Germán García Martorell: Cenotafios
Germán García Martorell (Cambrils, 1992), fue el ganador, con su primer libro:
Cenotafios,
del XVI Premio Félix Grande de poesía
joven 2020, convocado por el Ayuntamiento de
San Sebastián de los Reyes (Madrid), a través del Centro de Estudios de la
Poesía de la Universidad Popular “José Hierro”.
(Cenotafio: Monumento funerario que contuvo el cadáver del
personaje a quien se dedica el poemario, tumba que permanece como lugar de
culto aunque el cadáver ya no se encuentre en ella)
La entrega de este premio, demorada por causa de la
pandemia , se efectuó el 16 de diciembre de este año 2021 en el Pequeño Teatro
del TAM, esa tarde- noche Germán García Martorell, recibió la acreditación de su
premio tras dirigirnos unas palabra y leer algunos poemas del libro ganador.
Comienza este libro con una extensa cita de Angélica Lidell que nos dice: “A veces la palabra obstruye el pensamiento se diluye en verbosidad, en la búsqueda vana de las palabras correctas.
En la búsqueda vana de la verdad. Somos un excremento de la verdad, cuando intentamos decir la verdad nuestro pensamiento excreta un residuo y ese es el residuo con el que trabajamos, la verdad: puro excremento.”
Cenotafios está estructurado en tres apartados:
I
“El doble” se inicia con una cita de Paul Celan que nos dice: “Una
palabra – ya sabes : / Vamos a lavarla / vamos a peinarla, / vamos a volver un
ojo / hacia el cielo. “
German García Martorell, periodista y poeta, aunque él no se nombre así, al que no le es ajeno el
género poético ya que su padre Ramón García Mateos es un reconocido poeta ,
buen conocedor de la poesía formal y de la tradicional, y Germán ha crecido entre versos
tanto formales o clásicos como tradicionales o populares y versos con
libertad métrica.
Aprendí mi nombre en la lengua de mis
padres.
Aprendí
canciones en sus signos inestables
vi gritos y voces rastreando su memoria.
Los pacientes buscadores del verbo
pactaron
todos los lugares, armaron con
resignación
un muro contra la desidia y lo inexacto.
Ocultaron que el tiempo no es solo
historia
y que la Historia nunca ampara ni
socorre
si no nos descubre el sabor de la
mandrágora.
Sin remedio
aprendí mis nombres en la lengua de mis
padres.(Página 13)
II
“Umbrales” este segundo apartado se abre con una cita de Antonio Gamoneda que
dice:
“Por otra parte, /
yo ya he subido, ya he casi alcanzado la cumbre de
la inocencia (o de la imbecilidad, o del conocimiento)
y, así
privilegiado, advierto que efectivamente no hay significados
que todos los étimos
están
vacíos.”
– devorando dermis desnuda en el crepitar del
humo se
siguen
encontrando vaciedades.
– En el sendero que sube al Olimpo nunca ha
habido tulipanes
y
coleópteros que adopten lo voluble.
–en las nubes solo hay una montaña de
estiércol atestado
con
la música agreste de la ignominia. (Pagina 31)
Yo, que me considero un poeta de concepción formal o clásica y tradicional o popular, que empleo el verso medido y blanco y me ajusto a las estrofas de la poesía que nos ha precedido, después de intenso y largo aprendizaje, tratando de traer a lo visible esa parte mágica e invisible de la poesía, con la claridad del verbo y su significado para tratar de mostrar, con el ritmo, su musicalidad y la emoción que precisa, no sé si la verdad o mi verdad llega con la poesía, con su lenguaje.
Encuentro que este libro marcha por el camino de la reflexión, de la búsqueda
de la raíz de la palabra verdadera, investigando el uso de los significados,
del lenguaje que a veces se interpreta de
múltiples maneras. El lenguaje nos permite
comunicarnos, expresarnos, pero al mismo tiempo ese lenguaje nos
muestra, según las interpretaciones que hagamos, la dificultad de
encontrar la verdad. Hay palabras que solo significan una aparente verdad y las hay que
contienen varios significados y en poesía por la magia de su lenguaje puede
hacer que el vacío se llene de sentido llegando a tocarnos la verdadera música
de la palabra cierta: amor, igualdad, solidaridad, armonía…palabras que da
testimonio de lo que acontece, de lo que significan, y se ofrecen para nuestro
conocimiento.
El alcalde Narciso Romero entregando el acta acreditativa del Premio a Germán |
y III “Cenotafios”, apartado que da
título al libro. En él incluye una cita
del Conde
de Lautréamont que nos dice:
“¡Enterrador, es bonito contemplar las
ruinas de las ciudades; pero más bonito
es contemplar las ruinas de los
humanos!”
Al respecto del significado de Cenotafio, Germán ha dicho: “Considero
que la palabra poética es muy parecida a esa tumba, ya que detrás de sí muchas
veces no tiene la significación usual que nosotros le damos, sino que va mucho
más allá. No se encuentra lo que se
podría esperar”; pero la poesía, cuando lo es, ofrece mucho más que la verdad.
.autoficciones: solo espejos a través de
los
pasillos-celosias solo espejos
mascaradas confesiones
y amigos sin nombre aparentan restaurar
el habernos perdido en el relato anónimo
de vivir.(Página 50)
El jurado, con la concejala de Cultura : Ignacio Elguero, Tatiana Jiménez, Luis Alberto de Cuenca y Juan Carlos Mestre. |
Los miembros del jurado, los poetas Luis Alberto de Cuenca, Juan
Carlos Mestre e Ignacio Elguero, dijeron en su día
al conceder el premio que era “Un libro unitario, valiente y
arriesgado”.
Germán García Martorell, valoró mucho las palabras del jurado sobre su poemario
y dice que “es un orgullo poder oír a Juan Carlos Mestre decir algo así de su
libro” y añade: “ Es unitario por la propia estructura del libro; valiente por
el intento de romper ciertos esquemas y
arriesgado porque todo mi texto se construye como un conjunto de citas,
como una
especie de Frankenstein de otros autores”
(Las citas suelen
servir, cuando se eligen cuidadosamente, para esclarecer, para alumbrar la
palabra, el verso, el poema.)
La inter-textualización
para conducir el sentido de lo expresado
hacia donde el poeta pretende pero también para mostrar que la sed del poeta se
ha saciado con los que le han precedido y toma como herencia su aprendizaje .Todo el libro se conforma a través de
una serie de citas de diferentes autores y (los citados y también Eliot)de un lenguaje del que ha ido
bebiendo. Citas y lenguaje que el poeta introduce en el corpus poético fundido en
los versos
Este joven escritor que huye de la palabra poeta, concibe que muchas
veces la escritura aparece por sí misma, es decir que llega cuando quiere y un
poema pide que se reescriba, o pide cambios, pide muchas cosas incluso un cambio de lenguaje.
Una de sus inquietudes, precisamente, es el lenguaje, porque el lenguaje nos
ayuda a comprender el mundo; pero también a no comprenderlo cuando se emplea
para otros fines ajenos a su raíz, su significado..
Comenzó a gestar Cenotafios cuando se
trasladó a Barcelona para estudiar la antigua carrera de Teoría de la
literatura y Literatura comparada.
La poesía, con su lenguaje, si se es capaz de hacer que lo
invisible venga a lo visible nos hará ver el mundo como es y no como
pretendemos mostrarlo o explicarlo. El mundo con la poesía no entrará en
conflicto con la verdad pues será la verdad misma.
(XVIII)
.fracaso
en la búsqueda de sentido
decidí escribir sobre el agua.
espié miserablemente en lo informe
donde el olvido siembra turbios charcos,
sílabas agrias, coágulos de sangre
en símbolos salivantes.
una ausencia
o un océano donde se ocultan en sí mismas
las palabras. un conjunto de irisaciones
impalpables
en un papel en blanco.
un error desvelado en la grafía.
Germán García Martorell es graduado en Periodismo por la Universidad Rovira i Virgili, y en Estudios Literarios por la Universidad de Barcelona. Además ha finalizado el máster en Teoría de la literatura y literatura comparada de la Universidad de Barcelona y se encuentra cursando el máster de Formación del Profesorado. También ha impartido cursos universitarios en los proyectos Gaudir UB y El Juliols de la UB, y fue miembro fundador de la asociación literaria universitaria Cercle d´Escriptura i Crítica. Ha compaginado la creación poética con la investigación literaria ,en especial en el proyecto El silencio como antidiscurso, centrado en el análisis de la obra de Antonio Gamoneda, y con publicaciones en revistas como Quimera y Revista de literatura.
Manuel López Azorín
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