martes, 3 de octubre de 2023

Félix Maraña: "El bosque no es un árbol repetido"

 

 Félix Maraña: El bosque no es un árbol repetido

 Colección Graffiti. Huerga y Fierro  editores (2023)

 


Félix Maraña (Leonés de nacimiento y donostiarra de adopción), nos deja un libro magnifico, un libro para saborearlo, para releerlo despacio y reflexionar sobre aquello que nos dice porque en sus poemas podemos encontrar la vida misma, la generosidad de un hombre, de un poeta que se canta y nos canta cuando nos habla de amor, de amistad, de paz, de libertad

El bosque no es un árbol repetido,

ni la luna es un astro acomplejado,

mar de madera es, mundo animado,

tampoco el sol de tarde es sol vencido.

En un magnífico prólogo el periodista, narrador y poeta Valentín Martín nos dice: “Yo, a la hora de los libros y de la gente, nunca fui neutral pero tampoco profano. Y voy a decir después de hacer la digestión de este libro y leer a su autor a diario en medio de los hijos de las redes sociales, o en los periódicos de la convalecencia, que no he conocido a nadie con más fondo de almario –literario y humano– que Félix Maraña”

El bosque es un historia que se erige

en formas verticales resumido,

escondite vital, libro asumido,

alfombra que los días no corrige.



El nuevo libro de Félix Maraña, no es solo un libro de poemas, que ya es mucho, es un libro para disfrutar con su maestría tanto de la poesía clásica, los sonetos y “soñetos” como de la tradicional o popular con las estrofas propias del llamado verso menor (solo por su número de sílabas) Y es también un libro para los que disfrutamos de su pericia, de su  ingenio, de su saber hacer de su repentismo y, cómo no, del humor de este hombre que dice ser “Un humorista en paro” Todo esto y la verdad  de la verdad en su poesía, acompañada de muchos afectos y grandísima generosidad, hacen de este libro de un árbol único, el gran libro de Félix Maraña

Epidemia de amor, nube que crece

en una sociedad ilimitada,

de flores, plantas, ciervos y estorninos.

 

Y es que este libro está lleno de amistad y lleva puesta  el alma cada uno de sus poemas. Pero no solo amistad, en él hay mucha ternura y hay humor, en definitiva mucho amor, mucho cariño, muchos afectos en cada una de sus páginas. Félix nos deja en él sonetos muy bien construidos y otros versos más lúdicos, nos deja retratos, físicos y anímicos, retratos de personas que tenemos la suerte de contar con la amistad y el afecto de un hombre singular.

 

 Acoge en su interior, acuna y mece

surcos de agua, lagunas y majada,

rumor de hondo silencio, tiempo, sinos

 


Este  dialogo con el mundo que es El bosque no es un árbol repetido  Félix Maraña ha puesto su alma y todo su saber para conformarlo. 

Valentín Martín nos dice es el prólogo: “Cuatro apartados componen  este volumen. El poeta nos advierte, desde el perfecto endecasílabo del título: El bosque no es un árbol repetido. El hombre es un árbol pero es único, no hay árbol repetido, ni es bosque por sí mismo sino que para formar Bosque, es decir sociedad, como bien dice Félix:”  “…ha de ser el sistema complejo de vasos comunicantes que interrelacionan la conducta asociativa entre el individuo y la masa lo que da sentido a la historia del mundo. La poesía no puede ser sino un dialogo con los demás. Sin dialogo no hay sociedad.”

La poesía y la vida, añado yo porque son lo mismo.

En este poema resume el sinsentido del terrorismo nacionalista:

HISTORIA DE EUSKADI

Tanta sangre derramada,

no preguntéis para qué,

porque lo saben, lo sé:

tanta sangre, para nada.

 

Igualmente nos habla de la infamia de las guerras y las dictaduras en otros poemas y nos dice en este magnifico terceto:

Esa es la patria que a vivir prefiero.

Que el trato del respeto sea su gloria,

sin tanto respirar furioso y fiero.



Javier Mateo Hidalgo viene, en un artículo de este crítico cultural, doctor en Bellas artes,investigador, profesor y creador,viene, digo, a resumirnos lo siguiente con relación a Félix Maraña: “Para Félix, León es “una referencia afectiva” familiar e intelectual, pero también “una evocación y una preocupación”. Desde niño residió ya en el País Vasco, donde inició su carrera periodística en el ámbito cultural a los 17 años. Sus artículos —aparecidos en medios como los de Vocento—, han cantado a su tierra de acogida, siendo Donostia su punta de lanza. Miembro de revistas como Kantil y fundador de la Oficina de Ideas o de la Colección Poesía Vasca, ha organizado diversas exposiciones dedicadas a figuras imprescindibles de la cultura de esta tierra como Pio Baroja o Jorge Oteiza. Amigo personal de éste y de otros no menos importantes como Gabriel Celaya, se ha preocupado por difundir su poesía a través de ediciones o estudios en torno a sus figuras.”

La Naturaleza anda presente, el hombre forma parte de ella  

Desierto:

Sin los ríos el mar perecería,

si no bebe no puede estar despierto,

cuando duerme mantiene un ojo abierto

pues el mar de la tierra no se fía.

La tierra ya no encuentra mejoría,

poco a poco la tierra huele a muerto.

 

Todo el libro es una metáfora para hacer de la vida un bosque con miles y miles de árboles que conformen:

un paisaje liberto, falansterio

donde sólo dirija la cabeza,  

reparta pan, justicia y no tristeza,  

luzca la luz y reluzca el criterio.

 


Dos cosas para finalizar, una: agradecer a ese “Garaje de guardia”, poema que inicia este libro, lugar en el que empujaron a seguir vivo a éste, entre otras muchas y buenas cosas, repentista del verso. Poema  del que pongo un fragmento:

 

Garaje de guardia (fragmento)

Y acudes de urgencia a los talleres,

una, dos enfermeras, tres o cuatro,

te rodean, asaltan tu esqueleto

y toman posesión a sangre y suero

del trasto que presentas para el trance

te impone la salud como quien manda

el carburo vital intravenoso,

que te espanta la muerte de remplazo,

y te trata como en hotel de lujo:

No te muevas nosotros te empujamos.



 

Y dos: este es un libro principalmente de vida, pero en el también anda la sensación de desconsuelo, el dolor que provoca la ausencia del ser querido, la muerte en definitiva, que aquí plasma Félix especialmente   en un grupo de cinco sonetos titulado “Coplas en la muerte de mi madre”, (falleció en 2002) “publicados  en el periódico digital León Estrella del grupo Estrella Digital en el día de su muerte en que fueron escritos”

COPLAS EN LA MUERTE DE MI MADRE (I)



Perdóname, mamá, si algunas veces

no supe comprender cuanto sentías,

ni traducir o interpretar con creces

 

lo que en tu frente limpia nos decías.

De fervor por los tuyos, por sus días,

se construyó el amor que te mereces,

se cimentó el amor con que morías

más que vivir, cuando criabas. Preces

 

elevan a las cumbres tus vecinos,

provocan en tu huerto con sus trinos

los pájaros que añoran tu partida,

 

madre, que te venció la última herida.

En el cruce de todos los caminos

me asista tu memoria repetida.

Este libro llega a la luz y con su luz alumbra el verso, al hombre y a la vida porque es un poemario con diversidad luminosa  en todas sus variantes o como bien dice Valentín Martín: “El poeta ha puesto en él varios cambios de aires que sirven para coser la armonía del libro sin que esta corra peligro de romper su pasión civilizada”

Un libro, en fin, absolutamente recomendable.

             Manuel López Azorín  


NOTA:  Acabo de encontrar un texto que escribí cuando Félix Maraña me envió un PDF  de Elbosque no es un árbol repetido y como ya veo mejor y he preparado lo anterior escrito para hablar de este libro, quiero incluir este otro texto, escrito cuando aún no se había publicado y que yo no recordaba. Aqui va:

Félix Maraña: El bosque no es un árbol repetido                                  (Sonetos y soñetos)

Acabo de leer este libro de Félix Maraña que parece ser está a punto de nacer editorialmente. El bosque no es un árbol repetido es su título y es como decir que cada árbol es único en la naturaleza al igual que cada persona en su manera de vivir, de pensar de sentir, de ser y estar en este mundo. Y como Félix Maraña, único e irrepetible, cuando he terminado de leer las 168 páginas de las cuatro parte que lo conforman, he sentido la enorme diversidad del bosque de la vida, a través de cada poemas, soneto, soñeto y demás composiciones en la que pertenece al bosque humano, este árbol de Felix Maraña muestra y nos ofrece su saber combinar la música de la palabra con la forma múltiple de poemas clásicos, populares y sus variaciones para mostrarnos la humanidad que atesora, que lleva consigo este periodista cultural que ama y defiende la vida, la cultura y la poesía.

Viene acompañado de un magnifico prólogo de Valentín Martín en el que muy acertadamente nos dice: “Félix Maraña es uno de los hombres más cultos que he conocido en mi larga vida aunque a mí se me haya hecho muy corta. Sé de lo que hablo porque me fui del aldeanismo ideológico a vivir buena parte de mi biografía entre otras gentes, otros países y otras comunidades.(…) El que la cultura de Félix Maraña sea placentera no la hace menos importante. Al contrario, y quien la probó lo sabe.(…) Ahora Félix ha escrito un libro abundante y bellísimo. Y tan rumiante que cuando lo lees parece que estás cambiando de novia constantemente, y que cada una es más guapa que la anterior”

(Un prólogo escrito por un gran hombre para otro gran hombre que ha escrito un gran libro.)

 

Y se inicia este libro con un poema a manera de introito como agradecimiento al sector sanitario cuando, en un momento difícil de su vida, Félix fue atendido en la UCI y devuelto, con su sístole y diástole en armonía, a la vida y en plena pandemia. Incluyo aquí la estrofa final de este poema: “Muchas gracias por ser mis ocho brazos /y darme algo de vida, nuevos plazos./ Bien seas enfermera o enfermero,/ médico global, mundo sanitario,/ arriesgando vuestra vida a diario,/ que nunca os lo dije, pero os quiero.

Un hermoso y humanísimo libro este El bosque no es un árbol repetido.  Lo he comprobado en todas y cada una de las partes: en la  I: RUMORES VEGETALES donde nos frece 54 poemas principalmente sonetos, algunos cuartetos con algunas composiciones en verso tradicional con la que nos habla en una cuarteta de su enorme amor por la tierra y parte de la Historia de Euskadi: Tanta sangre derramada, / no preguntéis para qué,/ porque lo saben, lo sé:/ tanta sangre para nada.”  

La II: TIERRA TRASPLANTADA,  con 16 poemas. Comienza el primero con un soñeto (porque lo escribe con tres cuartetos y dos tercetos) recordándonos otra de sus tierras la del Bierzo y defendiendo la memoria histórica nos dice en el último terceto:Mas contra la memoria no hay ruptura:/ comienza al fin la historia, aunque sea tarde.” Y en este apartado nos incluye con cinco sonetos el más hermoso homenaje de Coplas a la madre muerta que hizo que este árbol-hombre creciera: “Perdóname, mamá, si algunas veces/no supe comprender cuanto sentías,/ ni traducir o interpretar con creces/ lo que en tu frente limpia nos decías.” (…) “Hará crecer este ciprés pequeño,/ que tenemos que hablar de muchas cosas,/ cementerio del cuerpo, cementeño.”

 

La III: NOMBRES Y PRONOMBRES que contiene 39 poemas. En este apartado, quizá con más profusión, dedica su diversidad de poemas al recuerdo de amigos poetas entre los que no podían faltar Celaya, Blas de Otero y Jorge Oteiza a quien le dedica un soñeto ( por aquello de haberlo escrito como un sueño y una premonición), de ahí el título y el subtítulo de MUERTE PROVISIONAL (Soñeto): quien le dedica un “Ha muerto Jorge Oteiza, es evidente,/ ha muerto por ahora, bien se nota./ La muerte nos revela, gota a gota,/que el dolor no suple al cuerpo ausente.” Y también recuerda a los amigos no poetas, a pintores, cantautores  etc.

Y la IV: CANCIÓN Y CANTO  compuesta solo por 25 poemas con los que juega  con el lenguaje como el poema de Hola ola Zurriola y que dedica a Gloria Fuertes e Isabel Escudero o esta copla jocosa que os traigo y que dice: Mi copla llegó a tus ojos / a través del corazón / y yo me quedé tranquilo / porque ahora veo mejor.

Vicente Huidobro decía que hacer un poema era hacerlo del mismo modo que la naturaleza hace un árbol, con la esencia de la semilla del amor, del compromiso y de la honradez verdadera para que vaya creciendo sano, pleno de emoción y de vida, aprendiendo en cada una de sus etapas de crecimiento, hasta llegar a ser poema-árbol, hombre que escribe y crea ya verbal ya caligráficamente esa sustancia milagrosa que es la voz luminosa de la poesía, la luz y el agua de la vida. Algo que aparentemente parece sencillo pero que resulta muy difícil de conseguir si la voz, con su lenguaje, no llega con la luz para alumbrarte, con el agua que calme tu sed de palabras porque es vida, es poesía..

Félix Maraña ha escrito este volumen `para él y para los otros y lo ha escrito creando, como decía Huidobro, poemas como árboles, pero árboles no repetidos, cada cual único para contar y cantar su pensamiento y a sus seres queridos, amigos, familia, compañeros… y lo ha hecho desde y con las formas métricas ya clásicas ya tradicionales o populares, porque la poesía culta y la poesía popular son POESIA y todo poeta que se precie se abrazará a las dos porque ambas sirven porque tienen, cuando se manejan con la soltura que Maraña lo hace, esa combinación armoniosa de un número concreto de sílabas y un ritmo de de voz que marca los tiempos y acompasa las palabras creando la música extremada que decía Fray Luis de León tanto en la llamada poesía mayor como en la llamada menor.

Y Félix Maraña con este libro demuestra ser maestro en ambas y, es más, nos demuestra que  aun con vanguardias, experimentos, innovaciones y búsqueda de nuevas formas (que es bueno que se den y se investigue en ellas) la poesía que nos trae aquí Maraña, es decir la clásica como la del soneto, con todas sus diferencias, desde el soneto más clásico, hasta el soneto con sus muchas variantes, sonetos en endecasílabos al modo más clásico, en alejandrinos a la manera modernista y alemana, sonetos en serventesios con tres cuartetos y pareado final al modo inglés, Sonetillos ya octosilábicos  o de menor medida etc. etc. Son formas que este periodista cultural llamado Félix Maraña que ama la poesía sabe y domina a la perfección (aunque aquí no se incluyan, todas las que conoce ), y si elabora cambios y los llama “soñetos”  porque los sueña se lo sugirieron o  porque añada cuartetos o tercetos al soneto, sabe bien lo que hace y lo que es más importante: no solo les da la forma adecuada, les dota del ritmo y la emoción precisa a cada uno de sus poemas.

Tras leer este libro, y porque Félix ha querido escribir  unos versos dedicado a mi persona , yo no puedo, ni quiero, dejar de responderle con estos otros que yo le quiero dedicar:

Para Félix Maraña por su El bosque no es un árbol repetido

que es como decir  es su vida y su camino.

 

Si tú me dice “te quiero”

porque de verdad lo sientes

y yo creo que no mientes,

yo también digo: te quiero.

Felix Maraña y Manuel López Azorín

 

Laudatorio me dirán  

porque te alabo tus versos

Mas tú y yo andamos inmersos  

en obviar el “qué dirán”

 

Porque la amistad es obra  

de empatía, entendimiento

forma de amar, sentimiento

del bueno, del de verdad.

 

Como tus versos, amigo,

que nacen del corazón

y de pensamiento son

y hacen contigo el camino.

 

No quieren hacer carrera,

tú, como Antonio Machado

haces camino y, lo andado,

te hace árbol-hombre en la tierra.

 (Manuel López Azorín)

 

.



Y añado ahora, por recordar a quienes obvian o miran con indiferencia determinadas formas métricas que nos ha ofrecido lo mejor de nuestra historia de la poesía española tanto en la poesía mayor o clásica como en la tradicional, popular o poesía menor…un poco de historia, resumida, pero historia al fin (por si se les ha olvidado o no la saben)

El soneto al modo itálico se lo debemos, entre otros a Dante con sus sonetos a Beatrice; pero especialmente a Petrarca y su Cancionero  que se propagó por todas partes.  El primero en intentar  adaptar el soneto al castellano  fue el Marqués de Santillana en el S.XIV-XV

Desde Garcilaso el más conocido propagador del soneto

hasta la llegada del Modernismo , se mantuvo fiel a una estructura fija  en los dos cuartetos (ABBA:ABBA), y libre en los dos que ofrecía diferentes  combinaciones  CDE:CDE, y otras muchas)

 

Lupe Grande, Félix Maraña, Rafael Soler, Chema Causín,
M.L.Azorín y David Morello Castell

Del mismo modo la poesía menor, la tradicional o popular española, la de los trovadores y/o juglares. La de los romances, coplas, cantigas, etc. etc. que vinieron a nacer en el S X u XI, cuando aparecieron las Jarchas, los Zéjeles etc. siguen vivas  y seguirán vivas.)

Hubo muchos  sonetistas en el siglo XVI-XVII. Lo escribieron los más conocidos poetas , entre ellos, Gutierre de Cetina,  Boscan, Lope de Vega, Quevedo, Cervantes,  que utilizó el estrambote (un pareado además de los catorce versos) y también  muchos otros.  Sus temáticas ya no eran solo el amor sino múltiples. Y muy variadas.

Más tarde en el Neoclásico  se escriben pocos sonetos y en el Romanticismo en España, Bécquer, por ejemplo, solo tiene un soneto en sus archiconocidas Rimas.

Y aparece de nuevo a finales del SXIX con el Modernismo el soneto clásico y también innovaciones métricas. Serventesios en lugar de cuartetos, verso en alejandrinos en lugar de endecasílabos y otras combinaciones métricas y se recupera  el sonetillo   (soneto octosilábico de arte menos ya usado anteriormente)

Igualmente durante el S.XX se escribieron muchos sonetos por los poetas de la generación del 27, especialmente Gerardo DiegoAlberti, García Lorca y Miguel Hernández Así como Pablo Neruda que llamó sonetos impuros a los que escribió sin rima.

 

El soneto se mantuvo vivo también en la postguerra y posterior.

Poetas como García Nieto, Leopoldo de Luis,  José Hierro, Blas de Otero, Ángel González y muchos más los escribieron.

En los años 60 pareció  decaer  con la excepción de profesor de métrica  y poeta Antonio Carvajal y algún que otro más que seguían escribiéndolos como Carlos MurcianoJose Antonio Villacañas

 

Los Novísimos se olvidaron del soneto pero después  poetas como Luis Alberto de Cuenca, los recuperaron dándoles vida de nuevo. Se podría decir que esta estrofa, al igual que las populares como el romance, la cuarteta o copla, se mantienen vivas a través del tiempo porque lo bueno perdura. Y Félix Maraña lo sabe bien.

 

                          Manuel López Azorín

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