martes, 24 de febrero de 2009

LOLA DE LA SERNA. ANTONIO HERNÄNDEZ : Libros reeditados




En la fotografía Eduarda Moro, Antonio Hernández, Eladio Cabañero , sentado, y Manuel López Azorín allá por la fecha en que se publico la primera edición de Habitación en Arcos. (A la derecha:libro de Lola de la Serna.)

Lola de la Serna que publicó su primer libro en 1988, Curupaití,(Ediciones Torremozas, Madrid) tras unos cuantos años de silencio, en cuanto a nuevas publicaciones se refiere, ha visto reeditados por Ediciones Vitruvio dos libros suyos. El corralón, que fue Premio Río Manzanares en su día y que es un relato donde las vidas de los personajes, sus preocupaciones y sus sueños, sus modos de ser y de sentir, se desarrolla a través y dentro de una corrala. Una historia humana y costumbrista de un Madrid ya casi desaparecido pero que estuvo muy presente, vivo y agonizante al mismo tiempo, hace unos sesenta años.

El otro libro que Lola de la Serna ha visto reeditado es Adan Kadmon (La barca y el barquero) Este libro es algo más que un libro de poemas. Con estas palabras el poeta Luis de Paola, recientemente desaparecido aunque los que le conocimos le guardamos un sitio en la memoria siempre, decía en 1993: es también un libro iniciático. De manera que no sólo admite, sino que exige varias lecturas, ya que en cada una hallaremos una interpretación nueva, un símbolo aparentemente anodino, un detalle que se nos había escapado "El Creador esconderá llaves" refiere la autora, "donde sólo los dignos las encuentren. En estos versos, como es habitual en ella, Lola de la Serna va sin rodeos a la esencia de las cosas, empleando (así lo aconsejaban Machado/Mairena y Vicente Huidobro) sólo las imágenes indispensables. En este libro el lector asistirá al espectáculo del más temerario de los viajes, el de un ser hacia sí mismo, que en definitiva es un viaje del alma por el universo.

Me recordaba hace poco Lola que yo le presenté este libro hace años y yo creo recordar que el que le presenté fue uno que aún permanece inédito, que yo sepa, que ella tituló El solo en el espejo y que andaba con las mismas preocupaciones y por los mismos derroteros,magia y misterio a la búsqueda de sí mismo para tratar de alcanzar la verdad, la bondad, que es el bien, y la belleza en una poesía que no sé cómo definirla si religiosa,mística, estoica, esotérica,gnóstica, de búsqueda, de lucha entre el bien y el mal...o todo a la vez,porque es un compendio de todo, sin dogmas ni religiones (o con todas ellas) realidad o sueño en un camino lleno de obstáculos y de preguntas que no nos ofrecen respuesta ¿Quienes somos, dónde vamos? Son el milagro de la vida y el enigma tras la muerte y mientras tanto, mientras el temor nos hace pensar que quizá seamos solo sueño de un sueño hay que vivir la vida, buscar las llaves escondidas, tratar de ser dignos de encontrarlas para lograr abrir la puerta de nuestro propio yo, de nuestra casa. Así me parece a mi que es el propósito de la autora. El caso es que tanto este Hombre primordial que es Adan Kadmon, que encarna la luz y el bien, como Malek, encarnación del mal, andan por este libro de Lola de la Serna, un libro que se abre y se cierra, como si de un mágico y enigmático círculo se tratase, con unos versos que nos sugieren La Creación y la esperanza:

Apenas era un punto
en un fluir idéntico a sí mismo.
Profanando el vacío fue llenando el espacio.


1993 fue la fecha de la primera edición de Adan Kadmon hecha por la Editora Regional de Extremadura ya que el libro en cuestión obtuvo el X Premio Constitución de Poesía en 1992. Quiero recordar que al tiempo que se le otorgaba este Premio, le concedieron también por este libro el Premio Internacional de Poesía Religiosa San Lesmes Abad. Libro en fin,original y de interés, de esta autora que ya nos tiene acostumbrados a no publicar desde hace años y no sé si será debido a la dificultad, las trabas que muchos editores ponen frente a una nueva publicación o, sencillamente, que Lola no se ha ocupado de intentar publicar, no lo sé, tendré que hablar con ella para saberlo.



Antonio Hernández.-
Igualmente, por el poeta y editor Pablo Méndez que me parece a mí que está relizando una buena labor pues al tiempo que se dedica a publicar nombres conocidos y reconocidos,se ocupa también de nuevos nombres que va alternando en su colección de poesía Baños del Carmen. Uno de los últimos , que yo conozca, ha sido de mi amigo el poeta Antonio Hernández,lo supe cuando me llevó Antonio el libro, hace unos días,al Ateneo donde se presentaba Inventaro de Jesus Hilario Tundidor,me lo llevó, digo, junto con otro libro publicado en catalán y castellano por La Vanguardia Ediciones, en Barcelona, y que es la recopilación de unos cuantos artículos, amenos,humanos, divertidos y llenos de la peculiar manera de contar de Antonio, sobre el futbol.Creo que este libro que se titula El submarino amarillo o El submarí groc, según se lea en castellano o catalán, esta presente el el Ave Madrid - Barcelona para disfrute de los amantes de la buena y entretenida lectura y naturalmente del futbol.
Decía que Pablo Méndez ha reeditado de Antonio Hernández uno de sus grandes poemarios: Habitación en Arcos, publicado en primera edición allá por 1997 y que es un hermoso libro donde la infancia y el amor a la tierra, a la raiz, al origen, juegan un papel predominante. Nueva edición en la que se incluyen dos poemas inexistentes en la anterior, el poema que ahora abre el libro, donde Antonio nos dice en su final:
Dile madre, dile padre, / dile niño, adolescencia, / dile hermanos, dile amigos. / Di que se llama emoción.

Y eso es todo el libro, emocion en seis poemas, éste a modo de introducción y el V como nuevo incorporado, que es un emocionante poema,como todos, a modo de elegía.
Este poemario de Antonio Hernandez lleno de mágica fascinación, por su modo de contarnos su personal historia, es un libro que se convierte, como decía Miguel Galanes en el prólogo de aquella primera edición publicada entoces por Ediciones Libertarias/Prodhufi y también en esta nueva en un espacio poético siempre presente.
Así pues la memoria, la infancia y el amor a su tierra nos ofrecen a un Antonio Hernández, hijo predilecto de su pueblo natal Arcos de la Frontera, que concluye, como en la edición anterior, con estos versos del entonces poema V y ahora Vi :

Porque si en ti nací para la muerte
y parte tuya soy, de tus raíces
rama, me llevaría
contigo únicamente
cuando te lleve a ti, cuando ya tarde
sea para llevarnos,
escrito yo en tu espacio, tú en mis versos.

A cambio de mi cuerpo, sí, la vida.


Antonio Hernández

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