Fernando
López Guisado: Rocío para Drácula
Fernando López
Guisado (Madrid,
1977). Combina la escritura y la crítica literaria con el Radiodiagnóstico.
Ha publicado, además de este Rocío
para Drácula (Ediciones Vitrubio, Madrid, 2014), cuatro
poemarios más: Aromas de Soledad , El Altar de los Siglos, Porque nunca fue suyo y La Letra Perdida. Ha sido incluido en tres antologías. Es colaborador del diario El
Pulso y las revistas Escritores de Rivas y Ágora: papeles de
arte gramático. Conduce la bitácora digital Buenas Noches Nueva Orleans.
Un poemario éste con profusión de temas.
Temas que nos muestran las mismas o parecidas emociones (y me llega el recuerdo de Antonio Gala cuando en una lectura poética invitado por mí nos dijo: Pienso que ya está pasada la Edad
de la Razón, y que quizá tengamos que llegar a una Época del Sentimiento), parecidos sentimientos,unos de incertidumbre, otros de consciencia del
tiempo y también de salvación, especialmente por amor, (el romanticismo ha continuado
con el neorromanticismo y en nuestro subconsciente). Emociones en fin tan
necesarias en el poema porque sin ellas un poema nos resultará frío, distante,
incompleto.
Rocío para Drácula parece la eterna búsqueda del yo y de su felicidad
pasando por la insatisfecha sensación de no alcanzarla casi nunca.(Cosa muy
común en el hombre). Eso es tremendamente humano: caminar entre la luz y la
sombra con sus dudas, sus relativas verdades y muchas incógnitas. Pero la
poesía se nutre , y mucho, de la experiencia vital del poeta, y de sus
recuerdos.
Se canta lo que se pierde Nos decía Don Antonio Machado (y lo que se recuerda, perdido ya o no,
también. La memoria, esa que yo llamo la materia de los sueños, trastoca
nuestra realidad sucedida en realidad soñada. La poesía, me decía José Hierro, no se puede
hacer de la realidad literal, la realidad, a veces, es como un gran abismo, una fajana donde no
llega la luz y tenemos que intentar alumbrarla
¿Cómo? convirtiéndola en realidad poética.
Claudio Rodríguez solía decir que
la poesía era una participación entre la realidad y la
experiencia poética de ella a través del lenguaje. La experiencia vital
acumula el recuerdo, la memoria y esa materia de los sueños se la muestra al poeta que termina convirtiendo esa experiencia
vital, esa vida que no es poesía, en otra realidad poética en muchas ocasiones.
Pudiera parecer sencillo; pero pienso que, para el creador, es una dura lucha,
tanto como para el hombre.
Este es un largo
poemario en el que el poeta nos muestra tres libros que a su vez divide
secciones, en ellos, en su diversidad temática encontramos potentes e insólitas y atrevidas imágenes que
nos hablan de su experiencia vital con un lenguaje a veces con un lenguaje
cercano al poeta canadiense Mark
Strand cuando escribió: En un campo/ yo soy la ausencia / de campo. /.
Esto es / siempre así. / Donde sea que esté / yo soy lo que falta (de su libro Durmiendo
con un ojo abierto. 1964). Fernando López Guisado escribe: Ya no soy ni
existo. / He dejado /de ser uno, de ser yo./ Únicamente yo.(P-19-20)
En el último poema de este libro Fernando López Guisado nos
dice: dejó el alba vertida sobre el libro / lágrimas desde amarillos
tulipanes. / Morirán algún día, pero su
sangre / quedará siempre tiñendo páginas.///
Rojas
epifanías, destellos / de la verdad del Otro Lado, / de la brisa que transporta
una luz / en su seno. Captura lo invisible / en el vagón final del tren
fantasma: ///
Beso,
para el hombre / rocío para Drácula.”
Hay, en Rocío
para Drácula, poemas de muy variada temática, poemas directos y poemas
enmascarados; pero en casi todos ellos, en unos con lenguaje más popular o
llano, en otros más referencial, y en otros enigmático, más críptico, más hermético, andan el deseo, el amor, la búsqueda
del yo… y, en todos ellos, nos deja vertidas…sobre el libro / lágrimas desde amarillos tulipanes.
Lágrimas, experiencia vital, realidad trastocada en realidad poética, nos dice
que Morirán algún día, pero su sangre / quedará siempre tiñendo
páginas. Ese es el sueño que nos augura: Un destino intemporal sobre la
página escrita. El destino, sin duda, será el encargado de hacer cierto el
augurio. De rodillas sobre los sueños,/ contemplo inmóvil / lo inútil
que resulta / detener el puño del destino.(P-24)
El poeta, en mi opinión, es el producto de lo que vive, de lo que
aprende, de lo que lee, de lo que observas, de lo que recuerda y todo ello, que
es lo que conforma la experiencia vital junto a lo que desea, lo que teme y lo
que sueña, a veces se transforma, gracias al lenguaje, en realidad poética. Una
realidad poética la de Fernando López Guisado con una ética
y con una estética en un poemario cargado de emociones, de sentimientos, de
imágenes, de algunos hallazgos expresivos y también de antifaz léxico para mostrarse sin mostrarse
del todo, Como haciendo suyos estos versos de Mark Strand: Esto es / siempre así. / Donde sea que
esté / yo soy lo que falta. Sin duda un
poemario personal por el que la vida y la muerte, entre ambas, camina el resto
de temas con su diversidad de modos, voces, tonos…y el misterio de la poesía.
Fernando López Guisado publicó su primer libro con apenas dieciocho
años, Aromas de soledad, desde entonces no ha dejado de crear una
obra sólida, rebosante de imaginación y originalísima en la búsqueda de un
mundo lleno de misterio, que roza quizá lo paranormal pero que se hace aún
mayor en la poesía amorosa o existencial. Rocío para Drácula, en fin, como
dijo mi buen amigo el poeta Rafael Soler, es un buen libro de
amor luminoso y oscuro.
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