lunes, 26 de febrero de 2018

Diego Medina Poveda: "Mar de Iroise"






Diego Medina Poveda: Mar de Iroise


Diego Medina Poveda  (Málaga 1985), me ha enviado su libro Mar de Iroise (Colección Puerta del Mar. CEDMA Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga, 2017) 
Libro que fue presentado a primeros de febrero en Málaga y que en Xelavid,  plaza de Matute nº 5 de Madrid  será presentado el próximo día 2 de marzo a las 20, 30 horas

Este joven que emergió como poeta, con el libro, Urbana babel (Colección Monosabio, 2009), se mostró (ya lo dije en la reseña que hice de él entonces en este blog) como a mí me gusta. Me gusta porque llevo tiempo diciendo que el poeta que pretenda iniciar el camino-río de la Poesía, debe, primero que nada, beber de sus aguas, las de ayer y las de hoy y, tras conocerlas, respetarlas y aprender de ellas, incorporarse al cauce como un afluente más de ese camino-río, con su agua, la suya, heterodoxa o no, rebelde o no, pero sabiendo y bebiendo de lo que nos ha precedido al tiempo que buscando e indagando nuevos modos de contar y cantar todo lo que las aguas hayan dicho ya y todo lo que, por decir, pueda encontrarse en esa cuenca del camino-río (que al fin y al cabo es la vía de conocimiento, y de comunicación, y de participación, y de comunión, y de compromiso, y de revelación, y de salvación) de la Poesía, ese por donde tantos queremos caminar.

Aquel primer libro era una diversidad de tonos, lenguajes y formas. Un poemario que ensamblaba dos miradas, la del camino tradicional o clásico con la nueva de la búsqueda de otros tonos, otro lenguaje y otras formas
No sé si Diego Medina Poveda fue muy dirigido en sus lecturas, pero me da la impresión de que no, de que sus gustos le llevaron, a la hora de leer, desde los clásicos de ayer y de hoy  hasta los poetas más vanguardistas, aunque me parece que también, tras leerlos a todos, se habrá quedado con unos pocos poetas como Garcilaso o Baudelaire por ejemplo. y posiblemente sin olvidarse nunca de Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado y / o Miguel Hernández entre otros muchos.
En su segundo libro  He visto la vida más humana (Premio Cero de Poesía  “El Pimpi”, Málaga, 2015), nos mostraba Diego el arte de interpretar, a través del texto, su teoría de la verdad, su imagen de la vida humana, en un libro apasionado con un imaginativo erotismo como en el hermoso poema "La alquitara" que comienza con referencias bíblicas: "Tu espalda es el desierto / que baña un Jordán acaudalado."


Nos mostraba también poemas de afectos en el apartado IV que titulado “Galería humana”, en especial el soneto Por tu sangre dedicado al nacimiento de su sobrino: "Por tu sangre ya fluye el universo / como una flor que estalla en primavera."

Igualmente nos mostraba poemas de compromiso con el ser humano como en el poema “Lo terrible”, en memoria de los 43 estudiantes desaparecidos en Guerrero (México):  "Cuarenta y tres inviernos ahora, / cuarenta y tres heridas de madera / en los pupitres, / y el vacío que estalla en universos, / la voz del pueblo sepultada en los caminos /  silencio…", o como el poema “Canción del exiliado”, dedicado a todos aquellos españoles que se vieron obligados a abandonar España tras la guerra civil: "El fuego de mi mano es el exilio, / soles que aprisiono y lanzo al aire" y poemas que son reflexivas sentencias existencialistas.
Y todo ello con formas, tanto de ayer como de ahora, plenas de música, de ritmo, de luz.


Mar de Iroise,  un libro, el cuarto si no me equivoco, de Medina Poveda, escrito con la sangre del trazo sobre la pagina y con el dolor de la pérdida inexplicable siempre y al mismo tiempo con la fuerza vital del llanto elegíaco pero abrazado al canto hímnico para atraer la esperanza consigo y la luz.
Una luz plena de lirismo, una luz con la música de ayer y la de ahora, la de siempre, una luz que se alumbra de símbolos  porque siente la  necesidad de expresar las emociones, la necesidad que lleva al poeta  a tratar de construir páginas de ternura, musicalidad, ritmo, formalismo, aventura de indagación, lenguaje de hoy  y, especialmente, el deseo de sentir que ese faro paterno que ayer le alumbraba en el mar Mediterráneo, el de su niñez y adolescencia, el de su juventud, el de su regreso siempre al paraíso, la patria de Rilke, la infancia, sigue alumbrándole ahora en este mar de Iroise, tan diferente, a veces, tan lleno de olas de dudas, de aguas incertidumbres, con un sonido bravo tan de sentimiento de extranjería (algo ya escribió Medina Poveda en su primera incursión al extranjero cuando pasó dos años en México, algo escribió aunque desde otra mirada) 
 
Un faro. Un padre, dos mares, tierra extraña, recuerdos, sueños, aferramiento a la tierra y a la vida. Dudas, incertidumbre. Batallas experimentadas en tanto se vive y se escribe. Esto es Mar de Iroise para mi. 

Mar de Iroise se inicia con un prólogo de José Ramón Trujillo, profesor en la UAM y poeta (todavía le recuerdo con un libro en la mano que fue merecedor de un accésit del Premio Juan Ramón Jiménez, titulado Arte del olvido, libro que me regaló, este joven profesor, entonces dirigía la revista “Susana y los viejos”, de esto hace ya más de 20 años). José Ramón Trujillo nos dice sobre Mar de Iroise: “El azar ha unido a Medina Poveda en un hilván de sangre con dos mares. Nos recuerda desde el poema que abre el libro que es un trasterrado. Náufrago de un país madrastra que maltrata a sus hijos y los arroja a otras playas; crisálida que comprende en la contemplación de las aguas su destino.”
A SANGRE Y VIDA
¿Qué soy yo en este espejo de extranjero
que a nadie pertenece,
que encuentra su reflejo en la imagen
cubista de los mares,
que se derrite en agua de memoria
y lucha encarnecidamente,
                                a sangre y vida,
con la infancia azul de su cristal
y su inestable arena metafísica?

“Diego Medina padre  se encuentra en los rincones del libro, mirando desde la otra orilla el más allá, quizá escuchando entre el murmullo de las olas  o en la masa de su sangre, la voz del hijo en poemas que aún no se han escrito, pero que vibran ya en la sal del mar y se adivinan en el alfabeto que pintan en el cielo de los charranes.”

Diego Medina Poveda creo recordar que ha dicho alguna vez “Mi padre es la primera piedra de mi poesía” (no por sus estilos que son diferentes pero si en la base, en lo que es él en sí mismo) Su padre, de algún modo, ha sido un faro para él como poeta
La muerte inexplicable siempre, el sentimiento de extranjería cuando uno se encuentra en otra tierra, lejos de su paraíso de infancia, de su patria Rilkeniana, son temas  que nos acerca Diego Medina Poveda en este Mar de Iroise que está dedicado a su padre el poeta Diego Medina..
Decía Juan Ramón Jiménez que “la poesía ni tiene mérito ni tiene premio” de modo que el poeta, que nace y luego se hace, el poeta que no espera nada de la poesía, que vuela libremente sin ambición mundana, tan solo la del éxtasis, de la belleza, de la luz (y así me parece a mi que vuela este muchacho Diego Medina Poveda), con este cuarto libro Mar de Iroise adquiere y nos muestra una gran madurez poética porque su palabra, su lenguaje, sus emociones, nos llevan a la poesía luminosa y sin tiempo.Y a este canto-grito final de este Mar de Iroise, a este poema titulado 



DIEGO MEDINA
Tú que ya no estás entre los vivos,
que te escondes en olas de silencio
y vuelves con la ola en marejada
de memoria, con alas de algún tiempo
que ingrávido se muestra a nuestra urbe.
Tu imagen es casi como un sueño,
yo la escucho en aplausos que te brindan,
yo la huelo en la ceniza que era aliento,
y no acaba esta extraña sensación
de cercanía
aun estando tú tan lejos.

Tu nombre escrito en los periódicos,
tus versos que desbordan mi esqueleto
y son semilla abierta en el camino
como una mano en puño, como un cuerpo
que vuelve a nacer a cada instante,
así es padre, así es como me encuentro,
gritando fieramente  en tu memoria
para que tú la escuches desde dentro. 

 

Diego Medina Poveda es licenciado en Filología Hispánica y tiene un máster en Estudios Literarios y otro en Edición de libros. Cuenta con varios premios de poesía, entre ellos el Malagacrea 2010 con el libro Las formas familiares, y el premio Cero de poesía 2014. En 2016 obtuvo el primer premio de poesía de la Universidad Autónoma de Madrid. En 2009 publicó el libro de poesía Urbana Babel (Colección Monosabio) y en 2015, fruto del premio Cero de poesía, publica el libro He visto la vida más humana. Su obra ha sido recogida en diferentes antologías. Actualmente realiza una tesis sobre narrativa barroca y es profesor de español en la Universidad de Rennes 2 en Francia.

                        Manuel López Azorín



















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