Ramón Bascuñana: Artículos de primera necesidad
Ramón Bascuñana
(Alicante,
1963), nos trae un nuevo libro de poemas, Artículos de primera necesidad
(Boria Ediciones, Murcia, diciembre de 2020)
Un libro que se inicia con la siguiente
dedicatoria: ”Para Ángel Morales, principio y fin, antes y después, certeza e incertidumbre.”
Libro que el autor ha dividido en seis
apartados:
“Cosas que nunca te dije”. El primer apartado, lo inicia con una cita de Antonio Moreno:”Miro atrás y comprendo que mi vida /ha dejado sus huellas con palabras” y seguidamente nos ofrece el poema que inicia estos Artículos de primera necesidad y que es el “Refugio” donde aceptando la rutina de los días iguales siente que es lo único que le salva: un refugio de tinta y de palabras / que llamamos poesía.
De Ramón Bascuñana y su gran amor por la
poesía me lleva a pensar que escribe desde siempre y el hecho de escribir ha
ido modelando una voz personal y, al menos en los libros que yo he leído de
este autor, una voz crítica consigo mismo y una voz de compromiso con los
otros. Una voz humana en la que su insatisfacción
por aquello que vive y observa deja en su vida cicatrices que trata de aliviar
con el baluarte defensivo de la poesía y con la fuerza de la luz de las
palabras, intentar que este mundo tan incomprensible a veces, tan distante e
individual a veces, con tantas diferencias, sea, al menos en su poesía, y sirva
con su compromiso y su crítica, para
soñar con un mundo cargado de futuro, un futuro amable, igualitario, donde
prime el amor sobre el egoísmo, sobre la indiferencia, sobre las clases, sobre
las razas de unos seres humanos que solo son barro, se llamen como se llamen.
Este es su refugio, el más íntimo y más suyo: Que el amor es un juego donde perdemos siempre, porque Somos barro amasado con el agua / del
tiempo que desgasta. Pero que le salva de las sombras con la luz creativa
de su amor por la poesía.
“El rostro en ruinas de la muerte”, el segundo apartado. Bascuñana, como ya escribí hace años, se escribe a sí mismo para escribirnos a todos. Su intimidad, del amor y desamor y la crítica social, convierten su poesía en una fortaleza para sobrevivir, para defenderse de un mundo que no le gusta, porque es un mundo sin empatía, intolerante y necio: Para sobrevivir a tanto daño / cubrió su corazón de indiferencia. Para darle sentido a su existencia y en ese refugio poético nos ofrece aliento a pesar de hablarnos de diferencias no aceptadas por la intolerancia, de derrotas, de desigualdades, de decepciones, de vejez, a pesar de mostrarnos a un Bascuñana que nos aparece simbólicamente como si fuera Sísifo cargando con la piedra. De no ser más que un hombre / sin amor y sin sueños/ condenado al fracaso de los días iguales. El amor y la poesía parecen resultar para Bascuñana una tabla de salvación para enfrentarse a la vida aunque en sus libros (al menos los que yo he leído de él y que están reseñados en este blog) se respire una visión pesimista, a veces de derrota y a veces con cierta ironía.
“Artículos
de primera necesidad” tercero de los apartados. Bascuñana piensa como Celaya, pero dándole la vuelta que: El
futuro es un arma cargada de poesía y la realidad y la propia experiencia le
hacen escribir con sinceridad y con claridad, sin exhibicionismos de arquitecturas o
pirotecnias verbales, con la verdad, siempre relativa y con la estoica
reflexión de quien sabe que la vida nos ofrece siempre ese oxímoron que
encadena la alegre-tristeza de su
devenir. Y al igual que
Pessoa finge que no es verdad lo que en verdad siente y escribe: En realidad la cosa es muy simple: / eres
un vividor y tú lo sabes. / Te pones y escribes / un poema cada dos o tres
días,/ – fingiendo que eres otro, O bien ironiza diciéndonos: Yo quise ser poeta de los de pelo en pecho
/pero ya no se estilan (…) Dentro de diez minutos me depilo / y mañana me
apunto en un gimnasio.
“El arma” es el cuarto de los apartados y Bascuñana, lo inicia con un verso de “El Celaya” (como le llamaba siempre Amparitxu): “Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse”, él asume este compromiso desde el salón de su casa (como lo hacía Gloria Fuertes en su poema "En retaguardia": "Hago poco o no hago nada") y como autocrítica no solo de él sino colectiva nos dice: No decir nada. / No hacer nada/ y ver cómo se ahogan/ en la tele/ y también como mueren/ en guerras insensatas / en la tele/ y cómo sobreviven/ arrastrando su hambre, /su sed y su esperanza/ por desiertos lejanos/ muy lejos,/ en la tele.
El quinto apartado “Restos de serie” Bascuñana
cree, y lo escribe en el final del apartado anterior, que: La poesía es un arma necesaria/si queremos salvar la paz para el futuro. La trascendencia se encuentra en las cosas más cotidianas, esas que por poco observadas no nos dejan ver la realidad ni convertirlas en realidad poética. La soledad del poeta le hace reflexionar y decirnos: “…Y no hay un hombre solo / que comprenda la viva razón del canto nuestro” La poesía como canto, como liberación, como salvación desde la misericordia: “en la casa de la misericordia , un ámbito de luz/ donde el perdón del hombre adquiere su sentido / y el corazón (y el pensamiento unidos al ritmo, al canto) nos salva del tiempo y de su nada.” Si el desamor y los fracasos que nos canta el poeta, existencial y trágico, derrotado y melancólico… El recuerdo, la materia de los sueños (que es la memoria) dejan huella en su poética.
Y en el último y breve apartado de este libro:
“Epitafios”, Ramón Bascuñana incorpora en él, primero unas pocas palabras a modo de epitafio junto a tres más, como si este poeta, que aún no ha entrado en los sesenta años, sintiera que la senectud ya le abraza. Os dejo aquí el tercero de ellos, que me parece a mí el más significativo y con más ironía:
Epitafio III.- En mi lápida / mi última pregunta:/
¿Eso era
todo?
Y al margen de ese humor final ¿Porqué y para qué la escritura de Bascuñana? Del doloroso acto autobiográfico que finge o no, Ramón Bascuñana, con su reflexión poética unamuniana de pensamiento y sentimiento nos muestra las emociones y parece preguntarse, a veces, si la poesía, para él, es un don o es un castigo, pero él sabe bien que la poesía es canto y un modo de ser y estar vivo. Y esa necesidad le lleva a disfrutar de la poesía y a practicar en la medida que pueda del presente, del "carpe diem", de la vida.
Ramón Bascuñana es licenciado en Geografía e Historia. Ha publicado una veintena de libros y ha recibido numerosos premios literarios, entre los que cabe destacar el Nacional Miguel Hernández (1997), el premio Hispanoamericano Juan Ramón Jiménez (2002), el Noches Poéticas de Bilbao (2017) y el Premio Internacional de Poesía Gerardo Diego (2018)
Entre sus poemarios publicados destaco los tres últimos que son los reseñados en este blog: 6 seis 6 (2018), El dueño del fracaso (2019) y Artículos de primera necesidad (2020) libro en el que Ramón Bascuñana despliega todo su buen hacer para mostrarnos su yo íntimo en lo personal y crítico en lo colectivo, escribiéndonos y escribiéndose con la intención de salvarse y salvarnos con el canto, con la poesía. Porque para esteOriolano “la poesía es una mezcla de fulgor,de impostura, nos dice, siempre que se entienda el fulgor como un deslumbramiento y la
impostura como una máscara espiritual”.
Manuel López-Azorín
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