viernes, 30 de octubre de 2015

Lola de la Serna: El solo del espejo (trilogía)


Lola de la Serna: El solo del espejo (trilogía)



La obra poética de Lola de la Serna con el título genérico de El solo del espejo, publicada  en Ediciones Vitruvio, Madrid 2015 y que yo titulé como "Un viaje de meditación contemplativa" se presentó el pasado 25 de septiembre en la Biblioteca Eugenio Trías del Parque del Retiro (antigua Casa de fieras) Íbamos a presentarla , además de Pablo Méndez, el editor , dos amigos suyos, la poeta Carmina Casala y yo.


Finalmente  Carmina no pudo estar ese día, aunque me envió unas palabras para Lola que yo leí como prueba de afecto y admiración a esta poeta que, al encontrarse con dificultad para la lectura por un problema de alergias o intolerancias, decidimos acompañar para arroparla y hacer más fácil la lectura en el caso de que a Lola le fallasen las fuerzas para leer sus poemas. No fue así. en una recoleta sala del primer piso de la Biblioteca, llena de público expectante ante la presentación de El solo del espejo. 

Estaba  Lola de la Serna, emocionada y se creció, sacó fuerza de flaqueza y nos ofreció una hermosa lectura de su poesía siempre misteriosa, sugerente, plena de esperanza y dolor, de esperanza y amor, como una verdadera laica mística que espera de la vida y con la vida alcanzar ese vuelo que "le dio a la caza alcance", ese que nos dejó para siempre el más  grande místico de los poetas españoles San Juan de la Cruz.     

Os dejo aqui una breves palabras de Carmina Casala que, como he dicho, leí para lola y la presentación que leí yo, aquella tarde, que no es otra cosa que un extracto del prólogo que escribí  para esta obra poética de Lola de la Serna.

Palabras para Lola de la Serna de Carmina Casala:

           " No es de sorprender que con el apellido de Lola de la Serna tan vinculado al mundo de la literatura, que nos hace pensar en Ramón Gómez de la Serna y en el famoso cuadro de la tertulia en el café, Lola y yo tuviéramos desde el inicio de nuestro conocimiento una clara tendencia a convertirnos en amigas e incluso, en algunos casos, en llegar a ser confidentes.

Lola, en efecto, me obsequió con su confianza como yo hice con ella, incluso intercambiamos sentimientos de admiración y de respeto a nuestras respectivas obras.

      En esta difícil andadura de la vida hemos coincidido frecuentemente en rotondas y semáforos, si bien su obra es más abarcable que la mía porque se compone de una novela con la que obtuvo el premio Río Manzanares, de nombre “El Corralón” y de tres poemarios: Curupaití, 1988, título de resonancias amazónicas, “Adam Kadmon” (la barca y el barquero) que podríamos interpretar como “el hombre primitivo” del hebreo Adam, el primer hombre, y del adjetivo Kadmon, o sea, antecesor. Y finalmente el tercer libro que no es sino “El parpadeo del tiempo”, su última publicación que podría decirse completa la trilogía."
                                                            Carmina Casala
                      
UN VIAJE DE MEDITACIÓN CONTEMPLATIVA 
(Presentación de Manuel López Azorín para Lola de la Serna)



           Lola de la Serna  a lo largo de las últimas tres décadas nos ha venido ofreciendo primero,  recitales poéticos, poemas en revistas, algún que otro premio o mención y un libro de poemas titulado Curupaiti. En la segunda década nos ofreció menos recitales poéticos, menos poemas en revistas y otro libro, Adam Kadmon (La barca y el barquero). En la tercera década el silencio de la poeta  tan solo se rompió con la reedición en 2009 de este segundo libro suyo y cuatro años más tarde con la publicación de un tercer y nuevo libro El parpadeo del tiempo.

               Lenta pues y escasa producción poética la de esta poeta, pero lo suficientemente importante como para reunirla en un volumen y darla a conocer a los más jóvenes. Esto es lo que Ediciones Vitruvio, con su alma mater Pablo Méndez, publica ahora. Los tres poemarios de Lola de la Serna juntos en un solo volumen con el título genérico de El solo del espejo.


          Un título muy apropiado  ya que Lola de la Serna  ha ido siempre, en su poesía, a intentar resolver las eternas preguntas: “quién soy, qué soy, de dónde vengo, dónde voy”, y en ese intento, la imagen del espejo, El solo del espejo, refleja ese deseo de poder traspasarlo y poder encontrarse consigo misma a través de ese primer camino-libro de derrota y dolor, del segundo de búsqueda y del tercero, cerrando esta trilogía, que nos muestra  el tiempo de la contemplación y la memoria.



        Curupaiti era la huella de un destierro. Un canto de sed y de esperanza para entender el dolor. Un canto, con citas del Cantar de los Cantares, hondamente humano:
Curupaiti hermosa  / que con dolor pariste las algas y el romero / ¡cese ya tu dolor! /    Recoge el llanto y mira:
El júbilo del alba se ha posado en tus manos.
(…)¡Levanta    amada mía!/   Porque tu invierno…huye
           
         Lola de la Serna llegó a la poesía como un presagio de luz, con una voz de veladuras, una voz amorosa de dolor y de llanto, una voz imperiosa que proclamaba el hondo silencio del misterio, el misterio de una herida dolorosa que, cauterizada con la palabra, inició un camino, cruzó un puente, y a salvo de la herida buscó la luz :  Esta alquimia de sol, / un puente en el silencio /de madreselva y sal nos ha tendido.
    
    
           Adam Kadmon (La barca y el barquero) es una especie de libro iniciático :  nombre kabalístico del arquetipo humano, Femenino-Masculino como semilla que ha de poblar la tierra, mito  o leyenda en las distintas filosofías religiosas. Así nos dice sobre el origen y camino:  Apenas  era un punto / en un fluir idéntico a sí mismo. / Profanando el vacío fue llenando el espacio./
Por un mundo de ondas y fotones /  rayo y semen: espejo,/ se re-crean en círculo amoroso./   De ámbar, sal y fuego, la paloma / encendida cruza los laberintos/ y se derrama en carne…


          Adam Kadmon despierta en Lola la imagen de un héroe dividido secularizando a través de los siglos su huella de barro, de sombra, de máscara y espejos. Barca y Barquero que parte del Principio y se aventura hacia un mar de velos elípticos en busca de Sí-Mismo.
     
      
Lola de la Serna nos trajo su nuevo libro: El parpadeo del tiempo en 2013. Hölderlin nos muestra la puerta de este Parpadeo del tiempo de Lola de la Serna con esta cita: …ser en cada uno mismo: eso es la vida; que nosotros, los otros, somos sueño de eso.
         Seguramente  Lola de la Serna pensará, como pensaba Heidegger, que el lenguaje es el más inocente y el más peligroso de los bienes que se le ha dado al hombre, que hay que saber administrarlo porque el lenguaje, ese instrumento  del que dispone el ser humano, es lo que le ha dado la milagrosa posibilidad de diferenciarse, de ser hombre, (mujer en este caso) de sentir, de pensar y vivir la vida sabiendo que, en este nuestro vivir: En el núbil espacio dibujamos / con ondas circulares en número perfecto / los días y los meses y huidizas estaciones / que mueren y retornan en un girar eterno.

           Lola de la Serna nos ofrece  en este parpadeo (que es la vida y su vida)  un manojo  de poemas donde desgrana el tiempo, las estaciones, sus dones, su renacer y su marasmo y nos ofrece, igualmente entre ellas, con íntima palabra, a través de esa memoria que es el sueño de lo sucedido, el gozo y la derrota, el humano deseo de lo intemporal para igualarse a la naturaleza, el sueño de soñar, tal vez, lo no cumplido...Y con todo ello, en una especie de balance, de examen de conciencia, contempla el yo frente al espejo, el yo frente a sí mismo (ser en cada uno mismo: esa es la vida:), en esa rueda circular de vida, a veces real y a veces soñada.


           Esta poesía de destierro y de sed,  esta poesía de meditación, de dolor y esperanza, del yo en el espejo. Esta poesía de tiempo sin tiempo de Lola de la Serna,  llámese mística,  Zen, sufismo… esoterismo contemplativo, indagación y búsqueda de ese hipotético peldaño luminoso situado a más altura que el ser humano…fundido con la materia de los sueños que nos ofrece la historia del vivir…  ha conformado el camino de Lola, de su poesía, tratando de acercarse al equilibrio, a la serenidad, a la luz que todo ser humano anhela.
                                                        Manuel L. Azorín

                              

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