martes, 13 de enero de 2009

BALANCE: LIBROS, POETAS,Poesía de Pedro A. González Moreno. Carmelo Guillén Acosta. Rafael Hernández Rico. Carlos Álvarez. Ángela Reyes... para todos.




Fotografías: Carlos Álvarez entre Antonio Hernández (dcha de Carlos) y Manuel López Azorín en la lectura que hizo en Tertulias de Autor de Helicón en 1995.

Pedro A. González Moreno (con bigote y perilla) durante la presentación que hizo de La ceniza y la espuma de Manuel López Azorín (centro) en mayo de 2008 y Jose Alberto Clemente.(Lamento no tener imágenes de Carmelo, Rafael y Ángela)



Como según dice el acervo popular Hasta San Antón Pascuas son, voy a tratar de comentar, aunque sea en conjunto y de modo breve si no todos los libros que me llegaron, gracias a la generosidad de sus autores la mayoría, al menos todos cuantos pueda en estas páginas que comienzo hoy, martes, trece y nevando, y con un poco de suerte cumplo con lo que me había propuesto: hacer un balance del 2008, poéticamente claro.

Comenzaré por un buen poeta de origen manchego que, además, es un buen amigo:
Pedro A. González Moreno.Su antología La erosión y sus formas (Ediciones Vitrubio) Antología que recoge los cuatro libros (Señales de ceniza, 1986. Pentagrama para escribir silencios, 1987. El desván sumergido, 1999 y Calendario de sombras, 2005) publicados por Pedro en los últimos 20 años, ademas de cuatro poemas inéditos.
En la poesía de Pedro A. González Moreno,está la materia de los sueños es decir: la memoria y, también, la preocupación del olvido. Todo ésto es lo que le lleva hacia una búsqueda, una indagación, de todo lo guardado en ese desván sumergido en lo más oculto de nosotros donde, de modo selectivo siempre, se esconde la vida sucedida, las experiencias, buenas o malas, el aprendizaje del camino, la nostalgia, el amor y el desamor, la alegría, el desencanto y, obviamente, el tiempo, ese tiempo que erosiona la vida.
A mi me gusta la poesía de Pedro, me identifico con el estado de ánimo que trasmite, me identifico con su modo de escribir, ese modo de emplear el símbolo y la metáfora, ese modo de ahora y clásico al mismo tiempo de componer , de estructurar, de dar ritmo y cadencia y ética y estética a sus contenidos. Un poeta a tener en cuenta, un poeta, en fin, de obligada lectura, según mi criterio,un poeta que no se prodiga mucho y por tanto resulta cómodo, como sucedía con Claudo Rodríguez, leer su obra publicada.

Carmelo Guillén Acosta
y su antología, publicada por el Ayuntamiento de Camas,Sevilla, Este hilo que enhebro, es el estracto, lo resumido, la esencia, de un poeta que escribe porque disfruta queriendo y quiere sentirse querido, en todos los órdenes de la vida y preferentemente en la amistad.
Su ausencia de retórica, su ritmp, sus alejandrinos blancos, su trato humano en los poemas, su hablar desde lo cotidiano, su ir de la anécdota a la categoría le hacen un poeta diferente,un poeta que se deja querer porque, con su amistad y con su poesía, quiere de corazón.
Su poesía, una poesía personal que hizo que Cristobal Cuevas, catedrático de la Universidad de Málaga,escribiera lo siguiente: Carmelo Guillén es un poeta que ha conseguido hacerse con una voz inconfundible , que nace de él, que lo define y que sirve en exclusiva para cauce de sus propias emociones. Cuando deje de escribir habrá que romper el molde. Yo no digo más.


Rafael Hernández Rico, a quien le debo el comentario, aunque sea breve, de este libro, me envió sus Voces de queja y pasión publicado por la Fundación Domingo Malagón.Es un libro con el que disfruté y sufrí como, me imagino, al escribir estos poemas Rafael que, precisamente por amar la utopía de un mundo mejor, más solidario, mas igualitario, más justo,habrá sufrido y disfrutado también. La crítica esta presente, y también la ironía, en estas páginas que hablan de los desheredados, de los brigadistas, del Sahara, de las madres de mayo,de Jose Couso, de Irak, páginas que recuerdan a Alberti,Lorca, Hernández, Blas de Otero, a Picasso y su Guernica...
Un buen amigo común, ya lamentablemente desaparecido, solidario y buscador de esa utopía de la paz como ninguno, escribió unas palabras a modo de prólogo para este libro. Quiero acabar con unas palabras que Indio Juan le dedico a Rafael Hernández Rico en estas Voces de queja y de pasión: Vacío, todo el hoy es vacío, sólo de vez en cuando alguna voz como la tuya, Rafael, nos sacude y nos alienta "Que no todo está perdido, hay que insistir..."


Carlos Álvarez es otro buen amigo, poeta al que le han reditado un libro que escribió y publico hace ya 28 años y que , amablemente, me envía:Cantos y cuentos oscuros, Adhara publicaciones, Madrid. Carlos que es un poeta rebelde, y con esa interna rebeldía que él considera necesaria para buscar el lugar que corresponde al hombre justo,solidario y libre nos ofrece unos versos muy meditados, de sobria belleza y, como en el resto de su obra poética,con la intención de buscar la luz frente a la oscuridad de un tiempo en el que tantos la sufrieron por falta de libertad de hecho y de derecho. Cuando se vislumbraba esta libertad tan soñada por todos, finales de los años 70, se escribió este libro publicado en 1980 por primera vez. Que existan injusticias naturales, / aunque moleste, puede soportarse. / Que todo el mar esté en la costa, pase. / Pero, ¿Quién no quisiera, dí, encontrarse / de pronto, en medio del desierto, el aire / que con la brisa todo el mar nos trae? Pues eso.

De Ángela Reyes recibí su poemario No llores Poseidón. Ediciones Vitrubio. Para Ángela la poesía es, son palabras suyas, un cofre lleno de palabras y desde que lo encontró no se ha separado de él porque es una de las cosas más preciosas que posee.
Ángela Reyes abres su cofre de palabras y, unas veces las líricas, otras las retóricas, muchas las amorosas, las sensuales, las místicas,palabras y palabras para conformar su mundo, de realidad o de ficción,para contarnos y cantarnos lo que vive y lo que imagina, lo que siente, lo que sueña... Un cofre, en fín, que Ángela cuida con verdadero mimo, con amor, porque tiene la gran suerte de saber que en él (y de él) puede obtener todas aquellas palabras que dan sentido a su poesía, a su obra Con ellas vive y siente, imagina y sueña en cada poema que escribe. Su mundo, el mundo de Ángela Reyes, está ahí para que los demás lo vivamos o lo sintamos o lo imaginemos: Todos los dormitorios / tienen su olor a carne muda, / a lámpara encendida a la hora del beso, / del libro / y de la muerte. Pues besemos y leamos a Ángela, el resto para otro día.


Por hoy concluyo este balance. Mañana, si es posible, seguiré con otros poetas que he leído este 2008 ya pasado. Mi intención es reseñar a todos ellos, no sé si podré.En cualquier caso intentaré que sean los más posible, no por obligación, no, nadie me obliga a ello. Es más por apetencia personal que otra cosa. Si no pudiera llevar a cabo la tarea de reseñar a todos los que me enviaron libro, debo decir que no es porque no me gustase o por que me pareciera de poco interés, tampoco, será, sencillamente falta de tiempo, de modo que si sucediera, disculpas anticipadas. Aunque también es cierto que muchos los contesté en su día (No todos, es cierto pero muchos sí)
"Cuelgo" ahora un fragmento de un poema para todos, los reseñados hoy ayer antesdeayer... y mañana. Un poema titulado DEUDAS que viene explicar, en el sentido de corresponder con quienes te ofrecen algo suyo,en este caso libros que yo, aunque sean cosas materiales los considero una muestra de afecto o de amistad... lo que yo entiendo por eso, por afecto, por amistad.

DEUDAS

(fragmento)

Las deudas materiales se me olvidan.
(No puedo remediarlo, mil disculpas)
las otras, las de afecto: ¡Nunca, nunca!
Que la vida es muy dura y es, pagarlas,
ponerle una sonrisa a la amargura,
y palabras a un rostro
que alguna vez te dio lo que buscabas,
o te ayudó a encontrarlo,
o te prestó palabras, sin saberlo,
para poder hacer algún poema.

Del libro: Azul de los afectos

2 comentarios:

Vanessa1978 dijo...

Es un honor para mi ver mi blog enlazado en este... De verdad, todo un honor.

No sólo he llegado hasta este maravilloso lugar, también me quedo, que tengo mucho que aprender.

Un abrazo,
Vanessa

blog del poeta Manuel López Azorín dijo...

Para Vanessa 1978: gracias Vanessa, siempre hay que aprender, yo sigo haciéndolo cada día.
Un saludo