sábado, 9 de mayo de 2015

Maria Luisa Mora: Simulacro cero





María Luisa Mora Alameda: Simulacro Cero


Simulacro Cero obtuvo el XVI Premio de Poesía Nicolas del Hierro 2014, convocado por el Ayuntamiento de Piedrabuena (Ciudad Real), lugar de nacimiento del poeta que le da nombre. El jurado en esta edición estuvo compuesto por los poetas Manuel Cortijo Rodríguez, Pedro A, González Moreno y Jorge de Arco  y por unanimidad dieron el premio al poemario titulado Simulacro cero cuya autora es María Luisa Mora Alameda.
En  la presentación del libro en Madrid, Casa de Castilla la Mancha, Aula de poesía Juan Alcaide, recuerdo numeroso público
escuchando atentamente a su autora  leer este nuevo trabajo pleno de vida y por lo tanto de poesía, una poesía sencilla, cotidiana, directa y con una  claridad que a veces es ternura, a veces desconsuelo, a veces ironía y siempre palabras cargadas de naturalidad y vida.

Los poemas de Simulacro cero, una treintena más o menos, están escritos desde la verdad  y se nota porque al leerlos la autora  (leyó unos pocos) el oyente se contagiaba de su pasmosa naturalidad para contar con sencillez, las cosas hondas, profundas y hacer que nos toquen los sentidos, que nos emocionen.
Al acabar su lectura y antes de que se le diera un largo y caluros aplauso, hubo un intento de coloquio; pero antes de que se produjera el poeta Francisco Caro advirtió a la mesa, a quien  conducía el acto, de la presencia en ella del poeta Nicolás del Hierro. El poeta, que había realizado un gran esfuerzo para estar ese día junto a la ganadora del Premio que lleva su nombre, había permanecido en silencio durante la presentación y la posterior lectura. Educado y obediente con el protocolo, no intervino porque nadie le dio la palabra para hacerlo. Corregida esta (extraña?) omisión el bueno de Nicolás del Hierro dirigió unas cariñosas palabras de felicitación a María Luisa Mora que agradeció su intervención y expresó su admiración por él.



El libro, distribuido en cuatro apartados con citas de Alejandra  Pizarnik, Pablo Neruda, Cesar Vallejo y Jorge Luis  Borges, nos ofrece la vida, su vida real, si acaso quizá con las veladuras  que la memoria selecciona. Una vida repleta de pequeñas cosas, cotidianas y de tremendas cosas  dichas con la desolación y la naturalidad de las palabras justas, precisas. Un libro, en fin, que medita sobre la vida con un ritmo, una armonía, una musicalidad que se expande por el aire  de las palabras familiares, sencillas, intensas (aunque a primera vista pudieran parecer, por usadas por todos, gastadas y sin pólvora de artificio o pirotecnia verbal. Pero es que en este libro de María Luisa Mora (y en mucha de su poesía que he leído), no hay ni artificio ni pirotecnia, tal como nos ha dicho ella: Porque esto es la existencia. No valen simulacros. / solo la vida. / Una oportunidad para la muerte.

Porque María Luisa Mora es poeta de la sencillez, la difícil sencillez, de la verdad sin simulacros y en este poemario nos ofrece con su cara y su cruz  la tristeza y la esperanza, como la vida. María Luisa Mora lleva contándonos  en sus diferentes libros  su experiencia vital y sabe hacerlo de tal modo que leer sus poemas es conectar con ella y con la vida.  Una vida verdadera, ni  falsa ni con antifaces, sin simulaciones. Nuestros padres nunca fueron / cariñosos. (…)  Creían / que ya tenían bastante / con darnos de comer.(…) Mas de mi madre, debo / haber heredado el amor por la poesía, (…) Yo la adoraba aunque no fuera / demasiado cariñosa / o tal vez sí: / porque recuerdo bien el día / en que permanecí recostada en su regazo / y pude sentir perfectamente / con qué ternura besaba mi cabeza.


Nacida en Yepes (Toledo), María Luisa Mora  ha publicado una quincena libros de poemas y conseguido  muchos galardones. Su poesía anterior a este Simulacro Cero está recogida en un volumen de título  El pan que me alimenta. Una  recopilación de toda su obra poética  anterior  que fue publicada  por Pablo Méndez en su editorial Vitruvio. 


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