Antonio
Mata Huete: Ecos del desasosiego.
Antonio Mata Huete (Villacañas,
Toledo), viene hasta mi a través de su editor Antonio Benicio Huerga, a
regalarme un libro de poemas titulado Ecos
del desasosiego (Los libros del Mississipi, Madrid, 2020), con un
estupendo prólogo que además
es una magnifica defensa de la poesía
como arte, como forma de vida y como herramienta de conciencia, del
periodista, escritor, editor y poeta Félix Maraña.
Antonio Mata en Ecos del desasosiego le canta al
olvido con esperanza de futuro, no le canta al pasado, el pasado es un fue que
ya no es sino en el tiempo del recuerdo, en el tiempo del olvido del tiempo
sucedido y con él se regresa, a través de la materia de los sueños, que es la
memoria, al siempre agridulce tiempo que ya es ido pero que sigue vivo en el
recuerdo porque el tiempo no fenece, somos nosotros, pero la palabra permanece
en el tiempo sin nosotros porque la
palabra en el Tiempo es Poesía.
Este libro de Antonio Mata tiene medida y ritmo,
musicalidad y emoción en una poesía que vibra en su descarnada, a veces,
confesión de lo vivido en un tiempo de oscuridad y silencio impuesto, y vibra en
su devoción admirativa a los poetas Machado, Blas de Otero, Celaya, Juan Ramón,
Ángel González, Cernuda, Alberti, Pessoa, Valery…poetas de un ayer, de un Tiempo
que vive en la palabra que es Tiempo-Poesía.
El desasosiego
es un estado de inquietud, la antesala del miedo, del pánico. Este libro
contiene los ecos, lejanos ya, de la inquietud, de temor de la angustia pero no
llega al pánico porque, en su rebeldía de conciencia colectiva, proclama la
justicia de un tiempo sin ella: “¡Arad la tierra con surco de vertedera / para
sembrar sus raíces con savia nueva” Antonio Mata canta a la tierra, al
recuerdo de años oscuros, difíciles, a los poetas ya idos y algunos en el
olvido o casi: “Y así, una tras otra, caerán las horas (…) Y los versos nunca
escritos en renglones torcidos”
Canta al amor o
al desamor o mejor dicho a lo que pudo haber sido y no fue: “He perdido el amor
/en una esquina de marzo”, canta a la madre “Su pelo gris que acunaba, con
arrullos, /El hambre de sus hijos con mentiras y mendrugos”.
Canta el poeta, a veces, con
una cierta nostalgia de la infancia y en el recuerdo con el tropo de un tiempo
que florece a pesar de los fríos: “Ahora que te recuerdo,/ Chiquillo perdido,/
Entre las flores bordadas de los almendros”
Canta el amor, el ensueño del amor : “Guárdame en tus manos,
encerrados, / Los besos, besos que soñé
para mi boca” y el desamor: “Déjame en el olvido si no vuelves” y por tanto al sentimiento de
pérdida (“se canta lo que se pierde”) machadiano: “Sabría que vendrías en este abril de besos /
Y no supe, o no quise, quedarme y esperarte”
Canta a la
libertad necesaria para el hombre, para el poeta, los poetas, y les rinde
homenaje para no olvidar, pues ya son, idos, “palabra en el tiempo”: “Eterno
forjador de olmos y sueños”
Y lo hace con
humildad pero con firmeza y convencido de que la palabra en el Tiempo, es decir
la Poesía, ”es un arma cargada de futuro”… “expansivo”, Maraña, que conoció bien
a Celaya
lo apunta y muy bien. Así nos dice: “Los versos de Ecos del desasosiego son versos comprometidos
escritos con el fin de provocar sensaciones en el lector y, por encima de todo,
hacerle pensar. Sin renunciar a los principios inquebrantables de la poesía,
ritmo, cadencia y música, el autor se involucra con la poesía social, tan
necesaria en estos tiempos y se identifica con la voz silenciosa de los que más necesitan ser escuchados.” En sus versos vive latiendo la esperanza, siempre
limpia y viva, siempre abierta a todos como baluarte contra su antónima: la
deseperanza.
Dice Félix Maraña , Premio de
Periodismo de Miguel de Unamuno– en el prólogo de este Ecos del desasosiego : “Los
poetas deben tomar partido: o se inclinan por la gramática del tiempo, o no
declinan la vida. Y en este territorio vital está el poeta Antonio Mata, y
está su poesía, recogida en la emoción, removida por el sentimiento de la
finitud”
Este Ecos del desasosiego, es
un
libro oportuno, necesario para leer ahora por su claridad y sencillez de lenguaje preciso al tiempo que adornado con metáforas o
metonimias o sinécdoques, tropos en fin que como bien dice Félix Maraña: “...No hay poesía sin tropos, aunque ahora se haya puesto de moda
llamar poesía a todo lo que se mueve. El tropo y la idea es el ADN del poeta.
Y Antonio Mata convoca la metáfora sin trampa en múltiples ocasiones”. En fin, un acierto más de Antonio Benicio Huerga o lo que es lo mismo "Los libros del Mississipi" la publicación de este nuevo libro de Antonio Mata.
Antonio
Mata.Toledano de nacimiento y madrileño
de adopción, es redactor-jefe de la revista cinegética Caza y Safaris en la
que, de forma habitual, publica relatos literarios y artículos de opinión.
Su trayectoria literaria está directamente ligada a la
poesía y sobre todo al relato de tipo popular en el que la recuperación del
lenguaje rural, hoy desaparecido, es una de sus auténticas pasiones.
Por su labor de recuperación del
citado lenguaje, recibió el galardón del V Certamen Literario Sancho Panza y
del I Certamen de relatos breves Torcaz Naturaleza y Caza. Es autor también de los libros de poemas Tierra seca, Las palabras imposibles (2018) y del de fotografías Villacañas, un siglo de historia
en fotografías .
Manuel López
Azorín
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