Memoria poética.
Elvira Daudet IV (y última parte): La Dama de la poesía española.
Elvira Daudet ha sido llamada "La Dama de la poesía española" Ella, sin embargo, anda diciendo que la poesía le dio y le da la espalda muchas vecea y también que su poesía, que es muy necesaria para ella, no parece que lo sea para otros.
Incluso diciendo, como dijo de ella José García Nieto lo siguiente: "Hay tan pocas voces verdaderamente necesarias en la poesía, que el eco de una cierta nos avecina para siempre con el misterio. Tiene que saber esto Elvira daudet, como única compensación o desesperación para su desvelo"
O bien estas otras dichas por su buen amigo Ramón Irigoyen: "Elvira Daudet no es una aficionada que está aprendiendo a versificar, sino una aficionada -sin afición no se logra nada- que con sus libros se sitúa en la primerísima fila de la poesía actual en España"
En su antología poética-1959-2012- publicada por Alacena Roja, nos decía Elvira:
"Mi poesía tiene como principio y fin la criatura humana, todo lo demás
está subordinado a este valor. Entre lo sublime y lo común yo elijo
como materia poética lo común: el pan antes que la rosa. Frente a la
ambigüedad de ciertos poetas que ocultan su nadería con humo o sobre
dorados que confunden a los lectores, yo opto por la claridad de la
palabra desnuda, aunque hiera, que todos puedan comprender."
Lidia López Miguel, Elvira y Ángel Guinda |
Cuando presentó Cuaderno del delirio (Ediciones Evohé, colección Intravagantes, Madrid 2012), nos vimos y hablamos un rato antes de comenzar el acto.
Fue una hermosa tarde de poesía junto a una Daudet aparentemente nerviosa e insegura...pero solo aparentemente porque esta mujer que parece tan fragil, tan delicada, lleva consigo la fuerza de una voluntad firme y decidida, producto de las muchas caidas de las que ha tenido que levantarse para poder seguir, y lleva la luz de la poesía porque no admite ni tiempos de silencio ni grises oscuros, tenebrosos...que le impidan seguir siendo, desde aquel día en que siendo niña le prohibieron y rompieron su primer libro, seguir siendo, digo, rebelde, insurgente y poeta.
Fue una hermosa tarde de poesía junto a una Daudet aparentemente nerviosa e insegura...pero solo aparentemente porque esta mujer que parece tan fragil, tan delicada, lleva consigo la fuerza de una voluntad firme y decidida, producto de las muchas caidas de las que ha tenido que levantarse para poder seguir, y lleva la luz de la poesía porque no admite ni tiempos de silencio ni grises oscuros, tenebrosos...que le impidan seguir siendo, desde aquel día en que siendo niña le prohibieron y rompieron su primer libro, seguir siendo, digo, rebelde, insurgente y poeta.
Claro que este Cuaderno del delirio, que
no era otra cosa que un tremendo ejercicio de memoria de gozo y de
dolor, posiblemente la tuviera aquella tarde un poco a la espectativa,
tensa por el recuerdo al ofrecernos
su nuevo libro Cuaderno
del delirio, Este
es el curriculum
poético de una mujer que nos trajo este
verso: "Me ha nacido entre tu boca el mar." y, le naciera o no, ese mar se quedó para siempre junto a ella
aunque la boca huyera, también para siempre de su lado. (Mejor dicho de su lado
físico, nunca de su memoria) Esta mujer valiente, esta poeta rebelde, esta
delicada y hermosa flor, convertida en tara si, pero de acero debido a la
guerra en que vino a nacer. Esta mujer nos ofrece en su poesía la vida, y como
en la vida todo tiene su cara y su cruz: la dulce y tierna miel de la dicha,
del amor, y el ácido y desgarrado
vinagre del dolor, ese que trae el desamor, la pena, la venganza, pero ni uno
ni otro traen jamás el olvido.
La infancia de La Daudet , niñez en una postguerra de miseria terrible y doloroso silencio, se
envenenó con las palabras al tiempo que produjo el milagro de la escritura. Una
escritura censurada, repudiada por la propia familia (creo que ya lo he dicho
en otras ocasiones) que hizo que esta niña entonces se volviera insurgente, tragase su dolor para sí misma y ya adolescente y en la
ciudad del Doncel, unió su vida a su pasión y surgió la poesía que, ya siempre,
le serviría de bálsamo y le serviría de bandera y todo porque desde niña Elvira
Daudet, estaba
envenenada por la magia de las palabras.
Una magia que un joven cabezón de ojos de miel, llamado Antonio Pérez le enseñó al principio. Luego Jesús Tomé, que fue como su hermano mayor. Era claretiano - dice "La Daudet"- pequeño y transparente como San Juan de la Cruz
y, como él, un grandísimo poeta que volcó toda su sensibilidad en la
formación de jovencita Elvira, que, soñadora e insurgente, escribía
poesía, como ya he contado, a todas horas.
A los 17 años se vino a estudiar a Madrid. Después llegó París y la ciudad de la luz fue el amor y fue el delirio...hasta que concluyó.
A los 17 años se vino a estudiar a Madrid. Después llegó París y la ciudad de la luz fue el amor y fue el delirio...hasta que concluyó.
Tendría que pasar tiempo, mucho tiempo, para plasmar
en poemas, en su Cuaderno del delirio,
libro de tiempo, de memoria, de amor y
desamor, de dolor y de pérdida, con la "ville de la
lumiere", encendida o apagada según el
caso, de Paris al fondo.Sí, tendría que pasar el tiempo, ese que dicen que cura
las heridas o al menos las vuelve menos dolorosas.
Dice Elvira Daudet, yo lo he leído en alguna parte, que este será su último libro de poemas, pero eso... ni el poeta lo sabe porque es la Poesía, siempre, quien decide si te abraza o te abandona, si fija tu palabra en el tiempo ote deja en silencio porque sabe que lo que ya has escrito o dicho es suficiente. Solo la poesía lo sabe querida Elvira. Solo ella.
Dice Elvira Daudet, yo lo he leído en alguna parte, que este será su último libro de poemas, pero eso... ni el poeta lo sabe porque es la Poesía, siempre, quien decide si te abraza o te abandona, si fija tu palabra en el tiempo ote deja en silencio porque sabe que lo que ya has escrito o dicho es suficiente. Solo la poesía lo sabe querida Elvira. Solo ella.
El periodista Manuel Valera se encargó de presentar a Elvira Daudet y su Cuaderno del delirio
en la librería Fuentetaja y, entre otras cosas de interés dijo: "En
primer lugar quiero decir que leyendo este libro me he sentido como
Ulises leyendo la Odisea según Penélope. He descubierto mi propio
delirio, pero desde el otro lado..." (...) "La poesía de Elvira nos
habla de la pérdida, ese robo, que es el tiempo para ella; el tiempo,
ladrón que se lleva sus años, sus amores, sus pasiones, sus hombres, sus
olores a hombre. A partir de ahí, ¿qué queda?: el sentimiento de
pérdida, un estado catatónico, un delirio... "La vida para Elvira solo
es, técnicamente, la vida digna de ser vivida, una vida feliz. La otra,
el resto del tiempo, a eso no le llama vida. "...el amor en Elvira deja
a los amantes en un delirio, en una enfermedad. Pero se queda en los
objetos por donde ha pasado, acrecentando la melancolía, la añoranza..."
Elvira Daudet no adorna sus poemas con florituras verbales, su lenguaje es sobrio, preciso y natural, es una poesía de claridad.
Su voz lírica es auténtica, apasionada y desgarradora. Esta
mujer, esta poeta, tímida e insegura a veces, necesita, como tantos,
sentirse querida, arropada, reconocida, iluminada...para ello, y sin
saberlo, parió un mundo para que se le cayeran encima las estrellas. Y
esas estrellas la llevaron, con decisión, a Paris.
La Daudet siempre ha escrito versos. Ella dice que "la poesía es una necesidad, un soplo que te derriba en el momento más inesperado, al que es imposible resistirse" y que por eso escribe.
La Daudet siempre ha escrito versos. Ella dice que "la poesía es una necesidad, un soplo que te derriba en el momento más inesperado, al que es imposible resistirse" y que por eso escribe.
Cuaderno
del delirio es el recordatorio de un tiempo de amor y de ausencias
presente en la memoria. Un poemario que nos trae el vació de un tiempo
ya inexistente, muerto ya y sin embargo vivo. Es, a veces, como un
delirio de instantes felices, plenos, y muchas, muchas veces es el
doloroso delirio del vacío, la pérdida, de la desilusión, del peso
insoportable, del tiempo de la soledad.
Elvira Daudet, mientras se desangra de amor y de dolor se pregunta, se dice : "Al borde del abismo camino a ciegas/ sin comprender quien soy ni lo que espero"
Elvira Daudet, mientras se desangra de amor y de dolor se pregunta, se dice : "Al borde del abismo camino a ciegas/ sin comprender quien soy ni lo que espero"
Yo te lo digo: esperas seguir escribiendo para que, al menos, la
poesía venga a quererte, a arroparte, a iluminarte, para que la poesía, tan
caprichosa ella, venga a tu lado y te sonría para escribir versos contundentes,
auténticos, vividos, sentidos, sufridos, versos sinceros, dolorosos, como los
de este Cuaderno del delirio. Versos
que atrapen los sentidos y se queden en el lector, se hagan del lector. Para que la Poesía te
alumbre. Para que siga alumbrando a "La
Daudet."
Y termino como empecé en la parte primera con Poesía completa 1959-2016. Es el poema inédito (uno de los 33 poemas inéditos que incluye en esta antología y que bien podía haber constituido un nuevo libro; pero no, Elvira ha querido incluirlos aquí) Es un poema titulado "Ella" y la poesía se abraza a esta mujer porque va junto a ella desde que Elvira era niña y se dedicó a escribirla para soñar, para salvarse de lo que le prohibían, de lo que no le gustaba.
Aquí está esta "Dama de la poesía española" que ahora se repone de su caida, acompañada de "Ella" , la misteriosa, la enigmática, la inexplicable siempre, la Poesía.
"Ella"
Ella, mi fiel amiga, viene siempre conmigo
desde niña, y nunca me abandona
cuando todos se marchan.
Generosa, me ofrece
el consuelo total para mis penas
y curarme las llagas del fracaso.
(...)
Se ha instalado en mi casa, en mi cama;
no me deja dormir con sus ofertas:
me promete la paz irrevocable,
el fin de los dolores,
librarme de la grotesca y tristísima vejez
que derriba el mástil más airoso,
y corona la rosa de marfil de la espalda
con monstruosa giba;
de confundir los nombres y las fechas,
de olvidar la cabeza, las palabras precisas,
junto a la dignidad,
en un vagón del metro o en veladas de amigos.
(...)
Ella, que está tan cerca porque la llevo dentro,
como la esencia de mi propia sangre,
o como una bacteria trasmitida al nacer,
me tienta cada noche con pactos y dulzura.
Naturalidad hay en sus poemas y confesionalidad que nos atrapa a todos cuando la leemos.
Manuel López Azorín
Y termino como empecé en la parte primera con Poesía completa 1959-2016. Es el poema inédito (uno de los 33 poemas inéditos que incluye en esta antología y que bien podía haber constituido un nuevo libro; pero no, Elvira ha querido incluirlos aquí) Es un poema titulado "Ella" y la poesía se abraza a esta mujer porque va junto a ella desde que Elvira era niña y se dedicó a escribirla para soñar, para salvarse de lo que le prohibían, de lo que no le gustaba.
Aquí está esta "Dama de la poesía española" que ahora se repone de su caida, acompañada de "Ella" , la misteriosa, la enigmática, la inexplicable siempre, la Poesía.
"Ella"
Ella, mi fiel amiga, viene siempre conmigo
desde niña, y nunca me abandona
cuando todos se marchan.
Generosa, me ofrece
el consuelo total para mis penas
y curarme las llagas del fracaso.
(...)
Se ha instalado en mi casa, en mi cama;
no me deja dormir con sus ofertas:
me promete la paz irrevocable,
el fin de los dolores,
librarme de la grotesca y tristísima vejez
que derriba el mástil más airoso,
y corona la rosa de marfil de la espalda
con monstruosa giba;
de confundir los nombres y las fechas,
de olvidar la cabeza, las palabras precisas,
junto a la dignidad,
en un vagón del metro o en veladas de amigos.
(...)
Ella, que está tan cerca porque la llevo dentro,
como la esencia de mi propia sangre,
o como una bacteria trasmitida al nacer,
me tienta cada noche con pactos y dulzura.
Naturalidad hay en sus poemas y confesionalidad que nos atrapa a todos cuando la leemos.
Manuel López Azorín
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