martes, 28 de enero de 2014

Antonio Hernandez pasa la barrera de los 70


Memoria poética:Antonio Hernández pasa la barrera de los 70 años 

Quiero felicitarle con esta entrada y un poema en el que, de manera apocrifa, le habla a un amigo que no es otro que el que esto escribe.



Antonio Hernández Ramírez (Arcos de la Frontera 1943, Cadiz) es poeta, novelista y ensayista.  Hoy 28 de enero de 2014 cumple 71 años  y quiero felicitarle con este poema que incluí en mi libro Sólo la luz alumbra, y que tiene como protagonista a Antonio, en el recuerdo de una charla que mantuvimos caminando por el Paseo de Recoletos hace ya unos cuantos años. Aquel recuerdo me llevó a escribir este poema  en el que, de manera apócrifa, hago hablar al poeta y, en él, la metapoesía le recorre, me recorre , y nos alumbra como si un relámpago de luz  hubiera caminado junto a ambos por este Paseo madrileño.  El  poema lo titulé

EL  POETA  DE  ARCOS  HABLA CON UN

AMIGO EN  EL  PASEO  DE RECOLETOS.
                                                               
Tendrás que preguntarte al escribir 
si acaso alguna vez
"vendrá la luz con su misterio"
a dejar su fulgor sobre el poema
alumbrando poética o poéticas,
que no sólo de pan se sacia el hombre
y el estilo no está en ser homogéneo
o diversificado.

         (No se pueden negar las caras de la luna
          por más que se pretenda.
                                                      El ideal
          es sólo teoría de aquello que queremos,
          un único fragmento del deseo,
          mas no de lo que somos.
          "Por tanto somos uno y diverso.")

En ti debe existir una respiración,
poema tras poema, libro a libro,
que sepa a ti y a ti el sabor recuerde,
diverso o uniforme,
a ese guiso especial que, de la madre,
nos llega en el olor de la memoria.
La memoria es la "cuna de la noche del canto"
y recuerda que "nunca fuimos más
que cuando fuimos niños,"

Si te planteas esto y te decides 
a escribir, libremente
o con preocupación formal, no olvides,
al margen de temáticas, o anímicos estados,
que aquello que cocines
tenga siempre el sabor del guiso de la madre.

No hay más explicaciones,
si acaso recordarte a Goethe
que sabiamente dijo: "Gris, querido amigo,
es toda teoría  y verde es el dorado
árbol de la existencia."

He hundido mis raíces
     ("pues sólo el hombre 
     escribe y se pregunta
     sobre el mundo y su origen")
en versos de memoria y testimonio.

Para más claridad que la declaración 
de unos principios  líricos,
te diré que recuerdes a Novalis
cuando dijo que: "el hombre
puede convertirse en llama parlante."

Si alguna vez viniera la luz con su misterio…
entenderás, por fin
"que escribir es amar
sin amor que te bese."

Hollé el mundo amoroso, el auroral,
en un mar que era tarde con campanas.
Oveja negra fui de un mundo agónico,
y reivindicativo.

Y luego, existencial y reflexivo e íntimo,
seguí siempre buscando "la luz con su misterio,"
esa sagrada forma que da vida
a través de la vida, y el amor, y el recuerdo.

Si escuchas que te dicen, como a mí me dijeron, 
que eres voz de finura y transparencia,
y que "como el cristal y como el aire
tus palabras resuenan  prodigiosas,"
si te hablaran de la patria de Rilke
no dejes de acordarte
que "nunca fuimos más  que cuando fuimos niños."
Si dicen que cultivas
"memoria de la infancia, la emoción, el lirismo,
con sentido del ritmo y con lujo verbal…"
haz lo mismo que yo:
pregúntate tan sólo si algún día vendrá
"la luz con su muestrario"

         ("comulgo que canté y dejé vestido
         el aire de mi infancia.
         Nada de lo que muere deja olvido.")

y, mientras tanto, escribe, escribe y 
busca,
la llama de la luz
y si te alumbra, entonces,
"la creación se habrá puesto de celo"
y ya serás poeta. 

Manuel López Azorín

Del libro: Sólo la luz alumbra


Toda su obra ha sido publicada por Calambur en dos volúmenes con el título de Insurgencias (Poesía1965-2007). Tras publicar en Calambur su obra completa, esta misma editorial ha editado  un nuevo  poemario de Antonio Hernández titulado Nueva York después de muerto



Recuerdo que un día, en su casa, me leyó algunos fragmentos de este poemario que nació  de una idea que tenía el poeta Luis Rosales (Su título es el del proyecto sobre una trilogía con la que el poeta granadino quería cerrar su obra, idea que quedó truncada al morir) Pepe Hierro me comentaba a menudo que el poeta suele, en muchas ocasiones, tomar prestadas las voces de los demás para escribir algín poemaRainer María Rilke  decía algo parecido: que el poeta es un cazador de voces y Antonio Hernández, en  Nueva York después de muerto, toma de manera apócrifa las voces de Rosales y de Lorca para rendirles homenaje  con Nueva York  de fondo.

Nueva York se convierte en este libro de Antonio Hernández en   nexo que  une, funde,  a los dos poetas ahora en la gran ciudad que sirvió para que Lorca escribiera su magnífico libro surrealista y metafórico, con el pensamiento, la idea de Luis Rosales de situar allí  su trilogía.

Así pues Antonio Hernández toma 
el testigo de una idea del maestro 
Rosales y se convierte en el legítimo heredero de aquella idea organizando el libro como una trilogía también. Libro en el que Antonio mezcla la ironía con la emoción y como si se tratara de el alumno preferido de los maestros a los que rinde homenaje porque siente gran admiración por ellos, les cede la palabra y son ellos los que, con sus voces apócrifas,  nos hablan de poesía y de moral, de conciencia ética y de estética.

Antonio ha publicado unos quince poemarios de los que destaco El mar es una tarde con campanas. Lente de agua. Campo lunario. Indumentaria. Compás errante. Con tres heridas yo. Diezmo de madrugada. Homo loquens. Oveja negra. Sagrada forma. Habitación en Arcos. El mundo entero. A palo seco…Como novelista  ha recibido el Premio Andalucía de Novela, destaco las novelas Sangrefría y Vestidad de novia. También ha recibido el Premio de las Letras Andaluzas. Como ensayista  ha publicado La poética de los 50, una promoción desheredada
Algunos de sus libros han sido traducidos a otros idiomas (árabe, italiano, francés, catalán, portugués, etc.). Su obra es objeto de estudio en diversas instituciones internacionales de prestigio, como la Universidad Athens de Estados Unidos.

Entre otros, ha recibido el Premio Adonais , el Miguel Hernández, el  Vicente Aleixandre, el Tiflos, el Premio Jaime Gil de Biedma y en 1980 fue reconocido con el Premio del Centenario del Círculo de Bellas Artes de Madrid , que recibió de manos del rey Juan Carlos I. Ha recibido también el Premio Nacional de la Crítica (1994) En 1999 el ayuntamiento de su localidad natal le otorgó el título de Hijo Predilecto.


Cuando presentó su obra completa en el Instituto Cervantes de Madrid  escribí en este blog lo siguiente:

El miércoles 22 de septiembre de 2010 tuvo lugar la presentación de la obra poética, hasta la fecha, de Antonio Hernández. El lugar, como bien dijo Carmen Cafarell en la presentación del acto, La Casa de la Palabra es decir, el Instituto Cervantes que, en pleno centro de Madrid y con un leve, todavía, gesto de valores al alza o a la baja en las cariátides de su singular edificio, acogió en su salón de actos al poeta de Arcos, al editor Emilio Torné, a dos personajes públicos, la que fue Ministra de Cultura Carmen Calvo, hoy presidenta de la Fundación Vicente Núñez, y el machadiano e impresentable, en el sentido de no necesitar presentación por ser conocido de todos, como dijo el editor durante su intervención, Alfonso Guerra, dos personajes que no ejercieron de políticos , que supieron estar en el lugar preciso para hablar, y se notó que era así, de algo que vivían, que sentían, como buenos lectores, en este caso, de poesía.

Una aventura , en fin, que diría Claudio Rodríguez, poética intensa, que nos lleva por un Antonio Hernández que es uno y diverso, con una obra donde el poeta ,con sentimiento y con pensamiento, mira al pasado (se canta lo que se pierde nos decía D. Antonio Machado, uno de los referentes del poeta de Arcos), mira a la infancia, mira al tiempo hacia dentro, habla del paisaje, del amor y de la muerte, contempla, reflexiona, lo hace con intimismo, se compromete, protesta y, con pasión y con melancolía, nos ofrece una lírica absolutamente personal, con un riquísimo léxico, de la tierra, universal y propio. 


Su poesía es de contemplación con sentimiento de pérdida. En ella, pasado, y paisaje llegan al poema, que es memoria viva que viene de lejos, del tiempo de la infancia, del tiempo del sur, para mirar al mañana: al sur siempre está la mañana Antonio Hernández, que va desde el presente al pasado a través del recuerdo, que camina con la esperanza de un mañana no donde ganarse el cielo sino donde vuele en paz la ceniza en el olvido, nos ofrece en esta obra lo popular y lo clásico, las estrofas de siempre y versos blancos y libres y, en todo, un ritmo, una cadencia, que nos conduce hacia la música del alma donde vive tanto la elegía como el sueño, la participación y la celebración.


Antonio Hernández (con sombrero) junto a Pedro A. González Moreno Joaquín Benito de Lucas, Manuel López Azorín, Francisco Caro y Rafael Soler en diciembre de 2013.

En diciembre nos vimos, Antonio llegó son su sombrero de fieltro, esplédido a sus 70 años todavía,  acompañado de Mari Luz, a la entrega del Premio José Hierro de Poesía que esta edición a obtenido el poeta Pedro A. González Moreno. Fue en el edificio de El Caserón del Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes. Antonio forma parte del jurado de este Premio junto con Joaquín Benito de Lucas y Ángel García López, que también acudieron a la entrega del galardón. Además de los citados, también están en el jurado Pureza Canelo y mi querido Pablo García Baena. 

Pasar la barrera de los 70 años también debe ser motivo de 
celebración y de felicitación al poeta amigo que es Antonio Hernández. 






viernes, 17 de enero de 2014

Pedro A. González Moreno: El ruido de la savia Premio Nacional de Poesía "José Hierro"





Pedro A.  González Moreno: El ruido de la savia

El Premio Nacional de Poesía José Hierro  que convocó el Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes en su XXIV edición fue para Pedro A. González Moreno (Calzada de Calatrava, Ciudad Real, 1960) por su obra El ruido de la Savia, libro que se alzó con el galardón sobre las 157 obras presentadas en total en esta edición de 2013. El poeta recogió el premio el 4 de diciembre de 2013 en un acto realizado en El Caserón con la participación de  los poetas Joaquín Benito de Lucas, Ángel García López y Antonio Hernández, miembros del jurado, y de Mar Escudero, concejala de Cultura del Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes.

El salón a rebosar de público para escuchar al jurado y al poeta que dijo de este libro: lo mejor es la sensación que me deja de haber saldado una deuda con mi pasado, con mis raíces y con algunos de mis fantasmas más íntimos.   Fantasmas, raíces, savia  que en las dos primeras partes de las cinco que consta este poemario, aparecen , dando sentido a los versos de Eladio Cabañero que como cita de introducción y aclaratoria nos dicen: Pues quien no se comió los huesos propios, / las heredadas venas de los padres / como quien por agosto bebe agua, / no fue digno de nadie.

El poeta Pedro A. Glez Moreno con su hijo

Un homenaje, un ejercicio de memoria, para recordar que esos fantasmas del pasado, esas raíces que dieron lugar, gracias a la savia que las nutrió de vida primero y de poesía después, a otras ramas De mis antepasados / no aprendí grandes cosas, pero  heredé de ellos/ una extraña escritura / donde podía leerse / el filo de las hoces y el ruido de la savia. No heredó grandes cosas, pero el sujeto poético aprendió de ellos a agavillar los desengaños, y en el dejaron cauces / de  savia turbia donde se mezclaban / sombras de barro y luces  de quimeras. Poema tras poema el autor va recordando sus raíces: Arrieros, capataces, albañiles… y se pregunta: …Quién sabe /  si alguna vez  soñaron a escondidas / con escudos de armas. Pero su vida, nos cuenta, fue  la aristocracia del cansancio. Nos habla de una estirpe que en barro y yeso dejó escrita su canción sin palabras.

Decía hace tiempo el poeta Francisco Caro, en relación a la poesía de Pedro A. González Moreno, que  es  poeta en el que la memoria de la vida precede siempre a lo vivido, donde vivir es solamente contar la luz que la memoria desprende. Una poesía de vida viva y de memoria viva, una poesía escrita con la materia de los sueños que no es otra cosa que la memoria, una memoria que es recuerdo absoluto, primigenio pues consciente o no vive en nosotros desde que nace y sin advertirlo, nos acompaña ya toda la vida.
Raices naufragadas, / larga alfombra a de huesos como polvo de espigas / que  todavía me alimentan. / Lenta y callada procesión de sombras / que vuelven a mis sueños cada noche / y a veces  me preguntan si su árbol / continúa creciendo.


Sus ramas todavía le acunan, le siguen dando sombra,  y recuerda que  la savia de aquel árbol puso un día en sus labios palabras para escribir el primer verso. Y gracias a la savia, a su ruido nutriente e invasor, a su sueño de música humilde, de herencia noble, de voluntad de construir, de crecer, fue surgiendo lenta, primero la canción no escrita, después la grafía y su leve murmullo  tarareando en los recuerdos, brotando entre las páginas , paginas que redimen fantasmas, raíces… y que hacen  que el poeta construya, con las palabras, lo más suyo, lo más íntimo, y lo construya para siempre, sin prisa y contra el miedoPorque el poeta siempre guarda en los armarios de la memoria, las palabras que un día, fueran ya hebras de claridad, sólida luz  en el poema escrito.



Lo que más me ha costado del libro, nos dijo Pedro A. González Moreno, ha sido estructurarlo, es decir organizar los temas para que las reflexiones metapoeticas se convirtiesen en el hilo conductor que le diese unidad general a la obra. Las tres partes finales del libro están dedicadas a esas reflexiones metapoéticas,  a esa Agua que sacia nuestra sed / e igual que un perro fiel nos lame / piadosamente las heridas.

Video sobre el jurado del Premio Nacional José Hierro

La palabra de Pedro A.González Moreno es precisa, elegante, rítmica, musical  y es que este poeta es de una gran perfección formal, cuida el lenguaje,  la palabra porque sabe bien que  la música del poema, de la poesía,   solo sonará bien  si se construye con  la única materia con la que elaborar la poesía. Con la sombra del árbol  donde creces, con la memoria  de sus raíces y  Con raíces y hojas, con hilo de adjetivos, con lenguaje, con palabras … y el temblor  de esas letras  que en el árbol fueron creciendo, conformándose, para hablarnos después en sus poemas.



Pedro A. González Moreno es licenciado en Literatura Hispánica y es profesor de Lengua y Literatura. En cuanto a poesía ha publicado: Señales de ceniza, con el que se alzó con el premio “Joaquín Benito de Lucas” (Col. Melibea, 1986); Pentagrama para escribir silencios, (accésit del premio Adonáis), Rialp, 1987; El desván sumergido (premio “Villa de Madrid- Francisco de Quevedo), Libertarias, 1999; Calendario de sombras (premio “Tiflos”), Visor, 2005, y Anaqueles sin dueño (Premio “Alfons el Magnánim-2010), Hiperión, 2010. Además de una antología en la que se recoge parte de su poesía La erosión y sus formas (Antología 1986-2006), Vitruvio, 2007.

En cuanto al ensayo, es autor del libro Aproximación a la poesía manchega. Y en la narrativa ha publicado Los puentes rotos (IX Premio “Rio Manzanares de novela”), Calambur, 2007, y el libro de viajes, que es mucho más que un libro de viajes, Más allá de la llanura, publicado por la Biblioteca de Autores Manchegos y reeditado en 2013.


Antonio Hernández, Pedro A. Glez Moreno, Joaquín Benito de Lucas, Manuel López Azorín , Francisco Caro y Rafael Soler.



El ruido de la savia  ha sido publicado en la Colección Literaria Universidad Popular del Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes.

miércoles, 8 de enero de 2014

María Rosa Jaén: Mujeres en el umbral de la Historia




Maria Rosa Jaén Moreno: Mujeres en el umbral de la historia






A finales de mayo del año que nos acaba de dejar,la tarde en la que vino Luis Alberto de Cuenca a presentar Romancero flamencomi último poemario publicado,  Maria Rosa Jaen Moreno me trajo su volumen Mujeres en el umbral de la historia, libro editado en 2005 por la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, del que nada sabía y le prometí leerlo con mucho interés ya que el tema de la mujer, tan olvidada siempre en la historia, tan a la sombra siempre del hombre, merecía dedicarle atención. He tardado tiempo en disfrutarlo, la poesía tiene la culpa y, finalmente, quiero reseñar aquí este valioso texto que reivindica a todas esas mujeres sombra con más luz muchas veces que muchos de los hombres que conforman la historia.


Luis Alberto de Cuenca en su prólogo  a las epístolas dedicadas a las mujeres que cruzaron el umbral de la historia dice: Si hay en el mundo una revolución pendiente, ésta es la de la mujer. Maria Rosa Jaén es muy consciente de ello, y ha aportado su granito de arena para situar a la mujer en el lugar que le corresponde. La verdad es que, más que una partícula elemental de materia arenosa, lo que María Rosa pone ante nuestros  ojos es una playa entera. Su colección de mujeres abarca varias épocas y se detiene en el siglo XVI. Nos consta que tiene pensado continuar, pero de momento se ha detenido ahí, en el umbral del renacimiento, transmitiéndonos su convicción de que la mujer medieval hispánica -cristiana, mora o judía- desempeñó un papel más importante que el que viene otorgándosele.


Dividido este volumen en tres grandes secciones,  Mujeres hispano árabes.  Trabajadoras medievales hispano judías y Algunas mujeres históricas y voces literarias, secciones que a su vez están conformadas por cartas o epístolas dirigidas a estas mujeres.
Mujeres como  las poetisas Hassana,   la más antigua (Elvira, Granada, principios del siglo IX), Hafsa y Umm, dos poetisas guadalajareñas (siglos X y XI) y  Nazhun bint al-Qalai (Granada, siglo XII), llamada la poetisa insolente.La juglaresa Gerena, de la que ni siquiera sabemos su nombre y que fue citada por Alfonso Baena en su "Cancionero".María Sarmiento a la que se podría considerar la primera poetisa mística por sus octavas de carácter religioso escritas en el siglo XV. Florencia Pinar de quien se dice la primera poetisa en castellano que participó en los juegos florales que se iniciaron a partir de 1485, en el Cancionero General de Hernando del Castillo, publicado en 1511, se recogen cuatro canciones y algunas otras atribuidas a Pinar y  en el Cancionero de Rennert se le atribuyen otras glosas.


Cito aquí. seguramente por pasión por la poesía, a mujeres poetas o poetisas, tanto da, pero Maria Rosa Jaén Moreno se dirige con el mismo fervor que a ellas, a mujeres astrónomas, maestras, siervas y princesas, campesinas y pastoras, regatonas y tenderas, hilanderas y moriscas tejedoras, artesanas y constructoras, mancebas y alcahuetas, viudas, tutoras, reinas... y os aseguro que es una delicia leer esta cartas que la autora de estas Mujeres en el umbral de la historia, ha escrito con gracia, afecto y  investigación exhaustiva que, seguramente, le habrá llevado años ( que yo sepa inició  su labor investigadora, sobre las mujeres españolas de los siglos X al XIX en 1992
), pero el resultado, este volumen que llega hasta el siglo XV, merece la pena.

María Rosa Jaén Moreno nos dice en la introducción: Difícil ha sido siempre para las mujeres, adentrarse en los distintos campos del saber y superar las desigualdades y trabas impuestas para realizar determinados oficios. En España, hasta la primera mitad del siglo XX,  los prejuicios han hecho que se considere siempre a la mujer con una función intrínsicamente femenina: dedicada a sus labores domésticas, cuidadora de padres, esposo, hijos y nietos, salvo excepciones y en determinados momentos históricos, cuestión aparte es la del abismo existente entre las clases sociales. El hecho evidente es que la enseñanza femenina ha sido siempre inferior a la masculina, sin olvidar que la coeducación es un tema bastante actual. Todo ello ha contribuido a la desconfianza en el propio ser femenino como persona apta para desenvolverse en actividades intelectuales o dentro de las esferas laborales específicamente masculinas.

Y no se puede estar más de acuerdo. Por mi parte recuerdo haber dedicado algunas entradas que tratan este tema que es  "sombra " sobre las mujeres.
Lamentablemente las mujeres, incluso en la actualidad, aún continúan, en muchos aspectos, a la sombra y sin embargo sabemos que la luz no es cosa de sexos y que del mismo modo alumbra, o no, tanto en hombres como en mujeres. Lean este libro amigos lectores, lean, disfruten con su lectura y reflexionen también.