnuda
luz de la melancolía (2015), Apariencia de vida (2014), 6 Seis 6 (2018) Todas las familias infelices (2019),y este El dueño del fracaso) que fue premio
Internacional de poesía Gerardo Diego2018
Ramón
Bascuñana, entre otros muchos premios de poesía, ha sido
galardonado con el Premio Nacional Miguel Hernández (1997), el Hispanoamericano
Juan Ramón Jiménez (2002), el Mariano Roldán (2004), el Juan Bernier (2013) y
el Fernando de Herrera (2014) El Ernestina de Champourcin (2015) y el Ciudad de las Palmas (2015). En narrativa
ha obtenido también diversos premios.
Manuel López Azorín
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