viernes, 14 de abril de 2023

Fernando Villamía: "Dioses de quince años"

 

Fernando Villamía: Dioses de quince años



Dioses de quince años, de Fernando Villamía (Editorial Algaida, 2022) fue el ganador de los 56 Premios Literarios Kutxa de San Sebastián, en su modalidad de relatos en castellano; un premio otorgado por un jurado compuesto por Ángel BasantaLuisa EtxeniqueEspido Freire y Marcelo Luján.

El libro está compuesto por los relatos: “El corazón de mi hermana, “La Hipopótama”, “El último baile,”  “Ladridos, “Con pluma estilográfica, “Hilos”, “La foto de Dios”, “Martillos de mayo”, “Aula de poesía”, “El silencio”, “Muertos difíciles” y “La primera vez

Generalmente no suelo reseñar prosa en este blog, pero en ocasiones me llega un libro que genera mi interés y hago una excepción. Y este es el casos.  Al menos a mí me parece que estos relatos de Fernando Villamía merece una reseña



Y me gustaría escribiros sobre un relato en particular, un relato que trata de poesía y se titula “Aula de poesía” Yo, al leerlo he sentido una emoción especial y me ha hecho pensar que este relato o cuento me ha acercado  de lo invisible, al misterio de la poesía , hasta lo visible y he sentido que, como Villamía, una palabra , solo una palabra  cambia al poeta, al lector, porque esa palabra contiene la magia, el misterio de lo invisible hecho visible, que hace que entiendas, aun sin comprender del todo, que vivas, que te identifique, que signifique una palabra todo en un poema.

Leed el cuento, el relato y lo comprenderéis  porque os sentiréis identificados  y entenderéis que el misterio, la magia que aporta una palara  puede hacer que el poema te toque los sentidos y lo vivas como tuyo..



Los personajes que transitan por estos relatos, son "dioses de quince años", es decir: “adolescentes atrapados en esa edad en que el cuerpo crece demasiado deprisa, el alma se satura de urgenciasy la arrogancia se entremezcla con la confusión”.

Estas son historias que, con una prosa muy poética, nos muestran a estos adolescentes en una edad difícil en la que estos “Dioses” se sienten frágiles al tiempo que sabios, tan inmortales como ingenuos,  por un lado felices y por otro desgraciados y siendo hermosos en esa maravillosa edad, no se encuentran ni física ni emocionalmente. Es esa edad en la que se sienten contradictoriamente sometidos  “a la dictadura de la realidad al mismo tiempo que viviendo en el vuelo de la fantasía.

Este es un libro, sin duda alguna,  que contiene una  estética de muchos hallazgos líricos muy hermosos. Un libro que debería de ser conocido, leído, por todos estos “Dioses de quince años “ y no sólo por ellos sino por todo los docentes que se dedican a la dificil y enorme labor de formarles.  

Una parte de la adolescencia consiste en sentir que a tu alrededor no hay nadie lo bastante parecido a ti para comprenderte”, decía John Irving y con esa cita se abre este  libro de Fernando Villamía.

 


En su contraportada podemos leer un resumen de sus contenidos que nos dice: “Una muchacha que tiene un idilio con el viento; un chaval que se cartea con su padre muerto; un adolescente que descubre el poder transformador del amor y otro que atraviesa el complejo misterio del sexo en su primera relación; un grupo de chicas que, tras acosar con infinita crueldad a una compañera, acabarán por descifrar su íntima grandeza.”

Son algunos de los personajes que transitan por estos relatos. Todos ellos son “Dioses de quince años”, y merecen toda la atención posible si se pretende formar a jóvenes que mañana serán hombres y mujeres encaminados a ser valiosos en su camino tanto personal como profesional.

Yo, personalmente, recomiendo su lectura , como he dicho más arriba, tanto a los “Dioses de quince años” como a a todo el personal docente. Creo que es un libro para tener en todas las bibliotecas de los Institutos.

 


Fernando Villamía (Vitoria, 1957) a quien conocí  con motivo de las Jornadas del C.E.P (Centro de Estudios de la Poesía que anualmente se dedicaban a un poeta, poeta que visitaba los cuatro ,entonces, I.E.S de la localidad para leer y explicar su poesía a estos "Dioses de quince años" que para mi en aquellos años eran, además, la semilla que , con aquellas Jornadas poéticas, podrían ser una siembra  floreciente para el futuro) porque con que germinara en algunos algún fruto (y germinó) ya era mas que suficiente para hacer aquella "siembra poética". Han pasado más de 25 años de aquellas Jornadas del CEP y todvía te encuentras con algún alumno de entonces que no solo las recuerda sino que se animó a leer poesía y a escribirla. Esa fue la semilla que llegó a germinar y florecer en alguno de aquellos "dioses de quince años"

Fernando Villamía  impartía clases en el Instituto Juan de Mairena de San Sebastián de los Reyes (Madrid), es catedrático de instituto de Lengua y Literatura Españolas y escritor. Aunque la mayor parte de su producción es relato corto, también cultiva la novela. Villamía es colaborador de la Revista de Literatura del C.S.I.C. y miembro del Equipo de Teoría del Lenguaje Literario del mismo Consejo Superior de Investigaciones Científicas durante varios años, ha publicado diversos trabajos de crítica literaria. Es miembro del Seminario Permanente Claudio Rodríguez, con sede en la Biblioteca Pública de Zamora.

Ha publicado numerosos relatos, que se han visto recompensados con la obtención de premios tan destacados como el Premio Ciudad de Villajoyosa, el Hucha de Oro, el Gabriel Miró, el Ciudad de Andújar o, más recientemente, el premio Gabriel Miró.

Premio Internacional de Cuentos Max Aub (2013),

Premio Internacional de Relato Corto Encarna León (2013), Premio Tierra de Monegros (2014), El cuento de la vida (Premio de Novela Ciudad de Badajoz, 2016).

Premio de Relatos Antonio Segado del Olmo-Villa de Mazarrón (2015) y Premio Internacional de Relato Fernández Lema (2018).

Judith y Holorernes, su primera novela, fue reconocida con el Premio Felipe Trigo en 2008.

Fue también finalista del Premio Setenil en 2020, que esta considerado el galardón más prestigioso del género de  cuentos.

En fin, lo dicho, un libro como Dioses de quince años , en mi opinión,debería encontrarse en todas las bibliotexas de todos los Institutos.

                               Manuel López Azorín



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