jueves, 7 de noviembre de 2024

Marisa Peña: "De tierra y barro"

 

Marisa Peña: De tierra y barro

Eirene Editorial, 2024

Colección: Poesía Voces nuevas

 

De este libro se ha dicho que: “En la poesía testimonial, reflexiva y existencial de Marisa Peña (y la de este libro De tierra y barro lo es), la memoria de los vencidos y la ética conviven con sentimientos donde la nostalgia, la tristeza y el desánimo se expresan con una depuración estilística sobria y altamente precisa.”

La poesía de Marisa Peña es “…un corazón que late/ y palabra en el tiempo” como nos decía el maestro Don Antonio Machado. 



Destaco también la portada cuyo autor es Moncho Otero

 

Pilar del pozo Manchado nos dice a modo de introducción  que este libro es “Tierra removida”: “…una obra donde crepitan por igual la condición humana y el barro de otros poetas: Borges, Galeano, Paul Celan, Machado, Benedetti, el propio Pessoa…Donde Marisa Peña nos obliga a caminar  por esa tierra que nos remueve por dentro para terminar en el barro húmedo de la mayor de sus certezas: “El amor es la única victoria. / lo demás será pasto del olvido”.”





             No hay otra venganza que el olvido

                                    J.L. Borges

HAY QUIEN SE CREE POR SIEMPRE Y PARA SIEMPRE.

Vencedor de un destino inapelable.

No hay mayor desatino.

El olvido es, sin duda,

la condena más cruel, la más severa.

Queremos perdurar,

mendigamos que otros nos recuerden

por todo cuanto hicimos;

mas solo nos recuerda quien nos ama.

El amor es la única victoria.

Lo demás será pasto del olvido.

 

A Marisa Peña le podemos decir que estamos de acuerdo, que solo los que nos quieren nos recordarán después de habernos ido porque :“La tierra es el lugar donde podemos vernos, pensarnos, soñarnos, contemplar nuestra infancia, adolescencia, juventud madurez, todo y en todas esas etapas  por las que pasamos , por las que pisamos esta tierra y nos reconocemos limpios como el agua o embarrados como el lodo en función del tiempo sucedido.




LLEGA UN MOMENTOEN NUESTRA VIDA 

en que ayuda saber, y reconforta,

que te han amado mucho.

Saber que tú has amado a manos llenas.

La tierra es nuestro hogar y en ella están la familia, los amigos, los compañeros… Por ella pasamos limpios o embarrados por caminos de piedras o senderos de yerba y unos y otros van dejándonos huellas, dulces o amargas, cicatrices  que nos dejan para siempre. Esta tierra en que vivimos  nos va dejando señales.

Señales que no debemos olvidar sean de piedra, de barro de yerba, son las que nos van conformando, las que nos hacen sentir de un modo u otro, las que nos traen amor o decepción, alegría o tristeza y nos hace elevarnos hacia las nubes con nuestros sueños  o nos, deja caer  en el suelo embarrado como impotentes, como vencidos.

MI DOLOR ESTÁ METIDO EN TUÉTANO,

es cuanto fui,

el alma de mis versos,

la verdad de mi palabra herida,

lo único que puedo llamar mío.

Hay que levantarse siempre, volar, abrazar los recuerdos y regresar al suelo sabiendo  que a veces la soledad nos cerca, nos cerca la tristeza, porque se soñó libertad y paz y concordia y el sueño no pudo ser porque no dejaron que fuera. Pero el amor es algo que nos queda siempre, su luz nos ilumina.

 y no esperar ya nada inesperado./

y descansar al fin, después de la batalla”

A veces sale un sol de mañana que trae la esperanza de la tarde, la risa  de la alegría,  la caricia de la brisa y todo es luminoso y a veces las sombras nos cercan y con una total oscuridad vivimos encadenados  sin esa luz que trae el amor, la paz y la armonía.” Marisa quiere sentirse:




S E ABRIÓ PASO LA LUZ

por los oscuros huecos.

El olvido cedió su territorio.
Los recuerdos se instalan,

construyen recovecos, galerías,

levantan altas torres

y cúpulas inmensas,

puertas acristaladas

y largos corredores.

La claridad inunda cada esquina .

Todo es luz cegadora 

en la serena estancia,

todo es lo que ha de ser, ni más ni menos:

así, sencillamente, perfecta arquitectura del recuerdo.

“Marisa Peña en este libro De tierra y barro, nos muestra  una poesía con profundidad, con sinceridad , con verdad  vivida y sentida a través de la memoria. Así pues Marisa nos lleva, a través de su percepción personal por un tiempo y una mirada única  a mostrarnos , con su voz honda y reflexiva a la vez que con el miedo sentido, vivido, por unos poemas  plenos de emoción  a la vez que una reflexión íntima, un latido interior que nos muestra, en su manera de escribir, lo sucedido incomprensiblemente en un tiempo en el que las libertades se segaron con la guadaña del odio, el rencor, la venganza, dando lugar a la depuración, el fusilamiento, la vida quebrada en definitiva y la injusta muerte  como final, sumergiéndonos  poema tras poema en una sucesión de emociones  que reflexionan y ofrecen la verdad autentica a través de su poesía.”




HAY UNA LUZ QUE SE DESBORDA ENTERA

y se deja morir

envuelta en el silencio

junto al hueco que deja

la sombra prometida,

la fértil soledad,

la herida mal curada,

la cicatriz profunda.

Y hay una voz que canta 

una canción de olvido

en la distancia abierta,

en ese abismo roto,

cubierto de cadáveres y ausencias,

que nos quedó después.

De tierra y barro estamos hechos, polvo somos y al polvo volveremos, pero sin olvidar, el olvido es la nada y hay que dejar cuando nos vamos el recuerdo de haber sido tierra o barro que echó raíces y germinó. Árboles de luz que dan su benéfica sombra a los que  siguen, recordando, sin olvidar jamás, mientras van caminando por esta vida de tierra y barro.”




REGRESASTE,

desde los fríos confines del olvido

hasta los cálidos abrazos de la memoria.

Y para finalizar  estas palabras a manera de prólogo que Marisa Peña nos deja al inicio del libro. Palabras verdaderas, que para quienes la conocemos, sabemos que son palabras vividas, sentidas:

“Tienes en tus manos mis versos de tierra y barro, mi palabra fraguada a fuego lento, mi búsqueda incesante de mí misma y del latido íntimo que sé que han de tener todas las cosas.

(…)Necesitaba esta declaración de principios, esta afirmación de quién soy, y por qué, para qué estoy aquí, hago lo que hago,  lucho por lo que lucho y escribo lo que escribo. Así que no es verdad que todo esté perdido, como he llegado a creer  en estos últimos tiempos (ni en el plano político, ni en el poético,  ni en el laboral, ni en el afectivo), si tengo consciencia de que puedo ofrecer mis versos, mi palabra y mi corazón.”


Nací en un año impar,                (Fragmento, pag 19)

en primavera,

en los últimos estertores del franquismo.

Tuve una buena infancia 

aunque siempre habitaba en la tristeza.

Crecí  entre libros, mimos de mi abuela

y solícitos cuidados paternales.

Pero no fui feliz.

 

Marisa Peña  hace el camino de la poesía con autenticidad y no le importa tanto llegar Ítaca como saborear lo positivo y soportar lo negativo del camino porque:

LLEGA UN MOMENTO EN NUESTRA VIDA 

en que ayuda saber,  y reconforta

que te han amado mucho.

Y reconforta más 

saber que tú has amado a manos llenas.

(…)

Pero es bueno saber,

cuando hacemos balance,

que hicimos caso a Mario Benedetti:

que intentamos amar cuanto pudimos


siempre en defensa propia, contra el odio.

 

Y es que hay que recordad siempre que el olvido es la nada

y “El amor es la única victoria,

lo demás será pasto del olvido.”

 

   Manuel López Azorín


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