lunes, 7 de diciembre de 2015

Ricardo Fernández Moyano: "Zarzal"




Ricardo Fernández Moyano: Zarzal



Ricardo Fernández Moyano (Minaya, Albacete, 1954), publicó un nuevo poemario Zarzal (Amargod ediciones, 2015). Cuando me envió el libro (por pdf, que me ha costado leer por la incomodidad para mí de hacerlo en un soporte que no sea papel), tardé un poco en abrirlo y dedicarme a su lectura. Pero una vez abierto y leídas las citas que lo inician, yo también "firmé el decreto que autorizaba mi presencia" (cita de Fernando Ferreró que, junto a otra de Antonio Gamoneda: "En la ebriedad de la melancolía; como acercar el rostro a una rosa enferma, indecisa entre el perfume y la muerte", me incitaron a seguir y leer el poema que abre este libro Autobiografía que dice así: Nací en un pedestal perfecto / donde todo era falso.// Me crié rodeado de hombres doctos / ávidos de majar neuronas. // Viví la estrategia del miedo, / confundí aceras con esquinas. / Escuché voces apagadas / que me arrastraron al vacío / donde los adoquines son cadáveres. // Hallé espinas sin rosas, / pírgano en las miradas, / larvas en los entierros. // Ebrio, puse un ancla a la orilla, / enredado en el aire y la locura, / en la palabra

 
Zarzal  es un libro en el que el lenguaje, esencial y depurado, logra abrazar la palabra poética eliminando retóricas innecesarias y servidumbres de artificio. Fernández Moyano  muestra en este poemario una voz personal, nueva,  y al tiempo suena, tal que la verdadera poesía,  como de siempre.
El poema que abre el libro, Autobiografía, nos deja bien claro que Zarzal  anda lleno de espinas, para su defensa, porque es un poemario herido por este otro zarzal de la vida, una vida  con el lastre existencial de quien intenta, con la palabra, salvarse del vértigo de la desaparición y se aferra al fruto de la esperanza, del amor, del deseo, de la vida y de la muerte. Un poemario que  se lamenta al tiempo que canta: Necesito un aval, / un anticipo de ternura / para hacer soportable la existencia. Porque lo que busca tiene hambre de sol, de luz, para apagar la sombra. Si como tan hermosamente nos dice que Recordar es abrir una ventana / al corazón desnudo de la tarde habrá que pensar que en los recuerdos, además de cólera, hay ternura porque el zarzal tiene espinas pero también tiene fruto.

Poemas de realismo simbólico, de testimonio  imaginativo  que nos ofrecen  una visión poética de desaliento, dolor, pérdida… Zarzal es la vida echa escritura, la vida hecha palabra en el tiempo para vivir en ellas como en el poema Hogazas donde nos dice: EL día pasa imperceptible / por este pedazo de pan,/ y el peso de las horas / deja aroma de harina / entre mis dedos.// Solamente los hornos / hambrientos de mendrugos / recuerdan la masa dormida / en esta habitación deshabitada. Este poema,  frente al silencio, vive de las palabras para restituir lo silenciado, lo desaparecido. Vivir en las palabras, luchar contra el silencio, dar testimonio de la experiencia vital, con la memoria viva, para salir de la sombra, del olvido y abrazar la luz.
En Rituales de identidad  (Huerga y Fierro, Madrid 2011)  libro que le escuché leer en su presentación en la Casa de Castilla la Mancha de Madrid, percibí en él pasión por la escritura, amor por la palabra  y  búsqueda de la serenidad, tras dolerse de la ausencia y todo ello con ciertas veladuras (por el pudor de no mostrar, en sus versos, la desnudez de lo más íntimo – nos dijo). No conozco el resto de su obra y tal vez me equivoque pero tengo la sensación de que en Zarzal, aun con esas mismas veladuras simbólicas y/o imaginativas trata de mostrarnos su experiencia vital, su testimonio íntimo, algo más abiertamente y me parece a mí que gana con ello altura poética y mas ganaría, en mi opinión, despojándose de pudores, mostrando en la palabra toda su riqueza imaginativa.



Ricardo Fernández Moyano se enfrenta a la escritura poética abrazando al lenguaje como lo más suyo, intentando llegar hasta el fondo de los significantes y sus significados, buscando la luz que alumbra la palabra. Trata de huir,  de escapar, para buscar refugio en versos sin paisaje porque lleva en la grafía de su rostro cicatrices, cunetas, claroscuros, enigmas…porque dentro de sí siente que: Somos densos escombros / reflejados en una esfera / donde todo es exilio. Pero él se abraza a la pasión de la palabra para renovarse, para sentir el rumor de la poesía, del agua que es vida, luces, voz, vida, su canto son las palabras, vive en ellas, porque son la esencia de (su) anhelo más callado. Y en este Zarzal Fernandez Moyano ha buscado en la palabra, la salvación, la solución, la liberación, de una situación difícil, por su dolor desalentado y lo ha conseguido, al menos, en las palabras.
Este profesor de E.G.B. en la especialidad de Ciencias Humanas es  organizador y colaborador de los recitales poéticos de la Ruta del Arte, desde 1999,  en Zaragoza, la ciudad en la que reside, y en Zaragoza ha participado en diversos volúmenes colectivos y ha desarrollado una intensa actividad cultural.

Ricardo Fernández Moyano es también pintor autodidacta desde 1995. Fue miembro del Colectivo de Artistas Plásticos de la Margen Izquierda (A.P.M.I) de 1999 a 2009. Participó como autor en el folleto del X Aniversario de la Ruta del Arte del Colectivo A.P.M.I. y en el libro Arte Libre “Libro de Arte realizado por Artistas” publicado por la editorial Comuniter de Zaragoza en 2004
                                                             
                                                                   Manuel L. Azorín  






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