No recuerdo fecha concreta. La primera vez que conocí a Rafael Montesinos fue a finales de los años 80. (La última lectura a la que asistí entonces, me parece que fue de Rafael Soto Vergés porque lo que sí recuerdo es que lo presentaba un poeta chileno, Sergio Macías). Recuerdo haber asistido a la Tertulia Literaria Hispanoamericana, la más antigua de las que se realizan en Madrid, ahora ya con Marisa Calvo manteniendo la memoria de Rafael Montesinos en ellas y casi por cumplir 60 años de martes poéticos. Luego dejé de ir por imposibilidad personal. Tiempo más tarde (Curso 92-93) fui expresamente para invitarle a dar una lectura en Tertulias de Autor de Helicón que Rafael dio tiempo más tarde y, desde esas fechas, fui un asiduo a las Tertulias de los Martes de Rafael Montesinos hasta el año 2000. Luego, mis visitas, otra vez por imperativos de índole personal, se fueron espaciando y, aunque he asistido siempre que he podido, no han sido todas las que hubiera querido para estar junto a Rafael Montesinos y al poeta de turno y luego, tras su ausencia, para estar junto a Marisa Calvo y Rafa Montesinos hijo, junto al poeta de turno.
El texto que "cuelgo" a continuación me sirvió, primero en 1994, como presentación de Rafael Montesinos en la lectura que ofreció en el programa Tertulias de Autor de Helicón, emitida en directo a través de Canal Norte T.V. y, posteriormente, lo publiqué en 1995 en Homenaje a Rafael Montesinos, una edición patrocinada por el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón que estaba coordinada por el poeta Pedro A. González Moreno.
Memoria poética ( I )
Rafael Montesinos: el poeta de la ciudad de los dioses
Conocer a Rafael Montesinos es saber que fue bautizado en la misma pila que su paisano Bécquer (hombre que, como él, supo cultivar la poesía mezclando sabiamente lo popular y lo culto) Conocerlo es saber que nació poeta, español, andaluz, sevillano: He vivido cuatro días: / tres no fueron sevillanos. / Llevadme a la tierra mía.
Conocer a Rafael es hablar de Sevilla, de poesía y de la nostalgia; de literatura, de fotografía y de Bécquer. ( precisamente este estudioso de Bécquer ha escrito uno de los mejores estudios / ensayos sobre el poeta del post-romanticismo, el del "movimiento intimista español" como gusta decir. Conocerle es hablar de todo esto… Y de Marisa Calvo: Pero te tengo a ti, mujer, ahora, / paisana de mi pena y mi alegría, / alma que de mi alma se enamora.
Conocerle es saber, también, que la sencillez de lo popular junto al gusto por los clásicos dan lugar, en su poesía, a una creación personal llena de hondura, precisión y belleza, cargada, eso sí, casi siempre, de una profunda melancolía, producto, creo yo, de quien ejerce la reflexión y al mismo tiempo escribe – por decirlo al modo del pueblo – con el corazón en la mano: …Escúchate / y disponte a sentir cómo te caes, / campo de soledad, sobre tus años.
Conocer a Rafael es sentir Andalucía y saber de sus gentes y de sus cantes y admirar la sencillez de lo difícil en sus versos y los juegos de palabras sin juegos, con hondura, con duende, con vocación: Píntame la alegría / que dentro suena / a pesar de la vida / y de las penas.
Conocerle es descubrir que evoca su infancia, ama a su tierra… y a Marisa Calvo: Más allá de mí mismo he de quererte, / más allá de mi nombre y de mi olvido.
Conocer a Rafael Montesinos, leerle, es averiguar que arte mayor y menor nunca le han sido ajenos y ver que ha sabido manejar con acierto la palabra clara y desnuda, con sinceridad y sin engaños. Por eso nos dice: No te abandono canción, / yo nunca jugué contigo. / Tú sí, con mi corazón. Y mientras canta la que yo considero su más profunda y honda soleá, calla como un niño que mira la vida, siente la vida, vive y escribe la vida, por eso nos dice: Beso escrito y no besado / jamás lo escribiré.
Viene y se va la vida y en su constante crecer decreciendo va dejando, en ocasiones, el engaño y la herida de los hombres porque no todo es claro ni transparente a veces: … vieja mano / oculta siempre, nunca manuscrita, / ordenando puntillas, lazos, rizos / de padrinazgo turbio. Pero, para Rafael, la vida es más el beso, con toda su melancolía, su nostalgia, su tristeza, que la espada con toda su fuerza, con todo su filo de incertidumbre fiera, y es que la vida para Rafael: viene / besa y se va, aunque conocerle es comprobar que a él le besa pero no parece marcharse porque siempre le vemos en esa indeterminada edad que le sostiene…junto a Marisa Calvo.
(Dibujo de Rafael Montesinos realizado por Julio Santiago)
Al leer sus libros se tiene la sensación de estar escuchándoles, no de leer sino de hablar con él y es porque Rafael no trata, al escribir, de distanciarse de su propio sentir. Atento observador, trata, siempre, de ofrecer en su obra, a través de los sentidos y de las emociones, todo lo mejor y con la mayor sencillez. Así, llega a decirnos: Mi poesía, de puro sencillo, cada vez se me hace más difícil.
Conocer a Rafael es ver la espontaneidad de lo primigenio y el buen hacer de la dedicación y del estudio formando, todo, una perfecta unión. Y me viene a la memoria un verso del maestro Lope que decía: Oscuro el borrador y el verso claro.
Saber de Rafael Montesinos es contemplar la historia de los últimos años desde la perspectiva de un Sevilla no que, desterrado a la fuerza, como suele decir él, viviendo más tiempo en la capital del reino que en su tierra, parece que acabara de dejarla y continúa escribiendo, sintiendo, viviendo, con sus tres temáticas importantes, reales y poéticas: la infancia, la tierra y el amor. Y por eso su alma sigue allí, en la calle de Santa Clara o en cualquier otro lugar de Sevilla, ya que en la memoria de este "Director de directores de Tertulias", la infancia y la tierra (esa tierra del poeta, la ciudad de los dioses que es para él Sevilla siempre están presentes junto a aquel otro país de la esperanza, del amor, que le llegara un día con Marisa Calvo.: Tú sí que eres ya huesos de mis huesos / y carne de mi carne y pena mía / y partidaria de mis altos besos.
Estar junto a Rafael Montesinos es advertir que tras su apariencia frágil y melancólica, hay fuerza, constancia, pasión, creatividad y una especial hondura propia sólo del pueblo que le vio nacer. Y, también, por qué no decirlo estar junto a él es contemplar una pícara (aunque nunca maledicente) manera de ponerte a prueba para ver de ofrecerte o no su amistad, su confianza.
Junto a todo lo dicho, se nota en Rafael el brillo de una mirada siempre enamorada de su tierra que nos dice: Loco ha de ser quien esta tierra olvide. Y calla. Sabemos que piensa en Sevilla y calla, contempla a Marisa y calla; calla tal vez recordando al niño aquel de Los años irreparables o quizá entona su memoria alguna canción perversa o rememora las cosas perdidas (o ganadas) entre la soledad de los días que el tiempo abraza, no ya nuestro cuerpo sino más dentro, entre un sonar de campanas que tañen con tristeza por la niebla de los años, y de las cosas, y de los nombres. Y, con la pena cabal de la alegría, entre tanto paseo por la infancia y la tierra lleva Rafael, justo a su lado, ese "País de la esperanza" y del amor que le llegara un día, ya lejano, del brazo de Gerardo Diego: Marisa Calvo.
Manuel López Azorín
Ahora que ha cumplido 90 años de su nacimiento (el 30 de septiembre de 1920), sirva esta entrada y las dos que "colgaré" en cuanto pueda, para recordar, y si es posible leer o re-leer a este poeta sevillano que vivió en Madrid, pensando siempre en su Sevilla natal, una vida, lírica intimista, tradicional y culta, de infancia, tierra y amor, junto a Marisa Calvo.
SOLEÁ PARA UNA FECHA
Lo de Dios ni dios lo entiende,
que al par que nos da la vida
le pone fecha a la muerte.
EPITAFIO
He vivido cuatro días;
tres no fueron sevillanos.
Llevadme a la tierra mía.
SOLEÁ
Buscaría aquellas piedras
y en aquel mismo camino
tropezaría con ellas.
4 comentarios:
Me gustaría dejarte este enlace.es mi particular homenaje a Montesinos.
Un abrazo, poeta
http://enredandopalabras.es/blog/enredandopalabras/2009/01/07/rafael-montesinos-y-la-poesia-de-la-nostalgia/
De no conocerle, sólo con leerte entran ganas de saber quién es él que despierta en tus palabras los adjetivos más amables.
trPara Marisa Peña: Gracias Marisa. Me gusta tu homenaje.
Un saludo
Para Mimi-Ana Rico: Muchas gracias. Me alegra saber que te dieron ganas de saber quién es Rafael Montesinos. Ya te digo yo que, además de una excelente persona, fue (y es) un gran poeta.
Un saludo
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