viernes, 10 de septiembre de 2010

Pedro A. González Moreno: un importante y excelente poeta (I)



(Las fotos de Pedro A. González Moreno son de Anibal de la Beldad)


Memoria poética I

Vino de la tierra en El Empotro, de Valdepeñas, y Dodecaedro

No sé exactamente desde cuando conozco al poeta Pedro A. González Moreno, sé de su poesía desde que, al ganar el Premio Joaquín Benito de Lucas, éste me pasó el libro Señales de ceniza, que fue publicado en la Colección Melibea de Talavera de la Reina (Toledo 1986) y, desde entonces, sigo la poesía de este manchego de nacimiento y poeta del mundo.

Tras seguir su andadura poética y constatar su crecimiento, su valor en el panorama poético español de los últimos años, continúo sin recordar cuándo nos conocimos personalmente; pero sé, y me parece lo más importante, que es una estupenda persona, coherente y consecuente en su hacer y decir en la vida y en la poesía (algo que algunos se empeñan en separar y que, en mi opinión, es imposible porque como decían los griegos con relación a la música y la poesía, ambas forman una sola unidad).

El pasado 27 de junio, la Tertulia Literaria del Grupo A-7 con Agustín Gil, Julián Creis y Matías Barchino encargados de todos los pormenores, celebró, desde El Empotro de la bodega de la calle del Buen suceso nº 54 de Valdepeñas, su Vaso X - Ciclo Vinos de la Tierra – como Homenaje al poeta manchego de Calzada de Calatrava: Pedro A. González Moreno. Para la ocasión El Grupo A-7 publica un cuidado Cuaderno con doce poemas del poeta a quien se dedica el Vaso X, titulado: Dodecaedro.


Pedro. González Moreno A ha dedicado este vaso de voces amigas que, a quienes idos ya, continúan vivos en nuestra memoria. Seis de los poemas del Cuaderno han sido publicados en revistas, como El cardo de bronce, Tomelloso, 1992: Palabras para Eladio (dedicado a Eladio Cabañero), Manxa, Manzanares, 1994: Desde una idéntica locura (dedicado a Vicente Cano) y Poesía en la diana, San Sebastián de los Reyes, 1998: En el nombre de Claudio (dedicado a Claudio Rodríguez). En Diario Sur de Málaga, 31-V-2007, Mañana, la intemperie (un hermoso y tremendo poema dedicado a Mariví, poema que fue ganador del Premio Manuel Alcántara en 2007), Album poético de la colección Juan Alcaide: ¿Dónde tu voz? (dedicado a Francisco Creis) y en la antología La erosión y sus formas: Un poema de amor para Sagrario (dedicado a Sagrario Torres)


Los otros seis poemas incluidos, rigurosamente inéditos, son: Parábola del alquimista, dedicado a Ángel Crespo, La voz tejedora a José Hierro, Patria infame, excelente y duro poema dedicado a Luis Rosales, Mirándola en silencio tiernamente dedicado a Rafael Montesinos y a Marisa, Lección nunca aprendida al lamentablemente ya desaparecido Antonio González Guerrero y como final, El picón de la infancia, un emocionante poema confesional que está dedicado a su padre: Uno de aquellos días de los duros inviernos / de La Mancha, mi padre / me llevó a hacer picón. En él, establece un hermoso paralelismo entre la enseñanza paterna: Pensé que aquel oficio consistía / tan sólo en extraerle / el humo a la madera, / o tal vez en guardar, para después, la lumbre / que había oculta dentro de las ramas. y el de la creación poética: Después, ya muchos años / después, algunas veces he pensado / que al escribir poemas / sólo seguía haciendo picón con las palabras: / negro picón para este duro invierno de la vida. Todo ello como un gran homenaje a su progenitor que no se dedicaba al picón sino al noble oficio que ejerciera nuestro querido Eladio Cabañero en Tomelloso.



Como presentador estuvo Manuel Cortijo Rodríguez , buen poeta y buen amigo del homenajeado que, según me dicen, supo bien separar la gran amistad y el afecto que le une a Pedro, para ofrecer una emocionada pero objetiva y certera presentación de la buena poesía de Pedro A. González Moreno. Acompañando al poeta homenajeado, entre otros,los poetas Nicolás del Hierro, Joaquín Benito de Lucas, Francisco Caro,Cristóbal López de la Manzanara, el profesor Matías Barchino, Miguel Galanes (en el centro Pedro A. González Moreno Julián Creis y Manuel Cortijo.Yo no pude asistir;pero, desde la distancia, alcé una copa de vino en su honor.


Una poesía la de Pedro A. González Moreno que, desde que la conozco, me ha parecido, y no sólo porque sea de mi gusto o porque tenga una buena relación amistosa con el poeta, importante y esencial, Pedro A. González Moreno es, sin duda alguna, un muy buen poeta con una poesía de vida viva y de memoria viva que se ha visto reunida en su última publicación poética hasta la fecha: la antología que recoge sus libros, desde Señales de ceniza (1986), Pentagrama para escribir silencios, Accésit del Premio Adonais (1987), El desván sumergido (Premio “Villa de Madrid” Francisco de Quevedo,1999) y Calendario de sombras (Premio Tiflos,2005) antología titulada La erosión y sus formas que fue publicada por Ediciones Vitruvio en 2007.

Termino esta primera parte,(la segunda la "colgaré la semana próxima)de esta Memoria poética con el poema de Pedro que le publiqué, con motivo de las Jornadas poéticas del CEP dedicadas a Claudio Rodríguez en 1998, en la revista Poesía en la diana.

EN EL NOMBRE DE CLAUDIO

"Qué sacrilegio este del cuerpo..."
Claudio Rodríguez


En el nombre de Claudio caben todos los nombres,
toda la claridad con sus más altas
hogueras y sus lentos relámpagos de sílabas.
Una leve palabra
en la que se alzan todas las elevaciones
lo mismo que en un vaso
de vino, si se bebe
sin prisa, se alza toda la savia de la tierra.

En el nombre de Claudio, que es el nombre sacrílego
de quien quiso ser hostia para darse,
quiso sembrar su voz para que todos
pudieran respirarla o compartirla
y transformarla en levadura propia:
verso de pan y lumbre que nos deja en los labios
sabor a tierra comulgada.

La claridad no viene
siempre del cielo, viene a veces
también de la mirada; sin embargo
siempre viene el poema
del alto y turbio sueño de los nombres.

Por eso alzo mi copa,
alzo mi verso y digo sólo Claudio,
que es el nombre de todo
lo que puede nombrarse.

Pedro A. González Moreno

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