Memoria poética:Antonio Hernández pasa la barrera de los 70 años
Quiero felicitarle con esta entrada y un poema en el que, de manera apocrifa, le habla a un amigo que no es otro que el que esto escribe.
Antonio Hernández Ramírez (Arcos de la Frontera 1943, Cadiz) es poeta,
novelista y ensayista. Hoy 28 de
enero de 2014 cumple 71 años y quiero
felicitarle con este poema que
incluí en mi libro Sólo la luz alumbra, y que tiene como protagonista a Antonio, en el recuerdo de una charla
que mantuvimos caminando por el Paseo de Recoletos hace ya unos cuantos años.
Aquel recuerdo me llevó a escribir este poema en el que, de manera apócrifa,
hago hablar al poeta y, en él, la metapoesía le recorre, me recorre , y nos
alumbra como si un relámpago de luz
hubiera caminado junto a ambos por este Paseo madrileño. El
poema lo titulé
EL POETA
DE ARCOS HABLA CON UN
AMIGO
EN EL
PASEO DE RECOLETOS.
si acaso alguna vez
"vendrá
la luz con su misterio"
a dejar su fulgor sobre el poema
alumbrando poética o poéticas,
que no sólo de pan se sacia el hombre
y el estilo no está en ser homogéneo
o diversificado.
(No
se pueden negar las caras de la luna
por
más que se pretenda.
El ideal
es
sólo teoría de aquello que queremos,
un
único fragmento del deseo,
mas
no de lo que somos.
"Por tanto somos uno y
diverso.")
En ti debe existir una respiración,
poema tras poema, libro a libro,
que sepa a ti y a ti el sabor recuerde,
diverso o uniforme,
a ese guiso especial que, de la madre,
nos llega en el olor de la memoria.
La memoria es la "cuna
de la noche del canto"
y recuerda que "nunca
fuimos más
que
cuando fuimos niños,"
Si te planteas esto y te decides
a escribir, libremente
o con preocupación formal, no olvides,
al margen de temáticas, o anímicos estados,
que aquello que cocines
tenga siempre el sabor del guiso de la madre.
No hay más explicaciones,
si acaso recordarte a Goethe
que sabiamente dijo: "Gris, querido amigo,
es
toda teoría y verde es el dorado
árbol
de la existencia."
("pues sólo el
hombre
escribe y se pregunta
sobre el mundo y su origen")
en versos de memoria y testimonio.
Para más claridad que la declaración
de unos principios
líricos,
te diré que recuerdes a Novalis
cuando dijo que: "el
hombre
puede
convertirse en llama parlante."
Si alguna vez viniera la luz con su misterio…
entenderás, por fin,
"que
escribir es amar
sin
amor que te bese."
Hollé el mundo amoroso, el auroral,
en un mar que era tarde con campanas.
Oveja
negra fui de un
mundo agónico,
y reivindicativo.
Y luego, existencial y reflexivo e íntimo,
seguí siempre buscando "la luz con su misterio,"
esa sagrada
forma que da vida
a través de la vida, y el amor, y el recuerdo.
Si escuchas que te dicen, como a mí me dijeron,
que eres voz
de finura y transparencia,
y que "como el
cristal y como el aire
tus
palabras resuenan prodigiosas,"
si te hablaran de la patria de Rilke
no dejes de acordarte
que "nunca
fuimos más que cuando fuimos niños."
Si dicen que cultivas
"memoria
de la infancia, la emoción, el lirismo,
con
sentido del ritmo y con lujo verbal…"
haz lo mismo que yo:
"la
luz con su muestrario"
("comulgo que canté y dejé vestido
el aire de mi infancia.
Nada de lo que muere deja olvido.")
y, mientras tanto, escribe, escribe y
busca,
busca,
la llama de la luz
y si te alumbra, entonces,
"la
creación se habrá puesto de celo"
y ya serás poeta.
y ya serás poeta.
Manuel López Azorín
Del
libro: Sólo la luz alumbra
Toda su obra ha sido publicada por Calambur en
dos volúmenes con el título de Insurgencias (Poesía1965-2007). Tras
publicar en Calambur su obra completa, esta misma editorial ha editado un nuevo
poemario de Antonio Hernández
titulado Nueva York después de muerto.
Recuerdo que un día, en su casa, me leyó algunos fragmentos de este poemario que nació de una idea que tenía el poeta Luis Rosales (Su título es el del proyecto sobre una trilogía con la que el poeta granadino quería cerrar su obra, idea que quedó truncada al morir) Pepe Hierro me comentaba a menudo que el poeta suele, en muchas ocasiones, tomar prestadas las voces de los demás para escribir algín poema, Rainer María Rilke decía algo parecido: que el poeta es un cazador de voces y Antonio Hernández, en Nueva York después de muerto, toma de manera apócrifa las voces de Rosales y de Lorca para rendirles homenaje con Nueva York de fondo.
Recuerdo que un día, en su casa, me leyó algunos fragmentos de este poemario que nació de una idea que tenía el poeta Luis Rosales (Su título es el del proyecto sobre una trilogía con la que el poeta granadino quería cerrar su obra, idea que quedó truncada al morir) Pepe Hierro me comentaba a menudo que el poeta suele, en muchas ocasiones, tomar prestadas las voces de los demás para escribir algín poema, Rainer María Rilke decía algo parecido: que el poeta es un cazador de voces y Antonio Hernández, en Nueva York después de muerto, toma de manera apócrifa las voces de Rosales y de Lorca para rendirles homenaje con Nueva York de fondo.
Nueva York se convierte en este libro de Antonio Hernández en nexo que une, funde, a los dos poetas ahora en la gran ciudad que
sirvió para que Lorca escribiera su magnífico libro surrealista y metafórico, con el pensamiento, la idea de Luis Rosales de situar allí su trilogía.
Así pues Antonio
Hernández toma
el testigo de una idea del maestro
Rosales y se convierte en el legítimo heredero de aquella idea organizando el libro como una trilogía también. Libro en el que Antonio mezcla la ironía con la emoción y como si se tratara de el alumno preferido de los maestros a los que rinde homenaje porque siente gran admiración por ellos, les cede la palabra y son ellos los que, con sus voces apócrifas, nos hablan de poesía y de moral, de conciencia ética y de estética.
el testigo de una idea del maestro
Rosales y se convierte en el legítimo heredero de aquella idea organizando el libro como una trilogía también. Libro en el que Antonio mezcla la ironía con la emoción y como si se tratara de el alumno preferido de los maestros a los que rinde homenaje porque siente gran admiración por ellos, les cede la palabra y son ellos los que, con sus voces apócrifas, nos hablan de poesía y de moral, de conciencia ética y de estética.
Antonio ha publicado unos quince
poemarios de los que destaco El mar es una tarde con campanas. Lente de
agua. Campo lunario. Indumentaria. Compás errante. Con tres heridas yo.
Diezmo de madrugada. Homo loquens. Oveja negra. Sagrada forma. Habitación en
Arcos. El mundo entero. A palo seco…Como novelista ha recibido el Premio Andalucía de Novela,
destaco las novelas Sangrefría y Vestidad de novia. También ha
recibido el Premio de las Letras Andaluzas. Como ensayista ha publicado La poética de los 50, una
promoción desheredada
Algunos de sus libros han sido traducidos a
otros idiomas (árabe, italiano, francés, catalán, portugués, etc.). Su obra es
objeto de estudio en diversas instituciones internacionales de prestigio, como
la Universidad Athens de Estados
Unidos.
Entre otros, ha recibido el Premio Adonais , el
Miguel Hernández, el Vicente
Aleixandre, el Tiflos, el
Premio Jaime Gil de Biedma y en 1980
fue reconocido con el Premio del Centenario del Círculo de Bellas Artes de Madrid ,
que recibió de manos del rey Juan
Carlos I. Ha recibido también el
Premio Nacional de la Crítica (1994) En 1999 el ayuntamiento de su localidad
natal le otorgó el título de Hijo Predilecto.
Cuando presentó su obra completa en el Instituto Cervantes de Madrid escribí en este blog lo siguiente:
El miércoles 22 de septiembre de 2010 tuvo
lugar la presentación de la obra poética, hasta la fecha, de Antonio Hernández. El
lugar, como bien dijo Carmen
Cafarell en la
presentación del acto, La
Casa de la Palabra es
decir, el Instituto
Cervantes que, en pleno
centro de Madrid y con un leve, todavía, gesto de valores al alza o a la baja
en las cariátides de su singular edificio, acogió en su salón de actos al poeta
de Arcos, al editor Emilio
Torné, a dos personajes públicos, la que fue Ministra de Cultura Carmen Calvo, hoy
presidenta de la Fundación
Vicente Núñez, y el machadiano e impresentable,
en el sentido de no necesitar presentación por ser conocido de todos, como dijo
el editor durante su intervención, Alfonso
Guerra, dos personajes que no ejercieron de políticos , que supieron
estar en el lugar preciso para hablar, y se notó que era así, de algo que vivían,
que sentían, como buenos lectores, en este caso, de poesía.
Una aventura , en fin, que diría Claudio Rodríguez,
poética intensa, que nos lleva por un Antonio
Hernández que es uno y diverso, con una obra
donde el poeta ,con sentimiento y con pensamiento, mira al pasado (se canta
lo que se pierde nos decía
D. Antonio
Machado, uno de los referentes del poeta de Arcos), mira a la infancia,
mira al tiempo hacia dentro, habla del paisaje, del amor y de la muerte,
contempla, reflexiona, lo hace con intimismo, se compromete, protesta y, con
pasión y con melancolía, nos ofrece una lírica absolutamente personal, con un
riquísimo léxico, de la tierra, universal y propio.
Su poesía es de contemplación con sentimiento
de pérdida. En ella, pasado, y paisaje llegan al poema, que es memoria viva que
viene de lejos, del tiempo de la infancia, del tiempo del sur, para mirar al
mañana: al sur siempre está
la mañana Antonio
Hernández, que va desde
el presente al pasado a través del recuerdo, que camina con la esperanza de un
mañana no donde ganarse el cielo sino donde vuele en paz la ceniza en el
olvido, nos ofrece en esta obra lo popular y lo clásico, las estrofas de
siempre y versos blancos y libres y, en todo, un ritmo, una cadencia, que nos
conduce hacia la música del alma donde vive tanto la elegía como el sueño, la
participación y la celebración.
En diciembre nos vimos, Antonio llegó son su sombrero de fieltro, esplédido a sus 70 años todavía, acompañado de Mari Luz, a la entrega del Premio José Hierro de Poesía que esta edición a obtenido el poeta Pedro A. González Moreno. Fue en el edificio de El Caserón del Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes. Antonio forma parte del jurado de este Premio junto con Joaquín Benito de Lucas y Ángel García López, que también acudieron a la entrega del galardón. Además de los citados, también están en el jurado Pureza Canelo y mi querido Pablo García Baena.
Pasar la barrera de los 70 años también debe ser motivo de
celebración y de felicitación al poeta amigo que es Antonio Hernández.
Antonio Hernández (con sombrero) junto a Pedro A. González Moreno Joaquín Benito de Lucas, Manuel López Azorín, Francisco Caro y Rafael Soler en diciembre de 2013. |
En diciembre nos vimos, Antonio llegó son su sombrero de fieltro, esplédido a sus 70 años todavía, acompañado de Mari Luz, a la entrega del Premio José Hierro de Poesía que esta edición a obtenido el poeta Pedro A. González Moreno. Fue en el edificio de El Caserón del Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes. Antonio forma parte del jurado de este Premio junto con Joaquín Benito de Lucas y Ángel García López, que también acudieron a la entrega del galardón. Además de los citados, también están en el jurado Pureza Canelo y mi querido Pablo García Baena.
Pasar la barrera de los 70 años también debe ser motivo de
celebración y de felicitación al poeta amigo que es Antonio Hernández.
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