Ángel
Velasco: Cuadernos incompletos
Ángel Velasco |
Ángel Velasco (Madrid,
1945), ha publicado un libro de
poemas con el título de Cuadernos
incompletos. Lo ha hecho en Oportert Editores (Madrid, 2014), un nuevo
proyecto editorial que se ha interesado en toda la obra de este autor y va a
rescatar los ya publicados y publicar los inéditos en lo que la editorial da en
llamar en la solapa del libro: Biblioteca
Ángel Velasco.
Cuadernos
incompletos es un libro escrito entre septiembre
de1997 y enero de 1998. Angel Velasco
me envió una copia del original allá por 2003. Entonces le comentaba sobre este Cuadernos incompletos lo siguiente:
Tus “Cuadernos incompletos”
tienen el color de la vida, un color tierno, irónico, dulce-amargo y, siempre,
luminoso, y tienen el vuelo del pájaro más libre y más armonioso, en su canto
de ritmo y música envolvente, que yo haya leído últimamente.
Escribir por vivir (no por
escribir). Algo que decir porque la memoria habita los espacios y con ella se
atrapan instantes del tiempo, donde nos movemos y nos mueven, y se quedan ya
para siempre hechos palabras en forma de poesía.
“La soledad se combate
sumando” – es una buena conclusión- “Dar lugar a que los sentimientos opinen”
Esto y un buen ritmo hacen que los “flashes” poemáticos se conviertan en
sentencias emocionantes en muchas ocasiones.
¿Qué es lo cotidiano? Lo que
acontece al hombre cada día. Pues bien si el hombre habla, escribe de lo
cotidiano, lo está haciendo desde lo más
hondo y para todos “¿Quizá si necesarios?(estos versos)” Necesarios, estos
poemas, porque el lector se atreverá (con ellos) y aceptará las conclusiones,
las sugerencias, la poesía viva que estos “Cuadernos incompletos” han atrapado
entre sus páginas, páginas que seguirán
escribiéndose… hasta el final. Merece la pena (y mucho) ser publicado. Un
abrazo Manuel L. Azorín
Ahora
ya, tras el paso del tiempo, con el libro publicado en mis manos, porque el
autor ha querido que lo tenga, y yo me alegro, he vuelto a leer este
poemario que Ángel Velasco escribió
hace ya unos 17 años. Y el tiempo sucedido, que es un suspiro en el Tiempo, no
le resta valor a las palabras con las que conformó el autor estos poemas, ni ha
perdido su ritmo, ni su música, ni su intención, ni su luz, es decir su
estética y su ética continúan vivas y ya se sabe: si un poema sigue vivo
transcurrido el tiempo (¡ay don Antonio Machado!), se convierte en “palabra
en el tiempo”.
En
la contraportada de este Cuadernos incompletos podemos leer: “No es casual que este libro se abra con un
verso de Aleixandre que remite a «la generosa luz de la inocencia». Desde el
«tiempo atrás, inocentemente, yo creía en todo», hasta el «¡Dios os perdone lo
que habéis hecho de nosotros!», que escribió Pepe Hierro en una valla, cabe en
estos Cuadernos sin falsilla, en que se transparenta la melancolía por lo que
pudo ser y no fue, y —cómo no— por ese zapatito de cristal que parecía
irrompible y un día apareció arpado, y por ese príncipe que parecía ardiente
como Apolo, y otro día se reveló caduco y arrugado.”
Ángel Velasco residió entre
1965 y 1975 en Múnich, fue uno más de los muchos trabajadores emigrantes de
aquel tiempo. Allí publicó su primer libro Escrito en la emigración (Centro
Español de Múnich, 1975). Luego regresó a España, donde fue acogido en los
lares del mundo editorial. En 1976 obtuvo el «Premio de
libreros populares» por Cuatro cartas (prosa), y en 1978 el
«Premio Malasaña de Poesía» por Criba de tiempo y palabras, premio
también para el recuerdo o para la no-memoria. Otros libros suyos son Geometrías
de la no-memoria (Orígenes, 1986) y Dos Espejos y un Entretanto
(Libertarias, 1999). Como decía al principio, todos estos libros y los inéditos
verán la luz en esta colección de Oportet Editores.
El libro esta compuesto por un primer cuaderno: Escribir por
escribir. Donde nos muestra poemas que aluden al tiempo sucedido, a lo que
pudo haber sido y no fue, con cierto tono de melancolía con matices de ternura y un algo de gracia y
agudeza, chanza sin mala intención y muchos sueños que se fueron como las
golondrinas de Bécquer tras el paso del tiempo, de escribir no por escribir sino por y para, vivir.
Una tercera parte titulada: Conclusiones en la que la chanza,
es decir la agudeza y la gracia, la burla sin mala intención, más bien como
tabla de salvación para salvarse del naufragio, nos dejan sentencias senequistas, junto con cierta melancolía, para: …sumar,
no restar, /Ilusión a Esperanza, a ver qué ocurre.
Y finalmente una cuarta llamada Cuaderno del lector, unas
cuantas páginas en blanco para que el lector, si así le parece, pueda escribir
en ellas algunos versos. Ya nos lo advierte al final de Conclusiones: “Si el lector se
atreve y acepta/ alguna de las conclusiones / como sugerencias plausibles, /
utilice las siguientes páginas/ para plantar versos/ como claveles /– sobre la
nevada estepa del folio / blanco paño de lágrimas –, / metáforas ,/ o alegrías y cosas de la vida.
Las razones por las que este libro no se publicó en su día son
difíciles de entender, tanto como las razones del mundo editorial: “Ocurre /
que amanece y el río / no traslada / de sitio / las orillas.” Nos dice el poema
que inicia este poemario, pero Heráclito ya nos recordó que no son las mismas
aguas aquellas de ayer que las de ahora.
Si las aguas de ayer cerraron páginas, amarilleando en el cajón por culpa de indiferencias y de olvidos, las da ahora inauguran bibliotecas.
Si las aguas de ayer cerraron páginas, amarilleando en el cajón por culpa de indiferencias y de olvidos, las da ahora inauguran bibliotecas.
Concluyo con las mismas palabras que le dije sobre este libro cuando
lo leí por vez primera en 2003: Merece la pena
(y mucho) ser publicado. Ahora habría que decirle: ha merecido la pena, Ángel Velasco, ser paciente, no derrumbarse y seguir escribiendo por vivir.
Manuel L. Azorín
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