Acabo de releer este libro (
Mañana no será lo que Dios quiera,
Alfaguara, 2009) de
Luis García Montero y, de nuevo, como me sucedió este verano en la sierra, al cerrarlo, he tenido la sensación de estar, invisible, sentado en la Kon-Tiki, escuchando cómo
Ángel González le cuenta a
Luis, entre güisqui y güisqui, la historia de su vida durante la niñez, la adolescencia y la entrada en esa juventud de la veintena donde, de momento, concluye este documento lírico a modo de prosa poética, que
Luis García Montero ha escrito en memoria del amigo (y eso se nota en cada página), desde la más profunda admiración y el mayor de los afectos.
Una historia contada con amor, con ternura, con humor, con ironía en ocasiones y siempre desde el punto de vista más positivo que pueda existir para narrar hechos que, por su naturaleza, fueron terribles y por tanto susceptibles de ser contados desde... planteamientos o posturas de mayor dureza.
Pero no,
Luis García Montero, tal y como
Ángel González se lo fue contando, ha puesto en orden las cosas de su amigo, ha revisado
la carpeta azul, esa donde se guardaba lo concerniente a la familia: anécdotas,documentos, recuerdos,fotografías, alegrías, tristezas, vida en definitiva, y las ha nombrado con palabras escritas y, al nombrarlas como se las nombró de viva voz durante un tiempo el poeta de Oviedo, de Páramo de Sil y de Primout, de Madrid, de Alburquerque, el de Nuevo México... les ha dado vida, y en esa vida encontramos el pulso, el latido, de un tiempo sucedido, ya lejano, vivo en la memoria que compasivamente acuna el ayer sin odio, sólo con la tristeza, en ocasiones, de lo incomprensible, o lo injusto, o lo doloroso de la situación, con humor muchas veces y con amor siempre. (Con el amor del machadiano hombre bueno que era
Ángel Gonzalez)Mientras escribo esta entrada que comencé ayer día 29 me entero que el
Gremio de Libreros ha concedido el premio al mejor libro del año a
Mañana no será lo que Dios quiera. El año pasado creo recordar que el Premio fue para
El corazón helado de
Almudena Grandes. Ambas obras, tan diferentes, tienen un nexo: el tiempo de un tiempo de guerra y de postguerra, tan sombrío, tan sin color, tan miserable, tan largo, de tanto y tan amargo silencio, que nunca debería de haberse producido.
Aquellos que no sepan del poeta
Ángel González, descubrirán en el libro que
Luis García Montero, con el ritmo y la música del canto más cercano, con las palabras precisas, ha bordado primorosamente el pañuelo de una realidad trastocada en belleza mientras nos muestra al niño, al joven, al hombre, y cómo no, al poeta y muchas de sus claves para conocerlo mejor con los poemas, no muchos pero esclarecedores, que en él incluye.
Y es que
Luis García Montero (Granada 1957) que maneja el ensayo, la columna periodística, la poesía...lleva tras de sí mucho tiempo de dedicación a la palabra, al lenguaje. Es Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada con obtención del Doctorado en la misma ciudad. Es Catedrático de Literatura Española, es ensayista y es poeta. Su primer libro de poemas, creo recordar, obtuvo el
Premio Federico García Lorca y lo tituló
Ahora que eres dueño del puente de Brooklyn, 1980. Fue después
Premio Adonais en 1982 por el poemario
El jardin extranjero. Más tarde, en 1993, recibió el
Premio Loewe y en 1994 el
Nacional de Poesía por el libro
Habitaciones separadas (
Visor) Entre el primer libro y éste que le dio estos dos premios publicó, entre otros,
Diario cómplice y
Las flores del frío y una recopilación de poemas que tituló
Además (
Hiperión, 1994) por ser, según recuerdo que me contó, poemas que no había incluido en otros libros.
La poesía de
Luis García Montero es de meditación y enmascarada con palabras cercanas, cotidianas. En ella nos ofrece, como trampantojo, un rostro de apariencia real que navega entre lo objetivo y lo subjetivo con un trasfondo filosófico,metafísico mientras va a la búsqueda, mediante la indagación, de lo personal y lo colectivo. Poesía de compromiso con la vida, con palabras y música asequibles (de ahí que sea leído y seguido por tantos jóvenes) que nos muestra un mundo donde lo lógico y lo irracional crean planos de convivencia poética, a veces, entremezclados.
Con su libro
La intimidad de la serpiente (
Tusquets) le concedieron en 2003 el
Premio de la Crítica. Su último poemario publicado es
Vista cansada (
Visor, 2008)
Hay algunos momentos relacionados con
Luis y
Ángel que yo siempre recuerdo. Uno de ellos fue cuando, en febrero de 1998, invité a
Ángel González a cerrar, en junio, un ciclo de
Tertulis de Autor de Helicón. Vendría a leernos su poesía y yo le había prometido que sería un amigo común, el poeta
Claudio Rodríguez, el encargado de hacer la presentación.
Ángel estaba encantado pues le unía, ademas de sentir gran admiración por él, una buena amistad con
Claudio. No pudo ser, lamentablemente
Claudio Rodríguez tras decirme que sí, tuvo que afrontar una intervención quirúrgica a consecuencia de la enfermedad que, un año más tarde, nos dejó sin él. Fue entonces cuando, después de comentar con
Ángel lo que sucedía con
Claudio, llamé a
Luis García Montero (esto de la "suplencia" no lo supo
Luis, al menos por mí, no sé si
Ángel se lo comentaría) y fue él quien, finalmente, ejerció de presentador de
Ángel González que disfrutó con aquella tertulia.
En otra ocasión vino
Luis, ya como Autor invitado, a leer sus poemas. Fue ese mismo año pero en octubre, para la apertura de un nuevo ciclo.
Luis había publicado con
Tusquets su poemario
Completamente viernes y vino acompañado de
Almudena Grandes. Recuerdo que
Almudena acababa de publicar una nueva novela (tras haber publicado, anteriormente,
Te llamaré viernes) titulada
Atlas de geografía humana con los mismos editores.
Yo les había escrito un soneto titulado (no podia ser de otro modo)
Viernes que "colgaré" aquí para finalizar la entrada.
Me pareció a mí que
Luis disfrutó con aquella lectura en las
Tertulias de Autor de Helicón. Igual que lo había hecho
Ángel, con quien estuve, por última vez, en la Kon-Tiki, el lugar donde, como bien dice
Luis García Montero, no podías invitar sino que eras invitado (y eso era un honor) por este gran poeta llamado
Ángel González que me dejó tan buenos recuerdos que al leer y releer esta biografía lírica que le ha escrito su amigo
Luis no he podido evitar sentarme, mentalmente,en la cafetería a escuchar cómo hablaban, los dos, del ayer del poeta ovetense. Un ayer que gracias a la natural tolerancia y comprensiva naturaleza de
Ángel González y a la palabra precisa, hermosa, que ha empleado
Luis García Montero, nos dejan un libro que sirve para disfrutar de la lectura y para mejor saber de este poeta que, como me decia
Claudio Rodríguez,
es grande porque maneja la palabra con amor y con celebración.VIERNESPara
Almudena y
LuisJamás un viernes fue más deseado
ni fue más importante en unas vidas
encontradas en viernes y sumidas
en tres días de amor tan recordado.
Un viernes que fue cima y fue collado
de sábado y domingo. Y despedidas
de lunes, con miradas afligidas,
en espera del viernes tan soñado.
Y carretera y manta... Andalucía.
Y tres días de espera interminable.
Y carretera y manta...de regreso.
Viernes de nuevo y caras de alegría.
Jamás un viernes fue más deseable
ni tuvo nunca un viernes tanto beso.
Manuel López AzorínDel libro:
Azul de los afectos
4 comentarios:
Tu soneto es absurdo, pero si fuera escrito por el íntimo de Montero y su Almudenita que son dos Grandes de las letras no me sorprendería tanto que hablase de carretera y top manta y Andalucía.
Tales complicidades me dejan perpleja ante la impunidad de un grupo de secuaces que tienen como lema "joder a las musas".
Entre Benjamín Prado (¿El Expósito de El secreto de sus ojos?) y los socios rojos que viven tan acomodados en el mundo ilustrado hay un siniestro espacio, una lista negra que no ha cesado nunca y un complot de masonería para evitar que mi país salga adelante y se viva casi como en Afganistán.
Azorín fue un poeta de quien usted seguramente toma el nick para... bueno... no sé para qué... pero que es orden del Rey, más que seguro.
Felinamente
Lu Folino
Para Amante del absurdo: gracias, al menos, por la curiosidad de la lectura, supongo que de toda la entrada y no sólo del soneto, que no deja de ser un ejercicio complice y circustancial, no pretendía otra cosa y asi fue como se hizo: premeditadamente.
En cualquier caso es natural que pueda o no gustarte. Estas en tu derecho y me parece bien. Yo no pretendo gustar a todo el mundo porque, de pretenderlo, tendría que pensar más en lo que les gusta a los otros y eso, en mi opinión, puede uniformar más que otra cosa.
Del resto, es tu opinion. Yo no la comparto pero ya sabes, alguien dijo un día: "Hay gente "pa tó".
En cuanto a lo de Azorín, te diré que este Grande de las Letras Españolas,estupendo articulista, narrador y ensayista, se llamaba José Martinez Ruiz y usaba el "Azorín" como seudónimo. Por ciento un grandisimo narrador, concreto, preciso,magnifico, que usaba el lenguaje como muy pocos lo han hecho. Pero, que yo sepa no fue poeta, al menos no es conocido como tal.
Yo, sin embargo, como me decía Carlos Bousoño, sí soy el Azorín "verdadero"
Finalmente te diré que en la diversidad esta la riqueza de poder optar.
Un saludo
Don Manuel, le envidio por el hecho de haber conocido a el gran Ángel, es un sueño que yo ya nunca cumpliré... me queda eso si, toda su herencia literaria y por supuesto sus grabaciones, recitales y ese hermosisimo disco: "la palabra en el aire"
Es el único poeta que realmente cuanod lo leo, oigo, es como si lo tuviera al lado, recitando, lellendo, enseñando...
Me muero por leer el libro, a ver si la farmacología me deja.
En mi opinión, pocas cosas en este mundo son absurdas, quizás la exsistencia del hombre lo sea a veces... o de algunos hombres al menos, pero no de nada escrito, no todo está hecho para transmitirnos algo a todos, para gustos los colores, así como cada interpretación, al fin y al cabo, la genialidad del hombre no debería nacer de la habilidad del hombre al interpretar o intentar transmitir, sino de la habilidad de saber tolerar y respetar las interpretaciones y congeturas de los demás, de ahí el buen sabor de boca que deja las buenas formas y el saber estar.
Por último, y como siempre macillando blogs ajenos y tomandolos como mios escribiendo sin permiso y comentando(invasor de mí) me remitire a una maravillosa canción de Serrat que viene a decir, que en el metro, cada uno ve lo que quiere e interpreta como le viene al gusto su visión, pero al fin y al cabo, todos van dentro.
Me alegra que le parezca absurdo el soneto, por su nick, interpreto que le ha encantado y por lo tanto, compartimos opiniones.
Para David V. 1)Gálvez: Gracias. Totalmente de acuerdo en todo. 2) Los buenos poetas siempre se quedan en sus versos y podemos disfrutar con ellos.(nos pertenecen, los hacemos nuestros)
3)Serrat no sólo es el emblema del cantautor, es un lírico de lo real trastocado en belleza expresiva en muchas ocasiones.
Gracias. Un saludo.
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