Amelia
Guibert Navaz: María Ana Sanz
Huarte(1868-1936).
En
primer término,mujer.
Amelia Guiber Navaz (Pamplona, 1942), ha
escrito la biografía de una mujer María
Ana Sanz Huarte , su abuela,
que, según nos dice en la contraportada, en el primer tercio del siglo
XX , con palabras basadas en la esperanza y el amor, supo aglutinar a su
alrededor a amplios sectores sociales de Navarra, a los que comprometió de
forma decisiva en su proyecto educativo y social a favor de mujeres y niños. El
libro ha sido publicado por Eirene
Editorial, Madrid, 2012 con el título
Ana María Sanz Huarte (1868-1936). En primer término mujer.
Amelia Guibert Huarte realizó
estudios en el Instituto Príncipe de Viana y en la Universidad de Navarra. Es
catedrática de Historia, de Bachillerato. Ejerció la docencia durante más de treinta años en Pamplona,
Laredo, Vitoria y Santander y se siente orgullosa de formar parte de la quinta
generación de una familia de docentes. Debido a su formación académica así como
la proximidad familiar, le ha permitido ofrecer en esta obra, enfoques
que complementan la visión global de su abuela María Ana Sanz.
La historiadora Amelia
Guibert , según cuenta se sintió casi como obligada a escribir esta
biografía sobre su abuela porque, aun
sin haberla conocido , fue un referente para su familia y especialmente
para ella ya que desde su infancia , su
madre le hablaba de ella con enorme
admiración. Nos dice: Fue una mujer increíble en la Pamplona de su
época. En un mundo protagonizado por hombres
Ana María Sanz fue una mujer relevante por méritos
propios y pionera en educación y acción
social.
Y leyendo esta
biografía escrita con fluidez al tiempo que con una mezcla de afecto, como no
podía ser de otra manera, y con rigor e intención pedagógica nos enteramos
que María Ana Sanz Huarte (1868-1936), fue una intelectual que
revolucionó la enseñanza y luchó por la liberación de la mujer y los niños.
Convirtió la Escuela Normal en el centro de la cultura y la acción social y
también fue vocal del Tribunal del Menor.
Esta mujer adelantada a
su tiempo realizó estudios en Pamplona y Zaragoza. Acudió al Colegio Huarte y
cursó estudios de Magisterio en los
grados Elemental, Superior y Normal. Durante su época de alumna de la
Universidad de Zaragoza y en Madrid, se puso en contacto con movimientos de
renovación intelectual y educativa y muy especialmente con la Institución Libre
de Enseñanza. Además nos enteramos también que fue una fiel seguidora de Emilia
Pardo Bazán y del método educativo Montessori.
Ya en Navarra se dedico
por completo a la educación de la mujer y al llegar a la dirección de la
Escuela Normal, la transformó y la convirtió de Elemental en Superior. María
Ana Sanz cambió la relación entre profesoras y alumnas impulsó
diferentes actividades como ciclos de conferencias, excursiones, bibliotecas y
también introdujo la Cátedra de Euskera en la Escuela. Amelia Guibert define a su abuela
como una mujer excepcional por su personalidad dinámica y emprendedora,
abierta y comprometida con el cambio.
Lo fundamental de su obra –nos dice– fue que creó una identidad de las mujeres. No
lo hizo sola, todos los regeneracionistas lo hicieron y lo inculcaron a sus
hijas y alumnas. La mujer vivía una
situación de esclavitud y luchó para que el código que regía para ellas cambiara.
María
Ana Sanz quería liberar a los dos sectores oprimidos en aquella época:
la mujer y los niños a través de la
educación.
María Ana Sanz Huarte se muestra en esta obra como una mujer excepcional por su
personalidad dinámica, emprendedora, abierta y comprometida con el cambio. Su doble condición de Pedagoga y vocal del
Primer Tribunal del Menor de Navarra le hacen enfocar el problema de la
delincuencia infantil con eficacia por medio de una pedagogía preventiva
rehabilitadora.
Sus textos, incluidos ampliamente en esta obra, tienen
indudable vigencia en la actualidad. Su impresionante labor está fundamentada
en unos rasgos de personalidad a la que la autora, nieta de María
Ana Sanz, ha podido llegar gracias a la transmisión oral y al contacto
con su extensa producción escrita y gráfica, contenida en el archivo familiar.
La historiadora y autora de esta biografía Amelia Gubert Navaz |
A Amelia Guibert Navaz le ha marcado el legado de su abuela, por eso quiso ser profesora. El valor de la educación se lo inculcó su madre y a su madre su abuela. Y, al igual que su abuela, piensa que la educación sirve para transformar y mejorar y que la labor profesoral es la de educar ciudadanos críticos. Esto y el deseo de dar a conocer la labor de una mujer , María Ana Sanz, que aun con los logros obtenidos en su época y el reconocimiento de sus contemporáneos como pionera en educación y acción social, durante el primer tercio del siglo XX, parece haber quedado relegada al olvido y no está – nos dice Amelia Guibert – en la actualidad reconocida.
Asimismo
nos enteramos que María Ana Sanz fue una apasionada lectora, interesada en la literatura española, los autores clásicos
y, muy en especial, la pedagogía, el ensayo y la filosofía. Participó, como
presidenta, en diversos tribunales de oposiciones y presidió certámenes
literarios. fue precisamente María Ana Sanz quien presidió el Tribunal que otorgó un
primer premio al poeta bilbaíno Blas
de Otero.
En esta obra biográfica podemos
encontrar numerosas textos de María Ana Sanz. Recojo aquí uno
sobre su valoración del libro. Así nos habla la autora de él: El libro, se ha dicho; el mejor amigo del
hombre. Silencioso cuando no se le
inquiere; elocuente cuando se le pregunta; sabio como que jamás sin fruto se le
pide consejo; fiel que nunca vendió un secreto de quien le trata; regocijado con
el alegre, piadoso con el dolorido y tan humilde que nada pide ni
ambiciona nada más que una suave caricia de vuestra mano y
en vuestra biblioteca un rinconcito acogedor.
En 1931,
con la llegada de la República, María Ana Sanz será confirmada en su
puesto por la administración. No obstante, al unirse las dos escuelas de
magisterio, hasta ese momento divididas por sexos, la Administración cesará a María
Ana Sanz como Directora mostrándose favorable a la dirección masculina. En 1934 fue nombrada vicedirectora, Maria
Ana Sanz, siguió con sus actividades como miembro del Consejo
Provincial de Primera Enseñanza, profesora de Pedagogía, miembro del Patronato
de Honor, junto con Campión, del Ateneo de Navarra desde su fundación en 1932,
conferenciante y articulista y hasta
unos días antes de su muerte, el 25 de mayo de 1936, estuvo impartiendo sus
clases.
Por todo ello, este libro, escrito con rigor, pero también
desde el conocimiento afectivo, como he dicho antes, de Amelia Guibert Huarte , por
su parentesco con María Ana Sanz, ha
querido dirigirse a un amplio sector de
lectores.
2 comentarios:
Awesome!
Para Cheri: Decía Pirandello: "Asi es si así os parece". Si a ti te parece genial o impresionante que sería lo más literal, así es.Yo por mi parte agradezco tu breve pera intenso comentario sobre esta entrada. Saludos
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