MEMORIA POÉTICA: PABLO GARCÍA BAENA
Homenaje a Pablo, el poeta de luz.
Pablo García Baena recibió el martes 12
de mayo de 2015 un doble homenaje en el
Instituto Cervantes. Por la mañana depositó en la Caja de las Letras a las
12.00 horas su legado personal, en una caja de Loewe, que permanecerá
custodiado bajo llave durante medio siglo.
Por la tarde, a las 19.00 horas, cuatro amigos (El poeta de luz así lo quería): José
Infante, Guillermo Carnero, Luis Antonio de Villena y Joaquín Pérez Azaústre,
hablaron de su obra y de su persona. Juan Antonio González Iglesias estaba
previsto que interviniera; pero una gripe, y la consiguiente fiebre, le impidió asistir.
De izquierda a dcha: Beatriz Hernanz, Enrique Loewe, Pablo, Victor García de la Concha |
Al entrar me encontré con Beatriz Hernánz, en la actualidad directora de Cultura en el Instituto Cervantes. Nos saludamos, hacía mucho tiempo que no nos veíamos. Fui
a sentarme ya que se estaba llenando la sala.
Instantes después apareció Pablo García Baena acompañado de Víctor García
de la Concha. Se sentaron en las primeras sillas junto a Enrique Loewe y su
hija Sheila Loewe. José Infante, Guillermo Carnero, Luis Antonio de Villena y Joaquín Pérez
Azaústre ya habían ocupado su lugar en la mesa.
Enrique Loewe y Pablo (sentados) Victor García de la Concha y el numeroso publico que asistió al Homenaje |
El motivo de este homenaje en el Instituto Cervantes de Madrid ha sido porque, debido a que ya no ve bien y le
cuesta mucho trabajo, ha transmitido a Enrique Loewe su deseo de abandonar el
jurado del prestigioso Premio Loewe de Poesía.
Enrique Loewe ha querido premiar al poeta de Rumor oculto (su primer libro, publicado en 1946 y aunque en 1948 publicó en Córdoba un segundo libro, Mientras cantan los pájaros, Pablo ha comentado en más de una ocasión que su sensación de libro fue cuando publicó Antiguo muchacho en Adonais, en1950), Enrique Loewe ha querido premiar, decía, con este homenaje a Pablo en agradecimiento a su labor como jurado (en realidad lo que vino a decir en su intervención fue que el premio era para Loewe y para todos los que nos encontrábamos presenciando el acto) y Victor García de la Concha quiso que este homenaje se realizase, precisamente, en La Casa de la palabra (La Casa de la Poesía, dijo el director del Instituto Cervantes en su intervención para abrir el acto)
Intervención en el atril de Enrique Loewe. En la mesa: José Infante |
Enrique Loewe ha querido premiar al poeta de Rumor oculto (su primer libro, publicado en 1946 y aunque en 1948 publicó en Córdoba un segundo libro, Mientras cantan los pájaros, Pablo ha comentado en más de una ocasión que su sensación de libro fue cuando publicó Antiguo muchacho en Adonais, en1950), Enrique Loewe ha querido premiar, decía, con este homenaje a Pablo en agradecimiento a su labor como jurado (en realidad lo que vino a decir en su intervención fue que el premio era para Loewe y para todos los que nos encontrábamos presenciando el acto) y Victor García de la Concha quiso que este homenaje se realizase, precisamente, en La Casa de la palabra (La Casa de la Poesía, dijo el director del Instituto Cervantes en su intervención para abrir el acto)
Víctor García de la Concha dio la bienvenida al poeta cordobés y recordando
que Pablo García Baena, en 1942, estrenó en su ciudad natal, una pieza teatral de cuatro poemas de San Juan de la Cruz, en la que el poeta hacia de “Entendimiento”. Contó igualmente que él y Ricardo Molina opositaron juntos a
profesor de Instituto y que Dámaso Alonso tenía sumo interés en que el
compañero de Cantico de Pablo fuera profesor “si no me enfadaría mucho” dijo Víctor que comentó el poeta de Hijos
de la ira. (hay que decir que ambos, Victor García de la Concha y Ricardo Molina aprobaron la oposición), terminó
contándonos que Vicente Aleixandre escribió una carta al grupo Cántico en la
que más o menos venía a decirles: “vosotros, que habitáis una tierra que han
pisado los romanos, los árabes… vosotros sois gentes del Sur que van hacia el
Oriente”
Pablo. A secas, como a él le gusta firmar sus tarjetas y sus libros, al menos cuando me los ha dedicado a mí.(Foto Diario de Córdoba) |
Pablo nació, según consta en sus libros, el 29 de junio de 1923; pero
confiesa que el año está equivocado y que realmente nació en 1921: “Se
equivocaron cuando me publicaron la primera antología y yo no he insistido en
cambiarlo”. Esto ya lo habíamos comentado hace años Pablo, Pepe Hierro y yo,
recuerdo que fue en 1999 cuando le traje, por segunda vez a Tertulias da Autor
de Helicón. Pepe Hierro solía decirme del autor de Junio (1957): “Pablo es
el eterno joven que me lleva un año” (Pepe nació en abril de 1922) Pablo y
Pepe, dos grandísimos poetas, bien distintos, y que, sin embargo, siempre
fueron mutuos admiradores. Cada cual del
otro. Como también lo es el poeta José Infante, buen amigo de Pablo y gran
admirador de su poesía que como él bien dice, es "palabra inspirada".
Comenzó el acto con la intervención del poeta José Infante que además
de glosar al poeta y a la persona nos
dijo que el mejor homenaje que se le
puede hacer a un poeta es leer sus poemas y también y creo que muy
acertadamente “Es necesario que honremos a nuestros poetas hoy, en estos
tiempos de indignación y de corrupción.”
José Infante |
Infante nos dijo del poeta de luz que es Pablo (para mí también zahareño, jardín, ruzafa siempre), que al final del acto
cada uno de los que intervenían iban a leer un poema y Pablo finalizaría con
unas palabras y leyendo un inédito. Pensé que sería el poema que figuraba en la
tarjeta: El verano y que incluyo aquí:
Una mujer pasea desnuda por la playa
solitaria. Amanece.
Su cabello rojizo, al grana de la
aurora
dora y despierta al paso oleajes
dormidos.
Desde la residencia, en alto mechinal,
el anciano acogido la acerca y la vigila
con los viejos gemelos de teatro y de
nácar
–tal vez vieron la Xirgu–
y algo que ya no siente, le engaña
en el recuerdo.
El nuevo día vibra como un violín de luz
en el pulso de arritmia.
Hasta para el que mira, encerrado en sus
años,
el verano será el tiempo de la dicha.
(Pablo García Baena. Poema inédito)
Pablo, sentado. de izda a dcha: Joaquín Pérez Azaústre, Jesús Visor, José Infante y Victor García de la Concha |
Este poeta cordobés ya nonagenario, encerrado en sus años, sigue soñando
con el tiempo de la dicha y me hace recordar que en otra entrada que hice para
él en este blog allá por noviembre de 2008, decía yo que: Pablo García Baena es
un jardín barroco, religioso, imaginero, sensual, erótico, pagano. Un jardín
exuberante, sin tiempo, repleto de estética vitalista, jubilosa, plena de
pasión y de belleza. Un jardín en gozosa pesadumbre adornado de seducción y de misterio,
que contempla y sueña el placer de lo bello, al tiempo que vive la voluptuosa
transformación de sí mismo. Un jardín siempre joven y por tanto ardoroso y con
alas, como los ángeles de Líébana,
entre esos vientos que le mantuvieron alejado del mundo de la poesía (Que no de
la Poesía) durante veinte años. Vientos, corrientes, que le hicieron alejarse,
guardar silencio, para seguir viviendo, para seguir escribiendo, cuando sentía
que necesitaba escribir, independientemente de corrientes, de vientos más o
menos imperantes a lo largo del tiempo, de los años.
Y los años le han coronado con el laurel de los vencedores
sin buscar la victoria jamás. Igual que le coronamos en Tertulias de Autor de
Helicón las dos veces que le invité.
Hubo una primera invitación que hice a Pablo para leer sus poemas en 1992, la sala
donde realizábamos la lectura, por aquel tiempo, no estaba disponible y tuvimos
que improvisarla en un aula poco apropiada y con demasiados ruidos externos. Lo
que sí tuvo Pablo fue a tres buenos amigos, y muy buenos poetas, que, entre el
público, le escucharon muy atentamente. Joaquín Benito de Lucas, Ángel García
López y Claudio Rodríguez.
Entonces le prometí a Pablo que volveríamos a dar una lectura en un lugar
más apropiado y así lo hice. Fue el salón de Plenos del Ayuntamiento de San
Sebastián de los Reyes. Recuerdo que Pepe Hierro, que asistió para escuchar a
Pablo, comentaba: “Esto es histórico. Los poetas se adueñan del espacio
político para leer poesía.” Fue, entonces esta segunda vista de Pablo al
Helicón de Sanse una magnifica lectura que no sólo nos entró por los oódos sino
por los ojos al numeroso público que
atentamente fue a escuchar a Pablo García Baena, escuchar al poeta de los ojos y la verdad, ya que su pasión es pintar con la palabra.
Han pasado 16 años de aquella lectura. La última vez que estuve con Pablo
fue en noviembre de 2014 y el eterno joven no parecía cansarse nunca, su edad
no importaba demasiado, sus ganas y sus ilusiones le mantenían en perfecta
forma.
Guillermo Carnero habló de Pablo como su maestro y nos dijo que su libro
revelación fue Antiguo muchacho (1950) que , comentó, une a Pablo con el 27.
Luego nos habló de un poema que, según él, resume la obra de Pablo García
Baena. Viernes Santo, un poema del
libro Antes que el tiempo acabe (1978). Un poema que medita sobre la
muerte de Cristo; pero que en un segundo estrato se desdobla la meditación,
sensible y emocional, en la felicidad o la tristeza y trasciende la religión
para ser, al tiempo, un poema de exaltación carnal o amorosa..
Guillermo Carnero es
autor del estudio El grupo "Cántico" de Córdoba. Un episodio clave en la
historia de la poesía española de posguerra (1976). Hay que decir que fueron los novísimos
los que reivindicaron su obra a partir de los años setenta. Guillermo Carnero
con este ensayo y Luis Antonio de Villena con la introducción que preparó para
la publicación de la obra de Pablo en 1980, Poesía
completa (1940-1980).
Luis Antonio de Villena, además de conducir el acto explicando al público
el guión que iban a seguir y casi suplicando que los aplausos los dejasen para
el final, para ofrecérselos a Pablo (no se le hizo caso) tomó como referente al
grupo Cántico (y en especial a Pablo) y nos habló de su poesía con elementos de
religiosidad, pero heterodoxa y con elementos carnales y de hedonismo pagano.
Luis Antonio hablaba de Pablo con fervor, de su sencillez, de su elegancia,
de su modestia, de su vivir siempre como en segundo plano, sin medrar, sin
esperar nada… y para ilustrar estas palabras nos contó una anécdota:” Pablo y
yo viajamos a Yugoeslavia. Llegamos a Macedonia y allí no había nadie
esperándonos. No sabíamos qué hacer ni cómo ir al hotel, no conocíamos el idioma…
Yo monté en cólera, reaccioné y llamé a un taxi, le mostré una dirección y
finalmente nos vimos en el hotel. Allí Pablo me comentó –qué lanzado eres Luis
Antonio. Si yo vengo solo y no va nadie a recibirme, me habría quedado en un
rinconcito llorando hasta que viniera la Cruz Roja –.”
El próximo mes
cumplirá pues 94 años y es hora, según comentó, de dejar de formar parte de
jurados, no de abandonar la creación poética. Ahora estoy preparando un nuevo
libro, posiblemente el último, “Chus Visor está deseando que se lo mande”. Un
nuevo libro que posiblemente lleve como título Claroscuro, aunque no es
definitivo. Un libro relacionado “con la pintura, con la luz", y Caravaggio, el primer gran exponente de la la pintura barroca, como tema principal.
Pablo (Foto Diario de Córdoba) |
Cuando acabaron de leer cada uno de los participantes el poema que habían
elegido, Pablo se acercó al atril y, emocionado, por todo lo que se había
glosado a su persona y a su poesía dio las gracias, sin olvidarse de nadie y
citando, como siempre, a sus compañeros de Cántico, nos leyó un poema inédito
titulado Las rosas (al final no fue el de la tarjeta como yo supuse y pensé:
este jardín de versos que es Pablo García Baena, este poeta zahareño, ruzafa
siempre, no quiere hablarnos de vejez ni de recuerdos del tiempo de la dicha,
prefiere la rosa. La rosa con su
fragancia y su hermosa belleza, la rosa con su hermosísimo lenguaje de belleza
expresiva) En poesía los temas son los
mismos, el amor, la muerte, la pérdida, todo está hecho de lenguaje, por eso
dice que: "La poesía es la lengua,
el agua corriente y cuanto más limpia y más clara, más brillante” La poesía, en
definitiva, es la vida.”
Tras el acto, y después de saludar a los poetas que había intervenido en el homenaje, me acerqué a Pablo, le pregunté si abandonaba también el Premio
Nacional de Poesía José Hierro, que otorga el Ayuntamiento de San Sebastián de
los Reyes a través de la Universidad Popular. Me respondió: “estoy comprometido
para fallarlo en noviembre. Luego…”
El poeta Pablo García
Baena, que perteneció al grupo Cántico,
nombre de la revista que fundó en 1947 junto con Juan Bernier, Julio Aumente y
Ricardo Molina (y en la que participó activamente el pintor y poeta Ginés
Liébana, único superviviente de este grupo junto con Pablo,
presente también como oyente en este homenaje) recibió el reconocimiento de
poetas amigos, estudiosos y admiradores de su obra.
Reconocimiento a la obra de un autor que, antes de
ganar el Príncipe de Asturias de las Letras en 1984 y de que le concedieran la Medalla de Oro de la Ciudad de Córdoba. Antes de que fuera declarado Hijo Predilecto de
Andalucía en 1988, y Premio
Andalucía de las Letras en 1992…Antes, mucho antes de que en 2004 recibiera la Medalla de Oro de la Provincia de Málaga
en la que pasó una gran parte de su vida. (Desde los años sesenta vivió en Benalmádena
(Málaga), donde trabajó como anticuario hasta el año 2004 en que volvió a
Córdoba)
Decía que antes de todo esto Pablo vivió un tiempo de silencio (desde 1957 a 1978) . Su poesía de hedonismo pagano, de religiosidad heterodoxa y de exaltación carnal ("La religión y el goce carnal son cosas divinamente humanas" cuenta pablo), no parecía encajar con la corriente predominante en los años de la poesía del desarraigo, de la poesía social.
Decía que antes de todo esto Pablo vivió un tiempo de silencio (desde 1957 a 1978) . Su poesía de hedonismo pagano, de religiosidad heterodoxa y de exaltación carnal ("La religión y el goce carnal son cosas divinamente humanas" cuenta pablo), no parecía encajar con la corriente predominante en los años de la poesía del desarraigo, de la poesía social.
Cántico reivindicaba una mayor exigencia estética y
formal y más sensualidad, y sus referentes fueron la poesía de la Generación del 27, en especial la de Luis Cernuda; una poesía barroca, exaltada
y vitalista. La poesía de Cántico y en especial la de García Baena
influyó en las generaciones más jóvenes de finales de los años sesenta o
novísimos y siguientes. ("Con los jóvenes poetas me entiendo muy
bien, los admiro" suele decir Pablo.)
El silencio poético de
Pablo se prolongó muchos años, desde que publicara Oleo (1958) hasta su redescubrimiento por los poetas
novísimos, Guillermo Carnero y Luis Antonio de Villena, con Almoneda
(1971). Pero en realidad su vuelta del silencio fue cuando en 1978 publico Antes
que el tiempo acabe. A partir de ahí vivió el poeta de luz un tiempo más dulce en
cuanto a reconocimientos. Luego vendrían, además de reediciones y antologías de
su obra, dos libros nuevos: Fieles guirnaldas
fugitivas (1990), 2ª ed., San Sebastián de los Reyes, Universidad Popular José Hierro
(2006) y Los
Campos Elíseos (2006).
En mayo de 2008 gana el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y
en octubre de 2012 recibió el Premio
Internacional de Poesía Federico García Lorca.
Su obra poética hasta la fecha se halla reunida en Poesía completa (1940-2008), publicada en Visor.
Su obra poética hasta la fecha se halla reunida en Poesía completa (1940-2008), publicada en Visor.
Quedamos en que le llamara para hablar un poco. Allí, con tantas personas esperando saludarle, no podíamos. Salí junto a Jesús (Visor) comentando lo bien que se veía a Pablo a sus casi noventa y cuatro años (los cumple el próximo 29 de junio). “Noventa y dos, apostilló Jesús, noventa y cuatro no”. No quise corregirle. Salimos a Barquillo y allí nos separamos. Pablo se vino con nosotros mentalmente. Con Jesús pensando en ese posible “Claroscuro” que publicaría en cuanto se lo entregase. Yo, pensando en que el homenaje, que había resultado emocionante, y que concluyó con un larguísimo aplauso del público en pie a Pablo, era algo más que merecido para un poeta que nunca medró ni quiso, sólo gustaba y gusta de escribir porque , como él dice: “ser poeta es un destino. Uno nace con esta estrella y camina con ella". (Por si alumbra con su luz y a Pablo, que es poeta de luz, le ha alumbrado.)
Manuel López Azorín
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