sábado, 16 de octubre de 2010

LUIS MARTINEZ DE MINGO: narrador, ensayista, poeta…



Luis Martínez de Mingo (Logroño 1948) Es escritor, que presume de riojano, y es poeta, narrador y ensayista. Este cuentista, en el sentido estricto de escritor de cuentos, está doctorado en Literatura Española, fue profesor, catedrático, de instituto hasta su jubilación hace un año. Cuando yo lo conocí, más o menos mediados los años ochenta, era un profesor tan peculiar que, explicando la Literatura y la poesía, hacía que sus alumnos entraran en el juego de querer saber más del autor y esto se constata con algunos de los que, por entonces, asistían a sus clases. Clases de Literatura que impartía en el I.E.S. Giner de los Ríos de Alcobendas y también, a través de diversos actos culturales, fomentó y difundió ésta en sus labor cultural durante unos cuantos años.

Como poeta publicó dos poemarios: Cauces del engaño (Ámbito Literario, Barcelona, 1978) Un primer libro de un poeta, entonces, joven y rebelde, que nos ofrece una muestra de belleza "a pesar de": vienen los coches mansos como el humo/ y las personas incesantes,/ me son – /hoy más – ajenas, así como los tiestos / ¿cómo podría estar en esta plaza / si no hace apenas la he visto/ y entre el espacio de la mano y el fuego/ han vuelto con anchos almacenes de luz/ los pasos derramados como renglones,/ sus formas, amarillas aún, aspirándonos/ los recodos del colegio/ con las paredes escurridas de horchata?/ no hubo nadie más en el planeta/ mientras el abrazo entrecortado de la yerba/ y el esplendor de tu lengua ardida en lava.

y Anacrónica y Fidel (Antrophos, Barcelona, 1985) Un libro que abarca casi cinco años de poesía de este autor, marginal en su papel de urbanita de una ciudad grande, este poeta siempre rebelde y tierno elaboró un poemario con resonancias culturales, vitalista, donde es temática importante el amor. Así escribió: Hay algo peor que la muerte:/ - dice el eterno Nosferatu-/ la vida sin amor. Definió la poesía como/ un dialogo de máscaras y muerte. Y al amor como terriblemente estable. Por eso nos dice: Destruíos amantes, / tenéis contado el tiempo.

Como narrador , además de sus relatos o cuentos, género en el que Luis Martínez de Mingo se mueve como pez en el agua, ofreciéndonos unos cuentos memorables en muchas ocasiones como por ejemplo en el volumen publicado en los años noventa (1994) titulado Bestiario del corazón. Este libro ha sido objeto de varias reediciones.


Otros libros de cuentos y/ o relatos cortos suyos son: El estado contra natura y otros cuentos. Ed. Pepitas de calabaza, 2008.


Pintar al monstruo.
Ed. Verbum 2008 (V premio de novela corta Villanueva del Pardillo) es otro de sus libros como narrador.
Como ensayista ha escrito Miedo y literatura
Edaf, 2004 "El miedo es el primer sentimiento humano, la vía directa al subconsciente. Tanto el origen de la literatura como de la capacidad de fabular, congénita a la especie, aparecen vinculados a ese terror primigenio. Este ensayo es una introducción a la literatura de miedo y a la fantástica.
Morir de hambre: cartas a una anoréxica. Diagonal, 2002, es un tremendo testimonio sobre esta enfermedad y sus problemáticas, escrito desde la experiencia.

Hace ya tiempo contaba Luis Martínez de Mingo que Rafael Azcona, después de haberle enviado un libro de relatos, éste le contestó diciendo: "Tú ya eres mi amigo porque eres un escritor como la copa de un pino, podemos emborracharnos cuando quieras" Y, eso hicieron un buen día en compañía de Manuel Vicent.

Los relatos o cuentos de Luis Martínez de Mingo parecen estar escritos desde la inocencia. Habla en sus cuentos como si no fueran suyos y es porque Luis – diceno cree en el verbo ser. En ellos hay, al menos yo lo veo así, lírica, como un cierto encanto poético y hay, también, ingenuidad y belleza. Todo lo contrario de su novela El perro de Dostoievski (Muchnik, Barcelona, 2001), que es, según palabras de Juan Marín, publicadas en El País/Babelia (Pág. 8) el 7 de julio de 200, una: Sorprendente novela picaresca de Luis Martínez de Mingo. Relato compacto, bien estructurado y resuelto que combina el anacronismo del estilo – a veces propio del siglo de oro, otras de novelón del XIX – y la modernidad de sus planteamientos radicales, visceralmente sinceros.

Continúa diciéndonos Juan Marín: No conozco la obra previa del autor, nacido en Logroño en 1948, consistente en dos libros de poesía, uno de relatos y una novela-Bestiario del corazón (1999)-a la que Caballero Bonald se refirió como "un libro insólito de un escritor brillante", opinión que puede suscribirse con respecto a El perro de Dostoievski. Este riojano también ha editado dos antologías y suya es una biografía del director de cine José Luis Borau. No se trata, pues, de un escritor casual e intermitente sino de alguien con derecho a ser tenido en cuenta; su última novela exige incluso mayor reconocimiento. Ahora bien, no hay que olvidar que El perro... es un relato contracorriente, independiente de cualquier moda, y nada generoso con las tendencias de la mercadotecnia editorial.

Suscribo las palabras de Juan Marín. El protagonista de El perro de Dostoievski es un alter ego cuasi biográfico que analiza lo que significa ser escritor y qué es la Literatura. Por tanto se puede aplicar a la propia experiencia del autor. Un hombre absolutamente vital, conocedor como nadie de la Historia de la Literatura española al que podríamos denominar al mismo tiempo clásico y moderno, ortodoxo y heterodoxo, , ingenuo, bondadoso y pícaro, amigo de los placeres, de la mujer, de la naturaleza y de la bicicleta que, a sus sesenta años cumplidos, aún continúa pedaleando.

Si algo tiene Luis Martínez de Mingo cuando escribe es rigor y juicio crítico, el no cree en el verbo ser y por tanto la vanidad no justificada no pertenece a su esquema de vida ni personal ni profesional. Por eso cuando leo una reseña escrita por Carmen María Sánchez Morillas para El Ojo Crítico Net, donde dice: "Texto metalibresco, metaliterario en sus referencias bibliográficas, podría agobiar al lector medio," no deja de sorprenderme y cuando prosigo con la lectura y me encuentro con este análisis: "Ritmo prosístico que comienza fuerte a lo quevedesco para luego caer en "montones" DE FRASES AGOLPADAS, en párrafos ecléticos y raspantes con léxico abundante de coño, cojones, polla etc." me sorprendo mucho más.

En fin vine a recordar a mi querido amigo y gran poeta Rafael Morales, profesor de Lengua y Literatura hasta su jubilación en la Universidad Complutense de Madrid, cuando en relación con el lenguaje, con la palabra, me decía: Todas las palabras son válidas da lo mismo rosa que ladrillo si se colocan en el lugar preciso, en el momento justo. Y esto, a mi juicio, es lo que suele hacer Luis Martínez de Mingo.

Continuando con la reseña de Juan Marín sobre El perro de Dostoievski de Luis Martínez de Mingo, creo que, sin conocer quién es, acierta de pleno cuando nos dice:
De momento estamos ante unas memorias escritas por alguien que ha terminado durmiendo en una estación del metro madrileño. Pero ese alguien es un escritor cuyas lecturas le han influido profundamente, hasta el punto de configurar su propia vida. Se trata de un pícaro que se deja arrastrar por la literatura en la misma medida, y en igual grado de adicción, que por el alcohol, el juego o las mujeres. Ese pícaro que lo ha leído todo nos cuenta su peripecia-en el sentido más aristotélico del término: el paso de la felicidad a la desgracia, motivado por una serie de acontecimientos verosímiles-a la vez que hace una reflexión sobre la escritura y sobre el hecho de escribir hoy y aquí.

La obra de Luis Martínez de Mingo (Recuerdo ahora una antología poética consultada, comentada, editada por la Editorial Castalia, en edición de José Manuel López de Abiada, Luis Martínez de Mingo y Javier Pérez escohotado con el título de Poemas memorables (1939-1999). Libro absolutamente recomendable en el que Luis, al igual que sus compañeros de aventura, trabajaron denodadamente para dejarnos un volumen los mejores poemas de la poesía española contemporánea). Decía que su obra ya en cuento / relato, novela, poesía o ensayo, es la obra de no sólo un gran conocedor de la literatura sino la de un hombre que indaga, explora, experimenta y maneja el lenguaje y las emociones con absoluto conocimiento. Luis suele decir que "el escritor trabaja con vetas de memoria y en ocasiones da con un filón o lo reactiva".

Luis Martínez de Mingo
tiene una fabulosa capacidad para, en unos pocos folios, recrear, imaginar y construir, con cuatro trazos, personajes de una gran complejidad. Tiene la destreza de narrar historias disparatadas y divertidas y por eso, decía al principio, en sus cuentos y/o relatos se mueve como pez en el agua y nos ofrece un trabajo difícil de encasillar,

con una prosa más que sugestiva,. Un trabajo divertido, a veces desconcertante, y siempre bueno. Quien tras leer esta entrada, se aventure en la lectura de su obra, encontrará muchas razones para seguir leyendo.

Creo conocer a Luis Martínez de Mingo lo suficiente como para saber que, como buen heterodoxo que es, nunca ha seguido corriente alguna ni modas ni se lleva bien con ese tipo de mercado editorial que sólo piensa en lo que pueda proporcionarle beneficios sin tener en cuenta calidad alguna y sé de su gran conocimiento sobre la literatura, su rigor al escribirla, el enorme trabajo documental que desarrolla previo a cualquier obra que comience a escribir. Sé también que debería tener un mayor reconocimiento y creo que lo tendrá, sin duda.

Aunque hace mucho que no publica poesía, tiene un inédito, titulado: Ni sombra de lo que fui, que está pendiente de publicación. Un libro dividido en cuatro secciones con títulos clarificadores: 1- La Cima, la Máscara. 2-El Tiempo, las Máscaras. 3- La Muerte, la caída de la máscara y 4- El Tao, contra la Máscara y las máscaras. Un libro donde el tiempo del autor nos lo muestra con su experiencia vivida, la muerte de la madre con un diálogo abierto con ella y la filosofía budista, escuela del Zen y del Tao a través de una serie de breves poemas, tres secciones que forman un conjunto de experiencias vivas. No diré más que aquel que fue (marginal y rebelde pero al tiempo tierno) sigue siendo aunque diga: ni sombra de lo que fui, sigue siendo, digo, vital y sigue amando la vida el amor, la literatura y la bicicleta, por eso coordinó un libro sobre relatos de ciclismo, Cuentos de ciclismo ( Edaf) ) de varios autores, incluido él, y prologado por Mariano Rajoy.


Os "cuelgo", para terminar, un poema de este "Quevedo" del siglo XX-XXI, que pertenece al libro de poemas todavía inédito.




Otra vez amour fou, no hay más remedio

Abatido, cebado en tu peana

como un mormón tirado por el suelo

caen lágrimas ardientes de tu cara

que acallan las palabras de mi enredo.

Sé bien que tu dolor no es por mis huesos

que tus heridas son de otra batalla

que lo mismo que ignoras a mi perro

desprecias el ardor de mi mirada.

Sé bien el agujero que me horada

conozco los delirios de tu cuerpo

y también el calado de tu alma

y aunque me quede ciego ante tu casa

esperando que me cambien los vientos

voy a apostar por ti, mi dulce daga.


Luis Martínez de Mingo

Del libro inédito: Ni sombra de lo que fui




 

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