domingo, 31 de enero de 2016

Memoria poética.II Segunda época:.Tundidor y la constante renovación de la palabra




Memoria poética II.
Jesús Hilario Tundidor:segunda época
La constante renovación de la palabra 




Mientras acabo esta segunda parte sobre la poesía de Jesús Hilario Tundidor en esta Memoria poética, recibo una llamada suya y hablamos un rato, me pregunta si tengo ya su Elegía en el alto de Palomares, le contesto que sí, que tengo las dos. Es ese libro que habla de mi tierra Zamora, me dice. Y así es.Toda su inspiración y todo el trabajo en su poesía, así como “gran parte de mi vida más emocional –dice- , espiritualmente está condicionado por Zamora.” Me invita a su casa para tomar un café y charlar un rato, yo casi no salgo, se excusa, y quedamos en ello.

La Segunda Ëpoca en la poesía de Jesús Hilario Tundidor, da cuenta de los siguientes libros: Libro de amor para Salónica (1980 y nueva edición revisada en 2005), Fernando Primo Martínez nos habla de una "historia de amor", un divertimento lúdico, un recreamiento de poesía amorosa,” Libro de amor para Salónica no es otra cosa, dice, que otra vuelta de tuerca en la poesía de Tundidor.
Repaso de un tiempo inmóvil (1982), del que Alberto Torés García, no cuenta, desde sus sensaciones, con relación a este libro, que Tundidor es un humanista solidario.


Con relación a Mausoleo (1988), María Pilar Celma, de la Universidad de Valladolid, nos dice que  es la historia de la humanidad hecha poema. Tundidor suele decir que es el libro que mejor le define como poeta “por su mensaje, su redacción plena de subjetividad y por su intento de comprensión del suceso fundamental de la Historia”



Construcción de la Rosa (1990), Carlos Aganzo, el poeta y director de El Norte de Castilla, escribe sobre uno de los libros más complejos y grandes de Tundidor donde – nos dice que “ el desvelamiento a través del conocimiento del corazón da como resultado la revelación de la rosa y la inconsciencia del canto.”
Tejedora de azar (1995), Emilio Miró, de la Universidad Complutense, dijo en su día: “Tejedora de azar es fragmentación y unidad. Fragmentación porque son "poemas exentos" sin nexo de trama argumental, reunidos en un volumen que conjunta lo fragmentario” Y, según ha dicho el propio autor, los unificó con ese título.










Las llaves del reino (2000), Antonio Crespo Massieu nos habla de la exigencia de la realidad en este libro. Un espacio habitado, dice Crespo Massieu, el de los poemas, para que la esperanza creadora entre en nosotros y haga surgir la realidad.


Fue (2008). Libro del que, en 2009,  yo escribí lo siguiente: Fue, en su génesis primera llevó el título de "Cátedra de San Jorge" (que es, la segunda parte del libro) y Tundidor, pensó estos poemas iniciales a raíz de un tiempo en el cual estuvo sometido a un tratamiento de radioterapia debido a un carcinoma detectado en su laringe. 


Pero no comenzó a escribir estos poemas por "mirarse el ombligo" para lamentarse, no. Jesús Hilario Tundidor no es persona que pretenda semejante cosa. Por el contrario, Tundidor es hombre, poeta, que sólo se "mira el ombligo" para sobrevolar por encima de todo eso y, desde la altura, siempre desde la altura y la distancia, alejarse de temores o preocupaciones o miedos e imbuirse en lo que el llama su razón de escribir poesía: fundamentar la forma de vivir más intensa.

Esto sucedió (el inicio de Fue) en el año 2003 durante los meses de mayo y junio. Así fue surgiendo un poemario que era la representación intuitiva de todo lo que se acercaba a su consciencia por el recuerdo o la imaginación.
Un poemario que tras un tiempo y tras organizar y estructurar lo escrito, definitivamente, aquella "Cátedra de San Jorge" se convirtió en este libro: Fue.

Un libro en el que (lo diré con palabras del autor ya que hemos hablado en varias ocasiones de él) Vuelca el poeta toda su experiencia vital en un discurrir apasionado por la naturaleza, la historia y la cultura como un legado alucinado de su paso por el tiempo. Un lenguaje proteico, sincopado, delirante, transgresor y ubérrimo en el que las edades de la vida se hacen memoria de un sueño amargo, como una plegaria ante el vértigo de la sinrazón y el temor al vacío. (vamos, que mi amigo estaba en tanto que duró el proceso de creación, como el verso de aquel maravilloso fraile llamado Juan de Yepes y que decía: Vivo sin vivir en mi.)



Tundidor y Manuel L. Azorín

Pero no busquéis relación entre este libro y aquel proceso de radioterapia al que se sometió Jesús Hilario Tundidor. El único nexo que podríais encontrar es el intento de alejarse de ese "Temor al vacío", de ese "Vértigo" que en ocasiones produce y nos trae, con su carga de "sinrazón aparente" la vida.
La vida es someterse a la rueda del tiempo mediante la memoria y lo imaginado y esto es lo que hace Tundidor en Fue.

Os dejo el poema V de la primera parte de Fue titulada "El ojo de la lluvia", como muestra. 

Estás muerto y has cruzado la nieve. tu corazón se
pudre en la humedad de la memoria que has perdido.
Insólitas también tus reflexiones que planean lo blanco. Si
no hay eternidad y nada dignifica a los hombres ¿Cómo 
abarcar la obscena costura de la incertidumbre, el cerrojo
del descubrir? Adivinar. Estremecerse. Lo juro, no mere-
ció el dolor. Ni siquiera el país de la niebla que atraviesan
los muertos. ¡Qué zaguán esperaba!





Un día Jesús me telefoneó para decirme, por enésima vez, que Fue me lo había enviado. Le dije que no se preocupara y dada su gran susceptibilidad, en lugar de entender que ya me ocuparía yo de encontrarlo, surgió su "pronto defensivo" y tuve que decirle que se ocupase él de conseguírmelo. Así se quedó más tranquilo y yo también.

Más adelante Jesús y yo nos encontramos en el Ateneo y, al acabar el acto, nos fuimos dando un paseo y charlando hasta la Puerta del Sol. Tundi (que así es como le llamamos los amigos) seguía empeñado en comprarme el libro, me negué en redondo y le dije que lo compraría yo. Terminó explicándome el leiv-motiv de Fue, emocionado y hablando y hablando, entramos al metro y, cada cual a su línea, nos fuimos a casa. Tundidor es un hombre que, como todos, necesita que le quieran por eso suele decir: “Los más necesitados de cariño somos los seres humanos siempre Ah, y no es pudor, sino emoción, emoción honda, seria, verdadera.”
En toda la obra de Tundidor aparece la emoción y de ella se desprende un sentimiento humanista. De ahí que el poeta haya dicho:"Me interesa la realidad si me dice algo que pueda transmitir a través de la emoción,”  Por eso nos dice que: “lo que no emociona no tiene cabida en lo poético; la vida y sus implicaciones, como acontecimiento en el corazón del hombre, son el verdadero camino del poema y el lenguaje su principal medio de expresión”.


Tundidor con Rafa Mora (centro) y Moncho Otero, los cantautores poetas que editaron el C.D. "Viento de octubre" con poemas de Jesús a los que pusieron música. 
Jesús Hilario Tundidor cuando comienza una lectura de poemas, como siempre, con ese hilo de afonía tímida que le sale al principio, todos pensamos que no le vamos a poder escuchar, bueno, pensábamos, porque los que le conocemos bien sabemos que luego, tras estas intervenciones, Afónicas-tímidas-dubitativas... Tundidor se pone a leer su poesía y es de voz rotunda, dice el poema de un modo absolutamente personal y nos deja sorprendidos y emocionados a todos.
La publicación, Un único día. Poesía 1960-2008 (Calambur 20010), que consta de dos volúmenes, quiere ser, en palabras del autor, su obra definitiva. Las 920 páginas de estos los tomos que componen esta edición, recogen la selección y la reescritura de toda la obra de Jesús Hilario Tundidor, tal y como él quiere que sea leída.



En estos dos volúmenes encontramos su obra y en ella sus dos etapas; pero  no se trata de bloques estancos, sino que, aun con las diferencias y/o similitudes que  puedan existir entre las dos etapas, puede verse una continuidad, y comprobar que su reflexión es al principio existencialista y testimonial y luego evoluciona  hacia una mayor abstracción y tanto en una como en la otra anda por su poesía eso que para él resulta imprescindible en el poema: la emoción.
Jesús Hilario Tundidor siempre recurre a la propia vida en sus poemas, a lo cercano, y recurre a su tierra y, cómo no,  al amor... Cuando Tundidor escribe, suele decir, siente que el tiempo no existe, y entonces, es cuando su poesía ordena la realidad y se inunda de emoción y de pasión. 
Cesar Augusto Ayuso, nos dice que el poeta es "razón y pasión". y Natalia Carbajosa, de la Universidad de Cartagena, que es la palabra multiplicada.

Al margen de esta, podríamos llamar obra completa de Tundidor, aunque siempre es difícil hablar de obra completa cuando se continúa escribiendo,  ha publicado las , entre otras, las antologías: Lectura de la noche (1990).Mundo ahí (1999). Selección de poemas de la primera épocaElegía en El alto de palomares (2001). Antología. Un paso Atrás (2003).Con  estudio preliminar de Gabriele Morelli. Nada sabe la noche (2009).


 Con relación a Nada sabe la noche os diré que es una antología más, de las muchas que ya tiene publicadas, de este poeta que cambia y se transforma, que adopta modos y formas diferentes según vengan las cosas o las palabras, un ser proteico en fin que nos ofrece en esta selección: la pregunta existencial, el pálpito emocional, la cuestión metapoética, el paisaje castellano,la sombra alargada de la historia de España, la indagación intelectual y la ebriedad amorosa y todo, o casi todo, en un ramillete de poemas seleccionados y unidos por una estructura formal o clásica y algunos otros , variaciones para innovación o modernidad.
Son poemas que Jesús Hilario Tundidor fue escribiendo a lo largo de su ya dilatada, conocida y reconocida, trayectoria poética. Cuadernos del Boreal nº5. Con Liminar de Javier Pérez Walias, IES Universidad Laboral, Cáceres. Y después de publicar su obra en los dos volúmenes citados con el títuto de Un único día, ha publicado, que yo sepa, dos antologías: La fertilidad de los vocablos (2013), de la que el crítico y poeta Enrique  Villagrasa nos dice: “Estamos ante un poeta de raza, uno de los más representativos de la lengua española actual, un todo terreno, capaz del mayor simbolismo y de la ácida y certera finura popular".  Y finalmente, y hasta hoy, que yo sepa, la nueva revisión y edición de Elegía en el alto de Palomares (2014) de la que ya he hablado en Memoria poética I

Además, ha publicado en ediciones no venales y ha escrito ensayo, y destaco aquí el de Reflexiones sobre mi poesía (1994) que él mismo leyó en el colegio Universitario “Santa María” de la Universidad Autónoma de Madrid hacia mediados los años noventa.

En cuanto a premios recibidos  tanto a libros como a reconocimiento de su obra (aunque él suele decir que los premios no tienen importancia en el ámbito maravilloso de la amistad),
tiene en su haber el Adonais (1962), el Álamo (1969), el González de Lama (1972), y el premio Esquío (1981). Igualmente  los premios  que reconocen su obra poética son  el San Juan de Baños (1997).Valladolid. El Premio de la Academia Castellano-leonesa de Poesía (1999), por su trayectoria poética. El  Premio León Felipe (2000). El  Premio de la Asociación Madrileña de Críticos 2006, al mejor libro de Ediciones sobre Arte al poema Fiesta sobre lo azul  con aguafuertes de Francisco Arjona. Y finalmente en 2014 recibió el Premio Castilla y León de las Letras.


Esta es la poesía de Jesús Hilario Tundidor, un hombre, un poeta que escribe, según el nos cuenta en muchas ocasiones,  para explicarse a sí mismo el gran acontecimiento que supone la vida, la existencia. Escribe para sentirse vivo. Para intentar conocer el verdadero sentido de esta absurda y maravillosa transición que llamamos vida.

                                                    Manuel López Azorín














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