jueves, 14 de agosto de 2008

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Foto: Manuel López Azorín fotografiado por Javier Arcenillas en 1997


Amigos: a partir de septiembre este blog será únicamente para mostrar poemas. Poemas que he escrito a lo largo del tiempo y poemas que vaya escribiendo a partir ade ahora.

La Poesía me parere a mi que es, entre otras muchas cosas, como un gran río con multitud de afluentes que a lo largo de su cuenca van nutriendo a ésta de todo aquello que al ser humano le interesa, le preocupa... Poesía de todo tipo, corrientes de todo tipo igualmente, preocupaciones de todo tipo. En estos poemas habra búsqueda de conocimiento (porque la poesía lo es) habrá intento de comunicación,(qué sería de ella si no nos comunicamos) deseo de participación (su lectura ya implica este acto, una especie de comunión entre autor-lector , y su interpretación) compromiso (qué sería de la vida, y de la poesía, y si no nos comprometemos con aquello en lo que creemos)

Igualmente en los poemas, en su consumación, persistirá el anhelo de revelación. un desvelamiento que sólo la Poesía nos puede dar porque Ella es, para mí, como la mujer de la que perdidamente enamorado quieres obtener su amor y por tanto su risa, su alegría, su tristeza, todo. Claro que Ella es quien decide si te sonríe o no y cuándo, de modo que siempre vamos tras Ella soñando con sus favores. En mi caso siempre ha sido así. Alguna vez que otra me parece que me ha mirado, se ha acercado a mí y me ha sonreído. Otras muchas, he tenido la impresión de que me esquivaba y muy pocas, poquísimas, he sentido su aliento a mi lado sin saber bien por qué y me ha parecido mágia, misterio, felicidad... Su luz es un relámpago que, cuando Ella quiere, nos ilumina, nos alumbra y , al menos a mi, me consuela, me alivia, me alegra y me salva.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Soneto a Manuel López Azorín

Deseándole un (efímero.) desconstreñimiento.

Oh, Manuel, siempre así de divertido,
que te afanas, en poner, así, comas,
Gran Zorrín, doquiera que Tú te asomas
los gallos corren un velo tupido.

Tú sabes que sé bien que es bien sabido
que hay poetas que sólo buscan diplomas,
pero tú no eres de esos, ni de bromas
(Tú eres único, un Poeta empedernido.)

¡Qué rima! ¡Qué métrica!... ¡Qué asquete!
¡Te enchurrinas de mí, con qué frescura!
¡Y la verga de Satán tragas, guarrete!

¡Poeta vaniloco, Gran Zoquete!
¿Para qué proseguir, oh, caradura,
con tus clases de poesía a lo Petete?

blog del poeta Manuel López Azorín dijo...

Dos sonetos en contestación a este anónimo, por única vez y sin que sirva de precedente porque yo no respondo a quien se oculta

I
Me alegra que me llames divertido
aunque yo sea más serio que otra cosa.
No me gusta Zorrín, suena a raposa
y el zorro, para mí, no es muy querido.

Por otra parte el gallo siempre ha sido
pretencioso y de cresta vanidosa.
Nunca le tengo en cuenta, por hermosa
que adopte su postura… en cualquier nido

No sé quién eres tú ni qué pretendes
jugando sin mostrarte para darme
consejo en el hacer la poesía.

Si te muestras con nombre y te defiendes
de frente, sin negarte y sin negarme,
Tal vez yo diga, o no: razón tenía.

I I
Este casisoneto a mi me suena
a enredador travieso que provoca
no con maledicencia por su boca
sino sólo por juego y risa llena.

Si es quien yo me imagino, no hay condena.
Pues sé de su pasión, su vida loca,
su amor de poesía… y lo que toca
lo toca con la música más plena.

Casisoneto, digo, pues le sobra
en el último verso (¡ay!), una sílaba
y el acento en la sexta no va en todos.

Por lo demás el ejercicio cobra
–alegre y divertido– gracia y vida
amparado en los más clásicos modos.

Manuel López Azorín

blog del poeta Manuel López Azorín dijo...

De nuevo para Anónimo: se me ha ocurrido escribir este tercer soneto (en él no hay malestar, tómalo con ironía y afronta la
Vida y todas tus acciones de frente) para finalizar esta respuesta que, repito, no se volverá a producir nunca más si continuas sin dar la cara con nombre y apellidos.


III (y final)

Pero si tú persistes en taparte
te digo: no mereces que conteste.
Si lo hago es por salvarte de la “peste”
que tienes a la métrica. El arte

de atrapar con medida todo o parte
del relámpago, luz que lo es de este
difícil, magistral (y nunca “peste”)
modo de hacer, de ser, verso y aparte.

Y aclaro que jamás fui un Petete
pues nunca me sentí en nada maestro.
(siempre aprendiz de todo en esta vida.)

Así pues, ¡Da la cara mequetrete!
y expresa tu opinión (no seas cabestro),
con tu nombre y la testa bien erguida.