miércoles, 13 de octubre de 2010

Irene Mayoral: Soledades y silencios



Soledades y silencios es el último libro que he recibido de Irene Mayoral, ella ha venido enviándome sus poemarios desde hace unos años siempre con puntualidad: Te estoy – por Mayoralas–(1995), De guerras y niños tatuados (1997) que, según palabras suyas era "un grito general de esta humanidad arrodillada", Manzanares de la Mancha y yo (1999) donde pinta un paisaje en el que "el surco indica la rectitud del hombre" y Hotel habitación 202 (2003) que es un libro de mar-misterio y alas en libertad surcando espacios". Ahora este Soledades y silencios publicado en Altorrey Editorial en edición de Juan Ruiz de Torres me llega cuando salgo de descanso veraniego, me lo llevo conmigo junto a otros libros recibidos en , junio y de regreso, ya en este mes de octubre, retomo este libro las notas que escribí en los bordes, a lápiz, y las paso en esta entrada al blog.

Dos partes o secciones conforman este Soledades y silencios: la primera, sin título, escrita en cuartetos, con temática existencial, donde Irene Mayoral canta lo que se pierde tratando de inventar la vida cada noche: Yo quisiera saber y estoy sabiendo / que se inventa la vida cada noche. Y mientras lo intenta, dice, Hoy recojo a la luna donde el agua/ me sorprende, (…) Mis amigos se van y, en la pereza, / sus palabras se fueron cautelosas,/ silenciaron la voz bajo las losas; / me dejaron por siempre su nobleza. y reflexiona sobre "el mundo del olvido" que no es otra cosa que la muerte frente a la duda de hallar, de encontrar "la luz o el sosiego": Ir huyendo de tanto cada hora / al encuentro de luz o de sosiego.

En la segunda parte, abandona el cuarteto para adentrarse principalmente con versos heptasílabos y endecasílabos, en una especie de "silvas" blancas en las que prosigue reflexionando sobre el tiempo: Me avengo al territorio extraño, / sin palabras, / donde reposa el tiempo. Sobre la vida y la muerte: Enfrentadas en duelo / van la muerte y la vida. Para concluir el libro con una estrofa de su invención llamada "Mayorala". Consta de 17 versos distribuidos de la siguiente forma: 2 pentasílabos blancos y tres "aparentes" cuartetos que no lo son por estar compuestos por 2 heptasílabos (el primer verso y el cuarto, y 2 endecasílabos, (el segundo y tercer verso), rimados todos en consonante, y un pentasílabo final, sin rima.

Un libro, en fin, para los seguidores de esta mujer, Irene Mayoral, nacida en Madrid que pasó su infancia en Manzanares (de la Mancha) como suele decir y escribir y que ha publicado, desde aquel otro libro de Huellas en la soledad publicado en 1989, hasta este de Soledades y silencios, unos doce poemarios. Está incluida en varias antologías, es miembro de la Academia Iberoamericana de Poesía (Capítulo de Madrid) y actualmente es vicepresidenta de la Asociación Prometeo de Poesía además directora del "Aula Literaria tres mil" de la Casa de Guadalajara en Madrid.

Esa rosa rota

que expande los pétalos,

que se van secando

como sangre antigua,

sin queja, esa brisa tenue

que arrastra misterios,

y esas soledades

creciendo la yerba.

Irene Mayoral

Del libro:Soledades y silencios

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