Antonio Daganzo: Juventud todavía
Que
valga la constancia / al menos para el cénit de su nombre: / juventud, alta niña de besos imposibles. /
Juventud ya sin tiempo y todavía.
Antonio Daganzo presentó su nuevo poemario con gran
afluencia de público en la Biblioteca Eugenio Trías , antigua Casa de fieras,
del Parque del Retiro de Madrid. Juventud todavía es el nuevo título
publicado por Ediciones Vitruvio, Madrid 2015 en su Colección Baños del Carmen.
Este libro nos muestra
la edad, cuando ésta se acerca, con la memoria, al territorio de la nostalgia,
en un presente todavía joven; pero ya, sin duda, a las puertas de un otoño, una
madurez intuida que pretende atrapar esa juventud que significa seguir,
continuar, por mucho tiempo más, con el compromiso de la vida. El símbolo de la
juventud es la actitud firme de proseguir, aun a pesar del dolorido acontecer
del ayer, con la esperanza vital en un presente, que camina la vida en el ahora
mismo, con los recuerdos y los sueños, hacia
un mañana.
Con predomino de verso libre, con la
materia de los sueños (la memoria) recrea vivido, sentido, soñado,
mientras piensa lo que queda por vivir, con un íntimo lamento que es, al
tiempo, canto significativo.
El libro se abre con una cita de mi querido Claudio Rodríguez:
Qué
importa si ahora estoy en camino.///
Dejadme,/
donde
ahora estoy, en el crucero hermoso de juventud.
Añadir leyenda |
En Mientras viva el doliente (Madrid,2010) su
tercer libro, desarrollaba el autor un tema (del que ya di cuenta en este blog)
que marcó su infancia, la enfermedad. Y lo escribía desde la reflexión, desde
la experiencia y también desde la imaginación. Este poeta, joven aún, demostró
en este libro, madurez y nos ofreció un recorrido lírico donde la vida reclama
el gozo del presente pese a lo efímero del ser humano porque, pese al dolor: Callar
también, / saber que los discursos son estériles / ante el silencio íntimo de
un cuerpo. Guarda el doliente en la memoria todo y camina
hacia el gozoso patrimonio de la vida: el hoy que es siempre todavía
Nos habló Miguel Galanes, que ejerció y muy
bien de presentador, y que no quiso hablar del autor (aunque cuando la poesía
es de una experiencia vital tan personal resulta difícil no hacerlo), sólo de la
calidad de Juventud todavía, un libro que se crece con relación a
los publicados anteriormente por Daganzo.
–nos dijo–.
Habló igualmente sobre esa aparente negatividad
que nos presentan sus poemas y que no es otra cosa que una especie, digo yo, de
trampantojo: nos habla del dolor para, en realidad, llevarnos a la alegría del
canto. (Daganzo, como escribió Pepe
Hierro llega “por el dolor a la
alegría”)
Lo que nos lleva a contemplar estos poemas
aparentemente elegíacos, no como un llanto a lo perdido sino como un hímnico
canto a lo que va a llegar. Un
compromiso, en fin con la vida, con la belleza, con las posibilidades que
esperan en el presente y en el mañana.
Con relación a otro de sus libros: Que en limpidez se encuentre (Madrid,2007)
del que también di cuenta en este blog dije: “Antonio Daganzo Castro (…) escribe
adaptándose a nuestro ahora, asemejando en las formas y mostrándonos un
lenguaje del presente que, por otra parte, no es otra cosa que el producto de
nuestro ayer y su camino hasta el hoy.
Sin aparentes eternales deseos en este muchacho que sólo parece buscar el yo y el hoy como paraíso de la mezcla en musical unión, con alegría, para beberse el agua de este gran Río de la Poesía (las aguas todas), aguas de hoy y de ayer, aguas de siempre, que deberían de ser una unidad porque forman parte de nuestro ayer, ese que nos trajo hasta ahora, y que son nuestras, y son suyas, con su limpia claridad o con su turbio devenir: Turbiedad aceptada que en limpidez se encuentre.”
Sin aparentes eternales deseos en este muchacho que sólo parece buscar el yo y el hoy como paraíso de la mezcla en musical unión, con alegría, para beberse el agua de este gran Río de la Poesía (las aguas todas), aguas de hoy y de ayer, aguas de siempre, que deberían de ser una unidad porque forman parte de nuestro ayer, ese que nos trajo hasta ahora, y que son nuestras, y son suyas, con su limpia claridad o con su turbio devenir: Turbiedad aceptada que en limpidez se encuentre.”
Así el poeta Francisco Caro nos dice en su “Mientras
la luz” sobre Antonio Daganzo: “Si en Mientras
viva el doliente hablaban de los obstáculos vencidos,(…) estos 29
poemas (de Juventud todavía) hablan de superaciones y presentimientos, del
autor que le habita, del juvenil gusto por todo lo que vendrá, de las
sensaciones de aquel que, tras penosos vericuetos, se presiente ante las
puertas y decidido, todavía en juventud.” camina, dejando atrás los avatares,
con el aprendizaje de lo ya sucedido y superado, desde al más inmediato ahora, hacia un por venir con juventud aún.
con el aprendizaje de lo ya sucedido y superado, desde al más inmediato ahora, hacia un por venir con juventud aún.
Juventud todavía me parece a mí una
hermosa comunión con la vida, justo en el ahora mismo, que vuelve la
vista atrás para tomar impulso: Que yo fui niño enfermo / y nunca más pisé /
los campos florecidos / hasta que me nacieron cicatrices. Para seguir,
desde el presente, comprometiéndose con ella: Creedme sí, / muy cerca / una
tierra profunda y labrantía / me reclama, / gritando, / compromiso / para que
me hunda en ella y sea padre.//
Porque esta maravilla del instinto / es comunión,
/ restitución sagrada que deseo.
El
dolor y la enfermedad de este poeta que
se dice asimismo “Ese tipo sombrío y taciturno”: Miradlo. / Temblad. /// No es temor lo que infunde: / es tristeza.
Pero es una tristeza hímnica que canta para ofrecernos, generoso, la
locura completa de su gracia, / la fuerza del sufrir. Y para concluir
dejo aquí, tras leer este hermoso y doloridamente alegre poemario, unos versos
de Pepe
Hierro que dicen: “Pero estoy
aquí. Me muevo, / vivo (…). Alegría (Alegría
/que está caída a mis pies) (…) Pero toco la alegría,(…) yo aún estoy vivo y lo
sé.”
Antonio Daganzo
(Madrid, 1976) es licenciado por la Universidad Complutense de Madrid, UCM. Ha
trabajado en el periodismo musical de la radio y ejerce como comunicador
cultural.
Manuel L. Azorín
2 comentarios:
Estupendo artículo sobre un libro estupendo, Manolo.
Completamente de acuerdo, amigo Caro.
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