Valentín
Martín: De Madrid al limbo
El libro
que lleva por título De Madrid al Limbo ( Lastura
Ediciones, Ocaña,2021), de Valentín
Martín y que se presenta este mes en el Episcopio el martes 23 de
noviembre, organizado por Lastura y el Ayuntamiento de Ávila. Acto en el que
intervendrán la editora Lidia
López Miguel, el alcalde de Ávila,
Jesús Manuel Sánchez Cabrero, la escritora Luz Enol y el cantautor y
poeta Antonio Pastor Gaitero es, como valor seguro de todo lo que
escribe este autor, un hermoso acontecimiento que aquellos que vivan en Ávila y
sus alrededores más los que puedan y quieran acercarse desde otros lugares. ( O bien el día 25 en Salamanca donde también lo presentará.)
Creo que disfrutarán si se acercan porque Valentín Martín, su autor, siempre que publica un libro de crónicas o relatos, como es éste, llevará a los asistente, a los lectores al pasado y al presente de un largo vivir experimentado por el protagonista al mismo tiempo que nos muestra muchos personajes y muchas situaciones.
Un viaje vital desde que salió de su casa, con 11 años a estudiar el bachillerato en el Seminario Menor de Linares, alojado en la sierra de las Quilamas, lejos de Santa Inés (Salamanca), el pueblo en el que vivió tras ser anegado, Salvatierra, el suyo de nacimiento, por las aguas de un pantano.
Luego, Valentín,
estudió Magisterio y Humanidades en esa ciudad suya, la Salamanca,
tan fría y peligrosa en su juventud, por ser ciudad
universitaria y tener afán de libertad. Allí Valentín trabajó en lo que pudo
para subsistir y tuvo hambre y sus
escarceos amorosos, y una quema accidental del convento por una chimenea mal
apagada que solo quedó en un susto y que ha quedado escrita en algún
relato y también, gracias a la portentosa memoria de
este hombre, en los que le hemos escuchado contarlo.
Valentín Martín. Foto: Carmen Borrego |
Dejó Salamanca y vino a estudiar periodismo a Madrid y aquí
dos años dedicado a la enseñanza, dos únicos años de docente y de ahí a un
periódico bajo el magisterio del mejor articulista Manuel Alcántara y este
hombre que lleva consigo Santa Inés, que cada año, hacia junio, ha hecho cantar
al coro de sus mujeres y le ha regalado
música y poesía, Cultura con mayúscula y merienda y hace poco acudió a
celebrar la inauguración del Centro de la Asociación Cultural “Entre colonos y
comunes” junto a dos grandes del folclore tradicional como Javier Batanero y Gabriel
Calvo. Este hombre digo, que cada año le ha costado, no ya solo dinero,
sino tiempo y dedicación, pero lo ha hecho siempre de corazón para que todo en
Santa Inés, saliera perfecto y del gusto de casi todos, este hombre quiere a
este pequeño pueblo y espera que le quieran también a él.
En Madrid; Valentín,
se convierte en periodista, escritor, poeta y corresponsal por medio mundo para
regresar después y dirigir un periódico
y diferentes revistas y escribir muchas biografías, además de sus crónicas, sus
relatos, sus poemas que, sin contar los cientos de biografías, suman más de una
treintena de libros.
Valentín Martín es sencillez, humildad
y grandeza. Suele decir a menudo: “Yo no
me leo nunca. Yo le debo toda mi literatura (o lo que sea) a Lázaro Carreter y
al mejor profesor que hubo nunca, el sacerdote Marciano Sánchez, el que me
enseñó como nadie y el que envió a El adelantado mi primer artículo.”
Aquel cura, Don Marciano, cogió un texto suyo y lo
mandó a El Adelanto después de pasarlo a máquina y mientras comían en el refectorio unos quinientos niños de
posguerra, leyeron su artículo por megafonía, fue su primer artículo, tenía 14
años, y después ya no paró de escribir.
52 años de residencia en Madrid, con la excepción de los viajes por Europa como corresponsal, dan para vivir y experimentar mucho. A mí Valentín Martín me devuelve a la vida cada vez que lo leo, me hace sentir nostalgia, me hace soñar, reír, llorar, reflexionar, me hace sentir asombro su manera de mezclar tiempos, personajes, situaciones que, aparentemente piensas que se saldrán del relato o la crónica y sin embargo, según vas leyendo, encuentras que no, que se funden y confunden, se fusionan en una misma línea que termina donde Valentín quiere ponerle fin. Y es que este hombre ejerce magisterio cada vez que escribe.
Las crónicas o relatos de Valentín Martín en sus libros: La vida recobrada, Avispas y cromosomas,
Vermut y leche de teta y este De Madrid al limbo, beben de un
tiempo sucedido y de otro presente a través de su magistral memoria y de su
buen hacer. Todos ellos dignos de leer; pero creo que este último es, si cabe,
más intenso, más completo.
Valentín Martín, en su casa de Santa Inés (foto: Salamanca al día) |
Su prosa tienen aliento vital y literario y el lector se
enriquece con su aprendizaje porque cada palabra de Valentín, es un mundo a descubrir que te conquista y te hace sentir.
Yo,
personalmente, le leo con ganas y con veneración porque son un alarde de
lenguaje, y porque es tan generoso que
nos regala, palabras que nos retratan y no solo a nosotros sino a toda su
sabiduría. Este hombre crea auténticas perlas literarias de todos los géneros.
José Luis Ferris
ha escrito un prólogo para De Madrid al limbo que al igual que
este libro, como el comenta, es un regalo. Así comienzas diciéndonos: “Libros
como De Madrid al limbo, se mire por donde se mire, es un regalo, tal y como
andan las cosas, son un regalo, un auténtico lujo, la inteligencia, la agudeza
mental, la prestidigitación, la sorpresa, el giro insospechado, la imagen
poética que siempre nos pilla a contra pie, los momentos estelares de la
memoria, los nombres y el tiempo, la
pedrada en el entrecejo de la indiferencia, los recuerdos, las ideas que, al
tomarlas del cesto, como las cerezas, se engarzan a otras ideas, y a otras
ideas, y a otras ideas…”
Valentín con Antonio Pastor Gaitero, Manuel López Azorín y Miguel Ángel Yusta. |
Si como periodista lo es de raza, Valentín es grande en todo lo que escribe, ya artículo, poesía, ensayo, crónica o relato, su estilo, su manera de escribir, solo está al alcance de los más grandes, pero tengo que decir, y lo digo, que en sus crónicas o relatos es inigualable, inimitable y único.
Como poeta, sus poemarios: Santa Inés para volver
(Versos de la memoria), Para olvidar los olvidos, Poemario
inútil, Los desvanes favoritos, Memoria
del hermano amor, Estoy robando aire al viento, Suicidios
para Andrea y Mixtura de Andrea, Paliques
y palomas y El gen inviolable, son poemarios
absolutamente personales y verdaderos. Cuando presentó este último poemario me
dijo que ya no volvería a escribir más poesía. Yo le respondí que el poeta no
la deja nunca, es la poesía la que , cuando quiere, abandona al poeta, de
manera que no le creí. Y mira por donde en la página 239, me encuentro con el
siguiente texto que forma parte del
relato “La palabra”, esa que Valentín Martín maneja con tanta soltura y tanto
fervor:
Valentín (el primero por la derecha) con Ana Montojo, Rodolfo Serrano, Manuel López Azorín y LuisAlberto de Cuenca. |
“Y que hay un nuevo poemario escrito él solo, aguardando turno en un cajón. Es el niño chico y con los niños chicos hay que tener mucho cuidado a la hora de dejarlos en las manos de otros. Además, es un niño chico distinto, así que a lo mejor sale al mundo de la mano del padre.
El asombro, la perplejidad y la
admiración por el hombre que narra con veracidad, con sarcasmo, con
indiferencia, con humor, con ironía y con mucho amor y de tal modo que no hay
nadie que lo haga como él y es que Valentín Martín, como he dicho es único. Por
esto yo os recomiendo que leáis De Madrid al limbo, estoy completamente seguro
de que os gustará y de que cualquiera de sus 122 crónicas, relatos, historias,
como queráis llamarlos, las leeréis más de una vez.
Hoy 18 de octubre de 2021 es su cumpleaños y he querido acabar esta reseña para re-felicitarle, aunque sé que a Valentín hay que felicitarle cada mañana porque nace cada día.
Manuel López Azorín
2 comentarios:
Espléndida crónica-semblanza que retrata y dice de un grande las letras, de nuestro Valentín Martín.
Gracias Francisco Caro, sabes que Valentín, como grandísimo escritor que es, no merece menos sino mucho mas. Un abrazo
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