domingo, 7 de enero de 2018

Manuel Cortijo Cieza: "Sutiles territorios de memoria"






Manuel Cortijo Cieza: Sutiles territorios de memoria

 

Manuel Cortijo Cieza (Plasencia, Cáceres),  publicó nuevo libro Sutiles territorios de memoria. (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2017)
Sutiles territorios de memoria me parece todo él una gran metáfora. Una metáfora del tiempo, del amor, de la vida, dentro de una cosmogonía, es decir de un relato mítico, y panteísta, relativo a los orígenes del mundo, del universo, de la vida. 


Un libro en el que en la mayoría de los poemas el autor lo concluye  con un verso con el que vuelve a iniciar el siguiente poema. Una curiosa manera de "encabalgamiento" que nos conduce a no leer los poemas de este libro de modo aleatorio sino dentro del orden que parece sugerirnos el autor. Recurso que parece querer recordarnos que la memoria, esa materia de los sueños que nos habita y moldea nuestros recuerdos, suele acudir a nosotros llevándonos de un lado a otro  aparentemente sin orden ni concierto en muchas ocasiones.  

Y con esa apariencia panteísta y metafórica, entresaco yo aquí unos versos de esta gran metáfora de la vida que nos muestra el origen y el tiempo, el compromiso o sueño, el amor, la duda metafísica y todo aquello que el lector sea capar de interpretar en su lectura: 

 
“Sueños infinitos flotan en el aire./ Son mis esperanzas como el vetusto / cuerpo de la encina que receloso/ pervive aferrado a su simiente,”
“En el corazón de la luz habita el silencio”
“Vuelvo a la oración de la madre-tierra, / al maná original”
“Por los caminos del otoño regresa / el alma. En la lenta luz de la tarde/ yo soy la pregunta…tú la respuesta”

“Bienaventurado otoño, labriego que libera / del pesado yugo humano que me unce, / me conduce a los pastos de “la nada”
“Como el árbol en su magnificencia / vivo de lo que tengo sepultado”


“Solo nos queda renacer, / digerir la ceniza.”

“La blanca catleya”:*
“Honro el misterio.
De los cromosomas del barro, dicen, / se alzan las torres del sueño.”
“Tu vientre reclamó mi ser, / fecunda inocencia”

*(La catleya es, además de una flor de la familia de las orquídeas, desde que Marcel Proust le dio protagonismo en “Por el camino de Swan”  primera parte de “En busca del tiempo perdido” (Faire catleya=hacer catleya) la  metáfora de las relaciones amorosas de Odette y Swan.)

 La memoria juega con el pasado y lo trae hasta el presente en ella "Hay un niño que mira contemplando / la derrota de la luz". Se canta lo que se pierde, que nos dijo el poeta,  "¿Hay un principio? ¿Hay un final?. Todo late en ritmo infinito” o bien "nada muere sino que se transforma" en la cosmogonía del sujeto poético.

"Envuelveme en la memoria, madre, / nómbrame, elévame despacio/ entre la bruma de tu aliento, / besa mece acúname, / que si he de apostar previamente/ sin duda elijo la Vida."(...) Premorir antes de morir / y palpar la memoria que somos, / el débil fragmento, la sombra / en la profundidad del espacio,/ en el inmenso silencio/ rotando sobre el ego alrededor de la luz."
Y los Sutiles territorios de memoria se convierten en "...alba de oro en la noche cósmica / para despertar la tierra dormida,"




A la derecha Manuel Cortijo Cieza junto a Faustino Lobato


Manuel Cortijo Cieza estuvo veinte años sin publicar desde que en 1986 se editara su primer libro De un pájaro de amor que anidó primavera en Capadoccia (Con él ganó el premio Zenobia de poesía en 1985) Luego, llegó un segundo libro, Romanza del halcón y el agua,(Sial Ediciones 2009) e inició un viaje interior al aire del amor y la vida, sobrevolando el agua, la tierra, el fuego... un viaje que nos mostró, a través de sus símbolos, no ya la Ítaca del sueño sino el sueño mismo junto a lo vivido, lo experimentado: Medita el corazón /la mente sueña, y en esa singladura de vivir buscando, observando, aprehendiendo, escuchando y soñando, van su corazón y su cabeza, inquietos por un crecimiento personal, ahondando en una especie de filosofía esotérica, y panteísta, tratando de saberse (Y de sabernos), para abrazar la vida y su magia, para alcanzar el amor y su misterio y, a través del corazón y la razón, encontrar la verdad en el acto de pronunciar el verbo. Trascender la vida con la palabra que es el néctar de la primavera eterna, de la intemporalidad. 
Creo que después ha publicado un libro titulado Alba Espuma, aunque yo no tengo referencia alguna de él y en 2011 publicó dentro del ciclo Hazversidades poéticas, que coordinaba el poeta Jaime Alejandre, una breve antología con el mismo título.

                                                Manuel López Azorín



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