martes, 4 de julio de 2023

Pedro A. González Moreno: "Contra tiempo y olvido"

 


Pedro A. González Moreno: Contra tiempo y olvido







 Pedro A. González Moreno (Calzada de Calatrava, 1960, Ciudad Real) publicó Contra tiempo y olvido (Almud, Ediciones de Castilla la Mancha, 2022) en  Contra tiempo y olvido nos ofrece memorias de la infancia y adolescencia. Con una prosa ágil y clara tratando de recupera un espacio y un tiempo sucedido.

En ese intento nos dice Pedro Antonio en la introducción: “Para contar esa historia que puede ser la nuestra, no son necesarias las reglas de la ficción ni las técnicas de la narrativa; tan solo hace falta abrir la espita de los recuerdos y permitir que la primera persona se exprese en libertad.” (pero para eso hay que saber)

Y González Moreno  que ya es un clásico de las letras castellanomanchegas. Como suelen decir por su tierra. Autor de narrativa, ensayo y poesía con premios importantes en todos ellos. Citaré solo cuatro: en Narrativa, el Premio Café Gijón, en 2018, con La mujer de la escalera; en Ensayo, el Premio  Fray Luis de León, en 2016, con La Musa a la deriva; y en Poesía, los dos últimos Premios: el Alfons el  Magnànim, en 2010, por su poemario Anaqueles sin dueño y el Premio José Hierro por  El ruido de la savia (2013)

Pero más allá de los premios, Pedro Antonio es un escritor a tiempo completo, que nos ofrece una obra sólida y llena de hallazgos literarios y por tanto en su escritura, en la necesidad de contar, de ponerlo por escrito lo ha hecho en Contra tiempo y olvido”.

Así nos dice en relación con este libro el poeta manchego también, Francisco Caro: “Siempre creí que el enorme poeta que es Pedro A. González Moreno se vería abocado a contar con precisión pausada, más allá de lo ya apuntado en bastantes de sus poemas (léase “El ruido de la savia”), la patria proletaria de su infancia, el paisaje de cerros de su adolescencia, las ropas y lecturas con las que atravesara el dintel del mundo –siempre en obras– de los adultos.”  

Igualmente . el poeta, y escritor, Amador Palacios nos dice así: “Contra tiempo y olvido es, con todo rigor una autobiografía, pero asimismo un rico documental sobre los años vividos por esa “generación puente”, como el escritor proclama; años transcurridos en una anchura tan apartada y tan cerrada como fue La Mancha. Generación de los que vinieron a nacer en la mitad del siglo XX

Ya en su contraportada  nos ofrece con claridad que “El escenario de este libro, de estos recuerdos, es el pueblo natal del autor; y su tiempo, las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado, hasta que en 1977, una vez terminado el Bachillerato, se traslado a Ciudad Real para estudiar Filología Hispánica.

El paisaje rural que el narrador evoca no está formado sólo por calles, nombres, palabras o costumbres; son personas y sensaciones, momentos que marcaron su infancia y adolescencia y que, de algún modo, conformaron luego su vida como escritor.


Rocío Acevedo y Pedro

En un viaje espacial y temporal, que es una batalla a la vez contra el tiempo y contra el olvido, Pedro A. González Moreno nos abre aquí su corazón y su vida y encuentra en estas páginas hebras de luz que le permiten ¿salir del laberinto? de su memoria.”

 

El libro fue presentado el pasado septiembre en Calzada de Calatrava, la patria chica del autor, por el sacerdote y poeta Valentín Arteaga, y nuevamente el 8 de noviembre por la la profesora Rocío Acevedo, en la Biblioteca Pública del Estado de Ciudad Real.

Rocío acevedo y Pedro

RocíoAcevedo, profesora de Lengua y Literatura en el IES Juan de Távora de Puertollano, dice sobre este libro que: “ Se trata de una obra insólita en la trayectoria del autor por la ternura que emana de sus páginas al hablar de su familia, de sus recuerdos y de su infancia en un pueblo muy atrasado donde aún no había penetrado el progreso, (…) Una especie de viaje a la nostalgia realizado con el propósito de rescatar aquellos años que tan relevantes fueron no sólo para la historia reciente del país, sino también para la propia vida, incluso para la futura obra literaria del autor. (…) Siempre enamorado de su tierra, Pedro A. González Moreno rescata la vida, los hábitos, las tradiciones, las costumbres o las hablas locales, ahonda en su genealogía y, sin caer en el costumbrismo, detiene su mirada en tipos o personajes curiosos y en escenas que evoca con un estilo que a veces resulta más propio del género narrativo que del género autobiográfico.”

Los cambios sociales  durante los años 60 fueron importantes para la vida de Calzada de Calatrava y para todo el país. Así nos dice Pedro Antonio en una entrevista que leí hace poco: “Yo nací en 1960, y en aquella época no existía el agua corriente, no había un grifo, no existía el cuarto de baño, existía la jofaina, el barreño de cinc, donde nos lavábamos los niños. Hasta mis nueve años no hubo televisión en mi casa. Me acuerdo perfectamente porque vi un acontecimiento histórico, ni más ni menos que la llegada del Apolo 11 a la Luna con la voz de fondo de Jesús Hermida.”

Continuo con las palabras de Rocío Acevedo: “Como González Moreno afirma en uno de los capítulos finales, a veces es necesario hacer las maletas y abandonar la tierra donde crecimos. “Aquel adolescente con la carpeta llena de versos y la cabeza llena de sueños, sólo sabía que más allá de su casa o de su calle, más allá del Jabalón y más allá de la llanura manchega, el mundo era muy grande y había que salir a descubrirlo”

 “El libro, no cuenta Rocío Acevedo,  finaliza con la salida de su pueblo y su llegada a Ciudad Real en unos tiempos convulsos en los que, alejado de los vaivenes políticos del momento, conoció a los primeros poetas manchegos relacionados con el Grupo Guadiana, dirigido entonces por Vicente Cano, y allí comenzó a publicar sus primeros poemas.”

En este viaje contra el tiempo y el olvido tiene el narrador que es Pedro A. González Moreno: (Licenciado en Filología Hispánica y profesor de Lengua y Literatura)  la savia poética, la capacidad evocativa del gran poeta que es aun sin dejar el yo narrador, lo que hace que este viaje en el tiempo además de una prosa elegante, precisa, muy tierna en ocasiones y plena de claridad (“en la sencillez se encuentra la grandeza”) encontremos también hallazgos de lirismo. Los que nacimos en un pueblo sabemos que en algún lugar de nuestros recuerdos, de nuestra memoria, se fija perenne ya, envuelta en la idealización, la memoria de nuestra infancia.

Unos capítulos, en fin, que para los que hemos nacido en pueblos, y se haya vivido aunque solo sea parte de la infancia en él (como es mi caso y supongo que el de tantos), este sea en esas evocaciones de los primeros años, un libro en el que establecer paralelismo, identificaciones de esa patria Rilkeniana del hombre que es la infancia y que todos, de una u otra manera terminamos idealizando porque lo que yo llamo “la materia de los sueños” que es la memoria, tiende a la idealización de los recuerdos y esto no es variarlos, en todo caso es enaltecer un tiempo que para  el recuerdo es, fuera o no del todo así, el paraíso de la niñez.

                                      Manuel López Azorín


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