lunes, 8 de febrero de 2021

Pascual García García: "Un hombre solo"



 

Pascual García García: Un hombre solo



Pascual García García (Moratalla, 1962. Murcia), nos trae una nueva publicación Un hombre solo (La fea burguesía, Murcia, 2020). Libro que  de poesía confesional, un libro, a modo de diario, muy valiente y muy  sincero, y no es el ego precisamente su determinante sino la visión de un hombre ante una serie de hechos sucedidos en su vida  que éste traslada, de manera muy acertada, a la poesía, a lo que Pascual llama la “fábula del corazón”


Musical es el ritmo que marcan sus endecasílabos, son endecasílabos predominantes en todo el libro que, en mi opinión, son el mejor verso para narrar poéticamente (recordemos a Claudio Rodríguez que magníficamente los empleaba para hablar de sus cosas, del paisaje y los hombres de campo zamoranos /castellanos)

La poesía de Un hombre solo aparentemente sencilla (no confundir con simple) y con hondura, confesional, poesía de reflexión, de pensamiento, existencial, poesía en fin de claridad y de gravedad por la temática de soledad, de hombre solo, con  sentimiento de culpa. Solo un poeta sincero, valiente que sabe de dónde viene y a dónde quiere ir, es capaz de mostrarse con tanta sinceridad y con tanta belleza expresiva, en un confesionalismo tremendo. 

El libro es la crónica poética de un sentímiento de castigo, de culpa y de soledad. ( aunque en poesía  se cuenta como bien dice Pascual, “la fábula del corazón” ), el sujeto poético nos muestra y se muestra,  poema tras poema, en sus sensaciones, con la intención de descargar su conciencia y sanarse a sí mismo  llegando a un final, aunque es invierno, de tiempo esperanzador.

A este  Un hombre solo  no vengo yo a enjuiciarlo sino a releer y emocionarme de nuevo. Ya sabemos todos lo que Rilke aconsejó al joven Kappus :  “Lo menos apropiado / para abordar un libro de poemas / son las palabras críticas”

Pero como también de palabras críticas se trata, quiero destacar aquí el magnifico prólogo que le dedica  a Pascual y a este libro el catedrático, ya jubilado, de la Universidad de Murcia Francisco Javier Díez de Revenga un gran experto en Literatura  que además de numerosos artículos y ensayos, además de numerosos premios obtenidos,  además de un gran crítico literario, en cuanto a poesía se refiere, con muchas obras publicadas, es un grandísimo conocedor de los poetas del 27, Gerardo Diego entre otros, (Conocí personalmente a Díez de Revenga, precisamente en un homenaje al autor del famoso soneto dedicado al ciprés de Silos y fue  en el Monasterio de Silos allá por 1996/7),  conocedor de los poetas del 36 como Miguel Hernández , de los poetas de la primera generación de postguerra  y de la generación de los 50, y  digo que de toda la poesía española desde un ayer muy lejano hasta la fecha.

Fco Javier Díez de Revenga

Quiero destacar unas palabras de Díez de Revenga  para Un hombre solo, que dicen: ”Un ejercicio de eficacia considerable consiste, en soledad, en atribuir los recuerdos a momentos concretos y fijarlos en la memoria vinculados a días y meses determinados, a fechas explicitas que anhelan devolver autenticidad. Los días y las noches se singularizan y la palabra poética de Pascual García porque tiene sobre todo vocación de recuperación, de restauración y de permanencia. Este libro multiplica en sus estancias ejercicio tan sano y saludable. Venturoso el poeta que lo ha sabido escribir con tanta autenticidad y con tan sólida cohesión.”


Un hombre solo  Apartado I: ÚLTIMO ANOCHECER DE AGOSTO

El libro en el introito (PECADO ORIGINAL/P-19) ,es una confesión-declaración y sentimiento de culpa (producto de nuestra educación ¿judeo-cristiana?)

En los poemas siguientes nos habla de la soledad , tras “su pecado” , en un dialogo narrativo consigo mismo y a la vez que  parece arrepentido trata de justificar su proceder anterior en el poema “Que no llegaba nunca”(p-23) y ya, en el poema “El amor no pasa nunca”( P-25 ), alude a Onan como remedio, a su mano derecha como justificación de la rutina, de la espera amorosa que no llegaba nunca y que, tal vez,  diera lugar a su “pecado”.

En un dialogo con su soledad , que poco a poco va asumiendo, llega hasta el poema  “La noche y la fiebre”(P-38) y nos dice: Tiene fresca la frente y mira /el cielo y se conoce redimido,/ el miedo ya no está y nada le apura,” El sujeto poético, aun asumiendo su culpa, parece justificarla e incluso, a veces, defender su acción: “como si nada le hubiera afectado,/ salvo ese cielo azul de la mañana/ al que se aferra para no ahogarse,”

Y así, va y vuelve, vuelve y va, reflexionando, culpándose, justificándose, eximiéndose, pensando que, tal vez, “El único paraíso”(P-43) que tiene es ese, por el que: Lentamente se ha ido quedando solo,/ fueron los días, los meses, los años /y un amanecer cualquiera no había /nadie a su lado, en la cama que viene / compartiendo inexplicablemente / siempre con la persona equivocada,”

 A veces se siente “Un hombre en estado de sitio” (P-45): porque le han puesto precio a su sombra.” y otras con eso que yo llamo la materia de los sueños y que no es otra cosa que la memoria, vaticina deseos: “una premonición de primavera, /a pesar de noviembre y de estar solo,” y se abraza a la “Costumbre del domingo”(p-48) porque los domingos: “conocen su mal de piedra y de noche,/que le abren paso sin gozo y atentos,/quizás saben que ha salido un domingo /y tal vez ya no vuelva entero nunca,”

Trata de huir de la tristeza, pero él sabe que: “la tristeza convoca la tristeza / y nadie es más feliz al otro día.” Y busca de algún modo la “Salvación” (P-51),pensando que a pesar: “de la condena, de la culpa incierta,/en lo oscuro, sin nombre y sin pasado,/ porque ya no será el mismo hombre”…” tenga una ocasión segura al menos /de salvarse, de creer en el día “ Y en espera de esa salvación sueña con un único deseo: que venga el alba y purifique y salve:  “Ojalá amanezca para siempre.”   

Apartado II: MEDIODÍA EN OCTUBRE


Porque ya ha sucedido todo, porque ya “detuvo su camino y soportó/ el aguacero, el frío y la vergüenza;” y lamenta el “Fracaso postergado”( P- 55), porque este es hombre solo: “La nostalgia destilaba una memoria húmeda” y ya era tarde para el consuelo, pero en el poema “El poder de las sombras”(P-57)  se abraza a la esperanza, “ tal vez porque el miedo también es débil” y porque el paso del tiempo hace que nos abracemos a la esperanza que es la que nos puede traer “el misterio insondable del consuelo”

Con la materia de los sueños le llega el amor, pero solo es la memoria y continúa “un lugar caliente en su memoria /y un espacio en su cama generosa.”

Y así llegan “Días de lluvia”(P- 59) “con ritmo manso y decidido” y con “El amanecer del primer día”(P-60) le llega  la memoria “del primer día en que nos amamos de verdad.” Tan solo es la memoria , esa materia de los sueños que selecciona y muestra entre velos de niebla o de luz, lo sucedido, lo soñado, lo trastocado por ella en otra realidad  y el sujeto poético , al llegar el día, sale al balcón y piensa el lo que ha de llegar y hace un  “brindis” (P-61): “ Sube su copa con el vino y brinda” (…) “por los días que faltan” por vivir.

Camina “hacia el invierno” (P-62): “Se lamenta, ahora que huye la luz”(…) “porque no hay nadie a su lado y sabe /que toda la culpa le pertenece,” y para justificarse le echa la culpa al otoño (P-63), pero dentro de sí se dice :” ahora que parece toda la culpa suya /y no ha de venir nadie a consolarlo”

Y en la "Oda final" (P-64) mirando dentro de sí, reflexiona, “y pensaba en su crimen,”  mientras la noche le envolvía como castigo, “hasta que el alba lo redimía con sus luces. Trayéndole el único consuelo: y la buena noticia es que está vivo.” Y el hecho de estar y sentirse vivo, le hace caminar con el deseo no ya de estar sino de ser y elabora mentalmente el "Sumario" (P-65), para aprender “a disfrutar justo el instante” y así tal vez encontrar la “Absolución” (P-67) y camina decidido a cruzar en dirección a la aventura que es vivir (según Claudio Rodríguez) porque ha aprendido que, a pesar de todo, “toda la culpa no era suya”. y Se siente “En paz” (P-68) y “ya no se dejará vencer en vano, /pues ha logrado la fuerza y es otro”.

Aunque se sabe solo como en "El buque fantasma" (P-69)  “solo con la música, con Chet Baquer/que acompasa el invierno y la memoria,” (…) “porque no hay nada al otro lado, nada /salvo un tiempo vacío y homicida.” Y decidido a no alargar mas su propio juicio sobre su perpetrado “crimen”, se erige en juez de si mismo dispuesto finalmente a pronunciar su “Veredicto” (P-70), “como si fuera otro   y fuera el mismo,/a la vez un hombre triste y un hombre libre;” Y frente al espejo contempla  su reflejo y se dice: “pagó por su atropello y ha sido absuelto.” Y a partir de ese momento comenzó a “Amanecer”(72): “Nunca supo cómo llegó la brisa,/ quién le trajo la ramita de olivo/ en aquella travesía sin vuelta,/ pero el sueño, la paz y la alegría / bajan del cielo y no los manda nadie.”

 


APARTADO III: AMANECER EN DICIEMBRE  

Llega “Diciembre” y el sujeto poético piensa que todo será diferente  “y merece el aire, el primer aire / de un diciembre desvaído e inocente / y mañana traerá el amor seguro.”

En los poemas “Su perdón más puro”, “Otros días”, “la última batalla” y “La casa sosegada” (P. de 85 a 89). En estos poemas  el sujeto poético se siente redimido y esperanzado, se siente feliz y en no regresar a la sombra, la niebla, saluda al salir a la calle y, sin sentimiento de culpa, cree merecer “las manos de los otros / sus palabras y su perdón más puro” porque ya “se marcharon al fin las horas grises” y piensa imponer “su palabra nueva y su memoria” para ganar  “la última batalla / si le acompaña la fortuna” y piensa así porque siente su casa sosegada y siente que fuera le espera el amor, “cualquier día a una hora imprecisa”

Sueña ahora un "Viaje" (p.95) “un viaje sin retorno a la alegría,” Pero a pesar de esos pensamientos,  su memoria, que va y viene del ayer al ahora, le hace sentir que: “Todo será memoria en adelante,/ memoria de gemidos y de bocas,” Llega el “Nuevo año”(p.100)Y esta solo “y bailará seguro con él mismo/ al son melancólico de las sombras,”

Llegan los “Últimos días”(102)  y comprende que “ya no tiene prisa en marcharse/ a ninguna parte, está solo y sabe/que tiene mucha vida por delante.” Y sueña y espera de nuevo el amor. En “Redención”(106) el sujeto poético  reflexiona de nuevo , ha visto el abismo a sus pies al tiempo que “ha vuelto enamorado nuevamente.” La reflexión continúa  en “Capitulación” (107) “Todo ha sido así, piensa el hombre, humo/y belleza efímera y también dolor”. La reflexión es constante en todo el libro, también el sentimiento de culpa, la soledad, la pena, el convencimiento de no ser el el único culpable, el asumimiento de su situación, la redención para sí,  la capitulación final y un “Nacer de nuevo” que, al igual que renace la naturaleza,Le hace pensar que “ el sueño de las sombras en la tarde

Con Pérez de la Hoyica
 (…) empieza a prometer la primavera,” y al igual que este pensamiento machadiano del olmo renacido sabe también que un día todo acabará, que llegará “El final” (111) Como llega la noche /Y clausura el cielo”. Aun así, hay que seguir ( y regresar) cada día que amanece. Sale a la calle y se siente alegre y feliz,




Cuando leí este libro, aun sin publicar, en febrero de 2020 me impactó y escribí parte de las impresiones que me causó su lectura, hoy  febrero de 2021, ya el libro publicado y en mis manos, releo sus poemas  y termino de escribir  mi impresión sobre este desnudamiento de Pascual que le exime ya de culpa, que solo fue un castigo en su percepción y que gracias al tiempo y a la soledad  le ha llegado, porque la poesía siempre llega cuando ella quiere, la poesía , como un gran baluarte que le ha liberado de culpa. 

El sujeto poético “Silba una canción ” Es casi primavera  y amanece,/Y no va solo porque lleva siempre consigo / Una palabra amable y misteriosa.” Y esa palabra, misteriosa siempre, se intuye que es la poesía, quizá el amor o ambas cosas al tiempo.  

 

                        Manuel López Azorín

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