skip to main |
skip to sidebar
Antonio Porpetta: La reseña que trajo la memoria
Memoria Poética
Antonio Porpetta: La reseña que trajo la memoria
Hace poco encontré una reseña sobre un libro de Antonio Porpetta que ya ni recordaba haber escrito pues es de 1997 y se publicó en una revista local de Sanse. Al encontrarla recordé que no hace mucho nos encontramos mi mujer y yo con Antonio Porpetta y Luz María Jiménez Faro en uno de esos “Megapark” tan frecuentes ya en los alrededores de las grandes ciudades. Hablamos, nos alegramos de vernos y de sabernos bien. Hacía tiempo que no nos encontrábamos. (Luz María y yo si nos hemos visto con más frecuencia, pero su marido, Antonio Porpetta, siempre anda viajando, de país en país. Ha recorrido medio mundo por y con actividades literarias y casi siempre que le pregunto a Luz María por Antonio, suele decirme: Pues ahora está en tal o cual lugar, y siempre es en algún que otro país dando alguna lectura o hablando de ese riesgo que –dice él- es escribir poesía.
El poeta que es Antonio Porpetta nos ofrece en sus libros toda la carga ética que le acompaña en la vida y así debe ser ya que la ética del poeta, cuando es consecuente, debe de andar siempre en el poema, incluso aunque –como nos dijera el gran Pessoa – el poeta sea un fingidor, es decir, finja que miente para decirnos verdad que es, siempre me ha parecido a mí, lo que hace este poeta, tan literario a veces, de apellido italiano, por origen, nacido a la orilla de ese Mare Nostrum, tan nuestro, que desde que Serrat lo hizo canción, ya fue más de muchos aunque no dejase de ser de Antonio y mío por nacimiento.
Su primer libro de poemas fue Por un cálido sendero (Madrid, 1978). Un libro firmado conjuntamente por el matrimonio de poetas (Luz María Jiménez Faro, además de editora (Ediciones Torremozas), es poeta, una poeta de sencillez formal, que me parece a mí la más difícil sencillez, y siempre tierna , expresiva y profunda) Por un cálido sendero es un libro que fue el inicio de un Antonio Porpetta que luego fue afianzando su personalidad poética con fuerza y es que este alicantino de Elda piensa que la inspiración es el trabajo de la palabra y por eso él trabaja y trabaja buscando esa poesía que respira por la herida para que lo sea de verdad y para ello inicia siempre su búsqueda interior, en acto de introspección, ya sea de memoria para traer el pasado al ahora, ya de observación para interiorizar el presente y escribirlo, ya sea en el sueño del futuro… para fijarlo en el presente. Para todo esto, para apagar su sed de poesía, Antonio Porpetta siempre ha bebido en la fuente de la lectura de la poesía que nos ha precedido. La impaciencia, en esto de la poesía especialmente, es mala consejera pues, como he dicho yo en un poema: ¿Cómo se ha de innovar cuando se ignoran / las fuentes que han saciado tantas páginas / de vida, amor y tiempo? / ¿No debieran beber el agua en ellas / y después, ir al sueño? Este sueño, naturalmente es el de la Poesía.
A este libro le siguieron Cuaderno de los acercamientos (Sevilla, 1980). Ardieron ya los sándalos (Madrid, 1982). El clavicordio ante el espejo (Madrid, 1984). Libro en que se retrotrae al tiempo de la infancia para contarnos sus recuerdos, sus impresiones de entonces y su trasponer al ahora esas impresiones de tal modo que los poemas se suceden de dos en dos (el ayer, la infancia y el instante presente, el ahora) y leyéndolos seguidos vemos que: En las pequeñas noches se esparcían / los diluvios del miedo,cuando niño, y luego de adulto ya: Es ahora la noche una cantiga / de limpios madrigales / una isleña quietud / una calma sumisa de arenal. Dos percepciones bien distintas de una misma sensación en diferentes tiempos. Los sigilos violados (León, 1985), fue su siguiente libro al que siguió Década del insomnio, con selección e introducción de José Mas (Madrid, 1990), y una Antología breve para estudiantes. De ella, Salvador Pavía hizo la introducción y selección de los poemas. Viene entonces Adagio Mediterráneo (San Sebastián de los Reyes, 1997), motivo de esta entrada y de estos recuerdos por la reseña encontrada.
A este libro le siguieron Silva de extravagancias con introducción de Pedro J. de la Peña (Madrid, 2000), luego, una Antología personal: Penúltima intemperie, con palabras previas de F. Martínez Ruiz (Valencia, 2002) y en ese mismo año y publicado también en Valencia: De la memoria azul. En 2005 publicó un nuevo libro en San Salvador, Centroamérica, titulado Como un hondo silencio de campanas, con prólogo de David Escobar Galindo y, finalmente hasta la fecha y que yo sepa, en 2007 publicó con mis amigos Antonio y Charo de Huerga y Fierro, La mirada intramuros, con prólogo de Rafael Carcelén García.
Miembro Correspondiente de las Academias Norteamericana Nueva York y Guatemalteca de la Lengua Española, así como de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, Antonio Porpetta me ha parecido siempre un magnifico poeta; pero, aun con los muchos premios concedidos aquí, siempre me pareció que es mucho más conocido fuera. Está incluido en numerosas antología y su obra ha sido traducida a más de diez idiomas (Además del Braille por la ONCE)
Recuerdo haber leído un libro suyo, Territorio del fuego, Madrid, 1988, ya en su segunda edición de 1989 que Antonio me regaló, en alguna de las ocasiones que nos vimos. Un libro dedicado a la “Amada”, publicado en la muy femenina Editorial Torremozas (de esta editorial, de su labor en pro de la poesía femenina y de Luz María Jiménez Faro, tendré que hablar en otra ocasión pues merece atención y extensión), con un dibujo en portada del pintor Adolfo Estrada y una impresión en tinta roja para los poemas.
Así pues fuego (es decir: pasión) en la portada de Estrada, fuego en el decir de Porpetta y fuego en las letras conformadoras de su decir) Así se inicia el libro: Península del ámbar, / colmenera región donde la vida ofrece / la plenitud ardiente de su vuelo. / Varadero, brocal, acantilado, / cítara que preludia / los más hondos estíos: / inagotable cuerpo de mujer, territorio del fuego. Fue, entonces, un libro que me impactó, me gustó tanto que Antonio Porpetta se ganó, con él, el derecho a ser Autor invitado de las Tertulias de Autor de Helicón. Fue el 24 de febrero de1995. Pero de la Tertulia hablaré en otra ocasión, ahora es la reseña encontrada la que me ha hecho recordar todo esto la que incluyo aquí. De modo que rescato del archivo del tiempo esta reseña publicada en abril de 1997en la revista Cultura y Amistad de la A.A.U.P con relación al libro Adagio Mediterraneo de Antonio Porpetta que fue, en 1996, Premio de Poesía José Hierro.
Esta es la reseña sobre Adagio Mediterráneo:
Antonio Porpetta (Elda, Alicante, 1936), es Licenciado en Derecho y Doctor en Ciencias de la Información así como Diplomado en Genealogía Heráldica.
Comenzó su labor literaria por el año 1978; creación poética, ensayo, narrativa…
Ha publicado más de una decena de libros entre los que quiero destacar La huella en la ceniza, con prólogo de Leopoldo de Luis. Meditación de los asombros, con prólogo de José Hierro. Territorio de fuego (un hermosísimo libro) y Década del insomnio. Tiene varios premios en su haber y parte de su obra ha sido traducida a varios idiomas.
Adagio Mediterráneo, su último libro hasta la fecha y merecedor de este VII Premio de Poesía José Hierro (Colección Literaria Universidad Popular. Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes, Madrid 1996) es un libro culturalista en el sentido de magnifica muestra de baño de culturas fundidas en este aludido mar del título.
Comienza Porpetta su Adagio Mediterraneo (este mar suyo y mío y de tantos) diciendo: Aquí, en esta orilla, rodeado / de los últimos oros de la tarde, / miro el mar,… y este origen de su voz: cauce, destino suyo…, da lugar a un Primer ensueño (al que luego seguirán otros) que abre con hondura los archivos profundos, las ofrendas que fue dejando el tiempo y su heredad.
Y Antonio Porpetta nos va mostrando sirenas de pianísimos cánticos que nada querían, sólo cantar (sin saber que producían la muerte) y puertas olvidadas que son arcaica música y ángeles del mar serenos como dioses que ayudan al ahogado y limpian, purifican, y la noche, la noche como símbolo de fin, con su honda tristísima pavura que el poeta rechaza de inmediato dando paso a mañanas para que , de nuevo, seamos renacidos.
Es este mar-libro un recorrido por el tiempo, la memoria, el sueño y la historia de este Mare-nostrum milenario, donde la vida y sus culturas, en claro y profundo mestizaje, ha dado lugar a un mundo, el nuestro, con su belleza y con sus cicatrices y con su herencia para siempre en el autor, en mí, en nosotros, mediterráneos todos.
Y así, por este libro-mar, se pasea la nostalgia de los zocos de Argel y de Bizerta, el fulgor de Alejandría, la serena salmodia del Talmud y Jaffa y Saida , Esmirna, Mitilene, Mesina, Génova, Marsella… hasta llegar al Levante (su tierra y la mía) con mendigos de puerto, mujeres de Haifa, o Porto Vecchio, o de Moraira…
Y este mar-libro, con memoria y con tiempo hechos de la misma materia, recuerda, sueña, sus pleamares, los nombres de las calas y riberas, las ciudades que habitan su cintura (y sus sentidos), los hombres y mujeres que contemplan sus olas como flores rojas en la orilla / sobre la tersa arena…(…) en la clara pereza de la playa.
Dice Porpetta: Desde los viejos siglos, este mar fue surcado por naves / y con las naves navegaban las palabras. Palabras que fuimos heredando lentamente. Palabras que, este mar, nos trajo para enriquecernos y que, ahora, este libro-mar de Antonio Porpetta (este adagio ) con literaria voz, nos acerca hasta las costas de nuestros ojos, de nuestros sentidos, viéndolo com0o algo que nos pertenece ya que somos parte de él por tradición, por herencia… Por eso , porque este mar también es nuestro, quiero recomendaros su lectura.
Manuel López Azorín
Abril de 1997
Esta reseña me trajo a la memoria al poeta con quien me encontré no hace mucho y he aprovechado para escribir algo más de él, no todo porque Antonio Porpetta ha recibido, entre otros, los premios: Ángaro(1980), Gules (1981), Fastenrath, de la Real Academia Española (1987), José Hierro (1996), Ciudad de Valencia de Poesía (1999 ) y los de la Crítica Literaria Valenciana de Ensayo (1996) y de Poesía (2001) cuando se habla de Antonio Porpetta, les suena a muchos pero le han leído pocos, sin embargo, como apunto en la reseña, Comenzó su labor literaria por el año 1978; creación poética, ensayo, narrativa… Aquí sólo hablo de su creación poética; pero quiero destacar, entre su narrativa (además de haber publicado ensayos sobre la vida y la obra de Carolina Coronado y Gabriel Miró entre otros)
Un libro que él me regaló Manual de supervivencia para turistas españoles (Madrid, 1990). No conozco la Guía práctica para turistas inexpertos (narrativa de humor) que publicó en 2011 y no sé si será una revisión de aquella que me regaló o será algo nuevo pero, en cualquier caso diré que no sólo me divertí leyéndolo entonces sino que pienso que, ahora, continúa siendo un libro para leer. Aunque hayamos cambiado, como turistas, en muchas cosas, lo esencial sigue estando ahí, en este entretenido, divertido y práctico volumen.
Antonio Porpetta viene desarrollando, ya de mucho tiempo, gran parte de su actividad pública en universidades e instituciones académicas y culturales de muy diversos países de los cinco continentes en calidad de conferenciante, lector de poemas y director de seminarios de iniciación poética, además de divulgador de la Literatura Española.
Os recomiendo, si queréis saber más de Antonio Porpetta y leer poemas suyos, que visitéis esta dirección: www.porpettablog.com/
5 comentarios:
Muchisimas gracias Manuel por esta entrada hacia Porpetta, poeta del Valle y admirado por tod@ persona que ama la poesía.
Aprovecho esta ocasión para enviarte tambien un grato saludo sigo tambien tú poesia y tengo el enlance en mi humilde blog. Saludos desde Petrer
Pilar Contreras
Querido Manuel: No encuentro tu dirección personal y por eso utilizo este medio para comunicarme contigo.
Me has dejado absolutamente apabullado con ese extenso comentario sobre mí y sobre mi obra, aderezado además con tan abundante iconografía. Eres de una generosidad sin límites y de una esplendidez humana ya difícil de encontrar. Gracias, amigo y colega por tu trabajo.
Recuerdo con cariño las veladas televisivas en Sanse, por donde pasaron todos los poetas del momento bajo tu cuidada dirección y lúcidos comentarios. ¡Qué tiempos, Manuel! Fue una aportación a nuestra poesía importante y de las que "quedan" para siempre.
Luzmaría te agradece también tus palabras, y los dos te enviamos un gran abrazo con nuestra amistad, siempre.
Necesarias palabras para abrir el apetito de quien aún no haya gustado de las obra de Antonio Porpetta.
Pasaba por aquí y te envío mi mejor abrazo. ¡Cómo me gusta cuanto escribes! Comparto tus admiraciones.
Gracias Pilar Contreras Moreno por tu comentario y por enlazar este blog en el tuyo. Pasaré por él. Saludos.
Gracias Antonio Porpetta. Aunque ya hablamos en su día de todo ésto, ahora quiero enviarte, también, un saludo de parte de Charo Fuentes (ella me lo ha pedido así y yo gustoso lo hago por aquí pues no he tenido oportunidad de llamarte aunque lo haré) Un abrazo Para Luz María y para ti.
Igualmente querdo Amando Carabias, gracias por tu comentario que siempre resulta gratificante.
por tus palabras. Ya sabes que es recíproco, que lo que escribes me gusta, pero aunque lo sabes lo digo de nuevo. Quiero enviarte (enviaros a soledad y a ti) mi más sincera felicitación. Ya sabes. Un gran abrazo
y Para ti Enrique Gracia Trinidad, mi agradecimiento
Publicar un comentario